El narcoterrorismo es el resultado de la relación entre el terrorismo y otros delitos conexos como el narcotráfico, una problemática que ha ido aumentando hasta convertirse hoy en un reto para la seguridad global. En este artículo abordamos las características del narcoterrorismo en Colombia, México y Afganistán y te damos las claves para entender cómo se combate.
¿Qué es el narcoterrorismo?
Según la definición de la Drug Enforcement Administration (DEA) de Estados Unidos, el narcoterrorismo es «un subconjunto del terrorismo, en el que grupos terroristas, o individuos asociados, participan directa o indirectamente en el cultivo, fabricación, transporte o distribución de sustancias controladas y del dinero derivado de estas actividades». Además, la DEA utiliza el término para caracterizar la participación de grupos o personas asociadas en la imposición de impuestos, la prestación de seguridad o la ayuda o la complicidad en los esfuerzos del narcotráfico en un esfuerzo por promover o financiar actividades terroristas.
El término narcoterrorismo fue acuñado por primera vez en 1991 por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) para referirse a la forma en que los capos de la droga y las organizaciones criminales latinoamericanas influían en los gobiernos locales. Sin embargo, años después, comenzó a dejar de ser un fenómeno regional y se convirtió en un problema de alcance global que se empezó a emplear para referirse a la unión de los fenómenos transnacionales más complejos de la actualidad: el terrorismo y el narcotráfico.
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El término narcoterrorismo se utiliza hoy para describir el uso de la violencia y la intimidación por parte de grupos criminales que están involucrados en el tráfico de drogas ilegales. Algunos de estos grupos en ocasiones tienen un vínculo con organizaciones terroristas y emplean tácticas similares, como son el secuestro y el asesinato selectivo, con el fin de intimidar a la población y a las autoridades. El narcoterrorismo también puede incluir la corrupción de funcionarios públicos y la violación de leyes internacionales.
El narcoterrorismo tuvo su primer papel protagonista a nivel global en la conferencia de 2007 de Estambul. Este fue organizada conjuntamente por Turquía, Estados Unidos y Colombia bajo el título «El papel del narcotráfico en la promoción y financiación del terrorismo global de hoy». El, en ese momento, oficial principal de prevención del terrorismo de la UNODC, Irka Kuleshny, declaró que, si bien es difícil establecer cuán ampliamente los grupos terroristas están involucrados en el comercio de drogas ilícitas, la cooperación entre estos dos grupos criminales y la magnitud de los actores involucrados hacía que la relación fuera, como mínimo, preocupante. Algunos ejemplos de países más conocidos donde se han visto involucrados grupos terroristas en el tráfico de drogas son Colombia, México y Afganistán.
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Colombia, México y Afganistán: focos del narcoterrorismo
Narcoterrorismo en Colombia
Durante décadas, los grupos criminales en Colombia han estado involucrados en el tráfico de drogas y han utilizado la violencia y la intimidación para proteger sus intereses. Algunos de estos grupos han sido calificados como organizaciones terroristas por el gobierno colombiano y por el gobierno de Estados Unidos. Entre ellos destacamos las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) o las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
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El grupo más conocido es las FARC, un grupo guerrillero colombiano que existió durante más de 50 años. Este fue fundado en 1964 con el objetivo de luchar por la reforma agraria y la lucha contra el poder político y económico dominante en Colombia. Durante su existencia, las FARC llevaron a cabo una serie de acciones violentas, incluyendo el secuestro y el asesinato de civiles y militares, y participaron en la violencia y el narcotráfico en Colombia. Secuestraron entre 1970 y 2010 a 27.023 y entre 1985 y 2012 fueron los responsables de 25.007 desapariciones forzadas.
Según algunos analistas el asesinato del candidato a la presidencia en Ecuador, Fernando Villavicencio, a tan solo diez días de las elecciones generales a manos de un grupo criminal y el contexto que vive hoy el país recuerda a la época que vivió Colombia a finales de la década de 1980 durante la campaña presidencial en el país cuando cuatro aspirantes al solio de Bolívar fueron asesinados por el Cártel de Medellín y los paramilitares.
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En 2012, las FARC y el gobierno de Colombia comenzaron un proceso de negociaciones en aras de intentar terminar con el conflicto entre ambos, aunque no fue hasta 2016 que consiguieron llegar a un acuerdo de paz, convirtiéndose así en un partido político legal. Sin embargo, algunos miembros de las FARC rechazaron el acuerdo de paz y continuaron realizando actos violentos. A finales de noviembre de 2021 fueron retirados de la lista de organizaciones terroristas extranjeras de Estados Unidos.
Narcoterrorismo en México
Por otra parte, en México, hay una amplia variedad de grupos criminales que están involucrados en el tráfico de drogas y que han utilizado la violencia y la intimidación para proteger sus intereses. Estos grupos han sido responsables de miles de muertes y han contribuido a la inseguridad en el país.
Las actividades ilegales de violencia e intimidación contra la población civil son clasificadas como prácticas terroristas en el Código Penal federal mexicano. Y es que la tipificación del terrorismo en México no contempla que el grupo deba tener un posicionamiento político o religioso, como se especifica en otras partes del mundo que deban tener los grupos terroristas.
En México, que estos grupos ejerzan violencia contra la población y contra bienes, tanto públicos como privados, con el objetivo de presionar a las autoridades de una zona para ejercer influencia sobre sus decisiones son acciones que pueden ser juzgadas como un delito de terrorismo.
Según el exministro de la Suprema Corte, José Ramón Cossío, ignorar los riesgos que provoca la actividad de estas organizaciones supone mantenerlos impunes. Además, también provoca que puedan suponer una mayor influencia para otras organizaciones que, viendo que las otras no están siendo imputadas por sus delitos, comiencen a ejercer actividades similares sin miedo a una represaría, provocando un aumento de la violencia y de otras actividades ilegales.
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Narcoterrorismo en Afganistán
Por otro lado, Afganistán es uno de los principales productores de opio del mundo y ha sido un foco de actividad narcoterrorista durante muchos años. Algunos grupos terroristas en el país han financiado su actividad a través del tráfico de drogas y han utilizado la violencia para proteger sus intereses.
En Afganistán destaca la presencia de Al-Qaeda y la de los talibanes. Los talibanes forman parte de un grupo fundamentalista islámico que ha sido el principal actor en la violencia y la inestabilidad en Afganistán durante las últimas décadas. Aunque se presentan a sí mismos como una organización religiosa y política, también han sido acusados de involucrarse en el narcotráfico y de recibir apoyo financiero de traficantes de drogas.
De esta misma forma Al Qaeda para lograr cumplir su objetivo principal, a través de la promoción de una versión radical del islam y la lucha contra Occidente, también han sido acusados de involucrarse en el narcotráfico y de recibir apoyo financiero de traficantes de drogas en Afganistán y otros países. Según la UNODC, Afganistán es el mayor proveedor de opio mundial, produciendo el 85% del total mundial en 2020 y ganando en 2021 una suma aproximada de ente 1.8 a 2.7 billones de USD solo con su venta.
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¿Cómo se combate el narcoterrorismo?
Es importante señalar que el narcoterrorismo no es un fenómeno exclusivo de ciertos países y puede darse en cualquier lugar donde haya una demanda significativa de drogas ilegales y una presencia de grupos criminales y terroristas que estén dispuestos a utilizar la violencia para proteger sus intereses. Por ejemplo, otros países donde se ha reportado actividad narcoterrorista incluyen Ecuador, Perú, Bolivia, Pakistán e Irán.
Otro ejemplo sería el de Sri Lanka que ya denunció a la ONU en marzo de 2022 el agravamiento del narcoterrorismo que está constituyéndose en el país. En ese sentido, alertaban que la problemática del abuso de drogas acompañado del aumento significativo del crimen organizado estaba provocando un aumento del narcoterrorismo en el país.
El narcoterrorismo es un fenómeno complejo y multifacético que involucra a múltiples actores y entidades a nivel nacional e internacional. Algunos organismos internacionales se encargan de recopilar datos sobre la actividad que realizan determinados grupos sobre el narcotráfico y el dinero que se mueve entre estos, además de la involucración de grupos terroristas y cómo se benefician a través de la venta o la inversión en el negocio de la droga.
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Entre ellos se destacan la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el Grupo Internacional de Apoyo a la Investigación y Estadística (GIRS) y el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas (CND). Estos publican informes y estadísticas sobre el narcoterrorismo y otras formas de tráfico de drogas a nivel internacional.
Los gobiernos nacionales también tienen agencias encargadas de combatir el narcotráfico y el narcoterrorismo, como la Drug Enforcement Administration (DEA) de Estados Unidos y la Agencia de Seguridad Nacional (ANS) en Colombia. Además de lasorganizaciones de la sociedad civil como el Observatorio de Drogas de América Latina y el Caribe (ODDLA) y el Observatorio de la Violencia (OV), que realizan investigaciones, estadísticas y publicaciones sobre la información recopilada de la actividad en la zona.
Ya en 2007 la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) creó un marco legal común a nivel internacional que constaba en ese entonces de 16 instrumentos antiterroristas universales, que se combinaban con las normas pertinentes del Consejo de Seguridad de la ONU. En este sentido se incluían una serie de resoluciones de la ONU que imponían sanciones, como la congelación de activos, la prohibición de viajar y el embargo de armas, a miembros de los talibanes, de Al-Qaeda y de otras organizaciones terroristas relacionadas.
En ese momento había 124 entidades y 226 personas que formaban parte de esta lista. Este marco fue desarrollado hasta convertirse en 2018 en el Marco Jurídico Universal contra el Terrorismo realizado por la UNODC a través del Plan de Estudios para la Capacitación Jurídica contra el Terrorismo. Además, este mismo organismo de la ONU tiene la Estrategia UNODC 2021-2025 en el que se desarrolla un plan para contrarrestar eficazmente el problema mundial de las drogas.
Junto a estos instrumentos se añaden diferentes planes de los propios gobiernos nacionales o regionales que buscan también confrontar la problemática del narcoterrorismo. Sin embargo, se centran más en la relación del tráfico de drogas y la financiación del terrorismo más que en el concepto de narcoterrorismo como tal.