La agencia de Inteligencia nacional de Australia (ASIO) ha rebajado el lunes 28 de noviembre el nivel de amenaza terrorista de “probable” a “posible” por primera vez desde hace ocho años. Este cambio responde a la disminución del riesgo que tiene el país como objetivo de ataques del ISIS u otros grupos extremistas.
La transición en el sistema australiano de alerta terrorista, que cuenta con cinco niveles (amenaza segura, esperada, probable, posible y no esperada), se ha anunciado en el portal gubernamental sobre la Seguridad Nacional. El comunicado ha recalcado que el país oceánico sigue estando en peligro de sufrir la violencia extremista de individuos y grupos “nacionalistas y racistas”.
Mike Burgess, director general de Seguridad australiano, ha afirmado durante un discurso en Camberra que la rebaja llega después de que en 2022 no se haya producido ningún atentado o desarticulación importante. Pero ha subrayado que “esto no significa que la amenaza se haya extinguido. Nada más lejos de la realidad”.
Según el discurso transcrito en el portal de ASIO, desde que se elevó la alerta hace ocho años, se han producido 11 ataques terroristas, las autoridades australianas han detectado y frustrado otros 21 intentos de atentado y más de 50 personas han sido condenadas por terrorismo. La mayoría de los ataques han sido cometidos por yihadistas armados con cuchillos o armas de fuego en Melbourne o Sydney.
Clare O’Neil, ministra del Interior de Australia, ha respaldado la decisión de ASIO mediante un comunicado publicado por su cartera ministerial: “Nuestras agencias de seguridad, inteligencia y aplicación de la ley continúan trabajando juntas para contrarrestar el terrorismo y con nuestros socios internacionales”.
Por otro lado, la repatriación de un grupo de mujeres y menores detenidos en los campos de refugiados de Siria atemoriza a una parte de la población. Aunque Burgess considera que suponen un “riesgo menor” para la seguridad.
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