A raíz del ataque de Hamás en las inmediaciones de la franja de Gaza, las Fuerzas de Defensa de Israel desplegaron su contraofensiva. Desde el pasado 7 de octubre, Israel ha desplegado su capacidad militar, a través de sus equipos en tierra, aire y mar. En este artículo definimos qué son las Fuerzas de Defensa de Israel, cómo es su estructura y cuáles son sus ventajas competitivas en comparación con otras fuerzas armadas.
El pasado sábado 7 de octubre de 2023, el brazo armado de la organización política Hamás perpetró uno de sus mayores ataques en territorio israelí, cerca de la frontera con Gaza. En este contexto, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, hizo un firme compromiso de vengar a sus compatriotas fallecidos y declaró públicamente su intención de «aplastar y destruir» al grupo terrorista Hamás. En respuesta, las autoridades israelíes pusieron en marcha la denominada «Operación Espadas de Hierro». Un plan de carácter integral que abarcó acciones aéreas, marítimas y terrestres.
A lo largo de este artículo, definimos qué son las fuerzas armadas de Israel, cómo está compuesta y cuáles son sus puntos fuertes y débiles. Con ello, buscamos comprender su capacidad para enfrentar y neutralizar la amenaza de Hamás en el país.
¿Qué son las Fuerzas de Defensa de Israel?
Las Fuerzas Armadas de Israel, conocidas como las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), nacieron el 31 de mayo de 1948, dos semanas después de la declaración de independencia del país.
A lo largo del tiempo, Israel ha tenido que afrontar y defenderse en varias guerras y conflictos de alta intensidad con países vecinos. Es el caso del conflicto propiciado por la crisis del Canal del Suez en 1956, la guerra de Yom Kipur en 1973 o la guerra del Líbano, en 1978 y 2006. Israel ha experimentado y sigue viviendo en un contexto geopolítico único y desafiante.
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En consecuencia, el país ha invertido significativamente en sus capacidades de defensa y en el desarrollo de tecnología militar. El objetivo es garantizar su seguridad y supervivencia dentro de una región volátil. Hoy, Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) son ampliamente reconocidas como una de las fuerzas armadas más entrenadas y experimentadas en el mundo. Según el informe de 2023 de Global Fire Power, las IDF ocuparon el puesto 18 entre los ejércitos más poderosos del mundo.
Su destacada posición se debe a varios factores. En primer lugar, Israel mantiene una estrecha relación de seguridad con los Estados Unidos, lo que le brinda acceso a financiación y apoyo militar avanzado. Además de que Israel cuenta con una floreciente industria de defensa que ha desarrollado tecnologías militares avanzadas y sistemas de armas innovadores de última generación. Algunos ejemplos son los sistemas de guerra electrónica, drones, sistemas de captación de inteligencia y ciberataques, entre otros.
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La doctrina principal del ejército de Israel se fundamenta en un principio fundamental: no puede permitirse perder ni una sola guerra. A través de esta doctrina, el ejército israelí busca cumplir una serie de objetivos de seguridad que han sido delineados por el propio gobierno de Israel:
- Defensa de la soberanía y la integridad territorial del Estado de Israel
- Disuasión de todos los enemigos o cualquier entidad o actor que pudiera considerar la agresión contra Israel.
- Represión de todas las formas de terrorismo que amenacen la vida cotidiana tanto dentro de Israel como más allá de sus fronteras.
- Garantizar la seguridad en el Margen Occidental en coordinación con la Autoridad Palestina y prevenir disturbios o situaciones que puedan desencadenar hostilidades.
- Cumplimiento de tareas esenciales o misiones especiales en tiempos de crisis o emergencia nacional.
Estructura de las Fuerzas de Defensa de Israel
El ejército de Tel Aviv está estructurado sobre la base de tres ramas militares: las fuerzas de tierra, la fuerza aérea y la marina. Todas operan bajo una dirección unificada encabezada por el Jefe del Estado Mayor General. Esa dirección permite una coordinación eficaz entre las diversas ramas del ejército israelí y asegura una dirección estratégica coherente en la defensa de Tel Aviv. La posición está designada por el gobierno, siguiendo la recomendación del Primer Ministro, que supervisará su actividad, y el Ministro de Defensa. Su mandato inicial es de tres años, aunque se puede extender por un año adicional, dependiendo de las circunstancias y las necesidades de seguridad del país.
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A su vez, el Jefe del Estado Mayor está a cargo de los jefes de las fuerzas aéreas, de la armada, los comandantes regionales y los jefes de varias direcciones de defensa. Una de estas direcciones es la del Cuerpo de Inteligencia. Junto con el Mossad (que realiza las operaciones exteriores) y el Shin Bet (las operaciones interiores), forman los tres pilares de los famosos servicios de inteligencia y contrainteligencia de Israel.
Por otro lado, las IDF también cuentan con otras unidades especializadas, cada una con un enfoque y entrenamiento específicos. La especialización demuestra la amplitud de las capacidades militares de Israel en el campo de batalla. Algunas de estas unidades incluyen:
- La Brigada Nahal. Esta se distingue por su enfoque único que combina entrenamiento militar con actividades agrícolas durante su servicio militar. Una combinación que contribuye a la vez al desarrollo de las comunidades rurales.
- La Brigada Kfir. Especializada en combate urbano y contra terrorismo.
- Los Cuerpos de Ingenieros de Combate. Estos se enfocan en tareas de ingeniería militar, como la construcción de puentes, desminado y la eliminación de obstáculos.
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¿Qué diferencia a las Fuerzas de Defensa de Israel de otros ejércitos?
El Ejército de Israel presenta elementos distintivos que lo diferencian de otras fuerzas armadas nacionales.
Una característica fundamental del ejército israelí es la obligatoriedad del servicio militar. A principios del siglo XXI, el número de efectivos se situaba en alrededor de 125,000 soldados, de los cuales aproximadamente dos tercios eran reclutas. Dado que Israel no tiene un gran número de efectivos, las bajas pueden tener un impacto significativo tanto en la efectividad de las operaciones militares, así como en la opinión pública. Por ello, todos los hombres y mujeres elegibles son reclutados a la edad de 18 años. Los hombres sirven durante tres años, mientras que las mujeres prestan servicio durante 21 meses.
La obligatoriedad del servicio militar va seguido posteriormente por un período de reserva obligatoria de varias décadas: hasta los 50 años para las mujeres y hasta los 55 para los hombres. De hecho, incluso los inmigrantes deben servir, aunque períodos más cortos, dependiendo de su edad y situación personal al ingresar al país.
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Dado que Israel se enfrenta a amenazas continuas en su región, la participación generalizada en el servicio militar es una forma de garantizar la disponibilidad de fuerzas entrenadas y preparadas para la defensa del país.
Es cierto que los estudiantes pueden recibir aplazamientos del servicio militar para continuar sus estudios, así como se otorgan exenciones a mujeres casadas o con hijos. Sin embargo, un componente esencial dentro de las excepciones a la obligatoriedad del servicio militar es la importancia de la religión a la hora de acceder o no al servicio. Por ejemplo, los hombres que estudian o están estudiando religión, específicamente la Torá, están exentos el servicio con el fin de respetar los compromisos religiosos de la comunidad.
Por otro lado, algunas comunidades, como los haredim (judíos ultraortodoxos), reciben exenciones permanentes después de cierta edad. Mientras que otras, como las mujeres ortodoxas, pueden optar a realizar un servicio nacional en el sector civil como alternativa al servicio militar.
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La diferencia en las tasas de alistamiento entre las diferentes comunidades y grupos religiosos en Israel es compleja. Denota la peculiariedad del sistema de reclutamiento y cómo se equilibra la obligación del servicio militar con las consideraciones religiosas y culturales en la sociedad israelí. Es más, es uno de los grandes debates en el país. Durante décadas, los ultraortodoxos demandan que no están dispuestos a renunciar a su exención, mientras que los israelíes laicos insisten en que su negativa a servir es injusta para el resto de nacionales.
Otro elemento diferenciador es el sistema de reservistas de las IDF. La mayor parte de la fuerza militar en Israel son individuos que han completado su servicio militar obligatorio y han sido asignados a unidades de reserva. La política de reservistas permite una rápida movilización de fuerzas en tiempos de emergencia. Así, garantiza que Israel tenga una fuerza militar adicional que pueda ser desplegada cuando sea necesario.
Aunque la capacidad de movilización rápida es una ventaja, la dependencia excesiva de las reservas puede tener implicaciones logísticas y de entrenamiento. Mantener a los reservistas en un estado de preparación adecuada y coordinar su movilización eficazmente en situaciones de emergencia puede ser un desafío. Por ello, la clase política en Israel ha estado trabajando en políticas para reducir la carga en los reservistas siempre que sea posible. Estas medidas incluye poder permitir que algunos de ellos puedan ser dados de baja a una edad más temprana, de 51 a 45 años. Este enfoque busca mitigar algunas de las desventajas competitivas que posee de forma inherente el ejército en caso de emergencia.
Ventajas competitivas de las Fuerzas de Defensa de Israel
A pesar del bajo número en efectivos militares o de la dependencia de los reservistas, Israel ha logrado desarrollar una gran ventaja competitiva relativa a su industria militar.
Por un lado, Israel ha invertido significativamente en el desarrollo de sistemas militares avanzados, muchos de los cuales están orientados a la protección activa de las tropas. Algunos ejemplos son el sistema de protección para carros de combate Trophy. Este está diseñado para interceptar y destruir proyectiles antitanque enemigos, y tecnologías relacionadas con la defensa contra misiles anticarro. Estas innovaciones han establecido el estándar para futuros diseños de vehículos blindados.
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Por otro lado, la continua inversión en investigación, desarrollo y adquisición de sistemas ofensivos. Esto le ha permitido a Israel mantener una ventaja tecnológica y táctica en el campo de batalla a través del uso de pistolas, cohetes de largo alcance, sistemas de comunicación o equipos navales avanzados.
De esta manera, Israel ha conseguido promover la autosuficiencia en la producción de equipos militares y tecnología. La preocupación de que los suministros de armas y equipos puedan ser cortados por países proveedores ha impulsado a Israel a desarrollar sus propias capacidades de producción. Así, el país puede asegurar siempre la disponibilidad de sistemas y repuestos esenciales en tiempos de conflicto o crisis.
Por otro lado, también debemos considerar la presencia de voluntarios procedentes de países extranjeros. La participación de voluntarios de todo el mundo en las Fuerzas de Defensa de Israel es un fenómeno notable y refleja el compromiso religioso de personas de diversas nacionalidades con el pueblo judío. Los soldados procedentes de más de 70 países son conocidos como «soldados solitarios». Este término se aplica tanto a los reclutas extranjeros como a los israelíes que no tienen una red de apoyo sólida. También se aplica a huérfanos, así como a los israelíes cuyos padres no residen en Israel durante todo el año.
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La diversidad de origen de los voluntarios en las IDF es notable. En 2014, se unió al ejército el primer grupo de reclutas judíos chinos de la ciudad de Kaifeng, China. Además, en 2017, las IDF anunciaron la participación de voluntarios de Honduras y Tailandia en su sesión de entrenamiento de verano. Estados Unidos, por su parte, representa el país con el mayor número de soldados cedidos, lo que demuestra el gran alcance geográfico de este fenómeno. La contribución de estos voluntarios a las IDF destaca la importancia de la diáspora judía en su lucha por la seguridad y la estabilidad en una región desafiante.
Finalmente, la falta de amplitud territorial de Israel es, sin duda, un factor que puede considerarse una ventaja en términos de movilidad y capacidad de respuesta en caso de un conflicto. El tamaño del país permite una rápida movilización de sus fuerzas militares y la posibilidad de transferir el campo de batalla a territorio enemigo. Sin embargo, es importante destacar que, a pesar de estas ventajas, la falta de amplitud territorial también presenta desafíos. Algunos de ellos son la limitación de espacio para maniobras militares y la proximidad a zonas densamente pobladas. Ambas opciones plantean consideraciones importantes en términos de estrategia militar y la necesidad de evitar daños colaterales a la población civil.
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