LISA Challenge: Geopolitic Task #1
Reto: Los participantes de este LISA Challenge presentaron un análisis prospectivo en el ámbito de la defensa, cumpliendo las instrucciones para participar en este desafío.
- En la primera fase, un jurado experto formado por miembros de LISA Institute seleccionó los 10 mejores análisis presentados.
- En la segunda fase, los 10 análisis finalistas entraron a participar en una votación pública a través de un formulario público, cuyo objetivo fue votar para seleccionar al ORO, PLATA y BRONCE del LISA Challenge.
🏆 GANADOR PLATA 🏆
Título: Transición hacia un Nuevo Orden Multipolar: El Rol de las Potencias Emergentes y la Innovación Tecnológica.
Finalista: Álvaro Briceño Moreno. Estudiante de último curso de Relaciones Internacionales por la Universidad Rey Juan Carlos. Interesado en geoestrategia y actualidad militar, así como en el análisis de conflictos y geopolítica. Durante su carrera universitaria se ha desarrollado omo analista, asistiendo a ponencias y conferencias. Su enfoque de investigación es la industria de defensa europea y la política interna y externa rusa.
Posición (primera fase): #7
Posición (segunda fase): #2
Análisis
Resumen Ejecutivo
Desde el final de la Guerra Fría, el sistema internacional ha estado en constante transición. Lo que alguna vez fue un orden unipolar liderado por Estados Unidos se ha convertido en un sistema multipolar, donde actores como China y Rusia han ganado prominencia. Además, el Sur Global ha emergido como un terreno clave en esta rivalidad. En este contexto, el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) también se presenta como un desafío emergente que alterará los equilibrios de poder en el futuro. Este análisis aborda la competencia entre potencias y el papel que juegan EE. UU., China y Rusia, además de explorar la importancia del Sur Global y los efectos de la IA en la seguridad global.
El Declive del Orden Unipolar y la Ascensión de Nuevas Potencias
Al concluir la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos emergió como la principal
potencia hegemónica, desafiada únicamente por la Unión Soviética (URSS). Este período de rivalidad bipolar entre los bloques capitalista y comunista se conoció como la Guerra Fría. A través de programas de inversión económica y militar, como el Plan Marshall de EE. UU. y el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) de la URSS, ambas potencias buscaron expandir sus respectivas influencias, desencadenando conflictos indirectos (proxies) en diversas partes del mundo.
Con la caída de la URSS en 1991, EE. UU. quedó como la única superpotencia,
consolidando un orden mundial unipolar. Sin embargo, a medida que avanzamos en el siglo XXI, este dominio ha sido cada vez más cuestionado, particularmente por la rápida ascensión de China y el resurgimiento de Rusia. Ambos países han desempeñado un papel fundamental en la erosión del orden unipolar liderado por EE. UU., lo que ha llevado a una transición hacia un sistema multipolar.
China se ha convertido en la mayor amenaza al liderazgo de EE. UU. en la escena
internacional. Pasó de ser una colonia a convertirse en una potencia mundial en términos
económicos, industriales y militares. Este ascenso ha permitido a China expandir su
influencia global a través de proyectos de infraestructura como la iniciativa «Belt and
Road», que asegura su presencia en el hemisferio sur.
Rusia, por su parte, ha aprovechado sus recursos energéticos y su poder militar para reestablecer su posición en la política mundial. A pesar de las sanciones internacionales tras la anexión de Crimea en 2014 y la invasión de Ucrania en 2022, Rusia ha logrado mantener su influencia, en parte gracias a su relación con potencias del Sur Global, permitiendo mantener su economía a flote.
El Sur Global: Terreno Clave en la Competencia Geopolítica
Uno de los temas más críticos en el actual escenario geopolítico es el papel creciente del
Sur Global en la rivalidad entre potencias. Regiones del Indo-Pacífico, África y América Latina han ganado relevancia geopolítica. Mientras que en el pasado fueron colonias de potencias europeas, en la actualidad muchos de estos países han logrado un notable desarrollo industrial y económico. Países como India, Brasil y Sudáfrica, así como organizaciones como los BRICS, ofrecen nuevas alternativas de cooperación y desarrollo, desplazando la influencia histórica de Occidente.
La importancia estratégica del Sur Global reside en varios factores clave:
- Demografía: La población del Sur Global ha superado con creces a la del hemisferio norte, y las proyecciones indican que esta tendencia continuará.
- Recursos Naturales: Países como Brasil, India y Sudáfrica poseen vastas reservas de materias primas indispensables para las industrias globales, lo que convierte a las naciones del norte en dependientes de ellos.
- Industrialización: El sureste asiático, en particular, ha experimentado un rápido
proceso de industrialización que compite con las economías avanzadas del norte.
China y Rusia han aprovechado la oportunidad de aumentar su influencia en estas regiones. China, a través de la «Belt and Road Initiative», ha establecido lazos comerciales y económicos que fortalecen su posición como hegemón económico en el Sur Global. Por su parte, Rusia, mediante alianzas estratégicas con países en desarrollo, ha eludido las sanciones internacionales y continúa exportando e importando a través de intermediarios en estas regiones. En definitiva, el Sur Global se ha convertido en un game changer en el equilibrio de poder, con el potencial de alterar significativamente la balanza geopolítica en las próximas décadas.
La Inteligencia Artificial como Factor Disruptivo
Otro de los temas críticos discutidos en el análisis es el papel de la inteligencia artificial (IA) en la competencia entre potencias. Aunque todavía se encuentra en una fase de desarrollo temprano, la IA ya ha demostrado su potencial para revolucionar varios campos, incluida la seguridad global. La capacidad de la IA para procesar grandes volúmenes de información en tiempo real ha transformado las operaciones militares y de inteligencia.
Algunos países, como EE. UU., Israel, India y Rusia, están invirtiendo significativamente en el desarrollo de IA con aplicaciones militares, mientras que otros, como la Unión Europea, intentan regular su uso para evitar una carrera descontrolada. En el ámbito militar, la IA se ha utilizado para mejorar los sistemas de defensa, como los sistemas CRAM estadounidenses, y para optimizar la recopilación de datos de inteligencia, como en los sistemas israelíes.
El impacto de la IA en la seguridad global es inmenso. Las naciones que logren dominar esta tecnología tendrán una ventaja decisiva en futuros conflictos. La automatización de los procesos de recopilación de información, la mejora de los sistemas de armas y la capacidad de predecir amenazas en tiempo real cambiarán radicalmente la naturaleza de la guerra y la seguridad internacional.
Conclusiones y Perspectivas Futuras
El mundo actual se encuentra en una encrucijada histórica, donde la competencia entre
potencias globales definirá el equilibrio de poder en los próximos años. Mientras que EE. UU. sigue siendo una potencia influyente, su posición hegemónica está en declive. China, en cambio, está en una trayectoria ascendente, con una política exterior agresiva que incluye la expansión económica y militar en el Indo-Pacífico y África. Rusia, aunque debilitada económicamente, sigue siendo un actor clave debido a su poder militar y sus recursos energéticos.
Uno de los principales retos para EE. UU. es la fragmentación interna y la falta de una
estrategia exterior coherente. Mientras que China, con su modelo autoritario, ha
demostrado una capacidad impresionante para planificar a largo plazo, EE. UU. parece
avanzar a trompicones, con políticas exteriores que varían según la administración en el
poder.
El Sur Global será un actor decisivo en esta competencia. A medida que los países en
desarrollo adquieren más poder económico e industrial, su influencia en la política global
seguirá creciendo. La competencia por los recursos y las rutas comerciales en estas
regiones será cada vez más feroz.
A medida que avanzamos hacia una era más fragmentada, varias dinámicas geopolíticas
comenzarán a configurarse de manera más clara. Aquí se exploran algunas predicciones
clave basadas en el análisis anterior:
Inteligencia Artificial y Guerra Cibernética
La IA y la ciberseguridad serán ejes centrales de la próxima fase de competencia entre potencias. La capacidad para desestabilizar redes digitales y paralizar infraestructuras críticas a través de ataques cibernéticos ya está al alcance de varias naciones. Sin embargo, la evolución de la IA hacia una inteligencia autónoma y capaz de realizar operaciones ofensivas complejas cambiará las reglas del juego, convirtiendo a la ciberseguridad y la IA en herramientas estratégicas cruciales para la defensa de los Estados. Este panorama sugiere que la tecnología y la innovación jugarán un papel determinante en la configuración del nuevo orden mundial, lo que a su vez genera incertidumbre.
Consolidación de un Sistema Multipolar
En los próximos años, el sistema internacional seguirá fragmentándose, y es probable que veamos la consolidación de un sistema multipolar. La influencia de EE. UU. seguirá siendo significativa, pero cada vez más compartida con potencias emergentes como China y, en menor medida, Rusia. Este cambio estructural será gradual, pero irreversible, debido a la interdependencia económica y las alianzas estratégicas que China y Rusia están formando, particularmente en el Sur Global.
El Sur Global como Centro de Innovación y Conflicto
A medida que las naciones del Sur Global ganan poder económico, también se convertirán en escenarios de mayor tensión geopolítica. No solo serán relevantes por sus recursos naturales, sino que comenzarán a desarrollar industrias clave como la tecnología de semiconductores, energía renovable y biotecnología. Las potencias tradicionales intentarán atraer a estas naciones a su órbita de influencia, pero es probable que estas adopten un enfoque más independiente, seleccionando cuidadosamente sus alianzas según sus intereses nacionales.
Auge del Nacionalismo y la Competencia Militar
El auge de potencias emergentes estará acompañado por un aumento en el nacionalismo y la militarización. Las disputas territoriales, especialmente en el Indo-Pacífico y el Ártico, serán fuentes de tensión persistente. En particular, la situación en el estrecho de Taiwán será una prueba clave del equilibrio de poder. Si China decide actuar militarmente para integrar Taiwán, el conflicto resultante involucrará a EE.UU. y sus aliados, lo que podría tener consecuencias desastrosas para la estabilidad regional y global.
Inteligencia Artificial y Guerra Cibernética
La IA y la ciberseguridad serán ejes centrales de la próxima fase de competencia entre potencias. La capacidad para desestabilizar redes digitales y paralizar infraestructuras críticas a través de ataques cibernéticos ya está al alcance de varias naciones. Sin embargo, la evolución de la IA hacia una inteligencia autónoma y capaz de realizar operaciones ofensivas complejas cambiará las reglas del juego, convirtiendo a la ciberseguridad y la IA en herramientas estratégicas cruciales para la defensa de
los Estados.
Este panorama sugiere que la tecnología y la innovación jugarán un papel determinante en la configuración del nuevo orden mundial, lo que a su vez genera incertidumbre sobre el tipo de conflictos que surgirán en las próximas décadas.