Te explicamos si el presidente de Estados Unidos puede romper con el tradicional límite de dos mandatos establecido en la Constitución.
El presidente Donald Trump ha afirmado que «no está bromeando» sobre la posibilidad de buscar un tercer mandato presidencial, a pesar de las claras limitaciones constitucionales que lo prohíben. Durante una entrevista telefónica con NBC News, Trump declaró que «hay métodos» para conseguirlo. Sin embargo, añadió que «es demasiado pronto para pensar en ello». Esta declaración representa su señal más clara de que está contemplando formas de eludir las restricciones constitucionales que le impedirían continuar en el cargo después de que finalice su segundo mandato en enero de 2029.
La Constitución estadounidense, específicamente la Vigésima Segunda Enmienda, establece claramente que «ninguna persona podrá ser elegida para el cargo de Presidente más de dos veces». Esta limitación constitucional representa el mayor obstáculo para cualquier aspiración de Trump (y cualquier otro mandatario) de permanecer en el poder más allá de dos mandatos.
Origen de la limitación de dos mandatos presidenciales
La Vigésima Segunda Enmienda se ratificó el 27 de febrero de 1951, tras la presidencia de Franklin D. Roosevelt. Este presidente rompió con la tradición de dos mandatos establecida por George Washington. Roosevelt fue elegido para un tercer y cuarto mandato durante la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, falleciendo poco después de comenzar su cuarto período en 1945.
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Antes de Roosevelt, ningún presidente había servido más de dos mandatos, una tradición que comenzó con George Washington y se mantuvo durante más de 150 años. Esta tradición se consideraba casi una ley no escrita, prácticamente tan sagrada como cualquier disposición de la Constitución. Thomas Jefferson, quien ejerció como presidente entre 1801 y 1809, también se negó a postularse para un tercer mandato, lo que reforzó esta tradición en los posteriores presidentes. A pesar de esto, la enmienda se promulgó porque existía la preocupación de que alguien afianzara el poder de manera similar a un rey.
Posibles estrategias y vacíos legales
A pesar de las claras restricciones constitucionales, Trump y sus aliados valoran varias estrategias potenciales para eludir los límites de la Vigésima Segunda Enmienda:
- La estrategia del vicepresidente. Una posibilidad mencionada por Trump implica que su actual vicepresidente, J.D. Vance, se postule para presidente en 2028 con Trump como compañero de fórmula. Si ganaran, Vance podría renunciar, permitiendo que Trump asuma la presidencia. Sin embargo, la Duodécima Enmienda establece que «ninguna persona constitucionalmente inelegible para el cargo de Presidente será elegible para el de Vicepresidente de los Estados Unidos». Esto, probablemente, impediría que Trump ocupara el cargo de vicepresidente.
- Modificación constitucional. Otra opción sería buscar una enmienda constitucional que elimine la prohibición de un tercer mandato presidencial. Esto requeriría una mayoría de dos tercios en ambas cámaras del Congreso y la ratificación por tres cuartos de las legislaturas estatales. El representante republicano Andy Ogles de Tennessee, propuso en enero de 2025 una resolución para modificar la Constitución y permitir que una persona sea elegida presidente hasta un máximo de tres veces, siempre que no sean mandatos consecutivos.
- Interpretación de «elección» versus «sucesión». Algunos partidarios de Trump argumentan que existe un vacío legal en la Constitución que aún no se ha probado en los tribunales. Sostienen que la Vigésima Segunda Enmienda solo prohíbe explícitamente que alguien sea «elegido» más de dos veces, sin mencionar la «sucesión». Bajo esta interpretación, Trump podría asumir la presidencia a través de la sucesión en lugar de la elección directa.
- Presidente «en funciones». Un bufete de abogados de Pensilvania, Cornerstone Law, sugirió que si Trump fuera elegido como vicepresidente, el presidente bajo el cual sirve podría declararse temporalmente incapacitado, permitiendo que Trump sirva como «presidente interino en funciones» bajo la Vigésima Quinta Enmienda.
Steve Bannon, ex asesor de Trump, ha expresado públicamente su creencia de que Trump «se presentará y ganará de nuevo». Para ello, mencionó que hay «un par de alternativas» para que esto ocurra.
Expertos lo creen imposible sin incumplir la Constitución
Sin embargo, expertos legales advierten que estas interpretaciones enfrentarían importantes obstáculos constitucionales y políticos. Bruce Fein, experto en derecho constitucional, afirmó categóricamente que «no hay absolutamente ningún método para eludir la Vigésima Segunda Enmienda». Además, advirtió que si Trump intenta desafiar la enmienda, podría ignorar o incumplir otros límites constitucionales en su búsqueda de poder.
El profesor David Schultz, de la Universidad Hamline, señaló que «Trump puede no querer descartar un tercer mandato, pero la Vigésima Segunda Enmienda de la Constitución sí lo hace». Michael Gerhardt, experto constitucional de la Universidad de Carolina del Norte, añadió que «sería completamente un hecho sin precedentes que un presidente desafiara abiertamente los dictados de la Vigésima Segunda Enmienda».
Por todo ello, cualquier intento de un tercer mandato de Trump probablemente conduciría a desafíos legales que podrían llegar hasta la Corte Suprema, creando un posible dilema constitucional sin precedentes en la historia estadounidense.
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