LISA Challenge: Geopolitic task #3
Reto: Los participantes de este LISA Challenge presentaron un informe en el que analizaron un conflicto como un analista que es contratado por el Ministerio de Asuntos Exteriores por una de las dos partes en conflicto.
- Los ganadores se anunciarán durante la Masterclass «Análisis de un conflicto bélico actual: el caso de Israel, Irán y Estados Unidos» impartido por Jorge González Márquez y Alejandro López, analistas de política internacional, directores de Descifrando la Guerra y docentes del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute.
Título: Minerales estratégicos y conflicto armado en el este de la República Democrática del Congo
Autor: Daniel Santos-Oliván
Resumen
El este de la República Democrática del Congo (RDC) lleva décadas sumida en la violencia debido a un conflicto que enfrenta al ejército y al M23, así como otros grupos rebeldes, cuyas causas involucran tensiones étnicas y la lucha por el control de los recursos naturales. En los últimos meses, este grupo ha retomado el control de importantes zonas en la provincia de Kivu del Norte, desafiando al ejército congoleño y desestabilizando aún más la región. Diversos informes de Naciones Unidas señalan que Ruanda ha brindado apoyo militar, logístico y operativo al M23, aunque el gobierno ruandés lo ha negado históricamente.
Una de las causas estructurales de esta violencia es la competencia por el control de las vastas reservas minerales que alberga el este del Congo, muchos de ellos clave para la industria tecnológica global. Estos recursos, altamente codiciados, han sido explotados tanto por grupos armados como por empresas extranjeras a través de redes formales e informales. El comercio ilícito de minerales, especialmente el coltán, ha sido facilitado por la debilidad del Estado y la injerencia de actores regionales, convirtiéndose en una fuente de financiamiento para las milicias armadas.
En este contexto, dos acuerdos de paz firmados en junio y julio de 2025 —en Washington y Doha, respectivamente— han ofrecido un atisbo de esperanza. En ellos, Ruanda se comprometió a cesar el apoyo al M23 y a respetar la soberanía congoleña, mientras que se establecieron mecanismos para regular el comercio bilateral de minerales y crear zonas desmilitarizadas bajo supervisión internacional. Aunque estos avances diplomáticos representan un paso importante, la implementación efectiva y el abordaje de las causas estructurales del conflicto serán determinantes para una paz duradera en la región.