LISA Challenge: Geopolitic Task #1
Reto: Los participantes de este LISA Challenge presentaron un análisis prospectivo en el ámbito de la defensa, cumpliendo las instrucciones para participar en este desafío.
- En la primera fase, un jurado experto formado por miembros de LISA Institute seleccionó los 10 mejores análisis presentados.
- En la segunda fase, los 10 análisis finalistas entraron a participar en una votación pública a través de un formulario público, cuyo objetivo fue votar para seleccionar al ORO, PLATA y BRONCE del LISA Challenge.
🏆 FINALISTA #4 🏆
Título: La amenaza NBQ, defensa ante lo desconocido.
Finalista: Francisco Javier Sánchez Díaz. Responsable de laboratorio en la Fundación de Investigación de la Universidad de Sevilla. Director de Cooperación Internacional en la Federación Española de Actividades Subacuáticas. Delegado de Ciencia y Medio Ambiente en la Federación Andaluza de Actividades Subacuáticas. Instructor de buceo. Reservista voluntario en Infantería de Marina de la Armada Española.
Posición (primera fase): #2
Posición (segunda fase): #4
Análisis
Resumen
Las catástrofes nucleares, los ataques con agentes químicos o biológicos y la aparición de nuevas pandemias, son posibles escenarios de emergencia NBQ de los que debemos ser conscientes y establecer las oportunas medidas de prevención y reacción.
En primer lugar, el resurgimiento de la amenaza nuclear es una preocupación creciente debido al aumento del gasto en armamento nuclear y la expansión de la industria de energía nuclear.
Ambos factores desembocan en la proliferación de productos radiactivos y la posibilidad de que actores no estatales accedan a materiales susceptibles de ser utilizados para la fabricación de bombas sucias requieren controles internacionales más estrictos.
Por su parte, los avances en ingeniería genética y biología sintética aumentan el riesgo de la creación de agentes biológicos, lo que exige una estrecha colaboración con instituciones de investigación para establecer alertas tempranas.
La amenaza química también persiste, y aunque los agentes químicos son más detectables, el uso de la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías en la investigación de nuevos agentes es un factor que debemos tener en cuenta.
En el caso de la amenaza proveniente de Estados, es imprescindible un mayor compromiso y cumplimiento de los tratados firmados y la cooperación que facilite el trabajo a los organismos de verificación internacionales.
En cuanto a los actores no estatales, es crucial implementar programas de vigilancia y control, así como colaborar con instituciones científicas para mantener la defensa NBQ a la vanguardia de la técnica.
Por último y ante la amenaza de que todos los controles y alertas tempranas fallaran, no debemos dejar de mantener actualizados todos los planes de contingencia y medidas de contención.
Introducción
Cuando hablamos de prospectiva aplicada a la amenaza NBQ, existe en el imaginario colectivo una serie de escenarios que nunca querríamos experimentar.
Escenarios postapocalípticos fruto de explosiones nucleares, férreos controles fronterizos custodiados por militares enfundados en sus EPIs o estremecedoras imágenes de las consecuencias de ataques con armas químicas.
Este análisis, pretende poner en solfa algunos de los posibles factores conductores que nos ayuden a anticiparnos y evitar en la medida de lo posible los escenarios fruto de agentes NBQ.
Para ellos tendremos en cuenta tanto las amenazas de conflictos entre Estados, fruto de la creciente tensión internacional, como las amenazas provenientes de actores no estatales y su posible capacidad de perpetrar atentados terroristas de tipo NBQ.
Posibles escenarios de emergencia NBQ
El resurgimiento de la amenaza nuclear
Desde la prueba Trinity en el verano de 1945, el arsenal nuclear mundial no paró de crecer hasta su máximo histórico de más de 70K cabezas nucleares en 1986, desde entonces se ha ido reduciendo su número hasta las 12K cabezas nucleares actuales, no obstante, en los últimos 5 años se ha producido un incremento del 34.04% del gasto en armamento nuclear.
Este cambio de tendencia hacia un posible rearme, es el primero de los factores conductores que nos pueden conducir a un escenario nuclear.
Por otra parte, la inclusión de la energía nuclear en la lista de actividades medioambientalmente sostenible por parte del Parlamento Europeo, han hecho crecer el mercado de uranio, con un aumento de las explotaciones, en los principales países productores.
Este incremento en la presencia de productos radioactivos alrededor del mundo, podría constituir un segundo factor conductor ante el que habría que continuar implementando controles internacionales.
Aunque si bien el uranio altamente enriquecido necesario para la producción de armas nucleares sigue siendo de difícil acceso, los subproductos de la industria energética también podrían ser usados con fines terroristas, por lo que es conveniente que pongamos el foco en actores no estatales y su capacidad de uso de armas con capacidad radiactivas, las conocidas como bombas sucias.
Por tanto, ante un posible escenario de resurgimiento de la industria nuclear es imperativo un control más exhaustivo de todos los procesos y productos con capacidad radiactiva.
El riesgo Biológico, más allá del SARS-CoV2
La crisis provocada por el COVID-19 ha constatado la importancia de la amenaza biológica y cómo las consecuencias han superado los peores escenarios previstos, pero… ¿podría ser peor?
Imaginemos por un momento un virus con una elevada tasa de transmisibilidad, como es el caso del SARS-CoV2, que a la vez presentase una alta tasa de mortalidad similar a la del Ébola, con entre un 43 y 74% y con un largo periodo de latencia como es el caso del VIH.
Afortunadamente estos tres factores son consecuencia de la propia genética del virus, y un caso como el que proponemos difícilmente podría darse de forma natural.
No obstante, los avances en ingeniería genética y biología sintética hacen posibles los escenarios con agentes biológicos como los anteriormente comentados, por lo que para encontrar los factores conductores que nos lleven a estos escenario, habríamos de interesarnos por los avances científicos y establecer redes de colaboración con Universidades e instituciones de investigación para poder establecer las adecuadas alertas tempranas.
El otro factor conductor sería la aparición de laboratorios con estas capacidades en Estados fallidos, presentando gran complejidad a la hora de monitorizar ya que los requerimientos técnicos de este tipo de laboratorio no son en absoluto complejos ni difíciles de adquirir.
Además, una dificultad añadida a la hora de catalogar factores relacionados con el bioterrorismo sería el doble uso, ya que cualquier organización delictiva podría ocultarse tras instituciones pantalla cuya base de conocimiento, personal y requerimientos técnicos coinciden en gran medida con los de fines legítimos y loables como la investigación biomédica.
¿El resurgir de la guerra química?
En cuanto a los ataques con armas químicas, a lo largo de la historia existen precedentes de su uso por parte de Estados, por lo que los organismos internacionales deberían aumentar los controles y garantizar el cumplimiento del convenio.
Aunque es cierto que los agentes químicos presentan por su naturaleza una mayor detectabilidad y trazabilidad que los agentes biológicos, en cuanto a medidas preventivas podríamos establecer grandes similitudes entre ambos tipos de amenazas.
Un caso singular al que se debería prestar atención es el uso de las nuevas tecnologías, un ejemplo es el uso de la IA aplicadas a la investigación de nuevos agentes químicos, como ha demostrado el laboratorio Collaborations Pharma al descubrir con el uso de IA 40000 moléculas susceptibles de ser usadas como armas químicas.
Conclusiones
La amenaza NBQ es tan desconocida como real, mientras que organismos internacionales establecen todo tipo de controles y abogan por la eliminación de los distintos tipos de agentes, algunos Estados siguen desarrollando este tipo de tecnologías amparándose en la disuasión, la legítima defensa o la investigación preventiva.
Por otro lado la amenaza terrorista con cada vez más recursos, ve como el crecimiento exponencial de los avances científico técnicos le ha abierto las puertas de par en par al acceso a conocimientos susceptibles de ser usados para acometer ataques de esta índole.
Ante esta perspectiva es imperativo la implementación de programas efectivos de vigilancia y control en cuanto al personal, las técnicas y los medios necesarios para el desarrollo de agentes NBQ.
Para ello, es imprescindible el establecimiento de estrechas relaciones entre los organismos de seguridad nacional e instituciones científicas como universidades y centros de investigación, con el objetivo de establecer las adecuadas alertas tempranas.
Además de dichas colaboraciones, la implementación de programas experimentales en los que se simulasen los requerimientos y viabilidad del desarrollo de agentes NBQ por parte de actores no estatales, serían tremendamente útiles para el establecimiento de las mencionadas alertas tempranas.
Por último, previendo el peor de los escenarios, resulta imprescindible la actualización constante de planes de contingencia y medidas de contención ante el caso de que se produjera una emergencia NBQ.
La amenaza NBQ es una amenaza real y global, por lo que son necesarias medidas para fomentar la colaboración internacional en materia de prevención y reacción.