Este caso, y no la política migratoria o los aranceles, se ha convertido en un arma de doble filo que pone en jaque la lealtad del movimiento MAGA hacia el presidente estadounidense.
El caso Jeffrey Epstein, un escándalo que destapó una red de abuso y tráfico sexual de menores orquestada por el fallecido magnate financiero, ha resurgido con fuerza en la política estadounidense, transformándose en la mayor amenaza para la segunda presidencia de Donald Trump. Lo que una vez fue un arma arrojadiza contra sus oponentes, ahora se ha convertido en un arma de doble filo que pone en jaque la lealtad de su propia base de seguidores.
¿Qué es el Caso Epstein?
El caso gira en torno a Jeffrey Epstein, un multimillonario con una extensa red de contactos en las altas esferas de la política, los negocios y el espectáculo. Durante años, Epstein orquestó una trama de abuso sexual en la que reclutaba a decenas de niñas y mujeres jóvenes, muchas de ellas provenientes de entornos desfavorecidos.
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La investigación se inició en 2005, cuando los padres de una menor de 14 años denunciaron a Epstein por abuso sexual en Palm Beach, Florida. A pesar de que la policía identificó a docenas de posibles víctimas, el caso se cerró en 2008 con un controvertido acuerdo extrajudicial. En ese entonces, Epstein se declaró culpable de cargos menores, cumplió solo 13 meses de cárcel y se registró como delincuente sexual, eludiendo así una posible condena a cadena perpetua por cargos federales de tráfico sexual. Una figura clave en ese acuerdo fue Alexander Acosta, quien años más tarde sería nombrado Secretario de Trabajo en la administración Trump y se vería forzado a dimitir por este escándalo.
El caso se reabrió en 2018 gracias a una investigación del Miami Herald. En julio de 2019, Epstein fue arrestado nuevamente por cargos federales de tráfico sexual de menores, pero se suicidó en su celda de Nueva York un mes después, antes de poder ser juzgado. Desde entonces, la publicación de documentos judiciales ha mantenido el caso en el foco mediático, revelando nombres de personas asociadas a él.
La relación de Trump con Epstein y la politización del caso
Donald Trump y Jeffrey Epstein mantuvieron una amistad durante aproximadamente 15 años, socializando juntos en lugares como Manhattan y Palm Beach. El propio Trump ha afirmado que su relación se rompió alrededor de 2004, antes de que estallara el primer escándalo judicial de Epstein.
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Durante su carrera política, Trump y su movimiento MAGA (Make America Great Again) utilizaron el caso Epstein como un símbolo de la corrupción de la élite política y el deep state («Estado profundo») que prometían combatir. El dos veces mandatario insinuó en repetidas ocasiones que, de llegar al poder, publicaría la famosa «lista» de clientes de Epstein, presentándola como la prueba definitiva de la depravación de sus oponentes, especialmente del Partido Demócrata. Este discurso caló hondo entre sus seguidores, que veían en el caso la encarnación de un sistema corrupto que actuaba con total impunidad.
¿Por qué se ha convertido en una amenaza para Trump?
La herramienta política que Trump agitó durante años se ha vuelto en su contra, generando una crisis interna sin precedentes en su segundo mandato. La amenaza para el presidente se manifiesta en varios frentes:
- Rebelión en la base MAGA: el núcleo duro de sus seguidores se siente engañado. Después de años de promesas de transparencia, la decisión de su administración de no publicar más archivos del caso y de afirmar que la famosa «lista de clientes» no existe, ha desatado la indignación. Figuras influyentes del movimiento MAGA y antiguos aliados como Elon Musk han criticado abiertamente al presidente, acusándolo de encubrimiento. Para sus votantes, si la lista no existe, Trump les mintió. Y si existe y no la publica, podría ser porque él mismo está implicado.
- El nombre de Trump en los archivos: la polémica escaló cuando The Wall Street Journal reveló que el Departamento de Justicia informó a Trump en mayo de 2025 que su nombre aparecía en los archivos de Epstein. Aunque figurar en los documentos no implica culpabilidad, la noticia arrojó una sombra de sospecha sobre los motivos de la Casa Blanca para querer mantener los archivos en secreto.
- Una crisis de credibilidad: la gestión de la crisis por parte de Trump ha sido errática. Ha calificado el caso de «aburrido», ha negado la veracidad de informaciones periodísticas e incluso ha demandado a The Wall Street Journal por publicar una supuesta carta de contenido obsceno que habría enviado a Epstein en 2003. Al mismo tiempo, presionado por las críticas, ha ordenado a la fiscal general que publique «evidencias creíbles» del caso. Este vaivén ha erosionado su credibilidad y ha alimentado la percepción de que oculta algo.
Por todo ello, el caso Epstein ha dejado de ser una teoría de la conspiración para convertirse en un problema político real y tangible para Donald Trump. La paradoja es que la mayor amenaza no proviene de sus opositores demócratas, sino del mismo movimiento que él creó y que ahora, por primera vez, se atreve a desafiar a su líder. Al atacar la credibilidad de Trump como un «outsider» antisistema, el fantasma de Jeffrey Epstein amenaza con fracturar la base que lo llevó al poder.