Inicio Geopolítica Conflictos bélicos del siglo XXI: disrupción y nuevas tendencias

Conflictos bélicos del siglo XXI: disrupción y nuevas tendencias

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Los conflictos del siglo XXI han roto las certezas heredadas del pasado y han devuelto la guerra convencional al centro del escenario internacional. Ucrania, Gaza o el Sahel muestran un entorno VUCA donde conviven actores estatales y no estatales, tecnologías disruptivas y doctrinas en transformación. En este artículo, Borja Secilla, alumno del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, explica como los drones, inteligencia artificial, ciberespacio y guerra híbrida redefinen el campo de batalla, obligando a los Estados a revisar sus tácticas, invertir en defensa y adaptarse a una forma de guerra más compleja, difusa y deshumanizada.

«No sé cómo será la Tercera Guerra Mundial. Sólo sé que la cuarta se librará con piedras y lanzas». -Albert Einstein-

El siglo XX ha sido un periodo caracterizado por ser eminentemente convulso, marcado por conflictos convencionales de alta intensidad como las dos guerras mundiales; y otros como la Guerra Fría, donde las actividades encubiertas y conflictos indirectos entre naciones estaban a la orden del día.

No obstante, el siglo XXI ha mantenido ideas y conceptos propios de anteriores siglos y roto esquemas preconcebidos tales como la hipotética imposibilidad de un nuevo conflicto convencional en suelo europeo y guerras libradas entre soldados y medios militares regulares, abriendo y reforzando la idea del entorno actual que nos ocupa, el entorno VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo).

La preponderancia de conflictos actuales como son la Guerra de Ucrania, la Guerra de Gaza, o amenazas terroristas como la propia del Sahel hacen clave un desarrollo y cambio de paradigma en las tácticas, técnicas y procedimientos (TTP) militares, así como una mayor inversión en I+D+i de Defensa.

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Características de los nuevos conflictos

“Aquellos pueblos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo” -George Santayana-

El siglo XXI ha supuesto una revolución total en cuanto al nacimiento de nuevos actores no estatales, tecnologías disruptivas como ya presenció la sociedad durante la Primera Guerra Mundial, nuevos procedimientos doctrinales y otros adaptados a los nuevos tiempos; y entornos complejos y cambiantes que obligan a realizar planeamientos meticulosos y tener en consideración una gran variedad de factores propios y externos.

Los actores

El nacimiento de un mundo multipolar ha propiciado la existencia de actores estatales y no estatales que pugnan por el poder absoluto en un entorno en el que se difumina bastante la frontera entre combatientes y civiles.

  • Actores estatales: Estados Unidos, si bien ha gozado del poder absoluto en un mundo unipolar a finales del siglo XX, se enfrenta en la actualidad a diferentes potencias como China y Rusia que igualan al gigante americano. Sin embargo, han surgido organizaciones internacionales como alternativas a la OTAN, con aspiraciones similares y que rivalizan a Occidente (como ya lo hizo el Pacto de Varsovia durante la Guerra Fría) siendo el caso, por ejemplo, de los famosos BRICS compuestos por Brasil, Rusia, India, Corea del Norte y Sudáfrica.
  • Actores no estatales: Estos actores están movidos por diversas motivaciones, ya sean económicas con implicación de mercenarios y contratistas que han hecho de la guerra un negocio, como es el caso del Grupo Wagner; religiosas con el terrorismo islamista de grupos transnacionales como el Estado Islámico o el Daesh, o regionales como Hamás o Hezbolá; y políticos con cibergrupos al servicio de gobiernos para los que trabajan o incluso los mercenarios descritos arriba.

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La tecnología

  • Unmanned Aerial Vehicles (UAV) o Vehículos Aéreos No Tripulados: El empleo de esta tecnología no es una novedad en los conflictos actuales, dado que todas las potencias ya contaban con Sistemas de Aviones Pilotados Remotamente (RPAS) de ala fija de media y gran envergadura para llevar a cabo desde operaciones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) como el Mk III Searcher español a incluso operaciones de ataque a objetivos de gran valor (HVT) enemigos como los MQ-1 Predator empleados en Afganistán. Incluso se han empleado municiones merodeadoras y pequeños drones de Clase I en conflictos como el de Armenia y Azerbaiyán de 2020. Sin embargo, su proliferación en la Guerra de Ucrania ha supuesto una revolución en todo el mundo, incentivando a todos los Estados a adaptar sus ejércitos para pilotar estos artefactos. Para rechazar a Rusia y destruir sus sistemas de armas, Ucrania se ha valido de drones kamikaze de fabricación propia de First Person View (FPV) con una granada que explosiona con el impacto directo del dron contra una superficie y los drones de ataque, es decir aquellos cuadricópteros con granadas acopladas que las dejan caer desde gran altura para la activación de su espoleta.
  • Unmanned Ground Vehicles (UGV) o Vehículos Terrestres No Tripulados: Con el desarrollo de drones en el campo de batalla que ahorran en gran medida bajas humanas, no es de extrañar que se hayan realizado pruebas para crear “robots soldado” impulsados por ruedas/cadenas de forma remota con ametralladoras y lanzagranadas acoplados o incluso perros robot con prestaciones similares. Sirve de referencia aquellos robots empleados para desactivación de explosivos que reducen significativamente las bajas de los soldados desactivadores de explosivos (EOD). También son destacables las pruebas realizadas de vehículos autónomos para transporte de material logístico, equipamiento y bajas propias, lo que reduce la carga física del combatiente.
  • Protección: En este aspecto es destacable la protección activa de vehículos terrestres (como el Shtora ruso o el Trophy israelí) que evita el impacto de misiles sobre la superficie del medio sobre el que se emplea, y la pasiva con el blindaje de rejilla (slat armor) por toda la superficie de los vehículos blindados a fin de evitar la destrucción de los mismos por drones, municiones merodeadoras o misiles antitanque. Además, para hacer frente a la amenaza UAV ya se está invirtiendo en redes que atrapan drones y armamento con elevada cadencia para destruirlos.
  • Inteligencia artificial: A día de hoy ya se está intentando implementar la IA para controlar enjambre de drones de forma autónoma e incluso la propia cadena de mando de los propios ejércitos modernos. No obstante, hay mucha controversia al respecto, ya que dicha IA sólo tiene en cuenta la mejor solución posible dejando en un segundo plano el número de bajas propias necesarias para alcanzar la victoria, deshumanizando aún más los fututos conflictos. Otro ejemplo es el programa Shtum ruso, que pretende insertar un cerebro IA sobre el chasis del carro de combate T-72B3.
  • Guerra electrónica: Las interferencias en los sistemas de comunicaciones para socavar la cadena de mando ha formado parte de los ataques previos a la invasión rusa como parte de su propia doctrina, y ha seguido en uso para inhibir las frecuencias de los drones empleados por el adversario. Para evitar este problema han surgido los conocidos como drones cautivos que están controlados por fibra óptica a fin de evitar el efecto de los inhibidores enemigos.
  • Ciberespacio: Se ha convertido en un nuevo dominio de conflicto, donde es posible aprovechar puertas traseras y vulnerabilidades para infringir devastadores efectos al adversario. También se emplean de forma masiva las redes sociales para obtener la posición del enemigo mediante imágenes o como propaganda. El nuevo papel que toman satélites civiles y militares, así como sus respectivas empresas y corporaciones han hecho de la inteligencia en tiempo real IMINT (inteligencia de imágenes) una disciplina fundamental en los conflictos actuales.

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La doctrina

Las técnicas, tácticas y procedimientos (TTP) del siglo pasado que sirvieron para hacer frente a actores y tecnologías de aquella época no son completamente viables en este momento de la historia. Si bien es cierto que es posible modificarlas para aprovechar algunos conceptos interesantes, es necesario estudiar las nuevas amenazas para crear una doctrina adecuada al nuevo siglo.

Conceptos recuperados

  • Guerra de trincheras: En Rusia tiene lugar un fenómeno conocido como la Raspútitsa, que ocurre por la infiltración de agua en el suelo, constituyendo así un mar de lodo en el momento de la fusión de la nieve en primavera y durante las lluvias de otoño. Esto ocasiona un problema para construir y mantener libres de lodo e infecciones las trincheras, originales de la Primera Guerra Mundial. Consideradas como obsoletas vuelven a aparecer ante el estancamiento progresivo del frente de batalla en la estepa oriental, y compartiendo las mismas problemáticas que hace 100 años, con el empleo de drones en vez de proyectiles de artillería y el consecuente impacto en la moral del combatiente, tanto por los efectos devastadores de las municiones como por el sonido que los caracteriza.
  • Combate generalizado: Propio de la Segunda Guerra Mundial, ha abierto los ojos a Occidente, que había abandonado el concepto de guerra convencional e invertido su presupuesto de Defensa en medios orientados a la contrainsurgencia propia de Irak y Afganistán. El primer cuarto de este siglo ha demostrado que un conflicto a gran escala en Europa es perfectamente plausible.
  • Disuasión nuclear: La Guerra Fría se caracterizó por tensos episodios en los que una escalada del conflicto, el empleo de ojivas nucleares y la ulterior destrucción mutua asegurada era posible, erradicando 1/5 de la población mundial. A día de hoy sigue teniéndose en cuenta esta posibilidad a la hora de barajar ataques masivos a otras potencias con capacidades nucleares.

Nuevos conceptos

  • Guerra híbrida y multidominio: El modelo de acción de Rusia se basa en la Maskirovska, la provocación para probar la fuerza política de países objetivo, gobiernos títere, ataques de falsa bandera efectuados por tropas de operaciones especiales sin identificación a la vista en zona gris y la consecuente negación por el Kremlin de la autoría rusa de los ataques perpetrados. Los atentados terroristas y la insurgencia también son guerra híbrida contra un enemigo tecnológicamente superior, así como la zona gris existente entre España y Marruecos.
  • Guerra de la información: La información es poder, y ganar los corazones y mentes de la sociedad en la que se opera y la opinión internacional es fundamental para llevar a cabo operaciones con garantías de éxito y conseguir los objetivos estratégicos marcados. No es algo nuevo de este siglo el empleo de la información, en la Guerra de Vietnam se empleó la información para concienciar a la población estadounidense. Empero en este nuevo siglo, la guerra de la información ha alcanzado otro nivel, pues es posible ver combates a gran resolución, por todo el público desde plataformas como Youtube, grabados por móviles y cámaras adosadas a los combatientes e incluso desde drones que retransmiten combates entre infantería a pie, medios mecanizados-acorazados o robóticos. Además, la manipulación de narrativas, fake news y guerra cognitiva con el objeto de modificar la percepción general está a la orden del día en páginas como Sputnik, financiada y afín al gobierno ruso. Los ataques a infraestructuras civiles y campañas PSYOPS (operaciones psicológicas) en Irak y Afganistán forman parte de este concepto.
  • Nuevo rumbo: Estados Unidos es consciente que debe modificar su doctrina contra actores avanzados tecnológicamente a los que no puede hacer frente en conflictos de alta intensidad como es el caso de China. Esta es la razón por la cual los Marines han cambiado de enfoque con su nuevo plan Force Design 2030, sustituyendo su doctrina obsoleta de empleo masivo de medios anfibios en masa por incursiones de pequeños equipos en diferentes archipiélagos con capacidad para obtención de información, supervivencia e integración con la población civil. Acorde a este nuevo enfoque han empezado a cambiar ciertos aspectos de esta fuerza expedicionaria para hacerla más ágil y autosuficiente; están sustituyendo sus pesados medios anfibios de cadenas AAV-7A1 por nuevos vehículos sobre ruedas ACV-30, han eliminado los carros de combate M1 Abrams de su orgánica terrestre y han empezado a adquirir embarcaciones de pequeña eslora para llevar a cabo futuras infiltraciones y reducir la silueta ofrecida al enemigo.

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Conclusiones

“Para que el mal triunfe solo se necesita que los hombres buenos no hagan nada” -Edmund Burke-

En resumen, ante esta progresiva transformación del campo de batalla, que ha aumentado en complejidad, alcance, organizaciones y países implicados, sólo queda analizar y extraer lecciones aprendidas de los conflictos más reseñables que tienen lugar actualmente y que puedan implementarse a la mayor brevedad posible en los ejércitos occidentales a fin de alcanzar una adecuada preparación, acorde con una fuerza de combate moderna, flexible y adaptada a los nuevos tiempos.Por consiguiente, mayores inversiones en personal, tecnología UAV, robótica e IA, medios convencionales y una revisión a conciencia de la doctrina actual se consideran fundamentales para sostener operaciones de envergadura y llevarlas a cabo en las mejores condiciones posibles.

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