La carrera por la inteligencia artificial ya no se libra solo en los algoritmos, sino en el control de los datos. En este nuevo escenario, Apertus surge desde Suiza como una apuesta por la soberanía digital sin cerrar la puerta a la innovación. El CEO de Quantum Babylon y alumni del Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute, Juan Pablo Castillo Cubillo, analiza un proyecto que propone la creación de un gemelo digital del país basado en datos abiertos y gobernados éticamente. Una alternativa al dominio de las grandes plataformas tecnológicas.
La evolución experimentada por la inteligencia artificial como herramienta aplicada a una diversidad de campos, tanto profesionales como de ocio, ha redefinido el equilibrio global del poder económico y cognitivo. Los datos se han convertido en el recurso estratégico más codiciado, tan vital como el petróleo en el siglo XX, la pregunta ya no es solo quién desarrolla la mejor IA, sino quién controla los datos que la alimentan.
Frente a este nuevo orden, emerge un dilema crucial, ¿Cómo pueden las naciones fomentar la innovación abierta en inteligencia artificial sin renunciar a la soberanía sobre su información ni comprometer los principios éticos que sustentan su democracia digital?
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En este contexto desde Suiza ha surgido como alternativa ante la necesidad de una independencia tecnológica. Apertus, iniciativa liderada por Swiss AI, se presenta como un experimento pionero. Su ambición es la de construir un gemelo digital de Suiza, una infraestructura de datos compartida y accesible a investigadores, empresas y administraciones, bajo un marco de gobernanza transparente y participativo.
Lanzado desde la EPFL, Escuela politécnica de Laussane, la ETH de Zúrich, Escuela Politécnica Federal, y el Centro Nacional de Supercomputación de Suiza (CSCS) está entrenado con 15 billones de tokens en más de 100 idiomas, siendo particularmente llamativo la inclusión de lenguas tan dispares como el alemán suizo o el romance entre otro mucho, llegando a representar casi la mitad de los datos en habla no inglesa.
Lo verdaderamente remarcable de Apertus, es que trasciende lo tecnológico, ya que se presenta como un proyecto socio-técnico y de política pública que busca demostrar que la apertura y la soberanía de datos no son opuestos, sino complementarios.
De esta forma sirve como base para proyectos desarrollados en el futuro, desde chatbots hasta sistema de traducción o herramientas educativas
Marco conceptual: más allá del gemelo digital
El concepto de gemelo digital nació en la ingeniería industrial para hacer referencia a una réplica virtual que simula el comportamiento de una máquina, una fábrica o incluso una red energética, permitiendo optimizar su funcionamiento en tiempo real. Sin embargo, Apertus lleva esta idea a una escala inédita: la de un país entero.
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En lugar de representar un objeto físico, busca modelar la vida social, económica y territorial de Suiza a partir de datos agregados y anonimizados. Su propósito no es vigilar, sino comprender y anticipar dinámicas nacionales, desde la movilidad y el consumo energético hasta la planificación urbana y la sostenibilidad, creando un entorno de experimentación para la innovación responsable.
Pero la ambición de esta iniciativa solo se entiende a la luz de una tensión global más profunda, el llamado «colonialismo de datos». Este término, acuñado por académicos como Nick Couldry y Ulises Mejías, describe cómo las grandes plataformas tecnológicas extraen datos de individuos y comunidades, a menudo sin reciprocidad ni control local, para generar riqueza y poder en centros tecnológicos distantes.
En ese marco, los países se convierten en proveedores de materia prima informacional que a su vez redunda en pobreza y pérdida de soberanía.
Frente a ello, Apertus representa una alternativa soberana. Suiza no se limita a consumir tecnología extranjera, sino que construye su propio ecosistema de datos bajo reglas nacionales, garantizando que la información producida por sus ciudadanos y territorios revierta en beneficio colectivo. Es, en esencia, una vía por una IA abierta pero gobernada democráticamente.
Análisis del proyecto Apertus: pilares y mecanismos
El proyecto Apertus se estructura sobre tres pilares interdependientes (infraestructura, gobernanza y ecosistema) que, en conjunto, definen su singularidad como iniciativa nacional de inteligencia artificial abierta pero controlada.
Pilar 1: la infraestructura de datos
En el corazón de Apertus se encuentra una infraestructura de datos federada y segura, capaz de integrar fuentes heterogéneas como registros geográficos, demográficos, de movilidad, medioambientales, sanitarios y económicos, entre otros. Cada conjunto de datos es aportado por entidades públicas, universidades y socios privados bajo acuerdos de interoperabilidad estandarizados.
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El desafío técnico radica en lograr una síntesis y anonimización avanzadas. Apertus combina técnicas de differential privacy y generación de datos sintéticos para construir réplicas estadísticas que preserven patrones reales sin exponer información individual. Este equilibrio entre utilidad y privacidad es la base de su modelo de «apertura controlada», lo que da como resultado unos datos accesibles para la innovación pero bajo blindaje ético y legal.
Pilar 2: el marco de gobernanza y ética
La plataforma opera bajo un sistema de acreditación, en el que investigadores, instituciones o startups deben presentar proyectos con impacto social o científico positivo. Un comité multidisciplinar evalúa las solicitudes considerando criterios de proporcionalidad, beneficio público y seguridad.
El Código de Conducta actúa como contrato moral y legal entre usuarios y el sistema. Incluye principios de transparencia algorítmica, equidad, trazabilidad de modelos y auditorías periódicas independientes. Estas auditorías aseguran que los datos y modelos derivados no se desvíen hacia usos maliciosos, comerciales opacos o contrarios al interés público. De este modo, la ética se institucionaliza como parte integral de la infraestructura, no como un añadido posterior.
Pilar 3: el ecosistema de innovación
Más allá de su arquitectura técnica y normativa, Apertus aspira a crear un entorno de innovación abierta, un laboratorio nacional de IA responsable en concordancia con el nivel de excelencia de sus entidades de investigación. Su principales objetivos no son solo acelerar la investigación y desarrollo en inteligencia artificial dentro de Suiza, sino atraer talento e inversión internacional hacia un modelo alternativo al de las grandes plataformas globales.
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Esto ocurre en un momento donde la Unión Europea parece estar perdiendo la batalla frente a las grandes tecnológicas, con concesiones cada vez mas ruborizantes por mucho que se venda en los medios un frente unido hacia los requerimientos del gobierno de Trump, el cual de momento, es capaz de doblegar la voluntad al respecto, algo que hemos podido ver en la cancelación de multas, concesiones en los paraísos fiscales europeos y la relajación de la aplicación de algunas normas de IA y privacidad en un «paquete ómnibus digital», lo cual ha sido interpretado por muchos críticos como una concesión indirecta ante la presión estadounidense.
Los casos de uso potenciales son diversos y de alto interés para evitar la injerencia externa, desde simulaciones de políticas públicas (por ejemplo, prever el impacto fiscal de un nuevo impuesto), pasando por la planificación urbana sostenible, la gestión de emergencias mediante gemelos digitales regionales, hasta el entrenamiento de modelos lingüísticos multilingües adaptados a las lenguas del territorio. En todos los casos, la premisa es la misma, usar los datos del país para generar conocimiento y bienestar público, no dependencia tecnológica.
Una oportunidad en el horizonte para romper dependencias
El proyecto Apertus abre un horizonte de posibilidades que podría redefinir la relación entre innovación, datos y soberanía nacional, ofreciendo un modelo que combina apertura con responsabilidad. La primera gran oportunidad reside en la ventaja competitiva que supone construir una base de datos unificada, coherente y de alta calidad, algo extremadamente difícil de replicar.
En un contexto donde la mayoría de los países dependen de datos fragmentados o de proveedores privados, Suiza podría situarse como un referente en infraestructura digital soberana.
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Puede actuar, además, como un imán de talento y conocimiento, atrayendo a investigadores y emprendedores especializados en IA que buscan entornos donde la calidad de los datos se combine con garantías éticas y seguridad jurídica, convirtiendo a Suiza en un centro de gravedad para la innovación responsable. De igual modo, la plataforma promete un impacto directo en la formulación de políticas públicas basadas en evidencia, permitiendo a través de un gemelo digital nacional simular escenarios, anticipar crisis o evaluar políticas con un nuevo nivel de precisión.
Sin embargo, estas oportunidades se equilibran con desafíos estructurales. La privacidad y los sesgos siguen siendo amenazas constantes, pues aunque los datos sean sintéticos, persiste el riesgo de re-identificación indirecta o de replicar patrones de desigualdad.
La gobernanza y la transparencia se erigen como piedras angulares, ya que determinar qué constituye un «uso ético» requiere procesos deliberativos y mecanismos de supervisión robustos para evitar la captura del proyecto por intereses particulares. A esto se suma el reto mayúsculo de la sostenibilidad financiera, dado que mantener y actualizar un gemelo digital nacional implica costes operativos y energéticos elevados, lo que exigirá explorar modelos híbridos de financiación.
Más allá de Suiza, Apertus plantea una pregunta de alcance internacional: ¿es este modelo replicable o contextualmente exclusivo? Su éxito dependerá de factores estructurales como el tamaño del país, la madurez tecnológica y la cultura institucional, pero ofrece una lección universal: que la soberanía digital no requiere aislamiento, sino colaboración regulada y ética.
Así pues vemos como se erige como un laboratorio vivo de política digital, donde se ensaya la futura gobernanza estatal de la IA, una en la que la innovación se equilibra con los derechos ciudadanos y el interés común.
¿Veremos en el futuro gemelos digitales abiertos y éticos como parte habitual de la infraestructura nacional, o serán excepciones nacidas de contextos privilegiados?
El desenlace de Apertus no solo puede marcar el rumbo de Suiza, sino también puede actuar como piedra de toque respecto a las oportunidades reales de un futuro plausible, donde la soberanía digital en naciones medias y pequeñas es real en medio del pleno dominio de las grandes tecnológicas y el poder omnipresente de las grandes potencias hegemónicas.
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