El esperanto, creado en 1887 como una lengua universal para fomentar la paz y el entendimiento entre los pueblos, ha atravesado más de un siglo de historia entre sueños utópicos, persecuciones políticas y revivals digitales. En plena era de la hiperconectividad global y el dominio del inglés, en este artículo, Salvador Iborra, alumno del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute se pregunta ¿qué lugar ocupa hoy esta lengua planificada? ¿Sigue viva o es apenas una reliquia idealista?
El 26 de julio se conmemora la publicación del Unua Libro, la obra con la que el médico polaco L. L. Zamenhof presentó al mundo el esperanto: una lengua artificial ideada para ser fácil de aprender ajena a las particularidades culturales de sus hablantes y que facilite la comunicación global. Esta lengua ha recorrido un tortuoso camino de movimientos sociales y persecución política hasta la actualidad, donde, frente a la hegemonía global del inglés, caben preguntarse: ¿qué lugar ocupa hoy el esperanto?
¿Qué lugar ocupa hoy el esperanto?
Es complicado determinar el número exacto de esperantistas al ser una lengua que carece de estatus oficial en ningún país y cuya utilización solo ha sido medida por estudios académicos o asociaciones privadas.
El lingüista Sidney S. Culbert estimó en la década de los 90 que había unos 2 millones de hablantes funcionales de este, a través de encuestas por muestreo lingüístico. Dicha cifra ha sido cuestionada por otros académicos como Sikosek, que considera exagerada al haber un desajuste masivo entre el número de miembros de asociaciones de esperanto y los supuestos hablantes reportados.
Svend Nielsen, por su parte, presentó una estimación en 2016 en la que señalaba que existían en el mundo alrededor de 65.000 esperantistas distribuidos mayormente a lo largo de países de Europa y Asia Oriental. Según la página web de la Asociación Universal de Esperanto, “el número de libros de texto vendidos, así como la membresía en sociedades esperantistas sitúan el número de personas con algún conocimiento del idioma en cientos de miles o millones.
En cuanto a hablantes nativos (aquellos que han aprendido el idioma desde su nacimiento de padres esperantistas), un estudio de 2004 estimó alrededor de 2.000 niños usaban el esperanto como una de sus lenguas.
Revival digital
En el siglo XXI, el esperanto ha encontrado una segunda vida digital. Plataformas de aprendizaje de idiomas como Duolingo, Drops, Memrise y Lingq ofrecen materiales para el aprendizaje de esta lengua artificial.
En el caso de Duolingo, actualmente 423.000 estudiantes están llevando a cabo el curso ofrecido por la plataforma para su aprendizaje. Un estudio de 2018 también reveló como 1,67 millones de usuarios acumulados (de habla inglesa y española) habían completado el mismo.
Más allá de estas plataformas, Wikipedia ofrece su propia enciclopedia online en esperanto desde mayo de 2001 (Vikipedio), siendo la 37 más grande del mundo y la primera en cuanto a lenguas artificiales. Según la página web, alrededor de 150.000 usuarios consultan Vikipedio regularmente.
Peso cultural
Se calcula que el número de libros editados en esperanto es superior a los 30 000. El principal servicio de venta de libros, el de la Asociación Universal de Esperanto, posee más de 4000 títulos en su catálogo.
En cuanto a novelas publicadas originalmente en esperanto, se datan 130. Desde sus inicios, el esperanto atrajo escritores que buscaban una forma de comunicación libre de nacionalismos. La literatura original en esperanto abarca poesía, novela, teatro y ensayo, con autores destacados como William Auld, Kálmán Kalocsay, o Jorge Camacho.
El cine en esperanto, aunque minoritario, tiene ejemplos históricos y recientes. Una de las producciones más conocidas es Incubus (1966), protagonizada por William Shatner, un filme de terror completamente hablado en esperanto. Más recientemente, se han producido cortometrajes o documentales de corte independiente.
En lo relativo a la escena musical, el sello francés Vinilkosmo distribuye discos de artistas que exclusivamente cantan en esperanto. Músicos como JoMo (Jean-Marc Leclercq) han hecho giras cantando exclusivamente en esta lengua.
Presencia simbólica global a nivel institucional
Zamenhof imaginó el esperanto como un puente entre pueblos y culturas, libre de las imposiciones lingüísticas de los imperios. Sin embargo, su reconocimiento institucional ha sido históricamente limitado, y hoy su presencia en organismos internacionales es más simbólica que funcional.
A lo largo del siglo XX, el esperanto fue objeto de interés intermitente en instancias internacionales. En 1922, la Sociedad de Naciones (precursora de la ONU) debatió una propuesta para adoptar el esperanto como lengua auxiliar internacional. La iniciativa fue apoyada por varios países, pero bloqueada por Francia, que temía que el esperanto compitiera con su idioma como lengua diplomática. Desde entonces, la idea de una lengua planificada como solución institucional global ha perdido fuerza.
Existen excepciones nacionales de patrocinio de la lengua desde los propios Estados como el caso de Radio Internacional de China y ‘El Popola Ĉinio’, publicado regularmente desde 1950 en el país, así como la versión en esperanto de los podcasts y sitios web de Radio Vaticano.
La principal institución que representa el esperanto a nivel mundial es la Universala Esperanto-Asocio (UEA), fundada en 1908. Con sede en Róterdam y estatus consultivo ante organismos de las Naciones Unidas y la UNESCO, la UEA ha sido durante décadas el referente principal del movimiento esperantista. Si bien sus capacidades de influencia son reducidas, ha conseguido mantener una presencia formal en algunos foros multilaterales, donde aboga por la justicia lingüística y el derecho a una comunicación internacional equitativa.
Propuestas políticas
El esperanto ha sido propuesto en diversos contextos políticos a lo largo del tiempo. Uno de los más destacados es el del movimiento Europe–Democracy–Esperanto (EDE), que plantea el establecimiento del esperanto como lengua oficial de la Unión Europea. Este proyecto defiende que el uso de una lengua neutral y planificada permitiría una comunicación más justa entre los ciudadanos europeos, sin favorecer a ningún país por su idioma nativo.
En esta línea, en 2005 el economista suizo François Grin publicó un informe a petición del Haut Conseil de l’éducation (Consejo Superior de Educación de Francia), en el que analizaba el impacto económico del uso del inglés como lengua franca en la Unión Europea. Según sus conclusiones, esta situación genera costes de miles de millones de euros anuales para los Estados no anglófonos, pudiendo evitarse a través de la adopción del esperanto como lengua común.
¿Cambiará su estatus en el futuro?
El esperanto nació como una lengua cuyo objetivo era el fomento de la paz mundial, el entendimiento internacional y la creación de una ‘comunidad universal de hablantes’. Tales objetivos coinciden con la corriente de las RR. II. de la escuela idealista.
Zamenhof, en una correspondía, decía lo siguiente:
“En Białystok, los habitantes se dividían en cuatro grupos distintos: rusos, polacos, alemanes y judíos; cada uno hablaba su propia lengua y consideraba a los demás enemigos. En una ciudad así, una persona sensible siente con mayor intensidad que en cualquier otro lugar la miseria causada por la división lingüística y ve a cada paso que la diversidad lingüística es la primera, o al menos la más influyente, base de la división de la familia humana en grupos enemigos. Me criaron como idealista; me enseñaron que todos eran hermanos, mientras que en la calle, a cada paso, sentía que no había gente, solo rusos, polacos, alemanes, judíos, etc”.
Este idioma es una herramienta pensada para el multilateralismo, pues pretende promover el entendimiento recíproco entre culturas distintas a través de una lengua neutral. No obstante, el horizonte geopolítico de nuestro siglo parece ser desesperanzador para el esperanto.
El debilitamiento del multilateralismo a nivel mundial y la creciente polarización geopolítica entre bloques amenaza el avance y acentúa el retroceso de proyectos internacionales basados en la cooperación y el universalismo, valores fundacionales del esperanto. En un mundo cada vez más nacionalista, propuestas como el esperanto quedarán aun más relegadas a la marginación, reducidas a un papel contracultural o rebelde de ciertos grupos idealistas opuestos al creciente unilateralismo.
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