A pesar de que la comunidad internacional no tenga una definición clara sobre el concepto del terrorismo, la realidad es que es uno de los principales desestabilizadores en el mundo. En este análisis hablamos sobre los cinco países que más sufren las consecuencias del terrorismo.
El 12 de febrero fue el Día Internacional para la Prevención del Extremismo Violento cuando Conduzca al Terrorismo. El extremismo violento continúa siendo una amenaza, sin límites, para la seguridad global y los derechos humanos. En la resolución 77/243 aprobada el 20 de diciembre de 2022, la UNGA —Asamblea General de las Naciones Unidas— insistió que la comunidad internacional debe ser consciente de las consecuencias que genera el extremismo violento con el fin de determinar un plan de acción global.
Aun así, sigue sin haber una definición clara y aceptada internacionalmente sobre el concepto de “terrorismo”. La idea no está recogida claramente en ningún tratado internacional vinculante, puesto que está sujeto a múltiples y diversas interpretaciones por parte de distintos sujetos.
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La Real Academia Española entiende el terrorismo como: “la sucesión de actos para infundir terror por parte de bandas criminales organizadas que pretende crear alarma social con fines políticos”. No obstante, y reiterando lo mencionado en el anterior apartado, cada institución tiene libertad para interpretar la palabra “terrorismo” y las características que esta implica.
Si bien el terrorismo ha tomado un papel protagonista en las relaciones internacionales durante las últimas décadas, no es un término del mundo nuevo, sino que, a lo largo de la historia también se han dado casos. Por ejemplo, en el siglo XII un grupo de musulmanes chiíes conocido como los ‘Asesinos’ atentaron los suníes por motivos religiosos. Algo similar ocurrió con los movimientos sociales y las revoluciones. Como por ejemplo, durante la Revolución Francesa en 1879, con el Régimen del Terror a partir de 1791 o, a través de ataques anarquistas para derrocar las monarquías en Europa Central.
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Aun así, debemos de distinguir entre distintos tipos de terrorismo en función de los objetivos, orígenes, efectos y/o funciones: desde el terrorismo político pasando por el económico, hasta el religioso o etnonacionalista. Además, no podemos circunscribir el terrorismo a una sola región, puesto que puede ser de carácter internacional, regional o local.
El terrorismo en el siglo XXI
El ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001, supuso un punto de inflexión en la historia del terrorismo. El atentado, que provocó la muerte de alrededor de 3.000 personas, captó la atención mediática y de las fuerzas de seguridad a nivel internacional. El 11-S reveló al mundo la amenaza terrorista a la que se enfrentaba.
Los ataques fueron reivindicados por Al-Qaeda —grupo terrorista con una visión extremista y radical del islam liderado entonces por Osama Bin Laden—, que en 1998 ya declaró la yihad a Estados Unidos y sus aliados.
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El origen de la yihad está en Egipto desde 1928 a través del fundamentalismo islámico. Más tarde, en 1979 durante la Fría en la guerra de Afganistán, los talibanes —resistencia que luchó contra la injerencia soviética—, proclamaron la yihad en contra de la presión de las potencias occidentales para proteger el islam.
La declaración de la yihad —guerra santa musulmana— contra Occidente o los infieles, se extiende hasta la actualidad. En el camino, el terrorismo yihadismo ha dejado miles de muertes y vulnerabilizado a las regiones y Estados, no solo por parte de Al-Qaeda sino también, por diversos grupos terroristas que mencionaremos a continuación.
Desde 1970 hasta 2020, el número de víctimas por terrorismo en el mundo ha ido aumentando con creces, siendo el año con más muertes 2014 –44.648 fallecidos—. En 2020, el número de fallecidos bajó hasta las 22.847 muertes.
Según la Base de Datos de Terrorismo Global, el 97% de los ataques terroristas y, por lo tanto, de las muertes, ocurren en Medio Oriente, Sur Asia y África, más concretamente en África subsahariana. Sin embargo, resulta paradójico cómo otros atentados en países occidentalizados como el 11S en Estados Unidos, los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres, el 11M en España o los atentados de la sala Bataclán en París en 2015 tienen más envergadura e impacto mediático que los que suceden en los territorios pertenecientes a ese 97%.
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Los países más afectados por el terrorismo
Según el Índice Global de Terrorismo en 2022, los ataques terroristas han disminuido en comparación con 2021 y años anteriores. Sin embargo, tras los fracasos militares en Siria e Irak, el ISIS estaría concentrando su actividad terrorista en África subsahariana, muy concretamente en la región del Sahel o en países del sur de Asia como Myanmar o Afganistán. El terrorismo se ve empujado por la inestabilidad económica, social y política de las diferentes regiones. Sin embargo, podemos establecer un listado de los cinco países con más incidencia terrorista.
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Mali: el polvorín del terrorismo en el Sahel
El país del Sahel Occidental registra uno de los mayores números de atentados terroristas de la región. Distintas coaliciones operan en la zona y constituyen grandes violaciones de los derechos humanos contra la población civil. Algunos grupos como El Grupo de Apoyo al Islam y a los musulmanes y el ISIS están desgastando los recursos naturales, como sus cultivos o el agua, y generando muertes indiscriminadas sobre civiles. A finales de noviembre de 2022, se registraron 36.000 víctimas de ataques terroristas por país.
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Además, es importancia mencionar la retirada de tropas francesas en Mali tras nueve años de misión. Esta misión que empezó en 2013 y que adoptó por nombre Operación Barkhane, llegó a su fin en noviembre de 2022. La operación tenía como misión frenar los ataques terroristas, a los rebeldes en Mali y zonas alrededor. Sin embargo, pese al éxito inicial, los franceses no fueron capaces de ganarse la confianza de los malienses y no lograron su objetivo inicial: frenar el terrorismo en Mali.
La entrada de tropas rusas en territorio maliense en 2020 y el golpe de Estado del coronel Assimi Goita no han hecho más que agravar la situación en el país. A ello se suma la salida del G-5 Sahel de Mali y la presencia de tropas de paz de la ONU —MINUMASA—, esta última en desánimo mientras que la insurgencia terrorista en la zona sigue en auge.
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Burkina Faso: terrorismo, golpe de Estado y Rusia
Burkina Faso es el segundo país con más ataques yihadistas, concentrando alrededor de 30.000 ataques. En el terreno operan miembros del ISIS del Sahel —EIS— o el Jama’at Nusrat al-islam wal-Muslimin —JNIM—. El cambio del régimen democrático por el golpe militar en octubre de 2022 no ha mejorado la acción yihadista en la zona, sino que ha empeorado, aumentando los atentados.
Con el golpe militar, que subió al poder a Ibrahim Traoré, se cerraron las fronteras aéreas y terrestres del país y se disolvió la Constitución. Como en Mali, en Burkina Faso también se vitoreó la entrada de las tropas rusas para el derrocamiento de los ataques yihadistas que se han cobrado miles de vidas desde 2015.
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El antiguo régimen liderado por Paul-Henri Sandaogo Damiba, no consiguió atajar ni combatir los militantes de Al-Qaeda ni el ISIS pese a ser su mayor objetivo de seguridad. Por ejemplo, el 12 de junio de 2022, la región de Seytanga vivió un golpe yihadista donde se asesinaron a 100 civiles y al menos 11 militares. Traoré pretende atajar los problemas de seguridad terrorista contra Al-Qaeda y el ISIS reformando el ejército ruso y acabando con la injerencia francesa en la zona.
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Nigeria: crecimiento y terrorismo
Nigeria es el país más afectado por el grupo terrorista Boko Haram. Este terrorismo emergente es la principal amenaza del territorio desde 2002, sobre todo ahora que está expandiendo sus coaliciones y aliados con Al-Qaeda o el Estado Islámico.
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A pesar de que los ataques terroristas hayan disminuido durante noviembre de 2022, la zona sigue siendo uno de los epicentros del terrorismo violento en la región del Sahel —junto a otros países como Níger, Camerún o Chad— y la inseguridad y la falta de oportunidades siguen siendo uno de los desafíos del país, que ha provocado alrededor de 2,2 millones de desplazados según Naciones Unidas.
Afganistán: el terrorismo comparte gobierno con los talibanes
Desde la vuelta al poder de los Talibanes en 2021, Afganistán se encuentra en una situación de tremenda inestabilidad política e inseguridad.
Ya no solo hay oposición dentro del propio gobierno, sino que además existe una insurgencia por parte de grupos terroristas como el Daesh-Khorasan —ISIS-K— mezclada con un extremismo ferviente, lo que ha provocado la violación sistemática de los derechos humanos. Además, estos grupos yihadistas tienen bastante influencia con el gobierno de facto, como Al-Qaeda que hace posible la captación de reclutas.
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Sin embargo, la mayor amenaza del territorio es el ISIS, que se aprovecha de las tensiones entre el gobierno para unir a más gente a la causa yihadista y crear así un refugio para terroristas. Dos ejemplos de ello son los atentados por parte del ISIS-K y de talibanes a dos escuelas en octubre de 2022 y en noviembre de 2022 respectivamente.
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El primer ataque se cobró la vida de 43 personas e hirió a 83 en una escuela hazara en Kabul, una comunidad chií discriminada. El segundo ataque tuvo lugar en un centro islámico —madrasa— del norte de Afganistán en Aybak dónde murieron 15 personas y 28 resultaron heridas.
Siria: guerra civil y terrorismo
El número de actividades yihadistas ha empezado a crecer desde 2021, tras la derrota del califato territorial y del ISIS. En octubre de 2022, se registraron más de 30 ataques terroristas en zonas de Siria como Dei-ez-Zon o Damasco. Además, el ISIS no solo estaría actuando en estas zonas, sino que también estaría expandiendo su influencia a lugares como Somalia o Irán, cerca de la región, para ganar poder. Como en otros países, la inestabilidad política se está adueñando del auge del terrorismo en estas zonas.
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De hecho, el pasado 20 de noviembre de 2022, se registraron bombardeos en el norte de Siria e Irak por parte de Turquía en respuesta al atentado de Estambul de 2016. Si bien Turquía ha negado la autoría de este ataque, sí que se relacionan detenidos sirios del PKK, una organización terrorista perteneciente a las milicias kurdosirias.
El futuro del terrorismo
Como hemos recogido al principio del artículo, no podemos entender la nueva realidad sin el papel del terrorismo. Las crisis humanitarias, el hambre, las inestabilidades políticas y económicas derivan en la actividad de grupos insurgentes armados para deponer los regímenes actuales.
Este año, el epicentro del terrorismo será el Sahel, donde se concentran los conflictos más violentos. De hecho, según Naciones Unidas, la principal causa del crecimiento de actos violentos en la zona es la falta de oportunidades laborales para lograr una estabilidad económica.
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El terrorismo es una de las mayores amenazas a la seguridad nacional. Desde principios de siglo, el movimiento terrorista ha crecido sin precedentes siguiendo ideologías y fines políticos, algo que mantiene en vilo a la sociedad y a los sujetos del derecho internacional. Además, con la expansión de la globalización y los medios de comunicación, todo ahora está mucho más conectado y tiene más repercusión de carácter inmediato. Estos grupos terroristas buscan visualización para difundir el miedo y perpetuar sus objetivos.
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Existen varios programas de Organizaciones Internacionales para frenar los efectos del terrorismo y su actividad. Por ejemplo, la INTERPOL, tienen varias alianzas estratégicas con la ONU, la Europol, la Liga de Estados Árabes o la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa —OSCE—. Por otro lado, el Comité contra el Terrorismo de la ONU —CTC— trabaja juntamente con el Pacto Mundial de Coordinación de la Lucha Antiterrorista de las Naciones Unidas para programar la lucha contra el terrorismo y evitar el extremismo violento.
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Además, es importante mencionar la labor de UNODC —Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito— que implementó en marzo de 2009 el programa de Asistencia en la Lucha Contra el Terrorismo para prevenir y combatir el terrorismo. La comunidad internacional debe actuar firmemente para combatir el desafío terrorista.
Editado por:
Soraya Aybar Laafou. Editora y analista especializada en África en LISA News. Politóloga y periodista interesada en los derechos humanos, la geopolítica y los procesos migratorios. Me apasionan las Relaciones Internacionales y observo con especial interés al continente africano. Soy directora de África Mundi, el primer medio de análisis sobre África en castellano.