En los últimos años, el líder ruso Vladímir Putin ha fortalecido considerablemente sus capacidades geopolíticas y armamentísticas. Esta extensión de su fuerza en el panorama mundial está relacionada con sus injerencias en elecciones de otros Estados. El fin último es afianzar la relación con sus homólogos y así también desbancar a Estados Unidos como principal decisor. En este artículo, la alumna del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, Gabriela Andreea Gherghel, explica algunas de las injerencias electorales del Kremlin en Moldavia, Estados Unidos y Ucrania.
No se puede entender la historia de Rusia sin comprender la importancia de la figura que ha representado y sigue representando Vladímir Putin en la esfera nacional e internacional. A pesar de que Vladímir Putin es un líder controvertido e impredecible, muchos expertos aseguran que ha restaurado el esplendor ruso, el orgullo nacional y la posición de Rusia en el mundo tras el trauma nacional de la disolución de la Unión Soviética.
La política nacional de Putin ha logrado crear un ambiente de estabilidad económica y posicionar a Rusia como referente en la exportación de gas natural, petróleo, carbón y trigo a nivel mundial. También ha fortalecido considerablemente la capacidad armamentística de Rusia, lo que ha supuesto la intervención militar del país en varios conflictos como la guerra de Siria o la invasión de Ucrania en 2022, entre otros.
La Rusia de Putin también se caracteriza por la represión política y un régimen personalista. Para entender la actuación del líder del Kremlin es necesario recurrir a la famosa frase de Nicolás Maquiavelo de que «el fin justifica los medios». En este caso, el fin de Vladímir Putin es la creación de un nuevo marco de la realidad en el que Rusia, y no Estados Unidos, es la máxima superpotencia mundial y el epicentro de todas las decisiones y relaciones internacionales en el juego de poderes de la sociedad internacional. Para ello, Vladímir Putin ha volcado toda su política exterior en conseguir aliados para su objetivo y emplear los medios necesarios para ello. Un ejemplo de ello son los ciberataques a otros Estados o la intromisión en las elecciones en otros países.
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Elecciones locales de Moldavia en 2023
Moldavia es un país de influencia muy importante para Rusia. El país se divide entre moldavos rumanoparlantes y rusoparlantes, pero sobre todo, lo que más le interesa al Kremlin de Moldavia es Transnistria. Una pequeña región rusófona que se ha autodeclarado república independiente de Chisináu y aspira a pasar a formar parte de la Federación Rusa. Este interés se ha podido percibir sobre todo tras la invasión de Rusia a Ucrania. Muchos analistas señalaban que el modus operandi en Ucrania posteriormente también se daría en Moldavia para anexionarse completamente Transnistria.
En 2020 Moldavia celebró unas elecciones presidenciales que preocuparon a Moscú, pues los resultados otorgaron la victoria al partido proeuropeo Partido de Acción y Solidaridad. Esta agrupación política es opuesta a la política prorrusa de su candidato Igor Dodon, político que contaba con el apoyo explícito del Kremlin.
Posteriormente, en noviembre de 2023, en Moldavia tuvieron lugar los comicios locales, los primeros en el país desde la invasión rusa de Ucrania. Lo llamativo de estas elecciones fue la prohibición del partido prorruso Chance como consecuencia de la publicación de la Agencia Nacional de Inteligencia de Moldavia de un informe en el que se recogían los intentos del Kremlin de influir en los comicios.
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Según declaró el primer ministro moldavo en un discurso a la nación, Dorin Reean: «La Federación Rusa no puede entrar hoy en Moldavia con tanques, como entró en Ucrania. En cambio, entran con el crimen organizado, financiado con decenas de millones de euros, dinero sucio, para corromper la justicia, corromper funcionarios públicos, financiar ataques cibernéticos, socavar las instituciones del Estado. Vemos la guerra híbrida con todo su arsenal».
De igual modo, la CNN aseguró que hay un documento elaborado por la Dirección de Cooperación Transfronteriza del FSB, llamado «Objetivos estratégicos de la Federación de Rusia en la República de Moldavia». En las cinco páginas que constituyen este plan se plantean algunas medidas para conseguir «la oposición a la política de Rumanía en la República de Moldavia» y «la oposición a la cooperación entre la República de Moldavia y la OTAN».
A pesar de que actualmente Moldavia se encuentra dividido entre las posturas proccidentales y las prorrusas, todavía no se ha demostrado la intervención directa de Vladímir Putin en las elecciones presidenciales ni locales moldavas.
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Elecciones regionales y municipales en las cuatro provincias anexionadas por Rusia en 2023
Con el avance de la guerra en Ucrania, Rusia controla las cuatro regiones fronterizas que más interesan al Kremlin: las provincias de Donetsk y Lugansk (el Donbás), Zaporiyia y Jersón. El 30 de septiembre de 2022 Rusia anunció la anexión y posterior incorporación al territorio ruso de las cuatro regiones ucranianas. Todo ello, tras la consulta popular de unos pseudorreferéndums que no fueron reconocidos por el gobierno de Kiev ni por la comunidad internacional. Para asegurar su legitimidad frente a la comunidad internacional, Rusia optó por seguir con la celebración de los comicios regionales y municipales en estas cuatro regiones en agosto y septiembre de 2023.
No obstante, se ha cuestionado la fiabilidad de estas elecciones como consecuencia de la falta de candidatos independientes que no sean miembros de partidos respaldados por el Kremlin, según señalan los servicios de inteligencia británicos. Se suma el hecho de que no se ha contado el total de las papeletas y que, además, hay escasa información sobre los resultados electorales. Sin embargo, en las cuatro regiones han ganado los candidatos propuestos y apoyados por Vladímir Putin: Denís Pushilin (Donetsk), Leonid Pasechnik (Lugansk), Yevgueni Balitzki (Zaporiyia) y Vladímir Saldo (Jersón).
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Elecciones generales de Rusia en 2021
Vladímir Putin es el mandatario ruso que más tiempo lleva en el poder desde la caída de la Unión Soviética en 1991. Concretamente, ha gobernado durante dieciocho años el país, de los cuales ocho de ellos han sido consecutivos (2000-2008). Solamente con una breve pausa de cuatro años tras la elección de Dmitri Medvédev como presidente en el mandato de 2008 a 2012. Sin embargo, Vladímir Putin fue reelegido por tercera vez en su carrera política como presidente ruso en 2012, y una cuarta vez en 2018 con una mayoría del 79,69% de los votos.
Su último mandato inició en 2021 y terminará en 2024, pero que se podría prolongar hasta 2036, tras la aprobación de una enmienda que le permitiría extender de cuatro a seis años el cargo presidencial. De esta forma, podría presentarse nuevamente en 2030 ejerciendo otros seis años en el poder, sumando así doce años más a los dieciocho en los que lleva siendo presidente.
Sin embargo, su reelección en 2021 estuvo envuelta en críticas y acusaciones de fraude electoral por parte de la oposición. El partido de Vladímir Putin, Rusia Unida ganó con el 50% de los votos a favor, mientras que el Partido Comunista, dirigido por Alexei Navalny, solamente obtuvo el 19%.
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Las acusaciones de fraude se dieron a raíz de la calificación de Alexei Navalny y sus aliados como extremistas, lo que imposibilitó su participación en los comicios. Así como el posicionamiento del Departamento de Estado de Estados Unidos en el que se consideraba que las elecciones no se habrían desarrollado de manera transparente y justa. La Unión Europea también se mostró a favor de la postura de Estados Unidos y levantó serías sospechas sobre el funcionamiento democrático ruso.
En las declaraciones recogidas por Euronews, el ayudante de Navalny, Lyubov Sobol manifestó que «con un número tan colosal de violaciones, los resultados de las elecciones a la Duma Estatal no pueden ser reconocidos como limpios, honestos o legítimos». Actualmente, no se ha podido comprobar la veracidad del fraude electoral, no obstante, la oposición sigue apuntando a que sus sospechas cuentan con un fundamento real.
Vladímir Putin por su parte, destacó que las elecciones no se habían alterado y que la ciudadanía había votado a Rusia Unida a través de un proceso competitivo, honesto y abierto. Aunque no se ha podido comprobar la veracidad del fraude electoral, no obstante, la oposición sigue apuntando a que sus sospechas tienen un fundamento real.
Elecciones de Estados Unidos en 2016
En 2016 terminó el mandato del presidente demócrata, Barack Obama y las elecciones presidenciales de ese mismo año se estaban disputando entre el candidato republicano, Donald Trump y la candidata demócrata, Hillary Clinton. Vladímir Putin mostró su preferencia por Trump y esto se observó más acentuadamente en las favorables relaciones bilaterales que mantuvieron Rusia y Estados Unidos bajo la presidencia de Trump, un acercamiento nunca visto entre Moscú y Washington.
Donald Trump se convirtió en el quinto presidente de los Estados Unidos con 304 votos a frente a los 227 obtenidos por Clinton, a pesar de esta última ganar con un 48,2% el voto popular nacional. Sin embargo, el propio sistema de funcionamiento de elecciones estadounidense otorgó la victoria a Trump por haber conseguido votos en los Estados con más escaños.
Tras el anuncio del resultado de las elecciones Rusia fue acusada de interferir en los comicios estadounidenses mediante el hackeo del correo electrónico del Comité Nacional del Partido Demócrata y del jefe de campaña de Hillary Clinton. Así como por difundir desinformación sobre Clinton para denigrar su imagen y conseguir que la ciudadanía simpatizase más con Donald Trump.
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Una investigación de The Conversation destacó que la campaña de desinformación empezó incluso antes de 2016. «Entre enero de 2015 y agosto de 2017 Facebook detectó conexiones de la empresa rusa Internet Research Agency con 80 000 de sus publicaciones a través de más de 470 cuentas distintas. Del mismo modo, se vinculó un total de 50258 cuentas de Twitter con bots rusos (cuentas falsas programadas para compartir información falsa) durante el periodo electoral de 2016. Esos bots estuvieron detrás de más de 3,8 millones de tuits, en torno al 19 % del total de los relacionados con las presidenciales de 2016. Aproximadamente el 80% tuvieron un comportamiento que favoreció a Donald Trump, y la mayoría usaban hashtags como #donaldtrump, #trump2016, #neverhillary o #trumppence16».
De igual modo, un informe elaborado por las agencias de inteligencia estadounidenses destacó que Vladímir Putin habría ordenado personalmente la puesta en marcha de la campaña de desinformación contra Hillary Clinton. Esta actuación podría ser interpretada como una represalia contra Clinton como consecuencia de los disturbios ocurridos en Moscú en diciembre de 2011 tras el anuncio de su nueva candidatura presidencial. Sobre las cuales, Putin acusó personalmente a la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton de haber intervenido en los comicios rusos.