spot_img

Los sistemas de alarma y el auge de la seguridad privada residencial

Análisis

Paz Quintero
Paz Quintero
Alumna-certificada del Máster Profesional de Análisis Criminal y Criminología Aplicada de LISA Institute. Sus principales áreas de interés son la perfilación criminal, los casos fríos y la criminología ambiental. También es Estudiante del grado de Criminología en la UNED, Máster en Investigación en Criminología y Ciencias forenses, delincuencia y victimología de la UEMC. Máster en Comunicación Corporativa por la UNEATLANTICO.

El auge de las alarmas en el hogar, impulsado por el miedo a la ocupación de viviendas, es un hecho. Sin embargo, la percepción general sobre sus niveles de seguridad dista mucho de la realidad operativa y legal que rige estos servicios ofrecidos por empresas privadas. En este artículo, Paz Quintero López, alumna del Máster Profesional de Analista Criminal y Criminología Aplicada, analiza esta problemática.

Anatomía de un sistema de alarma

Una alarma doméstica es un conjunto de dispositivos electrónicos diseñados para proteger una vivienda de una posible intrusión. Las razones para tener un sistema de alarma en el hogar son varias: prevenir allanamientos, robos en la propiedad y daño a las personas.

Aunque es posible instalar una alarma local (el aviso llega a tu móvil, pero nada más), lo recomendable es conectarla a una Central Receptora de Alarmas (CRA). Esta debe pertenecer al registro de empresas de seguridad privada. El objetivo de este aparato electrónico es triple: detectar, disuadir y alertar. 

➡️ Te puede interesar: La nueva máscara del crimen: trata de personas impulsada por inteligencia artificial

Aunque es posible instalar una alarma local (el aviso llega a tu móvil, pero nada más), lo recomendable es conectarla a una Central Receptora de Alarmas (CRA). Esta debe pertenecer al registro de empresas de seguridad privada. El kit básico suele incluir una central con teclado y tarjeta SIM, que envía señales a la CRA. También incorpora detectores de movimiento (con y sin captación de imágenes), detectores magnéticos para puertas o ventanas, y una sirena.

Hay sistemas inalámbricos, cuyos elementos funcionan con batería o, sistemas cable, si se trata de una alarma para proteger lugares sensibles de mayor riesgo.

Aunque es posible tener una alarma local (el aviso llega a tu móvil, pero nada más), lo recomendable es conectarla a una Central Receptora de Alarmas (CRA). Debe estar operativa las 24 horas, los 365 días del año, y pertenecer al registro de empresas de seguridad privada.

Protocolo de gestión de alarmas de una CRA

Para que un sistema de alarma se active, debe sonar la sirena y enviarse una señal de alerta encriptada a la CRA. Esto ocurre cuando alguno de sus sensores (magnéticos, de movimiento, sísmicos o perimetrales) detecta un cambio en el circuito de protección. Dicho cambio debe producirse mientras el sistema ha estado armado (conectado).

Si la alarma funciona en modo local, el aviso de que ha saltado solo llegará por los medios que hayamos previsto (SMS o notificaciones en el smartphone). En cambio, si una compañía de seguridad presta el servicio de verificación de alarmas, se aplica un protocolo estricto según la legislación vigente. Este procedimiento evita avisar a la policía en caso de una falsa alarma.

➡️ Te puede interesar: Mercantilización del crimen: cuando el criminal es el producto de consumo

La legislación sobre verificación de alarmas

El proceso de verificación es un pilar fundamental del sistema de seguridad privada en España, regulado por normativas como la Orden INT/316/2011. Tiene doble finalidad:

  • Reducir las falsas alarmas: Las falsas alarmas pueden deberse a fallos técnicos, movimientos de mascotas, errores del usuario o condiciones ambientales (como una ventana que se cierra por el viento). Estos avisos saturan los servicios de emergencia y desvían recursos que podrían ser necesarios en situaciones de riesgo real.
  • Garantizar una respuesta policial eficiente: La ley exige que la CRA verifique una alarma antes de notificar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FFCCSE). Esto garantiza que cada aviso a la policía corresponda a una situación con alta probabilidad de intrusión real. Así se optimizan los tiempos de respuesta y se mejora la efectividad de la intervención.

Los métodos de verificación en un salto de alarma

Para corroborar si un salto de alarma es real, se pueden utilizar varios procesos:

  • Verificación secuencial: Deben activarse dos o más sensores en un tiempo muy corto, para cerciorarnos de que la persona intrusa se está desplazando por el interior de la vivienda. Por ejemplo, el sensor magnético de la puerta y un sensor de movimiento en el interior.
  • Verificación por vídeo: Las cámaras del sistema de alarma graban la escena que capten durante el salto y envían las imágenes a la CRA. Los operadores pueden ver en tiempo real si hay una persona en el interior de la casa. Este es, sin duda, el método más eficaz.
  • Verificación de audio: Un micrófono dentro de la centralita de la alarma permite al operador escuchar si hay ruidos sospechosos, como cristales rotos o voces pidiendo auxilio.
  • Verificación personal: En algunos casos, la empresa de seguridad puede enviar a un vigilante para verificar la situación in situ. Sin embargo, esta opción suele depender de un servicio contratado adicional y no permite que el vigilante intervenga físicamente. No se trata de un servicio de seguridad personal, sino de una revisión del acceso a la vivienda. En algunos casos, si se ha contratado custodia de llaves, el vigilante puede entregarlas a la policía.

➡️ Te puede interesar: ¿Cuál es el perfil de un acosador?

La cadena de reacción ante un aviso de alarma

En cuanto la CRA verifica la alarma y la clasifica como un incidente real, se activa un protocolo de aviso estricto y predefinido. Este protocolo incluye los siguientes pasos:

  • Aviso al usuario o a sus contactos: Se notifica al titular de la alarma o a sus contactos de emergencia que ha ocurrido un salto de alarma con posible intrusión. 
  • Aviso a las FFCCSE: La CRA se comunica de inmediato con la policía, a través de canales directos y seguros para evitar demoras.
  • Seguimiento del incidente: Durante la intervención policial, la CRA mantiene un contacto constante con la patrulla en el lugar. Esto permite facilitar información en tiempo real y un registro de lo sucedido. 

Las limitaciones legales y la responsabilidad compartida

Una de las mayores fuentes de frustración para los usuarios es la percepción errónea de las responsabilidades. Es crucial entender que las empresas de seguridad privada operan bajo un marco legal muy estricto y sus funciones son estas:

  • Función disuasoria y de notificación: La Ley de Seguridad Privada, en España, no otorga a las empresas de seguridad la facultad de detener, ni de intervenir físicamente ante un robo. Esto evita situaciones de conflicto o uso indebido de la fuerza, preservando el orden público y la seguridad jurídica.
  • La ocupación: una distinción jurídica vital: El debate sobre la ocupación ilegal de viviendas es un ejemplo perfecto de la necesidad de comprender el marco legal. Desde la perspectiva jurídica y criminológica, es fundamental distinguir entre el delito de robo con fuerza y el delito de usurpación (ocupación).
    • Robo con fuerza: Se tipifica como tal cuando una persona, con ánimo de lucro, se apodera de bienes ajenos empleando la fuerza en las cosas para acceder o abandonar el lugar. En este caso, la alarma salta, se verifica y la policía puede intervenir de inmediato, ya que se considera un delito flagrante.
    • Usurpación (ocupación): Se refiere a la ocupación ilegal de un inmueble que no constituye morada (una segunda residencia, un inmueble vacío, etc.) sin violencia ni intimidación. Aquí, la alarma puede detectar la intrusión inicial, pero una vez que los ocupas han tomado posesión del inmueble y se considera su «residencia», el proceso de desalojo ya no es una actuación policial inmediata, sino un procedimiento civil que debe ser ordenado por un juez. Aunque algunas empresas ofrecen servicios de «acuda» para intentar disuadir en las primeras horas, la batalla legal se libra en los tribunales, no en la puerta de la vivienda.
  • Responsabilidad del usuario: El usuario también tiene un papel activo y responsable. No basta con contratar un servicio y esperar que todo funcione a la perfección. Las responsabilidades del titular de una alarma incluyen:
    • Evitar falsas alarmas: Configurar correctamente el sistema, notificar a la empresa si hay mascotas en casa, y no olvidar desconectar la alarma antes de entrar. Las falsas alarmas reiteradas pueden acarrear sanciones económicas.
    • Mantenimiento del sistema: Aunque la empresa de seguridad tiene la obligación de realizar un mantenimiento periódico, el usuario debe informar de cualquier fallo o anomalía en el funcionamiento de los equipos.
    • Protección de datos: Es importante ser consciente de que los sistemas de videoverificación graban imágenes, lo que conlleva la obligación de cumplir con la normativa de Protección de Datos (RGPD) y notificar la presencia de cámaras a terceros, por ejemplo, mediante un cartel visible.

La seguridad en el hogar: un enfoque integral

La seguridad no se limita a la tecnología; es una estrategia integral que combina elementos pasivos y activos.

  • Medidas de seguridad pasiva: Son aquellas que no se activan, sino que previenen el delito. Esto incluye puertas blindadas o acorazadas, ventanas con cristales de seguridad, rejas y una buena iluminación en las áreas exteriores. Un delincuente busca la ruta de menor resistencia, y las medidas pasivas aumentan el esfuerzo, el tiempo y el riesgo para el ladrón.
  • Medidas de seguridad activa: Los sistemas de alarma son el ejemplo más claro. Su función es la de detectar, disuadir y alertar. Si nos ponemos en el lugar de alguien que pretende robar, evitaríamos entrar en un hogar que tiene una placa de una compañía de alarmas y elegiríamos el que no lo tiene (instalar una placa sin tener realmente un sistema contratado puede acarrear sanciones legales).

➡️ Te puede interesar: La lingüística forense: cómo tu lenguaje te define y delata

Tener una alarma conectada con una CRA para proteger nuestra casa es una medida activa. Nos ofrece una herramienta adicional de disuasión frente a posibles robos. Sin embargo, no es un escudo mágico. Tiene sus limitaciones y conlleva responsabilidades para quien la instala en el hogar o en el negocio.


➡️ Si quieres adentrarte en la Criminología y adquirir habilidades profesionales, te recomendamos los siguientes programas formativos:

Artículos relacionados

Masterclass y eventos relacionados

Formación relacionada

spot_img

Actualidad

Dejar respuesta:

Por favor, introduce tu comentario!
Introduce tu nombre aquí

spot_img