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Cuando las amenazas pueden ser palancas de cambio

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Mejor no hacerse trampas al solitario: es el momento de incorporar continuidad y resiliencia en las empresas para afrontar los cambios actuales. En este artículo, Meritxell Pineda, profesora del curso de Gestión de la Continuidad de Negocio, explica cómo y por qué.

Hace una semana LinkedIn publicó el artículo “La Gran Dimisión no llega a España”, donde se ejemplariza cómo el mercado laboral está cambiando. Se podría debatir si este fenómeno, el abandono del trabajo activo, se va a producir. Pero el quid de la cuestión es que hay un cambio laboral en cómo se entiende el trabajo y ya hace tiempo los equipos de recursos humanos platean como un riesgo de la continuidad la dificultad para encontrar trabajadores para sus empresas. 

Por tanto, es importante que los directivos se preparen y formen un equipo de continuidad para hacer frente a este reto, incorporando la continuidad en la gestión de la empresa. En estos momentos las empresas tienen delante un conjunto de amenazas que ponen en peligro su supervivencia.

A continuación, se hace una lista no exhaustiva de algunos escenarios en la que su organización se puede encontrar de lleno:

Subida de precios. Hay un incremento de los precios de materias, productos y servicios que está tensionando las empresas debido a diferentes causas (mercado laboral, costes, abastecimiento). 

Desabastecimiento de productos. Hay varias causas que han conducido a que los ciudadanos padezcan la falta de productos en supermercados, empresas de alimentación o de restauración. La falta de personal en diferentes sectores ha hecho tambalear las cadenas de suministro. 

Desglobalización del transporte. El transporte se encarece, por la falta de conductores y porque a nivel global el transporte con contenedores marítimos también ha subido precios, y parece que no volverá a haber los precios de antes la pandemia. 

(Des)confianza en los liderazgos. La inestabilidad geopolítica, la gestión de la pandemia y del cambio climático, como ejemplos, hace desconfiar cada vez más al ciudadano de los liderazgos actuales.

Ante estas amenazas (y algunas otras que también te contamos en este artículo de LISA Institute), ¿qué pueden hacer las organizaciones, tanto públicas como privadas? Afrontar la situación y convertir la incertidumbre e inestabilidad en una oportunidad. Pero para ello se hace imprescindible un cambio interno y que la empresa sea resiliente e incorpore la gestión de la continuidad. 

¿Qué aporta la continuidad de negocio?

Con la sociedad y la economía de la post-pandemia que se configura, las organizaciones deben plantearse incorporar la continuidad de negocio. Las grandes corporaciones hace tiempo que han integrado la continuidad y la resiliencia en sus estructuras, pero se hace necesario que las empresas, independientemente de su tamaño, y las administraciones públicas incorporen la continuidad en su gestión. Incorporar la continuidad en la organización permite:

Visualizar para toda la estructura cuál es la misión y objetivos de esta. La misión y objetivos determinan qué es importante en una organización. Si una empresa tiene como objetivo vender un producto al por menor, este es el eje central, y es subsidiario la formación al personal, por lo que se tendrá que asegurar que el producto llegue a las estanterías donde compra el consumidor. 

Conocer el entorno de la organización y los agentes de interés que interaccionan con la organización. En la actualidad las organizaciones dependen, internamente, de los trabajadores, su cadena de suministro y/o los sindicatos y, externamente, de la administración reguladora, los lideres de opinión y/o las redes sociales. 

Identificar los procesos esenciales que aseguran lograr la misión y los objetivos de la empresa. Por ejemplo, un ayuntamiento ha de tener claro que sus objetivos están vinculados al ejercicio de sus competencias y la garantía de los servicios esenciales al ciudadano. Ha de identificar qué actividades son esenciales para poder establecer mecanismos y herramientas para asegurarlas.

Conocer los riesgos que amenazan la organización y los impactos en las actividades de la organización. Se ha de realizar una análisis transversal y holística de cualquier amenaza que ponga en riesgo la supervivencia de la organización y analizar, para cada proceso, qué impactos sufriría si se materializase.

Establecer una estructura de respuesta para minimizar los daños y asegurar las actividades o servicios. La continuidad busca alinear todos los esfuerzos que hace la organización (autoprotección, mantenimiento, prevención…) y establecer una estrategia conjunta, definiendo una estructura común de respuesta si se amenazan los procesos esenciales. 

Alinear los diferentes recursos que dedica la empresa. La estrategia conjunta y la respuesta permite alinear los diferentes recursos que ya tiene la organización como los planes de autoprotección o mantenimiento, sistemas de alerta y comunicación, etcétera e incorpora, si es necesario, aquellos planes de continuidad para asegurar el funcionamiento de los procesos esenciales.

Estructurar una formación y ejercicios para la organización en función de los riesgos. La continuidad exige formación y ejercicios continuados para que todo el esfuerzo de la organización no quede en un papel de la estantería. Esto asegura un proceso continuo de mejora y la capacidad de respuesta ante incidentes disruptivos.

La continuidad de negocio: algo que las empresas afrontan antes o después

Las empresas tienen que hacer frente o deberán hacerlo pronto, entre otros, a un incremento del precio del transporte, de los bienes y/o escasez de mano de obra en la cadena de suministro.

Ante esta perspectiva, es necesario que se planteen cómo puede afectarles los cambios que se producen en la sociedad y la economía de la post-pandemia, de qué elementos de alerta disponen que las ayuden a ponerse en guardia (por ejemplo, el incremento del precio de las materias o el precio de la luz o el aumento de los plazos de entrega) y qué herramientas las pueden ayudar a hacerle frente (posibilidad de subir el precio, buscar proveedores locales o fidelizar los trabajadores). Todo esto es lo que estructura y organiza la continuidad de negocio.

Hoy en día cualquier empresa o institución puede verse expuesta a una crisis o cualquier tipo de incidencia externa o interna que afecte a su actividad, activos, empleados o clientes. Por ello, es importante comprender que los riesgos y amenazas siempre acaban ocurriendo. La pregunta es cuándo ocurrirán y qué nivel de preparación tendrá nuestra organización para hacerles frente.

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