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¿Por qué Sudáfrica mira a Rusia en la guerra de Ucrania?

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Estados Unidos ha acusado a Sudáfrica de apoyar directamente a Rusia en el contexto de la guerra de Ucrania. El acercamiento del país del sur de África es fruto de una histórica relación con el Kremlin, con influencias en la creación y éxito del Congreso Nacional Africano, el principal y actual partido político en Sudáfrica.

El pasado 11 de mayo, el Gobierno Federal de Estados Unidos acusó directamente a Sudáfrica de haber enviado armas a Moscú para librar la guerra de Ucrania. Las acusaciones de Estados Unidos se centraron en un buque de carga ruso, llamado Lady R, que atracó en la base naval de Simon’s Town, en la República de Sudáfrica, a principios de diciembre de 2022. Supuestamente, según la Inteligencia estadounidense, se habrían cargado armas y munición para ser posteriormente enviadas al frente ruso. 

Además, el embajador de Estados Unidos en Sudáfrica, Reuben Brigety, añadió que el país africano habría participado en maniobras militares con China y Rusia durante el primer aniversario de la guerra en febrero de 2023. Por su parte, Sudáfrica ha asegurado haber mantenido una posición neutral ante el conflicto y haber llamado al diálogo para resolverlo. Horas más tarde, el embajador estadounidense en Sudáfrica se retractó de sus acusaciones, ya que no había pruebas consistentes, para así evitar un peligro en las relaciones de Washington con Pretoria.

Pero ¿es realmente Sudáfrica una potencia neutral en este conflicto? ¿Cómo pueden afectar las relaciones diplomáticas entre Rusia y Sudáfrica con Estados Unidos? En este análisis profundizaremos acerca de las relaciones entre Moscú y Pretoria a lo largo de su historia, para así comprender los motivos sudafricanos en su posición ante el conflicto. 

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La histórica relación entre Rusia y Sudáfrica

Desde la creación del Congreso Nacional Africano (CNA) en 1912, Sudáfrica ha compartido estrechos lazos con la política de Rusia —por aquel entonces, Unión Soviética—. Debemos recordar que el CNA, partido que actualmente está gobernando en el país del sur, fue creado para defender los derechos de voto de los africanos negros y mestizos. De hecho, su principal lucha desde 1940 fue el fin del apartheid. Este partido político compartía una ideología claramente socialista y estaba afiliado a la Internacional Socialista, una organización del movimiento laboral con origen en 1951. Con la ayuda militar de la URSS, el CNA fue ganando territorio en su lucha contra el régimen racista. Tras el fin del apartheid en 1994 y el triunfo de la democracia, el CNA fue instaurado en el poder con Nelson Mandela como presidente de la República de Sudáfrica.

Las relaciones diplomáticas entre Sudáfrica y Rusia fueron formalizadas en 1999, con la visita de Nelson Mandela al país exsoviético. Tanto Mandela como Yeltsin —entonces presidente ruso— firmaron una declaración por la cual ambos países se comprometían a estrechar sus lazos políticos y económicos. Desde aquel entonces, los países han mantenido fuertes cooperaciones bilaterales y multilaterales, hasta que en 2010 Sudáfrica pasó a ser parte de los BRIC, la organización de mercados emergentes formada por Brasil, Rusia, India y China —ahora conocida como BRICS—. Desde entonces las relaciones entre ambas potencias han asegurado la cooperación económica, estratégica y política con intereses comunes.

El papel de Sudáfrica en la guerra de Ucrania

El país sudafricano gobernado por Cyril Ramaphosa, ha sido ampliamente criticado por su postura aparentemente imparcial en el conflicto. Como dijo el ministro de Finanzas sudafricano Enoch Godongwana, Sudáfrica ha tomado una posición de no alineamiento con respecto al conflicto que ha apoyado firmemente el comienzo de las negociaciones.

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Actualmente, Sudáfrica acumula hasta cuatro abstenciones en las sesiones de control de Naciones Unidas contra Rusia. La primera abstención se cometió el 24 de marzo de 2022, cuando la Asamblea General instó al cese inmediato de las hostilidades en Ucrania, la segunda el 7 de abril de 2022, cuando Rusia fue suspendida del Consejo de Derechos Humanos, la tercera el 12 de octubre de 2022, cuando la ONU condenó a Rusia por anexionar cuatro territorios ucranianos, y la cuarta el 23 de febrero de 2023 cuando la Asamblea General instó a la retirada completa de tropas del territorio ucraniano.

Varios países occidentales, como Estados Unidos, han pedido a Sudáfrica que tome partida de uno u otro lado. Sin embargo, Sudáfrica tiene mucho que perder si sigue los consejos de los estados occidentales. Para empezar, y como hemos analizado previamente, el país sudafricano tiene estrechas relaciones con el gobierno de Moscú. La ayuda que Rusia brindó a Sudáfrica para poder derrocar el apartheid fue percibida como una importante estrategia que marcaría el inicio de una estrecha alianza. Además, las relaciones bilaterales se reforzaron con la llegada de Putin al poder durante sus tres legislaturas. En 2018, comenzaron las negociaciones sobre la posibilidad de establecer un acuerdo nuclear y una gran inversión rusa en el país sudafricano.

Pero además de Rusia, las relaciones sudafricanas con China e India podrían resquebrajarse si este apoya al bando occidental en la guerra. Desde el punto de vista comercial, las relaciones con India y China son fundamentales, ya que comparten espacio de negociación y cooperación tanto en el marco de la Ruta de la Seda como también de los BRICS.

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Una clara demostración de la alianza entre Sudáfrica y Rusia llegó durante el primer aniversario de la guerra de Ucrania, cuando Rusia, China y Sudáfrica mantuvieron maniobras navales en frente de la costa este de Sudáfrica, contando con fuerzas navales de Pretoria y de la Armada china. Formalmente, los tres gobiernos declararon que estas maniobras eran necesarias para proteger las rutas comerciales en el Océano Índico de la piratería, sin embargo, un mensaje oculto se escondía bajo esta premisa: Rusia no actúa sola en el conflicto y cuenta con apoyos militares de otros gobiernos.

Aunque Estados Unidos también ha tratado de estrechar y reforzar los lazos con Sudáfrica, la verdad es que Sudáfrica está más cerca de la influencia rusa que de la estadounidense. En su último encuentro en diciembre de 2022, el presidente sudafricano reiteró que seguiría compartiendo los lazos de unión que lleva manteniendo con Rusia desde las últimas décadas. De hecho, Sudáfrica ahora más que nunca debe demostrar a quién debe su lealtad. El pasado 17 de marzo de 2023, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra Vladímir Putin por cometer crímenes de guerra a través de la deportación ilegal de niños de Ucrania a Rusia. Esta condena, que fue bien recibida entre los líderes de la oposición rusa, el presidente ucraniano o el presidente estadounidense, ha pillado en una encrucijada a aquellos países que mantienen estrechos lazos con Moscú y que son partes del Estatuto de Roma, el elemento constitutivo de la Corte Penal Internacional. Entre ellos, Sudáfrica. 

El próximo mes de agosto, se celebra en Sudáfrica la Cumbre de los BRICS y, como dijo el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, se espera que todos los jefes de Estado acudan a ella. Es en este punto cuando Sudáfrica se ve envuelto en un dilema diplomático: legalmente está obligado a arrestar a Vladímir Putin si este pisa territorio sudafricano, pero moralmente estaría arrestando a un aliado histórico y uno de sus mayores socios armamentísticos. Sus relaciones con China también se verían afectadas, puesto que aunque China tiene una posición neutral en el conflicto, ha estado respaldando económicamente a Moscú durante la guerra. Por otro lado, no arrestar a Putin supondría una violación de la ley internacional y de la ley sudafricana, sin mencionar que Estados Unidos no aprobaría que Putin saliese impune del territorio sudafricano.

En medio de este escenario, Sudáfrica ha advertido a Moscú de su obligación con respecto a la ley internacional y, en cambio, ha recomendado al presidente ruso que atienda la cumbre por videoconferencia para evitar cualquier tipo de sorpresa. Incluso se espera que sea Lavrov, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, quien atienda la cumbre en nombre de su presidente.

¿Qué rumbo tomará Sudáfrica respecto a la guerra en Ucrania?

Como muchos otros países que se han abstenido a la hora de condenar la invasión rusa a Ucrania y no se han sumado a las sanciones económicas impuesta por Occidente, Sudáfrica tiene un papel diplomático muy difícil. Por una parte, el país del sur de África es consciente de lo que el gobierno ruso ha hecho por la independencia sudafricana y por la prosperidad política y económica del país. Además, la entrada de Sudáfrica en los BRIC, precipitó su acercamiento a otras grandes potencias como China, aliado férreo de Moscú. Las maniobras navales y las negociaciones para una mayor cooperación militar dejan entrever que pese a las presiones occidentales, Sudáfrica seguirá manteniendo relaciones con Rusia.

Los esfuerzos de Estados Unidos y de la Unión Europea, no han logrado que Sudáfrica se posicione en su favor. De hecho, las acusaciones estadounidenses arrojadas sobre la República de Sudáfrica por supuestamente haber aportado armas al bando ruso, ya han tenido una respuesta de las autoridades rusas, afirmando que Estados Unidos está intentando influenciar la política exterior de Sudáfrica y ha defendido que las armas producidas por Sudáfrica no coinciden con las utilizadas por los militares rusos durante el conflicto. Una semana más tarde, y para dejar clara su postura de no alineamiento, el presidente sudafricano anunciaba en una rueda de prensa que su país junto con otros cinco africanos enviarán emisarios para entablar conversaciones entre Vladímir Putin y Volodímir Zelenski, y buscar la paz del conflicto. 

Aun así, es harto complicado analizar la postura de Sudáfrica en este conflicto. Las presiones de Occidente, junto con la orden de arresto de Putin, acabarán desenmascarando las verdaderas pretensiones del país africano. De momento, vemos una mayor afinidad sudafricana con el bando ruso y chino que con el occidental. Debemos estar atentos a la continuidad de la cooperación militar entre Sudáfrica y Rusia y a la Cumbre de los BRICS. A priori, Rusia espera que uno de sus mayores socios no le traicione, y la advertencia de Sudáfrica a Putin demuestra la lealtad de un país hacia otro. Ahora Sudáfrica debe someterse a un debate interno: la ley o la moral.

Artículo de Selena Vázquez editado por:

Soraya Aybar Laafou. Editora y analista especializada en África en LISA News. Politóloga y periodista interesada en los derechos humanos, la geopolítica y los procesos migratorios. Me apasionan las Relaciones Internacionales y observo con especial interés al continente africano. Soy directora de África Mundi, el primer medio de análisis sobre África en castellano.

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