Corea del Norte es uno de los países más autoritarios y totalitarios del mundo, con un sistema económico sumamente proteccionista que busca la autosuficiencia nacional sin depender de actores estatales externos. Naciones Unidas y Occidente no quieren relacionarse con el país y mantienen sus sanciones, por lo que apenas exporta los principales productos nacionales como el petróleo y el carbón. Aun así, la economía de Corea del Norte ha aumentado en este último año y todo gracias a las pestañas postizas «made in China».
Corea del Norte es un Estado hermético que se rige por el miedo, la represión y la persecución de los que no siguen el régimen de Kim Jong-un. Los ciudadanos norcoreanos no tienen acceso a Internet, al menos no sin el permiso del gobierno, y cualquier muestra de occidentalización del país. El informe anual de 2023 de Reporteros sin Fronteras posiciona a Corea del Norte como el peor país del mundo en cuanto a libertad de prensa y derechos de sus ciudadanos. El país norcoreano ocupa el puesto 180 de los 180 países que integran este ranking.
Además, Corea del Norte también es uno de los países más pobres del mundo. Principalmente, como consecuencia de su auto-aislamiento de la comunidad internacional y las sanciones impuestas por Naciones Unidas. Las medidas provoca que la escasez de recursos y las desfavorables condiciones laborales hagan difícil la vida en el país gobernado por Kim Jong-un. Además, la crisis se acentuó con el cierre completo de fronteras en 2020 a causa del coronavirus.
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El régimen norcoreano es un modelo socioeconómico comunista, parecido al de China. A pesar de las limitadas relaciones diplomáticas entre Pyongyang y el resto del mundo, en 2022 Corea del Norte se posicionó como la 182 economía mundial en cuanto a exportaciones totales y la número 187 en importaciones totales, según los datos del Observatorio de Complejidad Económica (OEC).
Entre las principales exportaciones del Estado norcoreano se encuentran productos como el petróleo refinado, electricidad y el mineral de tungsteno y de molibdeno. Estos productos principalmente se destinan a países como China, Nigeria, Países Bajos o Polonia. En cuanto a las importaciones, destacan bienes como el aceite de soja, neumáticos de goma, medicamentos envasados y tejidos textiles, entre otros.
Exportaciones de Corea del Norte en 2022
Fuente: Observatorio de Complejidad Económica (OEC)
China es el mayor socio comercial de Corea del Norte. El gigante asiático alberga el 52,7% de sus exportaciones totales. En algunos ámbitos como el del cabello falso (barbas, pelucas y pestañas postizas) China representa el 100% de estas exportaciones. Es decir, Corea del Norte no necesita comercializar con otros países estos productos de cosmética porque con las exportaciones a China ya logra abastecerse casi por completo.
Un país especializado en pestañas postizas y cabello falso
Las pestañas postizas y las pelucas son la clave de la recuperación económica norcoreana. La especialización del país en el sector cosmético es un ámbito que se escapa de las sanciones de Naciones Unidas. La organización internacional no cuenta con una regulación relacionada con los productos de belleza.
Esto ha dado pie a que la comercialización de pestañas postizas a China representan casi un 60% de sus exportaciones totales. Es decir, la exportación de 1.680 toneladas de pestañas postizas habría traído al régimen de Kim Jong-un más de 153 millones de euros en 2023. Unos datos13 veces más elevados con respecto a los datos de 2022. Entonces, las exportaciones del cabello falso a China solamente representaron el 4,66%.
Fuente: Observatorio de Complejidad Económica (OEC) 2022
Actualmente, Corea del Norte se posiciona como uno de los países más especializados en cosmética, concretamente, en la fabricación de cabello falso. La sofisticación de los productos cosméticos, como las pestañas postizas norcoreanas, no es nada nuevo. Sin embargo, con la reapertura casi por completo de las fronteras a China en 2023, su principal socio comercial, este sector ha vuelto a despegar la economía del país.
Las pestañas postizas fabricadas en Corea del Norte cuentan con mayor calidad que las chinas. No obstante, debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos y la ONU, el régimen de Kim Jong-un prefiere enviar estos productos semiacabados a China donde tiene lugar todo el proceso de embalaje y distribución a los mercados internacionales bajo el identificativo de «made in China». Aunque realmente estas pestañas postizas se hayan fabricado en Corea del Norte y China simplemente se ha encargado de su embalaje y posterior comercialización.
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Esta práctica beneficia a ambos países. Corea del Norte en teoría no estaría infringiendo el derecho internacional porque estos productos cosméticos no entran dentro de las sanciones de la ONU. De tal manera que, Pyongyang podría seguir financiando el desarrollo de armamento nuclear gracias a la recaudación de este capital.
Por su parte, China obtiene una gran calidad de las pestañas postizas norcoreanas a un precio muy bajo. La mano de obra en Corea del Norte es más barata que en China. Concretamente, se estima que el salario anual de un ciudadano norcoreano no supera los 1.790 euros, según un informe sobre la economía más cerrada del mundo.
Fabricado en Corea del Norte y comercializado como «made in China»
A la hora de comprar productos de belleza como pelucas, barbas o pestañas postizas, rara vez mirando la etiqueta se puede encontrar el distintivo de «made in North Korea». El motivo no se debe a que Corea del Norte no produce productos de belleza, sino porque Occidente ha cortado casi toda relación con este pequeño Estado dirigido por Kim Jong-un como consecuencia de su potente arsenal nuclear.
Desde 2006, la ONU ha impuesto varias sanciones económicas a Pyongyang. La organización ha impedido que comercialice con Occidente sus principales materias primas. Del mismo modo, Estados Unidos, unilateralmente, también ha tomado cartas en el asunto imponiendo sus propias sanciones al régimen de Kim Jong-un. Con el fin de que ninguna empresa norcoreana almacene o venda sus productos en suelo estadounidense.
La economía de Corea del Norte se ha visto afectada, pero no han sido un impedimento para seguir aumentando el gasto nacional en defensa en el desarrollo de misiles balísticos y nuevas innovaciones en materia de energía nuclear armamentística.
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No es la primera vez que Corea del Norte y China realizan esta práctica. Se conoce que hay varias cadenas clandestinas de suministro de ropa y calzado fabricados en Corea del Norte, pero que se comercializan como chinas. Esto ocurre sobre todo en ciudades fronterizas entre los dos Estados, como es el caso de la ciudad china Dandong. La ciudad está enmarcada dentro de las llamadas zonas económicas especiales. Con este modus operandi se calcula que China estaría ahorrando hasta un 75% en costos de producción.
Corea del Norte, una amenaza nuclear para la región
Corea del Norte es un país que siempre está en el punto de mira en el escenario geopolítico, porque a pesar de su tamaño, se ha convertido en una verdadera amenaza para sus vecinos regionales, Corea del Sur y Japón. Sus innumerables demostraciones, ensayos con misiles balísticos y la posesión de múltiples armas nucleares, hacen a Corea del Norte un actor internacional temido capaz de provocar un posible «efecto mariposa» en la región.
Corea del Norte surgió como un Estado en 1948 tras la Segunda Guerra Mundial, en medio de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Las disputas territoriales entre ambas potencias también llegaron a la península de Corea, que para ese entonces era una sola. Sin embargo, la enemistad entre Moscú y Washington provocó la división del país en dos Estados diferentes, cada uno controlado por una potencia diferente. La Unión Soviética se quedó con Corea del Norte y Estados Unidos con la del Sur. Dos años más tarde, en 1950, tuvo lugar la guerra de Corea y desde entonces Corea del Norte y Corea del Sur sostienen una relación muy tensa, sobre todo desde el rearme nuclear de Pyongyang a principios de este siglo.
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Aunque la hostilidad de Corea del Norte no se dirige específicamente hacia sus vecinos del sur, sino más bien hacia Estados Unidos, a quien culpa de la división de la península de Corea y la posterior guerra, así como de ser la principal amenaza para la supervivencia del régimen de los Kim. Esta percepción ha llevado a Corea del Norte a convertirse en una de las naciones más militarizadas del mundo, especialmente para controlar la frontera de 148 kilómetros que separa a este Estado de Corea del Sur. Más de 20 millones de militares tienen órdenes directas de Kim Jong-un para disparar a quienes se atrevan a acercarse a la frontera.
Del mismo modo, en los años 90, el padre de Kim Jon-un, Kim II-sung adoptó una política basada en el «Juche», o mejor dicho, la autodependencia basada en tres pilares principales: la independencia política, la autodependencia económica y la autonomía militar. Esta ideología del «Juche» dio paso a que Corea del Norte comenzara a desarrollar un programa nuclear y se retirase del Tratado de No Proliferación Nuclear.
Las declaraciones del experto en estudios coreanos y chinos, James Hoare, recogidas en la BBC, señalan que «la lección que los norcoreanos aprendieron de la invasión de Irak es que si Sadam Huseín realmente hubiera tenido armas de destrucción masiva, habría sobrevivido». Asimismo, también destaca que «para los Kim, y para la élite que lo rodea, la supervivencia ha sido su principal objetivo. Ellos vieron lo que pasó en Irak, con Sadam Huseín, lo que pasó en Libia, con Gadafi. Y han visto cómo la gente que formaba parte de esos sistemas perdió todo».
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En 2006, Corea del Norte demostró al mundo su capacidad nuclear realizando sus primeros ensayos con misiles balísticos bajo una retórica antioccidentalista. Desde entonces, no han cesado los ensayos. Algo que preocupa de manera especial a Japón, Corea del Sur y Estados Unidos. Las demostraciones armamentísticas casi siempre tienen lugar cerca de sus fronteras o bases militares.
Se estima que actualmente Corea del Norte cuenta con un arsenal nuclear de entre 40 y 50 ojivas. Además, sabe que a pesar de las múltiples provocaciones a Occidente con sus ensayos, ningún actor internacional se atrevería a atacarlos, pues las consecuencias serían desastrosas para el mundo entero. A ello se suma el fuerte apoyo que Corea del Norte recibe de China y de Rusia.
La retórica norcoreana es la siguiente: si Corea del Norte prescinde de las armas nucleares, desaparecerá. Ya que, consideran que no cuentan con socios 100% fiables que les protejan de la «amenaza» que supone la presencia estadounidense en la zona. A pesar de los intentos de Naciones Unidas por frenar el crecimiento de su armamento nuclear, estos han sido en vano. Ni las concesiones políticas y económicas planteadas inicialmente, ni las posteriores seis rondas de sanciones para desestabilizar su economía, han logrado detener el financiamiento y desarrollo de armas nucleares por parte de Corea del Norte. Estas armas escapan a la supervisión de los organismos internacionales y están bajo el control de un solo hombre, Kim Jong-un.
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