Carabinieri, Guardia Civil y Europol arrestan a 28 mafiosos de la ‘Ndrangheta y socios albaneses que movieron 1.019 kg de cocaína y 1.497 kg de hachís entre Roma y puertos españoles y holandeses.
Veintiocho individuos de nacionalidad italiana y albanesa y presuntos integrantes de las mafias italiana y albanesa fueron arrestados el 8 de julio de 2025 en Italia, España y Albania. La operación, dirigida por los Carabinieri con el apoyo de Europol y la Guardia Civil española, se centró en las asociaciones de la ‘Ndrangheta y culminó con la detención de un supuesto cabecilla calabrés que habría montado la red de cocaína en el barrio romano de San Basilio.
Ese hombre, junto con sus tres hijos, colaboraba estrechamente con un grupo criminal albanés encargado de la logística. «Las conexiones internacionales de las organizaciones criminales albanesas son evidentes y se manifiestan en diversos niveles. Esta última operación ha puesto de relieve una vez más las estrechas relaciones que mantienen con las mafias italianas, concretamente con la ‘Ndrangheta calabresa, cuya presencia se ha extendido a ciudades como Roma», subrayan José Luis Gil y Nerea Sanmartín, analistas criminales especializados en delincuencia organizada y profesores del Curso de Experto en Delincuencia Organizada de los Balcanes Occidentales de LISA Institute.
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Los investigadores atribuyen a los albaneses la extracción de cargamentos en puertos españoles y holandeses y su transporte posterior a Italia, además de la distribución de drogas en otros barrios de la capital. «Dicha asociación entre albaneses y calabreses, además de actuar como facilitadores y brokers en el tráfico de cocaína desde Latinoamérica (utilizando puertos como los de España y Holanda), han empezado a introducirse en el tráfico de hachís desde el norte de África hacia puertos europeos, lo que confirma la existencia de vínculos criminales con narcotraficantes magrebíes», añaden los mismos analistas.
Las pesquisas apuntan a que la cocaína, comprada en América del Sur y enviada en contenedores a varios puertos europeos, viajaba desde Gioia Tauro en Calabria hasta Roma gracias a intermediarios calabreses. Se calcula que la organización movió al menos 1.019 kg de cocaína y 1.497 kg de hachís en ochenta operaciones, según confirma Europol en su nota de prensa.
Tortura para infundir miedo
La violencia era parte del negocio. La fiscalía sospecha que cuatro italianos secuestraron y torturaron a un traficante, grabaron la agresión con un móvil y difundieron el vídeo para intimidar a sus propios colaboradores. «Una de las características más destacadas de estas organizaciones criminales es el empleo habitual de la violencia indiscriminada, incluyendo las torturas, como modus operandi, para llevar a cabo sus actividades ilícitas», advierten Gil y Sanmartín. Además, el grupo utilizaba mensajería cifrada en dispositivos suministrados por un proveedor albanés, también detenido, con el fin de eludir a las autoridades y coordinar envíos y pagos.
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Un experto de Europol se desplazó el día de la operación a Italia con una oficina móvil para cotejar datos en tiempo real. Previamente, la agencia había facilitado el intercambio de información entre la Dirección Distrital Antimafia de Roma, el R.O.S. Carabinieri, la Guardia Civil-CRAIN y la Policía Estatal de Albania, lo que permitió cinco detenciones previas en España. «La cooperación entre estas organizaciones criminales y su expansión hacia nuevos mercados y rutas de tráfico de drogas suponen un desafío para las autoridades y, por ello, requieren de una respuesta coordinada y efectiva para combatir estas amenazas», concluyen los especialistas.