Inicio Internacional La guerra híbrida en el Donbás: estrategias y conflicto (2014–2022)

La guerra híbrida en el Donbás: estrategias y conflicto (2014–2022)

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Guerra Híbrida en el Donbás (2014-2022).

El conflicto en el Donbás marcó un giro en la forma de hacer la guerra. Rusia combinó tácticas militares y no convencionales con apoyo encubierto. En este artículo, Darío Calvo explica cómo esta estrategia híbrida redefinió el equilibrio regional y desafió el derecho internacional.

Actualmente, en la época de la globalización, las fronteras entre Estados se han debilitado. Como consecuencia, han cambiado las formas de resolver disputas entre ellos. Este cambio se ha convertido en un factor de máxima importancia.

En los conflictos contemporáneos es cada vez más común priorizar un uso conjunto de medidas no militares. Entre ellas se incluyen acciones políticas, económicas, informativas y de otro tipo. Estas se aplican con el respaldo de la fuerza militar. A este tipo de estrategias, en Occidente, se les conoce como métodos híbridos.

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A diferencia de lo ocurrido en la Segunda Guerra del Líbano en 2006, la característica sobresaliente fue otra. Rusia implementó estrategias estatales para hibridar el conflicto, utilizando recursos heterogéneos. Dichas estrategias incluyeron acciones al límite de lo permitido por el Derecho Internacional. Al mismo tiempo, usaron formatos incompatibles con los tiempos de paz.

La rusa ha sido caratulada como una novedosa versión de guerra hibrida, signada por dos características. Por un lado, su desarrollo simultáneo en los planos legal, económico, comunicacional, cibernético y mediático. Por otro, la deliberada creación de confusión y fragilidad en los adversarios, a través de campañas psicológicas sustentadas en herramientas tecnológicas de avanzada. 

Elementos y estrategias de guerra híbrida en el Donbás (2014–2022)

Durante 2014, el gobierno de Vladimir Putin empleó acciones híbridas mediante la agitación de masas. Para ello, se apoyó en poblaciones de origen étnico cercanas a la cultura rusa. Estas poblaciones están presentes principalmente en la península de Crimea y en la región del Donbás. Es decir, en el sector oriental de Ucrania, una zona limítrofe con Rusia. Los ataques rusos de 2014 en Crimea y el este de Ucrania terminaron en cuestión de días.

La infraestructura clave, las líneas de comunicación, las instalaciones militares y los edificios gubernamentales fueron primero paralizados mediante ataques cibernéticos. Luego, fueron ocupados rápidamente por una combinación de fuerzas locales, unidades aerotransportadas y Spetsnaz (los llamados Pequeños Hombres Verdes).

Rusia se propuso utilizar fuerzas locales como cobertura detrás de la cual llevar a cabo sus operaciones militares convencionales. En el Donbás, las fuerzas respaldadas por Rusia demostraron capacidades que resultaron una sorpresa para el ejército ucraniano.

Las fuerzas rusas emplearon una combinación de guerra electrónica, vehículos aéreos no tripulados y disparos de largo alcance con municiones especiales. Estas, guiadas con precisión, permitieron acabar con dos batallones del ejército ucraniano en cuestión de minutos.

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El corresponsal Mark Galeotti informó en 2014 que las fuerzas Spetsnaz llevaron a cabo negociaciones encubiertas con miembros de la élite étnica rusa local. Estos organizaron la aparición de «milicias de autodefensa» enmascaradas y armadas. Dichas milicias incluían tanto a policías locales como a delincuentes. El 27 de febrero, estas fuerzas tomaron el parlamento en Sebastopol y comenzaron a bloquear las bases ucranianas en Crimea.

Uno de los ejemplos más claros del apoyo que brindó Rusia a los elementos irregulares en Ucrania fue la presencia de misiles SAM SA-11 de alcance medio. Estas armas estaban bajo control de fuerzas irregulares en las provincias separatistas. No fue necesario un análisis muy profundo para entender por qué y cómo llegaron esas poderosas armas a sus manos.

El origen de estas armas es ruso, de alta tecnología, de gran porte y requieren una capacitación profunda del personal para el funcionamiento y empleo. Además, este apoyo que brindó Rusia incluyó todo tipo de vehículos de combate, armas de apoyo de fuego, armas antitanques, armas antiaéreas, y medios de guerra electrónica para afectar el espectro electromagnético. 

En la zona de guerra, la infraestructura de transporte fue la primera en ser destruida. El objetivo era dificultar el suministro de las tropas. Esto también imposibilitó la huida de quienes esperaban, hasta el último minuto, que la guerra no golpeara sus hogares. Esta situación afectó especialmente a las personas mayores.

Las pensiones y los subsidios de Kiev prácticamente no llegaron al Donbás lo que dejo a miles de personas sin ningún ingreso. La ayuda humanitaria rusa, tanto la estatal como la recogida por los voluntarios, fue una acción fundamental para obtener el beneficio de la población local.

La venta del carbón del Este, fundamental para las centrales ucranianas en todo el país, no fue interrumpida durante la guerra del Donbás. Esto implicó a mandos de ambos bandos en un sistema de corrupción del que fue difícil escapar. Uno de los lados necesitaba los recursos naturales; el otro, el dinero.

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Y, como si eso no fuera suficiente, la delincuencia fue abrumadora. Algunos batallones voluntarios, de ambos lados, no mantuvieron la disciplina. Se dedicaron al pillaje, el contrabando y las violaciones.

De la misma forma, las operaciones de información, también fueron desarrolladas en Ucrania por grupos de hackers pro rusos, contaminando las redes de internet mediante el empleo de las plataformas y redes sociales, transmitiendo todo tipo de noticias y mensajes inclinando de manera definitiva la balanza en favor de Rusia.

La acción psicológica efectuada desde los medios rusos rindió sus mejores resultados en Donetsk, Luhansk y especialmente en Crimea, donde se logró que los pensamientos y los sentimientos de la población, se inclinen en favor de Rusia; en otras palabras, ganaron la mente y el corazón de la población local. 

De igual importancia, los ciberataques efectuados contra el estado ucraniano, se venían produciendo desde el 2013, tales como: la «operación Armagedón» (2013), «Snake o Ouroboros» (2014), Ataque contra la red eléctrica de Ucrania, «Sandworm» (2015), «Notpeya» (2017) y Ataques de modalidad «Phishing» usando la cobertura mediática sobre el COVID19 de cebo en 2021.

Fases de la guerra en el Donbás

Por tanto, se puede afirmar que la anexión de Crimea en 2014 y la posterior «guerra del Donbás» constituyeron la implementación operativa del concepto de «guerra de nueva generación» (guerra híbrida rusa). Este concepto fue ideado por Gerasimov y, más tarde, desarrollado por otros generales rusos.

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La estrategia incluyó una primera fase de bloqueo de tropas ucranianas en sus instalaciones, junto con operaciones de engaño basadas en ejercicios a gran escala. Luego, siguió una segunda fase centrada en la guerra psicológica, la intimidación, el soborno y la propaganda, difundida por internet y medios de comunicación.

Estas acciones socavaron la resistencia del adversario. Al mismo tiempo, se evitó el uso de fuegos directos y se mostró una disciplina ordenada entre las fuerzas propias.

Gracias a esta combinación, el régimen del Kremlin logró una clara victoria militar en apenas tres semanas, sin utilizar medios militares convencionales.

Cuadro Comparativo del tipo de guerra y sus características centrales

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