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Alí Bey el Abbassi: el origen de la inteligencia española en el Mediterráneo del siglo XIX

Análisis

James C. Hyden
James C. Hyden
Alumno del Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute. Miembro de las Fuerzas Armadas.

A comienzos del siglo XIX, España buscaba ganar información en un Mediterráneo lleno de tensiones. En este artículo, el alumno del Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute, James C. Hyden, explica la relevancia de la figura de Domingo Badía, conocido como Alí Bey el Abbassi. Su identidad falsa y su acceso a círculos prohibidos marcaron un antes y un después en la inteligencia española. Su trayectoria muestra el salto del país hacia un espionaje mucho más sofisticado.

El Mediterráneo, a comienzos del siglo XIX, era un espacio de gran interés estratégico para las potencias europeas. España, atravesaba una etapa de debilidad política y económica en la que se intentaban asegurar rutas comerciales, especialmente para el abastecimiento de trigo desde el norte de África.

Sobre este contexto surge la figura de uno de los personajes más importantes del espionaje español: Domingo Badía y Leblich, más conocido por su identidad encubierta como Alí Bey el Abbassi.

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Su actividad entre los años 1803 y 1805 en Marruecos responde a una combinación de interés político, científicos y estratégicos, en un periodo marcado por la rivalidad entre España, Francia y Reino Unido. 

Formación y primeros proyectos Alí Bey el Abbassi

Domingo Francisco Jorge Badía y Leblich nació en 1767 en Barcelona. Desde muy joven mostró interés por la ciencia, formándose de manera autodidacta en conocimientos de geografía, astronomía y mecánica.

Antes de su gran misión en África, impulsó varios proyectos científicos, entre ellos, la construcción de un globo aerostático. Más tarde, la formación como científico e investigador le sirvió como tapadera para su viaje a África para así poder realizar sus primeras labores de inteligencia.

Apoyo institucional

El proyecto de Badía fue respaldado por el entorno del poder español, bajo la influencia directa de Manuel Godoy, válido de Carlos IV. España necesitaba información directa sobre la situación política interna de Marruecos, sus recursos, el estado de su ejército y las posibles alianzas tribales.

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El objetivo era doble: 

  • Asegurar los intereses comerciales, especialmente el suministro de cereal.
  • Reducir la influencia de otras potencias europeas, en particular del Reino Unido. 

La creación de Alí Bey el Abbassi

Badía creó una identidad completamente nueva, Alí Bey el Abbassi, supuesto príncipe musulmán de origen sirio, descendiente del profeta Mahoma.

Esta identidad fue construida de forma minuciosa llegando incluso a realizar la circuncisión para una cobertura robusta. No se trató de un simple disfraz, sino de una transformación cultural completa que le permitió integrarse en la comunidad islámica. 

Infiltración en la corte marroquí

Gracias a su identidad nueva, Alí Bey logró acceder a los niveles más altos del poder marroquí, estableciendo contacto directo con el sultán y miembros destacados. Por todo ello, obtuvo información estratégica sobre:

  • La estructura del Estado
  • La organización del ejército 
  • Las tensiones internas
  • La situación económica
  • Las relaciones tribales

Mientras realizaba labores de inteligencia, también desarrolló una intensa actividad científica que quedó reflejada en su obra «Viajes de Ali Bey el Abbassi», publicada en 1814. Gracias a su disfraz musulmán y las relaciones que mantenía con altos cargos musulmanes, tuvo la oportunidad de entrar en La Meca, donde ningún infiel podría acceder, bajo pena de muerte. 

Tras haber viajado por Tierra Santa, Siria, Turquía y cruzar toda Europa, Badía llegó a Bayona en 1808, justo cuando Carlos IV y su hijo Fernando VII habían renunciado a la corona en favor de Napoleón. Tras reunirse con Carlos IV, este, le aconsejo que se pusiera al servicio de los franceses.

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Desgraciadamente, cuando en 1813 los españoles expulsaron de su trono a José Bonaparte, Badía terminó exiliado en Francia. En 1814, en Francia, publicó la primera edición de sus viajes, siendo traducida al inglés, italiano y alemán. 

En julio de 1818, en Damasco, cayó enfermo de disentería y murió en agosto, cuando ya viajaba rumbo a La Meca. Ali Bey se convirtió en uno de los ejemplos más tempranos de infiltración con fines de inteligencia en la historia de España, por todo ello se considera el primer espía español. 


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