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¿Qué es la posverdad?

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Descubre qué es la posverdad y cómo influye en la forma en que percibimos la realidad en la sociedad actual. En este artículo aprenderás a identificarla y combatirla.

Vivimos en una época en la que el concepto de verdad parece haberse vuelto más relativo. La forma en que recibimos, procesamos y compartimos la información ha cambiado profundamente, y con ello, surge la posverdad, un fenómeno que está transformando la percepción de la realidad. Este término se ha vuelto recurrente en debates políticos, sociales y mediáticos, pero ¿qué significa realmente?

¿En qué consiste la posverdad?

La posverdad es un concepto que describe una situación donde los hechos objetivos tienen menos influencia en la opinión pública que las emociones o creencias personales. En otras palabras, la verdad pierde peso frente a lo que las personas quieren creer o sienten. Esto no significa que los hechos desaparezcan, sino que pierden protagonismo frente a las narrativas emocionales y elementos subjetivos que capturan más atención o simpatía.

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De hecho, aparece con fuerza en contextos donde la información es abundante pero también muy polarizada. Por ejemplo, ha cobrado fuerza en la era digital, especialmente por la rapidez con la que circula la información en internet y redes sociales. Las noticias pueden ser distorsionadas o seleccionadas para provocar una reacción emocional, lo que lleva a que la realidad se interprete más por lo que moviliza a la gente que por lo que sucede en realidad.

Características de la posverdad

La posverdad posee varios rasgos distintivos que la hacen reconocible en diferentes contextos:

  • Predominio de las emociones sobre los hechos: las opiniones que apelan a sentimientos, como el miedo, la esperanza o la indignación, suelen tener mayor impacto que los datos objetivos.
  • Confirmación de creencias previas: las personas tienden a aceptar información que refuerza lo que ya creen y rechazan la que lo contradice, aunque esta sea verdadera.
  • Difusión rápida y masiva: las redes sociales y plataformas digitales aceleran la circulación de información, sin garantizar su veracidad ni contexto.
  • Relativismo informativo: no existe una única verdad aceptada, sino múltiples versiones que compiten por atender las expectativas de diferentes grupos.
  • Desconfianza en las fuentes oficiales: la crisis de confianza hacia instituciones, medios tradicionales y expertos contribuye a que se prefieran narrativas alternativas.
  • Relativización de la verdad: la verdad pasa a considerarse una cuestión subjetiva, donde cada uno puede tener su versión válida.
  • Polarización social: la posverdad genera grandes divisiones al basarse en creencias emocionales en lugar de hechos consensuados.

Contexto histórico y origen del término posverdad

Aunque la palabra posverdad se popularizó durante la década de 2010, sus raíces se vinculan a procesos sociales y mediáticos que se vienen gestando desde mediados del siglo XX. El aumento de la comunicación masiva, la política mediática y la transformación tecnológica han cambiado las reglas del juego para la divulgación y recepción de información.

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El término comenzó a usarse especialmente en relación con campañas políticas y electorales, donde las emociones y narrativas dominaban más que los argumentos basados en hechos. Sin embargo, no se limita al ámbito político, sino que refleja una actitud cultural más amplia frente a la información.

No obstante, con el auge de la tecnología digital, la capacidad para crear y distribuir contenido se democratizó. Esto ha permitido la aparición de fuentes no reguladas que mezclan hechos con opiniones, y un público que a menudo no verifica la información que consume. La consecuencia es una sociedad más fragmentada donde la verdad objetiva lucha por prevalecer.

Impacto de la posverdad

Los efectos de la posverdad son múltiples y afectan el funcionamiento social y democrático de varias maneras:

  • Dificultades para tomar decisiones informadas: al mezclarse opiniones emocionales con hechos, las bases para decidir se vuelven confusas.
  • Polarización social: la posverdad alimenta la división, pues cada grupo se encierra en sus propias creencias y narrativas.
  • Desafíos para la educación y el periodismo: exige nuevas estrategias para promover el pensamiento crítico y la verificación de datos.
  • Incremento de la manipulación: grupos con intereses particulares pueden explotar la posverdad para influir en la opinión pública.

Diferencias entre verdad y posverdad

AspectoVerdadPosverdad
BaseHechos objetivos y comprobablesEmociones y creencias personales
Influencia en públicoAlta, con análisis críticoAlta, con apelación emocional
Impacto en la opiniónInformar y clarificarInfluir y movilizar emocionalmente
Fuente principalExpertos, estudios, medios fiablesRedes sociales, opiniones, rumores
Reacción comúnDebate informadoPolarización y rechazo
Confianza públicaRelativamente altaDisminuida y fragmentada
Resultado socialConsenso posiblePolarización y debate intenso

Cómo afecta la posverdad a la sociedad

La influencia de la posverdad puede tener efectos negativos en la cohesión social y la toma de decisiones. Cuando las creencias se basan más en emociones que en hechos, se dificulta el diálogo constructivo y la resolución de problemas colectivos. Además, la desinformación contribuye a la polarización política y cultural, creando barreras entre grupos que ya no comparten una base común de realidad.

Cómo identificar y enfrentarse a la posverdad

Para no caer en la trampa de la posverdad, es importante desarrollar ciertas habilidades y actitudes:

  • Pensamiento crítico: cuestionar la información, buscar diversas fuentes y no aceptar afirmaciones sin evidencia.
  • Verificación de datos: utilizar herramientas y organizaciones dedicadas a contrastar la veracidad de noticias y datos.
  • Priorizar los hechos: promover fuentes confiables y transparentes que se comprometan con el rigor y la ética informativa.
  • Respeto por la diversidad de opiniones fundadas: diferenciar entre opiniones basadas en evidencias y las que solo apelan a emociones.
  • Conciencia de sesgos personales: reconocer que todos tenemos predisposiciones y tratar de mitigarlas al evaluar la información.

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