Inicio Geopolítica Catar: un actor clave en las relaciones internacionales en Oriente Medio

Catar: un actor clave en las relaciones internacionales en Oriente Medio

0
catar

Enfrentándose a desafíos geopolíticos, económicos y culturales, Catar ha desempeñado un papel significativo, especialmente en contraposición a su principal rival regional, Arabia Saudí. Desde su independencia, este pequeño emirato ha forjado alianzas estratégicas, diversificado su economía y adoptado una política exterior ambigua, buscando mantener el equilibrio en una región marcada por la rivalidad entre potencias como Irán y Arabia Saudí. En este análisis, los alumnos de la III Edición del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico, Nelson Montenegro, Santiago Vega, Alejandro Fernández y Omar Pazos, profundizan en la actuación de Catar como un actor central en el escenario geopolítico de Oriente Medio.

Este artículo ha sido elaborado por los alumnos del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute en el marco de una Unidad de Inteligencia.

Desde LISA News, para contribuir al conocimiento colectivo y para impulsar la carrera profesional de los alumnos de LISA Institute, difundimos de forma limitada algunos de los trabajos.

Si quieres saber más sobre cómo se redacta un Informe de Análisis Internacional o como se lleva a cabo un Análisis geopolítico, te recomendamos ver las más de 50 Masterclass organizadas cada año por LISA Institute, en el contexto del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico.

Si quieres formarte en Análisis Internacional o Geopolítica a nivel profesional puedes realizar el Curso de Analista Internacional (3 meses), otros cursos de ámbito Internacional y la Geopolítica o directamente el programa formativo más completo: el Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico (9 meses).


Catar es una monarquía absoluta, que obtuvo su independencia de Reino Unido en el año 1971. Desde su nacimiento como estado, Arabia Saudí ha sido el principal rival de Catar, en el ámbito geopolítico, de seguridad internacional, económico y cultural. Debido a la enorme diferencia en la extensión territorial de ambos países, Arabia Saudí siempre ha tenido el interés de anexionar la pequeña península. Esto a su vez se ve reflejado en las disputas entre las distintas familias gobernantes de la denominada Gran Arabia, que incluyen a Catar, Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos.

Situación geopolítica de Catar

El principal producto de exportación de los países de la península arábiga son los hidrocarburos y en el caso particular de Catar el gas natural licuado (GNL) y su exportación se desarrolló en la década de los años noventa. El yacimiento más importante con el que cuenta es el de North Field-South Pars que constituye la tercera mayor reserva del mundo. Sin embargo, este yacimiento lo comparte con Irán y, en consecuencia, Catar ha tenido que contar con una política exterior muy cercana con este país. Las relaciones han vivido altibajos, pues la Revolución Islámica cambió la dinámica regional, alejando las posturas, entre cataríes e iraníes. A partir de los años 90 las relaciones entre ambos países se han ido intensificando y para Catar se han convertido en un contrapeso a la influencia regional de Arabia Saudí, especialmente, en el actual contexto de rivalidad entre saudíes e iraníes.

Para Catar, la exportación de hidrocarburos supone más de la mitad del Producto Interior Bruto y casi la totalidad de las exportaciones. Desde el desarrollo de su industria, Catar ha estrechado sus relaciones comerciales con China, Corea del Sur, India, Japón, Pakistán y el sudeste asiático, y en menor medida países de la Unión Europea y Gran Bretaña, quienes han aumentado su demanda desde la invasión de Rusia a Ucrania. Su posición económica y diplomática se ha consolidado, mediante la gestión cuidadosa de recursos, inversiones internacionales en países asociados y políticas económicas clave que buscan convertir al país en un enclave estratégico tanto de oriente como de occidente.

  ➡️ Te puede interesar: Curso de Analista Económico Internacional

Catar a su vez es miembro del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que es una organización multilateral regional dirigida por Arabia Saudí que se creó con el objetivo de contrarrestar los efectos de la Revolución Islámica de Irán. Catar se unió a la organización en 1981, antes de que se convirtiera en un exportador importante de GNL y que en consecuencia se llevara a cabo un cambio en su postura política frente a Irán. Esta nueva condición alejó a la península del liderazgo saudí y la posicionó en una situación ambigua frente a algunos de los miembros del CCG, particularmente ante EAU y Bahréin. Por consiguiente, a pesar de la mayor integración económica del bloque, entre 2017 y 2021 sufrió un bloqueo comercial que tendría por consecuencia el fortalecimiento de las relaciones de Catar con sus socios estratégicos extra regionales. 

Uno de sus principales socios estratégicos es EE. UU., quien ocupó la posición hegemónica regional desde que el Reino Unido la perdió entre los años 70 y 80, siguiendo los mismos acuerdos que establecieron los británicos, EE. UU. se comprometió a garantizar la seguridad del emirato, a cambio de generosos acuerdos comerciales y de hidrocarburos. En este sentido, los americanos mantienen toda una serie de centros militares estratégicos, que le permiten controlar la región de Oriente Medio, y hacer de contrapeso a Irán, como lo son el Centcom, la VI flota o la base aérea de Al-Udeid con quienes se renovó el acuerdo por otros 10 años al inicio de 2024.

  ➡️ Te puede interesar: ¿Qué intereses estratégicos se esconden detrás de las inversiones de Arabia Saudí?

La rivalidad catarí-saudí se ve reflejada a su vez en el ámbito cultural y religioso, ya que estos dos países son los únicos de la región que practican el islam wahabí, pero su aplicación es diferente en ambos casos. Mientras que en Catar predomina la aplicación laxa y abierta de la sharía, en Arabia Saudí se tiene una interpretación más conservadora y tradicionalista de la ley religiosa. Sin embargo, a pesar de que en Catar se siguen aplicando las restricciones a los homosexuales y al adulterio, y aún existe la pena capital y los castigos públicos, se practica la tolerancia religiosa y se permite el consumo de alcohol, en ciertos espacios autorizados. Por consiguiente, los cataríes están más abiertos a la recepción de nuevas ideas y tradiciones y esto facilita el intercambio con países de occidente u oriente que no estén alineados ideológicamente.

Modernización y cambio en la política exterior de Catar

En 1995, el Emir Hamad bin Khalifa Al Thani derrocó a su padre en un golpe de estado sin violencia y comenzó a realizar una serie de medidas de modernización que a su vez buscan acercarse políticamente a los valores de occidente y organismos multilaterales como la ONU. Estas medidas incluyen la implementación de una nueva constitución (2004), que creó un nuevo órgano legislativo nacional y un Consejo Central Municipal que pretenden, de manera limitada, democratizar las decisiones que se toman a nivel de gobierno. Al mismo tiempo, se ha creado un plan 2030 en donde Catar aspira a un modelo de crecimiento económico que permita el desarrollo de su sociedad y a un proceso de modernización cultural que le sirva como palanca para afrontar los retos internacionales actuales alineados a países occidentales sin perder sus tradiciones nacionales ni su identidad árabe. 

En este sentido, el Emirato ha empezado a orientar su política exterior en acciones focalizadas hacia el soft power con el objetivo de conseguir la hegemonía cultural frente a sus rivales en Oriente Medio. Su estrategia principal es el uso de la ambigüedad diplomática que le permite evitar los acuerdos absolutos con cualquier estado y le da la flexibilidad política necesaria para desenvolverse en una región inestable y proclive a los enfrentamientos como lo es Oriente Medio. De esta manera, mantiene relaciones aceptables con los países de la región, evitando tomar un bando y así reduciendo las posibilidades de un enfrentamiento directo con los pesos grandes como Arabia Saudí e Irán. Por eso el interés principal de Catar es mantener el statu quo y que ninguna de las potencias regionales obtenga una primacía por encima de las demás y esto lo logra a partir del financiamiento de grupos armados de la región, el uso de su cadena de noticias Al Jazeera, la presencia de bases militares de EE. UU. en su territorio y la realización de eventos deportivos como la Copa Mundial de la FIFA en el 2022 en su territorio entre otros.

Un actor clave para las relaciones internacionales en Oriente Medio

Ya que Catar mantiene relaciones aceptables con todos sus vecinos y se ha proyectado como el ejemplo a seguir de un estado árabe del futuro, se ha convertido en un país clave para la mediación en conflictos regionales. Por eso, sus socios estratégicos en occidente y oriente acuden a ellos para mediar en conflictos militares o comerciales que afecten sus intereses en la zona. Actualmente, existen dos conflictos en los que se están perfilando como posibles mediadores ante la búsqueda de soluciones. El primero es el conflicto entre Israel y Palestina y el segundo son los ataques y hostigamiento de barcos de carga por parte de los Hutíes en el estrecho de Adén.

  ➡️ Te puede interesar: Los 11 focos de conflicto en Oriente Medio y sus claves geopolíticas

En el primer caso, la guerra entre Israel y Palestina se reactivó con el ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre en territorio israelí y el contrataque de Israel continúa hasta el día de hoy. A pesar de la presión de la comunidad internacional por medio de la ONU, la guerra continúa y no parece haber soluciones en el corto plazo para de detenerla. Catar se proyectó desde un inicio como mediador, ya que fue uno de los primeros países que estableció relaciones comerciales con Israel y a su vez ha financiado a Hamás, con quien tiene una relación cercana, ya que algunos de sus líderes viven en Doha. Hasta ahora fueron una pieza clave para la tregua e intercambio de rehenes que se dio desde el 24 hasta el 30 de noviembre de 2023 y están trabajando activamente junto a Egipto para acordar un cese al fuego general en la mayor brevedad posible.

En el segundo caso, y conectado con la guerra en Palestina, los rebeldes hutíes en Yemen, apoyados por Irán, han iniciado una serie de ataques contra la ruta comercial que va hacia el Canal de Suez y pasa por el estrecho de Adén; con el objetivo de poner presión sobre Israel y sus aliados. Esto ha puesto en jaque los intereses económicos de varios países de la UE, Gran Bretaña, EE. UU., Israel e incluso China, quienes han intentado a través de la diplomacia o el uso de la fuerza controlar la situación. Catar ya ha tenido acercamientos con los hutíes en apoyo contra la intervención saudí en Yemen y esto los ha puesto de su lado. Aunque en el conflicto actual Catar asegura que no puede mediar ante los Hutíes, se ha ofrecido como intermediario para negociaciones con Irán, quienes son el principal apoyo de los rebeldes y quienes pueden desescalar las tensiones en el estrecho.

A pesar de que la estrategia catarí ha sido provechosa hasta el momento, el apoyo a grupos rebeldes en distintas zonas del medio oriente, incluyendo sus vecinos cercanos, ha suscitado dudas frente a la integridad de Catar y si es una nación en la que se pueda confiar. Aunque en el corto plazo la postura de la ambigüedad diplomática resultó en una posición geoestratégica favorable, parece difícil de mantener en el largo plazo, especialmente por el aumento de la conflictividad en la región y en el mundo, lo que podría obligar a Catar a tomar un bando más claro o simplemente que exista una pérdida de confianza debido a su falta de compromiso. 

Te puede interesar:

SÉ EL PRIMERO EN COMENTAR

Dejar respuesta:

Por favor, introduce tu comentario!
Introduce tu nombre aquí

Salir de la versión móvil