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El Fondo Europeo de Defensa (EDF) como oportunidad estratégica para empresas y consorcios españoles

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España busca posicionarse como actor clave en el Fondo Europeo de Defensa (EDF), una herramienta crucial para la innovación en seguridad. Aunque las grandes empresas lideran, las PYMES tienen un rol creciente. En este artículo, Gladys Castaño, alumni del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, analiza su participación, retos y el potencial estratégico para el país.

La Unión Europea ha dado un paso decisivo para fortalecer su autonomía estratégica y potenciar sus capacidades en el ámbito de la seguridad y defensa. Con el lanzamiento del Fondo Europeo de Defensa (EDF) en 2021, la Comisión Europea ha puesto en marcha un instrumento clave para fomentar la investigación y el desarrollo tecnológico. Este fondo cuenta con un presupuesto de 7.953 millones de euros para el periodo 2021-2027.

No solo busca impulsar la competitividad industrial y reducir la fragmentación de inversiones en I+D. También pretende catalizar la creación de ecosistemas colaborativos que reúnan a grandes empresas, PYMES, centros de investigación y administraciones públicas de toda la UE. 

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Este artículo analiza el papel de España dentro de este ambicioso engranaje. También explora cómo la capacidad estratégica y tecnológica del país lo posiciona como un actor natural en el EDF. Además, se examinan los desafíos y oportunidades que se presentan, especialmente para las PYMES y consorcios españoles. El objetivo es entender cómo España puede maximizar su retorno tecnológico, económico y estratégico de esta crucial inversión europea.

El Fondo Europeo de Defensa (EDF): una oportunidad estratégica para empresas y consorcios españoles

El Fondo Europeo de Defensa (EDF, por sus siglas en inglés) se ha convertido desde su lanzamiento en 2021 en el principal instrumento de la Comisión Europea para fomentar la investigación y el desarrollo tecnológico en defensa.

Está dotado con un presupuesto de 7.953 millones de euros para el periodo 2021-2027. El EDF persigue tres objetivos clave: impulsar la autonomía estratégica de la UE, fomentar la competitividad industrial y reducir la fragmentación de inversiones en I+D.

Su impacto no solo se mide en cifras. También destaca por la creación de ecosistemas colaborativos formados por grandes empresas, PYMES, centros de investigación y administraciones públicas de múltiples países. Todo esto se alinea con la estrategia de defensa europea, centrada en la innovación, interoperabilidad y resiliencia. 

La capacidad estratégica y tecnológica de España la convierte en un actor natural dentro de este engranaje. El país destaca en sectores como el aeroespacial, naval, ciberseguridad e inteligencia artificial. Cuenta con empresas como Indra o Navantia, y centros como la Universidad Complutense de Madrid, que ya participa activamente.

Sin embargo, según datos del Real Instituto Elcano, entre 2021 y 2024 España ha tenido una participación relevante pero variable en el EDF. Los datos muestran una presencia destacada pero fluctuante de España en el Fondo Europeo de Defensa entre 2021 y 2024. El país ha estado presente en cerca del 30% de los proyectos financiados.

Sin embargo, un análisis más profundo revela matices importantes:
Liderazgo limitado y variable. En esos cuatro años, España lideró 45 proyectos. Se observa una oscilación: un pico en 2023 (16 proyectos) contrasta con el descenso de 2022 (7) y 2024 (9). Esto sugiere que, aunque hay potencial, aún no se logra una consolidación sostenida en la coordinación de iniciativas clave. 

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Caída progresiva en el número de entidades. Preocupa especialmente la disminución de entidades españolas involucradas, que pasaron de 117 en 2021 a solo 69 en 2024. Esta reducción podría reflejar barreras crecientes para integrar empresas, PYMES y centros de investigación en los consorcios europeos. Esto limita su capacidad de influencia y acceso a financiación del EDF. 

Un caso paradigmático es el proyecto MARTE (Main Armoured Tank of Europe), financiado por el EDF con cerca de 20 millones de euros. Su objetivo es desarrollar un nuevo tanque principal europeo. Aunque Indra forma parte del consorcio junto a firmas como Rheinmetall, KNDS, Leonardo y Saab, la coordinación está en manos de la joint venture MARTE ARGE. Esta es liderada por empresas alemanas y francesas, lo que subraya la persistente falta de liderazgo español en proyectos de gran envergadura.

Participación de las PYMES en el Fondo Europeo de Defensa: desafíos, aportes y oportunidades

Aunque las grandes empresas dominan el liderazgo, las PYMES juegan un papel vital como proveedores especializados, subcontratistas y generadores de innovación incremental.

En 2024, de hecho, solo nueve grandes empresas españolas lideraron proyectos: Navantia, Indra, Airbus, GMV (dos), Piedrafita Systems, Tracasa Instrumental, Unmanned Teknologies Applications y la Universidad Complutense. Las PYMES, en cambio, permanecieron invisibles como coordinadoras.

1. Innovación tecnológica

Las PYMES españolas sobresalen en la adopción de tecnologías avanzadas como sensores de alta precisión, inteligencia artificial, ciberseguridad y materiales inteligentes. Estas son áreas prioritarias del Programa de Trabajo 2025 del EDF.

Este programa asignó más de 40 millones de euros a I+D en ciberdefensa y sensores. Además, dedicó llamadas específicas dentro del EU Defense Innovation Scheme (EUDIS) para fomentar la participación de estas empresas en innovación dual.

2. Desarrollo dual

El programa EUDIS tiene asignado aproximadamente el 31 % del presupuesto (336,6 M €) para apoyar a PYMES mediante mecanismos como cascade funding, hackathons y aceleradoras. En 2025, además, se lanzaron dos convocatorias “SME-led” no temáticas con 36 M€ cada una destinadas exclusivamente a PYMES y centros de investigación.  

3. Aportes al ecosistema

Las technological challenges y hackathons dentro del ecosistema EDF potencian la capacidad de las PYMES para implementar soluciones de I+D de forma rápida y eficiente.

Estas actividades facilitan la colaboración multidisciplinaria y el intercambio directo entre empresas, centros tecnológicos y organismos públicos. Crean un espacio ágil para experimentar y validar prototipos en tiempos reducidos.

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Así, las PYMES pueden superar barreras tradicionales de acceso a la innovación. También logran acelerar el desarrollo tecnológico y aportar ideas frescas y flexibles que enriquecen el ecosistema de defensa europeo.

4. Retos persistentes

  • Financiación limitada. La escasa financiación para las PYMES en España genera una brecha significativa en el acceso al crédito. Esta se estima en unos 15.000 millones de euros anuales para volver a niveles previos a la pandemia, según informes de CEPYME (2025). Esta insuficiencia limita el crecimiento y la capacidad de innovación de las pequeñas y medianas empresas. Esto ocurre a pesar del apoyo creciente de sociedades de garantía, que prevén movilizar más de 2.700 millones de euros en 2025 para paliar esta brecha.
  • Complejidad operativa y técnica: redactar propuestas EDF exige equipos especializados, notoriamente ausentes en muchas PYMES. 
  • Dificultad para acceder a consorcios: las alianzas multinacionales demandan experiencia previa, contactos y recursos negociadores. 
  • Fragmentación nacional: la falta de una estrategia estatal coordinada limita la inclusión de PYMES en iniciativas transnacionales. 

Propuestas para potenciar el ecosistema español

  • Incrementar el liderazgo estatal mediante planes nacionales integrados que identifiquen y promuevan PYMES estratégicas.
  • Optimizar el acceso al capital estableciendo instrumentos que combinen subvenciones y semillas de inversión pública.
  • Fortalecer capacidades de gestión ofreciendo formación en gestión de consorcios EDF y PM².
  • Facilitar la conformación de consorcios con eventos de «matchmaking» sistemáticos y colaboraciones interregionales.
  • Promover la visibilidad internacional de PYMES mediante participación en ruedas de negocios y networkings europeos.

Conclusión

El EDF representa una oportunidad estratégica para España, tanto para consolidar su base tecnológica como para impulsar su influencia en la defensa europea. Si bien es cierto que hasta la fecha las grandes empresas han monopolizado los liderazgos, las PYMES tecnológicas están llamadas a convertirse en catalizadores de innovación y agilidad. Para lograrlo, es crucial que las administraciones y el sector privado acometan medidas coordinadas que optimicen el acceso al fondo, reduzcan la complejidad institucional y fortalezcan la capacidad de negociación en consorcios internacionales.

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Solo así España podrá pasar de ser un actor relevante a convertirse en un protagonista indispensable en el ecosistema de defensa europeo, maximizando el retorno tecnológico, económico y estratégico de la inversión del EDF.

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