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Rusia y Corea del Norte: tras la misma trinchera

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La Inteligencia surcoreana alerta que Corea del Norte habría exportado más de un millón de proyectiles a Rusia, a cambio de tecnología militar rusa que podría hacer avanzar sus capacidades de satélites y submarinos de propulsión nuclear. La alianza entre Rusia y Corea del Norte dispara las alarmas en Occidente ante el eje militar que parece estar formándose. En este análisis hablamos sobre las históricas relaciones entre ambos, sus apoyos en la esfera internacional y sus intenciones compartidas: desplazar la fuerza hegemónica de Estados Unidos con, posiblemente, el beneplácito de China.

Entre el 12 al 17 de septiembre de 2023 se celebró una cumbre política de alto nivel en Vladivostok, una ciudad rusa ubicada en el extremo oriental del país. En ella participaron Vladímir Putin, líder de la Federación de Rusia, y Kim Jong-un, el líder supremo de Corea del Norte. Este es un evento que ha generado un interés y gran especulación debido a los recientes indicios de una posible cooperación militar entre estas dos naciones. 

Según Beyond Parallel, en ese momento se observó un incremento significativo en el tráfico ferroviario desde las instalaciones de Tumangang, Corea del Norte, hacia Rusia. Este flujo sugería la posibilidad de un suministro de armas y municiones. El desarrollo coincide con un contexto donde el gigante ruso ha demostrado pasar en ocasiones por dificultades en su lucha en la guerra de Ucrania.

A comienzos de noviembre la Inteligencia surcoreana alertaba que Corea del Norte habría exportado más de un millón de proyectiles a Rusia desde principios de agosto. Los proyectiles se habrían suministrado a Rusia en 10 envíos separados para apoyar su guerra en Ucrania, indicó informó el Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur (NIS, por sus siglas en inglés).

Estados Unidos y sus aliados también están preocupados por la tecnología que Corea del Norte busca en Rusia a cambio de armamento. La Inteligencia estadounidense ya había advertido que Moscú quiere munición de artillería de Corea del Norte de origen soviético a cambio de su tecnología militar. Según dos funcionarios estadounidenses, Pyongyang está buscando tecnología que podría hacer avanzar sus capacidades de satélites y submarinos de propulsión nuclear.

A finales de octubre el informe “Opciones para fortalecer la defensa nuclear de la República de Corea (nombre oficial del sur)” coescrito por la Corporación Rand, ligada al sector público y privado de defensa en EE.UU., y el Instituto Asan, fundado por el conglomerado surcoreano Hyundai, recomedaba la posibilidad de desplegar de nuevo armas nucleares estadounidense en Corea del Sur para que Washington pueda garantizar la seguridad de su aliado ante los avances del arsenal atómico norcoreano.

La larga historia de amistad entre Rusia y Corea del Norte creció en el curso de asistencia mutua frente a amenazas y desafíos de interés común, pero no siempre fue de esta manera. Es fundamental revisar la evolución de los lazos entre ambos países en los ámbitos político, económico. En lo particular, en materia de seguridad y los lazos que unen a estos dos países en términos de ideología y objetivos geopolíticos. Todos estos factores poseen un elevado impacto en el tablero internacional de dinámicas interestatales.

Un breve contexto histórico sobre la relación entre Rusia y Corea del Norte

Este sólido vínculo tiene sus raíces en la Guerra de Corea (1950 – 1953). Durante ese conflicto, el Ejército Popular de Corea, luchó por la reunificación de la península de Corea. En ese momento, la Unión Soviética, brindó apoyo sustancial con aviación y soldados para contrarrestar la presencia y el respaldo estadounidense al frente enemigo, Corea del Sur, para repeler la invasión.

Indudablemente, a lo largo de las décadas posteriores al conflicto armado, observamos una diversificación en el apoyo brindado por Moscú a Pyongyang, extendiéndose más allá de la esfera militar hacia el ámbito económico. Sin embargo, estas relaciones han experimentado una compleja dinámica de altibajos en respuesta a diversos acontecimientos históricos.

La decadencia en la relación bilateral comenzó a manifestarse en las décadas de los 50 y 60. Entonces, Kim Il-Sung llevó a cabo purgas violentas de las facciones pro-soviéticas y pro-chinas dentro del liderazgo de Corea del Norte, consolidando así su poder en la nación.

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Posteriormente, a partir de 1980 con la llegada al poder de Mijaíl Gorbachov en la Unión Soviética, se inició un proceso de reducción de la ayuda a Corea del Norte y un acercamiento hacia la reconciliación con Corea del Sur. Este cambio en la política soviética dejó a Pyongyang cada vez más aislado, tendencia que se profundizó en la década siguiente debido al colapso de la Unión Soviética (1991). Este colapso privó a Corea del Norte de su principal benefactor económico y de seguridad. El gobierno poscomunista liderado por Boris Yeltsin buscó distanciarse de las tendencias comunistas y acercarse a Seúl con la esperanza de atraer inversiones surcoreanas. Con ello, las relaciones se enfriaron, pasando China a ser el aliado más poderoso de Corea del Norte.

Estos eventos históricos marcaron un cambio significativo en la dinámica de las relaciones entre Rusia y Corea del Norte, pero pesar de ello, existe un repunte en la cooperación en la época más reciente.

A principios de la década de 2000, el presidente Vladímir Putin tomó medidas activas para restablecer los lazos con Corea del Norte, al mismo tiempo que expresaba su interés en recuperar la influencia tradicional de Rusia en la región. En julio de ese año, Putin realizó una histórica visita a Pyongyang, donde se reunió con Kim Jong Il, líder norcoreano en ese momento y posteriormente, en 2001 y 2002, Putin recibió a Kim Jong Il en Rusia.

Este acercamiento reflejó un incremento en las divergencias entre ambas naciones en asuntos clave de seguridad. Es cierto que Rusia apoyó en varias ocasiones, desde 2006, las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas contra Corea del Norte debido al desarrollo de su programa en armas nucleares y misiles, en diciembre de 2008 y nuevamente en 2016, cuando Corea del Norte anunció la aceleración de pruebas nucleares y de misiles.

PRUEBAS NUCLEARES

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El acercamiento más reciente entre Rusia y Corea del Norte

Sin embargo, en el contexto de acontecimientos recientes, se observa que los desafíos previos parecen haber sido superados desde la cumbre histórica de 2019. En ella, Kim Jong-Un y Putin sellaron su amistad en Vladivostok (Rusia). Desde entonces, Kim ha manifestado de manera pública su respaldo a Moscú en cualquier conflicto en que esté involucrado, especialmente tras el inicio de la guerra en Ucrania en febrero de 2022. Un total de 19 acontecimientos, recopilados por el Centro de Estrategia y Estudios Internacionales en Washington, demuestran un evidente y progresivo estrechamiento de los lazos entre Rusia y Corea. Entre estos eventos destacados se encuentran:

  • En marzo de 2022, Corea del Norte vetó la resolución de la ONU que buscaba condenar la agresión de Rusia en Ucrania.
  • Posteriormente, en julio de 2022, Corea del Norte fue una de las primeras naciones en reconocer la independencia de las provincias ucranianas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania. Con ello, el mundo entero ha presenciado en varias ocasiones el manifiesto apoyo de la República Popular Democrática de Corea a la operación militar especial contra Ucrania. Especialmente en la cumbre de septiembre de 2023, donde Kim Jong-un reincidió en su idea de pleno apoyo a Putin y a su «sagrada lucha»
  • Adicionalmente, en septiembre de 2022, se hizo público que Estados Unidos había descubierto que Rusia estaba adquiriendo proyectiles de artillería y cohetes de Corea del Norte para respaldar sus operaciones en Ucrania. 

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  • En otro escenario significativo, el general del ejército ruso, Serguéi Shoigú, reveló a la prensa en septiembre de 2023 que Rusia y Corea del Norte están contemplando llevar a cabo un ejercicio militar conjunto. En caso de materializarse, este sería el primer ejercicio militar conjunto de Corea del Norte con un Estado extranjero desde 1953.
  • A su vez, Rusia ha empleado su derecho al veto para bloquear todas las iniciativas sancionadoras promovidas por la ONU en respuesta a las pruebas de misiles balísticos llevadas a cabo por la nación asiática en los años 2022 y 2023. Rusia se unió a Corea del Norte en la condena de las maniobras militares de Estados Unidos, la República de Corea y Japón, calificándolas de «provocadoras» y afirmando que «Rusia está en la misma trinchera que la República Popular Democrática de Corea».
  • Finalmente, en la más reciente cumbre de líderes, Kim Jong-un se encontró con Vladímir Putin en varios lugares estratégicos. Por ejemplo, el puerto espacial de Vostochny, los centros de producción de aviones militares en Komsomolsk-on-Amur y una inspección de la Flota rusa del Pacífico en Vladivostok. Por tanto, no resulta sorprendente que se hayan suscitado inquietudes a raíz de observaciones mediante imágenes de satélite de las instalaciones ferroviarias de Tumangang, en la frontera con Rusia, el 5 de octubre de 2023.

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Informes de medios especializados han destacado que el volumen de tráfico en estas instalaciones ha sido «considerablemente mayor». Ya hubo indicios previos de intercambios en la frontera ruso-coreana cuando en noviembre de 2022 se registró la llegada de cinco vagones rusos de Khasan. Esto coincidió con la confirmación por parte de la Casa Blanca de que Corea del Norte estaba suministrando armas al Grupo Wagner. Las conversaciones recientes sugieren la posibilidad de un acuerdo bilateral en intercambio y desarrollo de armas.

Las naciones deben considerar que cualquier transferencia de carácter militar entre estos dos países contravendría múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Además, conllevaría la imposición de sanciones adicionales por parte de Estados Unidos y sus aliados. Esta restricción se implementó hace más de una década como respuesta al programa de armas de destrucción masiva y misiles balísticos desarrollado por Pyongyang.

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En resumen, este conjunto de eventos denota una clara inclinación hacia el fortalecimiento de la cooperación militar. Un acercamiento que se explica en parte, por el interés compartido en este ámbito a lo largo de la historia. Cabe destacar que la colaboración en materia de misiles entre Corea del Norte y Rusia ha perdurado desde los tiempos de la Unión Soviética. Como, por ejemplo, desde la asistencia de la URSS en el inicio del primer sistema de misiles de Pyongyang.

¿Por qué les interesa cooperar a Corea del Norte y Rusia?

Detrás de esta complicada amistad se esconden múltiples intereses estratégicos, tanto compartidos como nacionales. 

Uno de los intereses fundamentales que subyacen detrás de esta colaboración es la aspiración de contrarrestar la influencia y política liderada por Occidente. Este bloque ha sido tradicionalmente un actor dominante en la configuración de la política global. Sus acciones, a veces, han sido consideradas como obstáculos para la realización de un orden mundial multipolarizado.

Rusia y Corea del Norte comparten la visión de un mundo en el que prevalezca un equilibrio de poder entre diversas naciones. Quieren impedir una hegemonía indiscutible de una potencia occidental, basado en la defensa de la soberanía y los intereses nacionales de los Estados. Por la parte de Rusia, estos intereses incluyen:

  • Acceso a puertos de aguas cálidas. La península coreana, con su estratégica ubicación geográfica, ofrece una oportunidad para la expansión de la presencia naval rusa en la región. El libre acceso al Pacífico a través de Corea mejorará sus capacidades marítimas y logísticas en la región. Además, la cooperación con Corea del Norte puede facilitar proyectos de infraestructuras energéticas y de transporte. Estos pueden conectar el noreste asiático con Siberia y la masa terrestre euroasiática a través de la península coreana. Una conexión beneficiosa también en términos económicos.
  • Acceso a proyectiles de artillería, munición y cohetes. Concretamente, la capacidad de producción de proyectiles de artillería por parte de Corea del Norte proporciona a Rusia un recurso estratégico. Todo ello, en un momento esencial para sus operaciones militares en el contexto de la invasión de Ucrania. Aunque es cierto que, según el experto Sánchez Braun, «Pyongyang no le va a dar una parte de su arsenal a Moscú, porque lo necesita para negociar en un futuro o para garantizar su propia seguridad».
  • Legitimación Internacional. Al forjar lazos y cooperar con Corea del Norte en diversos aspectos, Rusia puede buscar el apoyo o la comprensión de un Estado que, en sí mismo, enfrenta un escrutinio internacional significativo. Esta colaboración puede utilizarse para fortalecer la posición de Rusia en el escenario global y presentar un frente común con Corea del Norte en ciertas cuestiones políticas.

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En el caso de Corea del Norte se incluye:

  • Contrarrestar la política de diplomacia de Joe Biden y reafirmar su presencia de Pyongyang en la escena mundial. La cooperación con Rusia puede verse como una forma de resistir las presiones y estrategias diplomáticas de Estados Unidos en asuntos regionales y globales. Por otro lado, la cumbre entre Kim Jong-un y Vladímir Putin puede interpretarse como un medio para restaurar su estatus y relevancia a nivel global. Especialmente si tenemos en cuenta lo poco exitosa que fue la Cumbre de Hanói en 2019 con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.
  • Garantizar las necesidades humanitarias básicas. La nación asiática ha experimentado una grave escasez de alimentos, combustible y medicinas. Una escasez provocada en gran medida por las sanciones internacionales relacionadas con sus programas nucleares y de misiles. Aliviar su situación económica podría ser posible con la financiación obtenida con la venta de armas a Rusia. Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, confirma que es posible. Apunta que ya existen «razones para creer que iban a discutir transferencias militares» en la última reunión de alto nivel ruso-coreana (septiembre de 2023).
  • Asistencia en tecnología satelital, misiles y cohetes. Durante la cumbre de mediados de septiembre, Putin ofreció, durante la muestra de las instalaciones del cosmódromo de Vostochny. Además de su compromiso de asistencia a Pyongyang en el desarrollo de tecnología aérea y espacial. La razón detrás de esta ayuda podría estar relacionada con los recientes fracasos en los lanzamientos de misiles balísticos intercontinentales de Corea del Norte. Ello sugieren que Corea del Norte podría estar buscando su tradicional apoyo en materia de experimentación tecnológica, Rusia, para avanzar su programa nacional. 

Este hecho puede situarse como una amenaza directa para Estados Unidos. Según un reciente informe de Beyond Parallel del CSIS, existe una preocupación en el gigante americano. Esta preocupación se basa en la posible cooperación rusa en los últimos avances de tecnología crítica y avanzada. Así como a través de los submarinos de propulsión nuclear y cualquier apoyo técnico que pudiera modernizar las fuerzas convencionales del Ejército Popular de Corea. Cabe destacar que la cooperación en materia de armamento otorga mayor capacidad de supervivencia y eficacia. Lo cual, puede suponer una herramienta de disuasión frente a Corea del Sur.

En resumen, Rusia podría desempeñar un papel significativo como facilitador principal de ayuda técnica, incluso más influyente que China. A pesar de que China no ha respaldado plenamente la agenda de desnuclearización, sí manifestó su plena oposición a que Corea del Norte realice una séptima prueba nuclear. 

Por otro lado, Vladímir Putin podría estar mandando un mensaje. Putin deja claro que las acciones llevadas a cabo por Estados Unidos en Europa por la guerra de Ucrania tendrán repercusiones también en el Indo-Pacífico. Unas acciones que podrían afectar a los intereses estadounidenses en esa área geográfica.

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China, en el tablero geopolítico entre Rusia y Corea del Norte

En medio de todas estas fluctuaciones, es esencial considerar el contexto de las relaciones de Corea del Norte con China. Unas relaciones que dan lugar a un enredado triángulo de dinámicas interestatales complejas con Rusia.

Históricamente, el interés de Corea del Norte en establecer vínculos con Rusia, se ha fundamentado en gran medida en sus relaciones con China. En numerosas ocasiones, Corea del Norte ha utilizado su colaboración con Moscú como una herramienta para influir en las políticas de Pekín. Bien sea para obtener más asistencia o como una alternativa a la ayuda china durante ciertos períodos. Concretamente en eventos políticamente y socialmente complicados de la historia china. Por ejemplo, el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural.

En la década de 1970, a medida que se intensificaba la rivalidad entre la Unión Soviética y China, Corea del Norte adoptó una política de «equidistancia». Esta distancia le permitía mantener una posición neutral y equidistante entre los dos gigantes comunistas. Todo ello, con el propósito de obtener apoyo económico y político de ambas potencias.

Debemos saber que el principal socioeconómico de Corea del Norte sigue siendo China. El país representó más del 90% de su comercio exterior en 2019, año previo al cierre de fronteras debido a la pandemia. A su vez, China considera a Corea del Norte un importante «amortiguador» en su extremo nororiental. Pues ahí, Estados Unidos mantiene bases militares y alrededor de 28,000 tropas desplegadas. Por todo ello, la intensificación de las relaciones ruso-coreanas pueden no ser bien vistas por el gigante asiático.

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Según algunos analistas, la alianza entre Rusia y Corea del Norte podría beneficiar a Pekín. Por un lado se refuerza su papel como interlocutor indispensable en las fuerzas contra Estados Unidos y sus aliados y se suma un nuevo elemento disuasorio con este escudo aliado ruso-coreano, en caso de que algún día salte la chispa entre Pekín y Washington por Taiwán y toda la región se incendie con un conflicto armado sin parangón.

Formación de alianzas con Rusia y Corea del Norte en el centro

De cualquier manera, en la coyuntura actual, la comunidad internacional se encuentra inmersa en un juego de alianzas que revela de manera cada vez más clara los frentes en juego. Observamos que Rusia, Corea del Norte (con la influencia de China) están impulsando de forma inevitable la cooperación entre Estados Unidos, Corea del Sur y Japón.

Este esfuerzo conjunto tiene como objetivo abordar la amenaza que representa el intercambio ruso-coreano de tecnologías sensibles, lo que podría acelerar significativamente la capacidad de Corea del Norte para adquirir plataformas nucleares estratégicas, y a Rusia con una gran ventaja competitiva en sus operaciones internacionales frente a sus enemigos actuales.

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