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China, Rusia, Estados Unidos y la geopolítica en el espacio

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Estados Unidos publica una nueva edición del informe no clasificado “Desafíos de la seguridad en el espacio 2022” en el que proporciona su visión sobre las amenazas a las capacidades de Estados Unidos, particularmente de China y Rusia. Según el Pentágono, el informe ofrece una visión de los expertos en inteligencia espacial sobre esas amenazas y será utilizado por los líderes de la defensa para tomar futuras decisiones sobre las operaciones espaciales.

La Agencia de Inteligencia de Defensa de los Estados Unidos ha publicado el nuevo informe no clasificado “Desafíos de la seguridad en el espacio 2022”, una continuación de un informe de titulo similar publicado en 2019. Desde Estados Unidos aseguran que, entre 2019 y 2021, las flotas espaciales operativas combinadas de China y Rusia han crecido aproximadamente un 70%. Esta “creciente y continua expansión” sigue un periodo de crecimiento continuado: entre 2015 y 2018 ambos países aumentaron sus flotas combinadas de satélites en más del 200%.

Este impulso para modernizar y aumentar las capacidades de ambos países se refleja en casi todas las categorías espaciales principales: comunicaciones por satélite (SATCOM), teledetección, relacionadas con la navegación y demostración de ciencia y tecnología.
“Desde principios de 2019, las operaciones espaciales de los competidores también han aumentado en ritmo y alcance en todo el mundo, los desarrollos contraespaciales de China y Rusia continúan madurando, los servicios espaciales globales proliferan y la congestión orbital ha aumentado”, aseguran en el informe.

Este nuevo informe examina los programas espaciales y contraespaciales que podrían plantear “desafíos significativos” a los intereses de Estados Unidos y sus socios por parte de China, Rusia, Corea del Norte e Irán. Así lo declaró el oficial de Inteligencia de la DIA para el espacio y contraespacio, John F. Huth, durante una sesión informativa en el Pentágono. Como resultado, DIA ha publicado esta nueva edición para:

  • Ampliar su examen de las capacidades de conocimiento de la situación espacial (SSA) y de mando y control (C2) de los competidores;
  • Detallar los perfiles de las organizaciones que operan los sistemas espaciales y contraespaciales sobre la base de nueva información;
  • Profundizar en la caracterización de los nuevos sistemas espaciales y contraespaciales desplegados y en desarrollo;
  • Centrarse en los intereses de China y Rusia en la exploración de la Luna y Marte;
  • Proporcionar una nueva sección sobre el uso del espacio más allá de la órbita terrestre y sus implicaciones;
  • Ampliar el tratamiento de las amenazas que suponen los desechos espaciales para las operaciones espaciales de todas las naciones.

“Esta nueva edición de desafíos de la seguridad en el espacio proporciona una visión general, actualizada y no clasificada de las amenazas actuales a las capacidades de Estados Unidos basadas en el espacio, particularmente de China y Rusia, pero también, aunque en menor medida, de Corea del Norte e Irán”, declaró Huth. Según el oficial de Inteligencia, esta edición examina “la expansión de las operaciones espaciales y detalla los servicios espaciales centrados en la Tierra, así como los crecientes esfuerzos para explorar la Luna y más allá”.

La novedad de este año, respecto al anterior informe publicado en 2019, es que incluye una evaluación ampliada de los impactos de la basura espacial. El informe indica que la probabilidad de colisiones de objetos masivos abandonados en la órbita baja de la Tierra está creciendo y, probablemente, seguirá creciendo debido al creciente número de lanzamientos espaciales, la continua fragmentación de colisiones, la explosión de baterías y más eventos de pruebas antisatélite.

Como competidores estratégicos, Huth dijo que tanto Rusia como China están tomando medidas para socavar a Estados Unidos y a sus aliados en el ámbito espacial. “Ambas naciones ven el espacio como un requisito para ganar las guerras modernas, especialmente contra las naciones occidentales, y buscan demostrar que son líderes mundiales”, aseguró.

En este sentido destacó que, desde principios de 2019, las operaciones espaciales de los competidores han “aumentado en ritmo y alcance en casi todas las categorías principales: comunicaciones, teledetección, aviación y demostración de ciencia y tecnología”.

Fuente: Informe “Desafíos de la seguridad en el espacio 2022”.

Por su parte, Kevin Ryder, analista principal de inteligencia de defensa de la DIA para el espacio y el contraespacio, explicó cuánto han crecido las capacidades espaciales de China y Rusia. “La prueba de la intención de ambas naciones de socavar el liderazgo de Estados Unidos y de sus aliados en el ámbito espacial puede verse en el crecimiento de los activos combinados en órbita de China y Rusia, que crecieron aproximadamente un 70% en sólo dos años”, dijo Ryder. “Esta reciente y continua expansión sigue a un aumento de más del 200% entre 2015 y 2018”, concretó.

Ryder afirmó que China ha lanzado un aterrizador robótico y un rover a la cara más lejana de la luna, así como un aterrizador orbital y un rover en una misión a Marte. China también ha lanzado, según Estados Unidos, múltiples misiles capaces tanto de destruir satélites como de desplegar inhibidores para impedir las comunicaciones por satélite y el GPS.

Los rusos, según Ryder, han desarrollado una tecnología de misiles móviles capaces de destruir satélites y vehículos espaciales tripulados. También habrían desarrollado capacidades de armas contraespaciales, incluidas las capaces de realizar operaciones de guerra electrónica, para afectar a las comunicaciones y negar a otros el uso de imágenes basadas en el espacio.

En relación a los objetivos de China y Rusia en lo que respecta a la Luna y Marte, Ryder aseguró que ambas naciones retenden ampliar sus iniciativas de exploración espacial, juntas e individualmente, con planes para explorar la Luna y Marte durante los próximos 30 años”, dijo. “Si tienen éxito, estos esfuerzos probablemente llevarán a Pekín y Moscú a intentar explotar los recursos naturales de la Luna”, advirtió.

En el contexto del aumento de número de países que realizan actividades espaciales en el mundo, Ryder dij oque la postura de Estados Unidos seguirá siendo la de afrontar los nuevos riesgos a través de sus activos espaciales. “Un dominio espacial seguro, estable y evaluable es crucial, ya que los desafíos a las capacidades espaciales de Estados Unidos y de nuestros aliados siguen aumentando”, aseguró.

El nuevo informe, “Desafíos a la seguridad en el espacio 2022”, dijo, ofrece una visión de los expertos en inteligencia espacial sobre esas amenazas y será utilizado por los líderes de la defensa para tomar futuras decisiones sobre las operaciones espaciales.

Una nueva era de competencia y expansión en el espacio

En el informe ejecutivo del informe, Estados Unidos detalla concretamente las capacidades, competencia, proliferación y contraespacio reflejamos en este apartado:

Capacidades

Según el informe, las capacidades basadas en el espacio afectan a muchos aspectos cotidianos del modo de vida estadounidense. Estas capacidades permiten funciones que afectan a los hogares, al transporte, a las redes eléctricas, a los sistemas bancarios y a las comunicaciones globales estadounidenses.

Los satélites proporcionan acceso a una amplia gama de información y permiten muchos servicios en tiempo real, desde ver las noticias de última hora hasta vigilar a las fuerzas armadas desplegadas en todo el mundo de día o de noche. Estos y otros beneficios que permiten los sistemas espaciales son el resultado de más de 60 años de trabajo dedicado por parte de las agencias gubernamentales -militares y civiles- con el apoyo de muchos proveedores espaciales comerciales.

Los sistemas espaciales también permiten a los Estados Unidos y a nuestros aliados proyectar su poder de combate a zonas de conflicto e inestabilidad y permiten a las fuerzas armadas estadounidenses recoger información vital sobre amenazas extranjeras, navegar y maniobrar rápidamente, y comunicarse entre sí en cualquier parte del mundo para garantizar nuestra seguridad y una rápida respuesta a las crisis militares y humanitarias internacionales.

Competencia

En el informe se contextualiza cómo la competencia espacial entre Estados Unidos y la antigua Unión Soviética comenzó “en serio” con el lanzamiento por parte de Moscú del primer satélite artificial del mundo, el Sputnik-1, en 1957.

La aparición de China como potencia espacial a finales del siglo XX y principios del XXI y el resurgimiento postsoviético de Rusia han ampliado la militarización del espacio a medida que ambos países integran las capacidades espaciales y contraespaciales en sus estrategias nacionales y bélicas para desafiar a Estados Unidos.

Los “adversarios” de los Estados Unidos han observado más de 30 años de operaciones militares estadounidenses apoyadas por sistemas espaciales y ahora están buscando formas de ampliar sus propias capacidades y negar a Estados Unidos una ventaja habilitada por el espacio.

Según Estados Unidos, China y Rusia, en particular, están desarrollando diversos medios para explotar la percepción de la dependencia de Estados Unidos de los sistemas basados en el espacio y desafiar la posición de Estados Unidos en el ámbito espacial.

Pekín y Moscú buscan posicionarse como potencias espaciales líderes, con la intención de crear nuevas normas espaciales globales. Mediante el uso de capacidades espaciales y contraespaciales, aspiran a socavar el liderazgo mundial de Estados Unidos. Irán y Corea del Norte continuarán desarrollando y operando capacidades de guerra electrónica (EW) para negar o degradar las comunicaciones y la navegación basadas en el espacio.

Proliferación

Las capacidades espaciales están aumentando en una lista creciente de naciones, incluyendo: alerta de misiles, geolocalización y seguimiento de actividades amigas y adversarias, identificación de objetivos y servicios de navegación para sus ciudadanos y fuerzas armadas. La ampliación de las constelaciones de satélites de teledetección está reduciendo la capacidad de todos los países para ocultar pruebas sensibles, actividades de evaluación y ejercicios y operaciones militares.

La comercialización del espacio también está creciendo a medida que las empresas aumentan o sustituyen los servicios gubernamentales de lanzamiento, comunicaciones, SSA, teledetección -también denominados servicios de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR)- y vuelos espaciales tripulados.

Según el informe, estas empresas están abriendo el acceso a las tecnologías, los servicios y los productos espaciales a entidades gubernamentales y no gubernamentales que pueden pagar por sus capacidades. El crecimiento de las empresas espaciales comerciales viables es lo que mejor representa la forma en que el uso del espacio ha aumentado en alcance, escala e importancia en todo el mundo.

El contraespacio

El espacio se está militarizando cada vez más. Según Estados Unidos, algunas naciones han desarrollado, probado y desplegado varios satélites y algunas armas contraespaciales. China y Rusia están desarrollando nuevos sistemas espaciales para mejorar su eficacia militar y reducir cualquier dependencia de los sistemas espaciales estadounidenses, como el Sistema de Posicionamiento Global (GPS).

Pekín y Moscú también han creado fuerzas espaciales separadas. A medida que aumentan las capacidades espaciales y contraespaciales de China y Rusia, ambas naciones están integrando escenarios espaciales en sus ejercicios militares.
Así siguen desarrollando, probando y proliferando sofisticados armas antisatélite (ASAT) para “poner en peligro los activos espaciales de Estados Unidos y sus aliados”. Al mismo tiempo, China y Rusia están tratando de lograr acuerdos de no armamento espacial en las Naciones Unidas. Rusia expresa regularmente su preocupación por las armas espaciales y busca acuerdos legales y vinculantes de control de armas espaciales para frenar lo que considera la fuerza de Estados Unidos en el espacio exterior.

La expansión de las armas espaciales y contraespaciales chinas y rusas, combinada con el aumento general de otras capacidades espaciales extranjeras, está llevando a muchos
naciones a formalizar sus políticas espaciales para posicionarse mejor para asegurar el dominio espacial y facilitar sus propios servicios espaciales.

Colisiones

La probabilidad de que se produzcan colisiones de objetos masivos abandonados en la órbita terrestre baja (LEO) es cada vez mayor y, casi con toda seguridad, continuará hasta al menos 2030, debido al aumento del número de lanzamientos espaciales -especialmente los que llevan múltiples cargas útiles- y a la continua fragmentación por colisiones, explosiones de baterías y nuevos eventos de pruebas ASAT.

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