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¿Qué es el Hukou? El sistema de registro de hogares en China

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China LISA News

Imagina que tu futuro dependiera exclusivamente del lugar en el que naciste, donde un pasaporte interno determina tu lugar de residencia y tus oportunidades. El Hukou, como un cordón invisible, ata a la población a su lugar de origen.

Traducido como «registro de residencia»,  ha sido durante décadas un pilar fundamental del control migratorio y económico en China. Dirigido por el Ministerio de Seguridad Pública, resulta ser un censo demográfico con mucha miga en su interior. Define no solo la identidad y residencia de cada individuo, también su acceso a servicios sociales y oportunidades laborales según el lugar de procedencia. 

El continuo flujo migratorio interno, en realidad, ha sido un motor fundamental del crecimiento económico en China, impulsando la expansión de cadenas de bajo valor añadido y consolidando al país como la «fábrica del mundo» a ojos del resto. Sin embargo, este éxodo masivo ha llegado al límite, dejando al área rural en declive, mientras que el sistema Hukou ha exacerbado las diferencias entre las oportunidades y la calidad de vida de los ciudadanos urbanos y rurales. Aunque este sistema ha sido fundamental en la columna vertebral de la economía china, ahora aboga por una reforma. La limitación del movimiento migratorio interno y las desigualdades en el acceso a los servicios sociales desincentivan el consumo interno y aumentan la dependencia del comercio exterior. Como resultado, la economía de China está experimentando un declive gradual y una creciente preocupación por su futuro hegemónico.

Origen y evolución del Hokuo

El sistema del Hukou, por novedoso que parezca, tiene sus raíces en la antigua China imperial, donde existían sistemas de registro de población y residencia como el sistema Baojía. Durante la dinastía Qin (221-206 a.C.), se estableció uno de los primeros registros conocidos. Sin embargo, fue durante la dinastía Han (206 a.C. – 220 d.C.) cuando se implementó formalmente un sistema para registrar a los ciudadanos y sus hogares, con el objetivo de mantener registros de población, asignar impuestos y reclutar soldados.

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Bajo el gobierno comunista, después de 1949, el sistema de Hukou se desarrolló significativamente como una forma de controlar y planificar la mano de obra, así como la distribución de los recursos. Establecido oficialmente en 1958, durante la época maoísta, el sistema ya asignaba un Hukou urbano o rural. A medida que China experimentó un fuerte crecimiento económico después de su entrada en la Organización Mundial del Comercio, se produjo un éxodo masivo de trabajadores rurales hacia las zonas urbanas en busca de mejores oportunidades de empleo. Esto ha llevado a una significativa migración interna, con millones de personas viviendo en áreas que no corresponden a su registro de Hukou.

Tipos de Hukou y funcionamiento

En la actualidad, existen diferentes tipos de Hukou y su utilidad también varía. China no es el único país que lo implementa. Taiwán también tiene un sistema parecido, aunque su utilidad se limita a ser una herramienta censal para gestionar datos.

El “Reglamento de la República Popular China sobre el Registro Hukou” es el manual que dicta el funcionamiento de esta herramienta. En un plazo no superior a 30 días, la familia debe iniciar el proceso del registro del menor, similar a cualquier país. Dejando constancia de su ciudadanía, sus datos biométricos y su residencia permanente. Una vez establecido su hogar de residencia, heredará de sus padres, prioritariamente el de la madre, el mismo Hukou, con el objetivo de mantener las comunidades rurales y controlar los movimientos sociales. 

Siempre han existido diferentes grupos internos dentro del Hukou para clasificar personas. Rurales, urbanos, locales y no locales. Se entiende por rurales a aquellas personas que residen en el campo y cuya profesión emana del sector primario. Se entiende por urbanos a aquellas personas que habitan en las grandes ciudades y cuya actividad profesional se desarrolla allí. Se entiende por local a las personas que residen en su ciudad. Se entiende por no local a las personas de ciudades en otras ciudades.  Formando así las 4 categorías: urbano-local, rural-local, urbano-no local, rural- no local.

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Dependiendo del tipo de Hukou que obtengas tendrás acceso a una serie de recursos exclusivos al lugar de procedencia. Aunque en 2014, a través del «Nuevo Plan para la urbanización», se eliminaron 2 distensiones para evitar más discriminaciones. La distinción entre local y no local se mantienen como si actuasen de forma «Tipo 1» y «Tipo 2». Simplificando la teoría. El resultado: un permiso permanente o temporal exclusivo a una ciudad

La idea de este cambio coge sentido tras el proceso de urbanización de 2014-2020. Desde el gobierno, trataron de eliminar la distensión campo-ciudad por la cantidad zonas urbanas nuevas que habían surgido. Por tanto, esas nuevas ciudades no podían tener la misma condición que el resto de grandes urbes. Aunque trataron de paliar diferencias, el resultado ha sido el contrario. Las dinámicas han cambiado, es diferente trasladarse a la capital que a otra ciudad. Ahora existen muros urbanos. No es solo del campo a la ciudad, es el Hukou de una ciudad frente al de otra. Aumentado aún más las diferencias entre todo tipo de diferentes localidades. 

Movilidad Restringida, salud comprometida y falta de derechos

Este registro de residencias se antepone a la voluntad de las personas y marca el destino de los nombres que componen sus listas. Tras su aparente simplicidad y control administrativo, emerge un panorama complejo y limitado que teje un tapiz socia lleno de contrastes y desigualdades. Las ramificaciones de este sistema definen la accesibilidad a servicios y derechos.

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Documentos oficiales de UNU-Wider defienden que el Hukou sí puede afectar a la salud de las personas. Está demostrado, a grandes escalas, que aquellos ciudadanos que poseen una condición urbana tienen un índice de salud más favorable. Esto se debe al acceso de mejores seguros y servicios sanitarios. Además, la búsqueda de revertir el Hukou y encontrar nuevas oportunidades obliga a las familias a emigrar a las grandes ciudades. Principalmente, a zonas urbanas donde solo pueden acceder a estos servicios de forma privada. Aumentado la presión económica sobre estas personas que en repetidas ocasiones deben buscar alternativas médicas, remedios caseros o médicos ilegales, por su alto coste y la inaccesibilidad a los servicios básicos en zonas modernas.

Para algunos, conservar un Hukou rural es una lucha por mantener esa posesión, puesto que no son propietarios de las tierras que trabajan y que abandonan por buscar nuevas oportunidades. Por tanto, no existe un mercado real de trabajo. Las familias rurales a menudo se dividen. Mientras un miembro busca obtener un Hukou mejor, otro lucha por conservar el que tienen.

Esta búsqueda de la prosperidad, consecuencia directa del Hukou, choca directamente con el objetivo de esta propia herramienta. Pues este instrumento no solo no ha frenado la migración, tampoco ha controlado estos movimientos migratorios y, es más, ha aumentado la desigualdad entre los propios ciudadanos. ¿Pero, es un fallo del sistema o un objetivo económico oculto? Las desigualdades son mayores que nunca y pese a que se quieran paliar sin repercutir en la economía, la respuesta no es eficaz.  

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Grandes analistas de este sistema sostienen que, aunque la tendencia actual del mercado pueda provocar un éxodo rural, este fenómeno es sinónimo de progreso. Las ciudades chinas pueden estar superpobladas, como en la mayoría de las ciudades asiáticas, con un índice de densidad mayor, pero bien controladas. El problema no es la cantidad de personas que viven en una ciudad, sino la forma de crecimiento que han tenido. No son un problema cuando es el propio mercado quien permite su crecimiento, puesto que regula de forma natural su habitabilidad. El problema viene con el crecimiento artificial de una ciudad, impuesto por el Estado y por la cantidad de recursos que se le destina. La decadencia rural, aunque tenga serias preocupaciones, es un mecanismo de mercado cíclico que luego puede provocar una vuelta al campo cuando las ciudades llegan a su límite natural. 

La atracción del talento es otra de las repercusiones de este sistema. Grandes empresas tienen como incentivo la reconversión del Hukou para contratar empleados altamente cualificados. Al fin y al cabo, el cambio legal de residencia no deja de ser un proceso indescifrable, muy complejo y exclusivo. Antiguamente, se aplicaba un sello azul para estos casos. Al igual que tenían un sello verde, las personas con doble nacionalidad en el extranjero. Medidas enfocadas para evitar una «fuga de cerebros».

Dependiendo de la ciudad, su tamaño y sus objetivos las normas varían. Hay ciudades, como Chengdu, que permitían el cambio al Hukou al obtener un grado universitario. Estos criterios son cruciales a la hora de establecer una empresa, donde las provincias chinas compiten entre sí por el control de la migración y la inversión externa. El Hukou se ha convertido también en una moneda de cambio y un tipo de inversión. Las personas que no poseen el permiso adecuado sufren la precariedad del empleo y son explotados por empleadores que sacan beneficio de su necesidad y situación.

¿Quién controla el Hukou?

Entonces, ¿la aplicación de la reforma del Hukou se decide a nivel local? Le preguntaban desde el periódico TheDiplomat en una entrevista, mientras afirmaba, el experto Fei Ling Wang.

Al igual que con el crédito social chino, son las localidades quienes determinan el funcionamiento del Hukou en sus municipios. Siguiendo unas normas generales, cuentan con un margen de maniobra. Pues, en China la administración local es de suma importancia El control del Hukou también repercute en la descentralización fiscal y la autonomía para gestionar sus propios recursos. En algunos municipios se permitió que la titularidad de las tierras se cambiase por Hukou urbanos para acelerar los procesos de urbanización y cambiar los tipos de suelo. No todo son pequeños pueblos y grandes ciudades. Existen ciudades intermedias, aunque de millones de habitantes, que adoptan un papel muy importante en el uso de esta herramienta.

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Puede ser que sea la propia administración local, la única capacitada en administrar el Hukou, quien convierta a este instrumento en algo tan volátil, impredecible y difícil de controlar. De ahí que se compliquen tanto las reformas. Diferentes regiones, diferentes reformas, diferentes consecuencias, diferentes objetivos, etc. Puedes tener Hukou en una ciudad, pero no tenerlo en otra. La competición local por la asignación de recursos estatal juega un papel muy importante.

Impacto del Hukou en la economía

Durante las últimas décadas, incluso desde Deng Xiaoping, el Hukou ha sido una herramienta que servía para alterar la economía. En muchos aspectos, es el recuerdo de la economía planificada. El fenómeno migratorio interno, producido en las últimas décadas, era fundamental para mantener altos estándares de producción y seducir a las empresas extranjeras para atraer su inversión y trasladar su producción. Aprovechándose de las ventajas económicas y estructurales de este país.

La reforma del Hukou es una parte integral de la reforma económica de China. La falta de cohesión, causada por la competición entre las autoridades locales, dificulta la evolución del Hukou. En todo caso, el objetivo principal del gobierno chino está en romper la exclusividad de los servicios. Hoy en día, tanto la salud, como la productividad, están frenando el impulso económico de un país cuyo modelo parece estar alcanzando sus límites.

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Al no tener los servicios sociales cubiertos, muchas personas tienden a ahorrar para asegurarlos en un futuro. Frenando así el consumo interno. Quizás sea la reforma del Hukou, una de muchas que urge el gigante asiático, la que les permita seguir creciendo y llegar al próximo escalón de la hegemonía mundial. De esta forma se podrán elevar los índices de integración social, se reduciría la competencia entre administraciones locales y se abriría el sistema del Hukou. La pregunta es: ¿Reducir las desigualdades perjudica la economía?

La tendencia está cambiando y la escasez de mano de obra y la guerra tecnológica, obligan a China a diversificar su economía y buscar cadenas de alto valor añadido. La rigidez demográfica-económica ha llevado al gigante asiático al límite y dificulta la reducción de costes empresariales. Esto se traduce en un aumento de los salarios y una de la dependencia de la mano de obra barata proporcionada por el Hukou rural.

Inmigrantes ilegales en su propio país

Desde hace tiempo que se viene advirtiendo una reforma del Hukou, siempre pospuesta por la evolución de la economía y el juego que ha dado la inmigración. Pese a un cambio de paradigma y a los límites de su sistema, parece que la reforma está más cerca, pero como hace años. Nada que sea algo drástico. El Hukou continúa siendo una parte fundamental y efectiva para el PCCH. Puede cambiar y transformarse, pero no existen motivos para que se elimine. Desde un sistema dictatorial y unitario, como es el caso, no se encuentran razones suficientes como para censurar una herramienta tan útil.

En definitiva, desafiando la noción de hogar y el sentimiento unitario de nación, en la sombra, millones de personas en China viven como inmigrantes ilegales en su propio país.  La «población flotante», aquellas personas cuyo Hukou no coincide con su lugar de residencia, en China es compuesta por unos 300 millones de habitantes. Pese a todas las desigualdades a las que se enfrentan, la principal sigue siendo la monetaria. Todos son ciudadanos, pero no son iguales.

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