Inicio Internacional ¿Qué está pasando en Madagascar y Georgia? La generación Z sigue desafiando...

¿Qué está pasando en Madagascar y Georgia? La generación Z sigue desafiando poderes autoritarios

0

Protestas masivas en Madagascar y Georgia marcan un nuevo capítulo de movilización juvenil. En este análisis, Artiom Vnebraci Popa explora cómo la Generación Z enfrenta corrupción, autoritarismo y exclusión social. Una ola global de jóvenes desafía las estructuras de poder desde múltiples frentes.

Dos crisis simultáneas en territorios lejanos (Madagascar en el océano Índico y Georgia en el Cáucaso) revelan un patrón emergente de protesta juvenil. Este comienza a desdibujar las formas de manifestación que habían sido habituales hasta ahora.

En ambos casos, protestas masivas lideradas por jóvenes desafían gobiernos con legitimidad cuestionada, sistemas de corrupción pendientes de revisión y servicios públicos colapsados.

Con 22 muertos en Madagascar y 30 heridos en Georgia, estos levantamientos forman parte de una ola más amplia de protesta juvenil. Esta conecta a Nepal, Indonesia, Filipinas y Marruecos en un tsunami generacional sin precedentes.

Mapa de protestas Gen Z entre 2024-2025. Fuente: Statista

Madagascar: protestas en el corazón estratégico del Índico

El 18 de septiembre de 2025, Clémence Raharinirina y Baba Faniry Rakotoarisoa (dos políticos locales), convocaron protestas frente al Senado en Antananarivo bajo el lema «Tsy Manaiky Lembenana» (no aceptamos la resignación).

Lo que comenzó como protesta contra cortes de electricidad de hasta 10 horas diarias y falta de agua potable, rápidamente se convirtió en un levantamiento masivo que cuestiona las estructuras fundamentales del poder en uno de los países más pobres del planeta.

➡️ Te puede interesar: Elecciones en Georgia: la Unión Europea como aspiración, Rusia como realidad

Las causas de la pobreza son estructurales. Madagascar tiene 30 millones de habitantes, de los cuales más del 60 % es menor de 25 años. Aproximadamente el 75% de la población vive bajo el umbral de pobreza. La paradoja es irónica: la isla posee vastos yacimientos de níquel, cobalto, grafito y tierras raras, y controla el 80 % del mercado mundial de vainilla. Sin embargo, esta riqueza no beneficia a la población autóctona. Corporaciones multinacionales y élites locales extraen recursos mientras servicios públicos colapsan.

Andry Rajoelina (empresario y ex-DJ) llegó al poder en 2009 mediante golpe de Estado y ganó elecciones profundamente controvertidas en noviembre del 2023. Esta crisis de legitimidad electoral explica por qué las protestas escalaron de forma tan abrupta: Rajoelina carece de mandato popular genuino.

Por otro lado, Madagascar ocupa el puesto 140 de 180 países en los índices de corrupción. Lo más fatalista es la ostentación de los funcionarios públicos, que exhiben mansiones, autos y lujos mientras el resto de la población carece de agua corriente.

La reacción gubernamental fue una forma de represión brutal: gases lacrimógenos, uso de fuerza letal, 22 muertos y más de 100 heridos. Ante la escalada, Rajoelina disolvió todo su gabinete el 29 de septiembre, convirtiendo al ministro de Energía en chivo expiatorio

Sin embargo, el 1 de octubre miles de ciudadanos regresaron a las calles, demostrando que la confianza institucional se encuentra rota. El 3 de octubre, Rajoelina denunció un «intento de golpe de Estado» y acusó a «fuerzas extranjeras» de promoverlo. Resulta curioso usar la excusa del golpe de Estado cuando el propio mandatario promovió una para posicionarse en el poder. De esta forma, usar esta clásica táctica deviene uno de los últimos recursos comunicativos cuando la legitimidad interna se evapora.

Georgia: «fraude electoral» y protestas en el corredor entre Europa y Rusia

El 4 de octubre del 2025, Georgia vivió una jornada de tensión tras las elecciones municipales boicoteadas por la mayoría de partidos de oposición, calificándolas de «farsa» y «operación especial moscovita» para legitimar al partido gobernante «Sueño Georgiano». Miles de manifestantes denunciaron fraude electoral y se enfrentaron a fuerzas de seguridad en Tiflis. La policía georgiana usó cañones de agua y gas lacrimógeno para dispersar multitudes, mientras opositores levantaban barricadas en llamas y lanzaban piedras.

➡️ Te puede interesar: Retos y oportunidades para la Unión Europea en la nueva legislatura: el futuro está en juego

Los manifestantes intentaron irrumpir en el palacio presidencial, produciéndose amplios enfrentamientos con la policía. Como consecuencia, al menos 6 manifestantes y 21 agentes resultaron heridos. El domingo (5 de octubre del 2025) 5 personas (incluidos dirigentes de oposición), fueron detenidas por convocar las protestas. A su vez, el gobierno georgiano acusó de “intento de golpe de Estado”.

Pero las elecciones municipales de octubre 2025 son apenas la culminación de una crisis que se arrastra desde hace un año.

En octubre de 2024, el partido Sueño Georgiano ganó las elecciones parlamentarias en medio de acusaciones generalizadas de fraude y manipulación electoral por parte de la oposición y observadores. En los últimos años, esta formación se ha vuelto cada vez más autoritaria, impulsando leyes similares a las utilizadas en Rusia. Estas medidas restringen los derechos humanos, la libertad de expresión y el trabajo de las ONG.

A raíz de este retroceso democrático, Bruselas decidió congelar el proceso de adhesión de Georgia a la Unión Europea. También suspendió parte de la cooperación y advirtió que las negociaciones no avanzarán hasta que el país revierta las medidas que vulneran los valores europeos.

El contexto geopolítico de Georgia es crítico. Sueño Georgiano, liderado por el multimillonario Bidzina Ivanishvili, es percibido como prorruso por la oposición y observadores internacionales. En diciembre del 2024, el primer ministro Irakli Kobakhidze anunció detención de negociaciones con la UE, provocando una explosión de protestas masivas. 

En definitiva, Georgia, situada en el Cáucaso entre el mar Negro y el mar Caspio, es un territorio de intensa competencia geopolítica. La Federación Rusa busca mantener su influencia sobre el llamado «extranjero cercano», mientras que Occidente ve a Georgia como un contrapeso democrático frente a Moscú.

Patrón global: del sudeste asiático al Cáucaso y el Índico

Madagascar y Georgia no son casos aislados, sino parte de un movimiento generacional que conecta protestas juveniles en múltiples continentes. Este fenómeno revela un patrón estructural de crisis de legitimidad, corrupción visible y exclusión juvenil. Desde Katmandú hasta Casablanca, una generación hiperconectada desafía regímenes que ya no se esfuerzan en ocultar sus abusos estructurales.

➡️ Te puede interesar: El nuevo acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea e Indonesia como inicio de una potencial alianza estratégica

En Nepal, las protestas de septiembre de 2025 comenzaron tras la prohibición de TikTok y otras plataformas digitales. Luego evolucionaron hacia un movimiento contra la corrupción y el nepotismo. En Indonesia y Filipinas, las movilizaciones juveniles se centraron en la corrupción gubernamental, las reformas laborales precarias y las políticas ambientales que favorecen a grandes corporaciones.

Todo esto evidencia un sistema de privilegios que bloquea la movilidad social. En Marruecos, la ola llegó entre septiembre y octubre de 2025 con la consigna «GenZ 212», detonada por la muerte de ocho mujeres embarazadas tras cesáreas en un hospital público mal financiado, símbolo del colapso sanitario.

De Madagascar a Georgia, estos movimientos comparten 5 pilares estructurales que explican su carácter global:

  • Crisis de legitimidad electoral: elecciones manipuladas o boicoteadas, gobiernos sin mandato genuino y sistemas políticos capturados por élites familiares que perpetúan su poder sin legitimación democrática.
  • Corrupción visible en la era digital: las redes sociales han vuelto imposible ocultarla. La ostentación de las élites (mansiones, fiestas, vehículos de lujo) contrasta con la precariedad de la mayoría.
  • Colapso de los servicios públicos: apagones de 10 horas y escasez de agua potable en Madagascar; hospitales colapsados en Marruecos; infraestructura deteriorada en Nepal y Georgia.
  • Exclusión juvenil masiva: en países donde más de la mitad de la población tiene menos de 30 años, jóvenes educados pero desempleados se convierten en una fuerza política latente.
  • Organización digital descentralizada: sin líderes visibles que puedan ser arrestados o cooptados, los movimientos usan Facebook, Discord, TikTok o Telegram para coordinar acciones y resistir la censura.

Prospectiva de escenarios globales

Estos levantamientos simultáneos plantean interrogantes sobre el futuro de gobernanza global. Cuatro escenarios emergen:

Escenario 1. Ola democrática de reformas: La presión juvenil sostenida fuerza reformas genuinas como elecciones limpias, mecanismos anticorrupción independientes, transparencia en contratos de recursos naturales, inversión en servicios públicos. Nepal ya vio renuncia de primer ministro; si Madagascar y Georgia siguen, podría desencadenar un efecto dominó regional. Requiere que gobiernos prioricen estabilidad sobre supervivencia política personal (históricamente raro).

Escenario 2. Represión autoritaria coordinada: Los regímenes copian unos a otros con la censura digital intensificada, arrestos masivos de activistas, movilización de bases rurales contra «élites urbanas», narrativas xenófobas sobre «injerencia extranjera». El orden sería restaurado, pero contendría una base superficial con una juventud radicalizada.

➡️ Te puede interesar: ¿Qué está pasando en Indonesia? Fricciones, protestas y un régimen sin visión de integración

Escenario 3. Colapso y fragmentación:  Si ni la represión ni la negociación funcionan, puede haber una fractura institucional que promueva la violencia intercomunal, emergencia de señores de guerra controlando recursos (zonas mineras en Madagascar, corredores energéticos en Georgia), y crisis humanitarias con flujos masivos de refugiados. Este patrón ya ha sido observado en Somalia, Libia, Siria o Yemen. 

Escenario 4. Intervención y mediación externa: Organismos internacionales como la ONU, la Unión Africana y la UE median crisis con presión económica: condicionamiento de ayuda, amenazas de sanciones, facilitación de diálogo nacional. Para Georgia, la UE y la OTAN tienen mayor capacidad de influencia, pero temen provocar otra reacción rusa (sobre todo con relación a la invasión ucraniana). Para Madagascar, China, Francia y Estados Unidos podrían coordinarse, si la crisis amenaza intereses compartidos en estabilidad regional.

➡️ Si quieres adentrarte en las Relaciones Internacionales y adquirir habilidades profesionales, te recomendamos los siguientes programas formativos:

SÉ EL PRIMERO EN COMENTAR

Dejar respuesta:

Por favor, introduce tu comentario!
Introduce tu nombre aquí

Salir de la versión móvil