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Data brokers y el negocio de nuestros datos personales

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Los Data brokers son empresas que no nos resultan muy familiares, pero que nos conocen más de lo que podemos imaginar: se dedican a vender nuestra información personal.

Cada vez que tu dispositivo te ofrece rápidamente cualquier información que solicitas, casi antes de que te haya dado tiempo a pensarla, lo hace porque te “conoce” y sabe exactamente lo que quieres. Empresas como Google, Facebook o Microsoft presentan un curioso modelo de negocio: todo es gratis y accesible, pero a cambio de tus datos personales.

Este trato se “firma” cuando aceptas los términos y condiciones de uso, que están programados por defecto para que cedas todos tus datos: El historial de búsquedas, las compras realizadas, el recorrido que haces cada día, etc. Por ejemplo, Apple presume de tener un historial médico más completo y consentido que el de tu médico de cabecera. Facebook, por su parte, conoce al detalle qué mensaje escribiste, pero finalmente no enviaste, y a quién.

Sin embargo, hay otras empresas más pequeñas que trafican, sin que nos demos cuenta, con mucha de nuestra información personal. Son los Data brokers. Estas empresas recopilan datos personales de Internet para vendérselos a otras empresas con fines lucrativos. Básicamente, son empresas que se dedican a comerciar con datos. Las empresas de brokers de datos no suelen ser conocidas por los usuarios, pero éstas poseen una gran información de cada uno de ellos.

El Big Data o la ciencia de datos permite analizar, a través de complejos algoritmos, multitud de datos personales sobre cada usuario, como: identidad personal, información demográfica, tendencia religiosa o política, historia sexual, capacidad económica, en qué invertimos nuestro tiempo de ocio, información sanitaria o rasgos de la personalidad e información emocional. 

Como se puede apreciar, estos datos, que en teoría pueden parecer banales, ayudan a generar un conocimiento infinito y muy completo sobre cada uno de nosotros. Esta información puede interesar a tu futura empresa antes de contratarte o a tu aseguradora para calcular tus primas, por ejemplo. Ni siquiera los gobiernos poseen tal cantidad de datos de sus ciudadanos.

¿Cómo ganan dinero los Data brokers?

Los datos pueden ser considerados “el petróleo del siglo XXI”, ya que se pueden ver como una nueva materia prima con grandes beneficios económicos, políticos y sociales. Los Data Brokers recopilan datos de multitud de fuentes de información y los analizan a través del Big Data, determinando su fiabilidad. Los datos obtenidos son vendidos a otras empresas. 

La digitalización masiva y el incremento de dispositivos conectados (portátiles, tablets, móviles, wearables, etc.) ha permitido encontrar en los datos de carácter personal una fuente inmensa de información codiciada por muchas empresas, por el lucro económico que pueden obtener utilizando esta información como un nuevo medio de marketing a explotar. Además, muchos de los datos que recopilan los Data brokers se obtienen de los perfiles en redes sociales. 

Sin embargo, la clave no está en la simple recopilación de datos, sino en su procesamiento, es decir, en entender y agrupar toda esta información para construir el perfil completo de una persona. Estos perfiles entran a formar parte de enormes bases de datos sin que el usuario se entere o, al menos, evitando que le importe.

La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) ha publicado un informe en el que especifica y pone nombre a las empresas que se dedican a recopilar y vender datos de los usuarios. Algunos Data Brokers son: Acxiom, Corelogic, Datalogix, eBureau, Epsilon, Equifax, Experian, ID Analytics, Intelius, PeekYou, Rapleaf, Recorded Future.

Los Data brokers se venden a ellos mismos como revolucionarios de la mercadotecnia, ya que entre sus objetivos se encuentra facilitar la Inteligencia competitiva y la realización de un marketing personalizado, lo que no solo beneficiaría a estas empresas, sino que, supuestamente, mejoraría la experiencia del potencial cliente. 

Sin lugar a dudas, los más beneficiados con este tipo de datos son los gestores de crédito, que pueden realizar fácilmente millones de informes de deuda o saber, gracias a la intermediación de los Data brokers, en cuestión de minutos, si una persona es quien dice ser.

Es importante dejar claro que cuanto más íntima, personal y sensible sea la información obtenida por los Data brokers, más interés tiene y, por tanto, más valor. Datos como la edad o el sexo de una persona son menos valiosos que otros como si la persona padece una enfermedad terminal, si está embarazada o si se ha divorciado recientemente.

En 2013, formaban parte de una base de datos de EEUU preguntas como: ¿Eres alcohólico?, ¿Has tenido depresión? o ¿Has sido víctima de un delito? El retrato robot de miles de personas se vendía por menos de 10 céntimos cada uno. Sin embargo, sumando la facturación de algunos de los Data brokers más importantes se obtiene una cifra de 8.500 millones de euros al año.

Cuestiones éticas y legales de los Data brokers

Una de las mayores problemáticas que se plantean es que muchas de las violaciones de nuestros derechos que llevan a cabo los Data brokers son imperceptibles, ya que muchas veces no se da un consentimiento real y consciente ni se conoce realmente el alcance de la recopilación de datos que hacen estas empresas.

El usuario, si es consciente de que están obteniendo datos suyos, suele desconocer dónde van a parar éstos, quién los recibe y analiza y durante cuánto tiempo los pueden almacenar y tratar. Para recopilar información de los usuarios, los Data brokers suelen acudir a los sitios web donde nos registramos y a las cookies, además de a la ingeniería social.

Cada vez que clicamos en un “acepto las condiciones” damos permiso para que se cedan o usen nuestros datos sin que seamos del todo conscientes, ya que prácticamente nadie se lee todas las cláusulas que aparecen. Otras veces, la información se obtiene ofreciendo servicios gratuitos a cambio de los datos que el usuario pueda ofrecer, es decir, el pago por este servicio sería renunciar a una parte de tu privacidad.

Solemos pensar que los datos que se obtienen siempre tienen detrás algo fraudulento, pero no siempre es así, ya que algunos de estos datos se utilizan para mejorar y facilitar la vida del usuario. Sin embargo, es cierto que se utilizan muy frecuentemente por parte de los Data brokers para conseguir un beneficio económico, incluso para influir en temas políticos. En definitiva, el uso que se haga de los datos determinará en qué medida es ético o no.

En cuanto a la normativa legal, todo depende de la regulación que se lleve a cabo en cada país. La venta de datos en sí misma no se consideraría un delito, pero la forma de conseguir esos datos y la forma de obtener el consentimiento sí pueden serlo. La legislación de España es una de las más garantistas en este sentido, y se ha ido reforzando con los años. La Ley Orgánica de Protección de Datos y el Reglamento General de Protección de Datos regulan tanto la adquisición y cesión de los datos como la forma de obtener el consentimiento, que debe ser solicitado explícitamente.

De acuerdo a estas leyes, los usuarios deben ser debidamente informados de qué datos se están adquiriendo, quién lo está haciendo y por cuánto tiempo. Además, el derecho de revocación se puede ejercer en cualquier momento. Las empresas que incumplan alguna de estas leyes se enfrentan a sanciones muy elevadas que puede imponer directamente la Agencia Española de Protección de Datos. Este es el motivo por el que en España no opera ninguno de los Data brokers antes mencionados.

Sin embargo, en otros países las legislaciones son más laxas y la venta de datos con fines lucrativos por parte de los Data brokers está a la orden del día, ya que aprovechan los vacíos legales.

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