La directora de Inteligencia de Estados Unidos, Tulsi Gabbard, acusa a los exfuncionarios de manipular información clasificada y les acusa de abuso de confianza por participar en la investigación de la injerencia rusa en 2016.
La directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Tulsi Gabbard, anunció el 19 de agosto la revocación de las licencias de seguridad de 37 funcionarios y exfuncionarios vinculados a los servicios de Inteligencia. La medida, tomada bajo la dirección de Donald Trump, se fundamenta en diferentes acusaciones de manipulación política, filtración de información clasificada y violaciones graves de las normas de seguridad. Según explicó en la red social X, los implicados «han abusado de la confianza pública al politizar y manipular la inteligencia».
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Gabbard enfatizó la naturaleza restrictiva de este tipo de permisos al indicar que «contar con una autorización de seguridad es un privilegio, no un derecho». Además, también acusó a los afectados de haber «traicionado su juramento a la Constitución» y de haber puesto intereses personales por encima de los estadounidenses. Con este mensaje, quiso remarcar que, en su opinión, estas conductas representan una ruptura con la misión y los principios de los servicios de Inteligencia.
De acuerdo con lo publicado por The New York Times, la mayoría de las personas señaladas participaron directamente en la investigación sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016. Además, trabajaron en el seguimiento de otras amenazas extranjeras contra el sistema electoral estadounidense. Por ello, la decisión supone un golpe a un grupo de profesionales vinculados a algunos de los episodios más delicados de la política de seguridad nacional en los últimos años.
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