spot_img

Syngman Rhee: el padre autoritario de Corea del Sur entre guerra, represión y alianzas

Análisis

Miquel Ribas Lladó
Miquel Ribas Lladó
Grado en Relaciones Internacionales (Collegium Civitas, Varsovia) y Máster en Estudios Globales de Asia Oriental (UAB, Barcelona). Tiene experiencia como investigador en la Fundación Instituto Confucio (Barcelona) y en el Instituto de Investigación Sociopolítica de la Academia de Ciencias de Rusia (Moscú). Alumno certificado del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico y del Curso de Experto en China de LISA Institute.

El liderazgo de Syngman Rhee durante la Primera República de Corea (1948–1960) estuvo marcado por su viraje del ideal democrático al autoritarismo, su papel clave en la Guerra de Corea y su dependencia del apoyo estadounidense. Mientras consolidaba a Corea del Sur como bastión anticomunista, su régimen se caracterizó por la corrupción, la represión política y una economía sostenida artificialmente. En este artículo, Miquel Ribas, alumno del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico y el Curso de Experto en China de LISA Institute, explica como más de seis décadas después de su caída, su legado sigue dividiendo a la sociedad surcoreana.

Aunque a lo largo de su época de activista nacionalista, Syngman Rhee sintió una afinidad y una filia hacia los valores de las democracias occidentales, a lo largo de su liderazgo optó por distanciarse significativamente de estos principios fundando un régimen autocrático y dictatorial que poco o nada tenía que ver con las democracias liberales. Al mismo tiempo, a nivel geopolítico, su mandato estuvo influenciado por la división de Corea y las dinámicas de la Guerra Fría.

Para comprender esta controversia, se hace necesario explorar las características principales, a nivel geopolítico, político y económico que caracterizaron a la Primera República de Corea (1948-1960) así como sus éxitos y fracasos de un político controvertido cuyo mandato, casi sesenta años tras su fallecimiento, sigue siendo aún objeto de controversia y discusión en la sociedad surcoreana.

 ➡️ Te puede interesar:

Líder del Gobierno provisional coreano

Durante los primeros años de actuación del Gobierno provisional, de los que Rhee fue su primer presidente, se abogó por ejercer presión diplomática con objeto de conseguir apoyo para la causa independentista. Sin embargo, este reconocimiento nunca se dio causando divisiones entre diversas facciones que integraban el movimiento. A pesar de compartir un objetivo común, los integrantes del Gobierno se dividían en torno a los medios para lograr el fin. Se trataba de una organización heterogénea comprendida por nacionalistas, liberales, budistas y socialistas.

Rhee devino uno de los principales líderes que abogaban por hacer hincapié en la diplomacia dirigida a las potencias occidentales para obtener reconocimiento internacional. Por otro lado, la facción dirigida por Kim Koo defendía la insurrección militar como único instrumento para obtener la independencia.

Estas discrepancias causaron que Rhee fuese expulsado del liderazgo del Gobierno provisional. Este hecho no implicó la renuncia a sus postulados independentistas pues siguió con la lucha por la independencia ejerciendo presión diplomática para que Washington reconociese a Corea. Una situación que no implicó que Rhee se sometiese a los designios de Estados Unidos a pesar de la representatividad que obtuvo en Washington como diplomático en el transcurso de sus negociaciones con diferentes presidentes estadounidenses. Estas tensiones se prolongarían durante su mandato político.

Liderazgo político: la guerra de Corea y la geopolítica coreana de la Primera República

Rhee devino el primer presidente de la República de Corea al proclamar, el 15 de agosto de 1948, la creación del Estado coreano con el apoyo de Washington y el prestigio diplomático que obtuvo en su lucha contra la ocupación japonesa. Sin embargo, desde el inicio tuvo desacuerdos significativos con Washington sobre una hipotética división permanente de la península coreana. Su nacionalismo, retroalimentado por el de su némesis norcoreana, Kim Il-sung, llevó a la guerra de Corea iniciada con la invasión del territorio surcoreano por parte del Ejército Popular de Corea.

La guerra de Corea reflejó las tendencias que caracterizarían las relaciones de Seúl con Washington durante la época de Rhee. Como escribe Daniel Sneider, “El nacionalismo coreano y los objetivos de la política estratégica estadounidense a menudo han chocado. Las diferencias sobre Corea del Norte han surgido repetidamente. Y el antiamericanismo ha sido una característica de la vida coreana durante décadas”.

El armisticio que puso fin a las hostilidades entre las dos Coreas fue firmado por Washington y Pyongyang, pero sin Seúl fue debido a la oposición de Rhee a estampar su firma en un documento que, para él, suponía “un golpe fatal” para su proyecto nacionalista de unificación. Rhee no cambió su decisión pese a los intentos de mediación de Washington quien intentó persuadirle, para que Seúl firmase el armisticio a través de apoyo económico y militar.

A pesar de la destrucción de infraestructuras, la devastación económica y la pérdida de vidas humanas, Rhee se mostró orgulloso de que la contienda hubiese tenido lugar. Para Rhee, la guerra de Corea y el Tratado de Seguridad firmado con Estados Unidos supusieron consolidar a Corea como un Estado respetado internacionalmente. Un estatus que no había obtenido hasta aquel momento ya que sus relaciones se habían caracterizado, históricamente, por el vasallaje.

En las negociaciones para la firma del tratado, Rhee demandó la expulsión a todas las fuerzas extranjeras (chinas y soviéticas) de la península junto con el compromiso estadounidense de defender Corea del Sur (incluso antes de terminar la guerra) como condiciones sine qua non para aceptar el armisticio permitiendo solamente a las estadounidenses que debían garantizar la defensa del país frente a sus vecinos.

Pese a la mejora de los lazos con Estados Unidos como principal socio económico y de seguridad de Corea del Sur, las relaciones coreano-japonesas empeoraron significativamente con el establecimiento de la línea de Sygnman Rhee que situaba al archipiélago Dodko/Takeshima bajo soberanía coreana. Las relaciones entre Tokio y Seúl tuvieron que esperar para su normalización que tuvo lugar con la firma del Tratado de Relaciones básicas Japón Corea del Sur, en 1965, a causa del sentimiento de hostilidad de Rhee por todo lo japonés. Por otro lado, las relaciones con Moscú y Pekín fueron inexistentes al seguir las dinámicas de la Guerra Fría y de reconocer ambas superpotencias comunistas al Gobierno de Pyongyang como el único legítimo de Corea sin tener relaciones diplomáticas con Seúl, las cuales se iniciarían a finales de la década de los ochenta.

Economía: falta de gestión y dependencia de la ayuda estadounidense

Tras la firma del armisticio y de asegurarse el apoyo militar de Estados Unidos, Rhee llevó a cabo un programa económico para industrializar el país cuyo eje rector se basaba en la sustitución progresiva de las importaciones para alentar el desarrollo de industrias nacionales. Este programa, pese a contribuir a una cierta diversificación económica y generar, en ciertos momentos, crecimiento económico no fue eficiente para la mejora de los niveles de vida de la población.

El enfoque proteccionista de Rhee no impulsó la economía a causa de la falta de recursos naturales del país puesto que en el territorio del sur de la península nunca había existido actividad industrial, sino que había predominado la agricultura como principal actividad económica. En la práctica, la economía dependía de bienes importados comprados con fondos de ayuda estadounidense y del dinero gastado por soldados estadounidenses en el país así como a un floreciente mercado negro de bienes orientado al ejército estadounidense. La buena evolución inicial de la economía norcoreana obligó a Washington a transferir una sustancial ayuda económica basada en créditos para estimular a Seúl con objetivo que pudiese solventar los problemas y los desajustes económicos de Corea del Sur.

Además, la economía surcoreana se vio influenciada por una gestión marcada por la corrupción. En este contexto, pese a alcanzar a finales de la década de los 50 los niveles de infraestructuras de preguerra, los militares americanos se quejaron de la mala asignación y distribución de los fondos de ayuda más orientados a fines políticos. Igualmente, la incapacidad del Gobierno de Rhee para gestionar los fondos de ayuda fue también objeto de queja por parte de los representantes de Washington en Corea del Sur. A menudo, los americanos se referían a la administración de Rhee como “una madriguera de ratas”.

En definitiva, la economía surcoreana durante el liderazgo de Rhee se caracterizó por depender de la ayuda estadounidense y de una moneda, el won, sobrevaluada para mantener al país económicamente a flote en vez de apostar por estrategias de desarrollo económico como hizo Japón y que situó, durante su mandato, a Corea del Sur como la Corea mala dado el mayor dinamismo del sistema de economía planificada norcoreano. 

La presidencia de Syngman Rhee: una férrea autocracia

La guerra de Corea cambió radicalmente los principios que Rhee había adquirido y defendido durante su formación como nacionalista. Rhee, desde el inicio de su mandato, optó por distanciarse del liberalismo para crear un sistema político autoritario y personalista con una elevada concentración de poder en sus manos. A nivel político, su partido, el Partido Liberal, carecía de ideología real y se centraba en perpetuar a Rhee en el poder. Además, la administración pública se utilizó para promover personalmente la suerte política y económica de sus miembros leales a Rhee.

A pesar de la corrupción y el clientelismo del sistema político de Rhee, el régimen se esforzó por mantener una cierta formalidad democrática que ocultase su funcionamiento autocrático. En este sentido, aunque el país celebraba elecciones, éstas se caracterizaban por signos claros de manipulación y fraude electoral. No existía la división de poderes ni sistema de contrapesos (checks and balances en inglés). Igualmente, el poder judicial se encontraba vinculado intrínsecamente con la figura del presidente como se connotó al proscribir al opositor Partido Progresista, de matriz socialista opuesto a Rhee.

A lo largo del mandato de Rhee se hizo uso de la violencia y la represión política con objeto de eliminar a toda oposición bajo la excusa de la amenaza norcoreana. Uno de los mayores ejemplos de la represión tuvo lugar en la masacre de la Liga Bodo en la que perecieron entre 60.000 y 200.000 personas.

La amenaza de Corea del Norte justificó el mantenimiento de un sistema político basado una autocracia represiva como medio más eficiente para impedir la expansión del comunismo. El autoritarismo de Rhee fue apoyado por Washington, a pesar de la desconfianza que se fraguó entre Washington y Seúl durante la guerra de Corea y la actitud arrogante del presidente surcoreano, Rhee garantizaba una Corea del Sur anticomunista y aliada de Estados Unidos. Una condición que, en la geopolítica de la Guerra Fría, era esencial para mantener el equilibrio de poder entre Estados Unidos y la URSS en Asia Oriental.

Este estilo de gobierno autocrático refleja una contradicción significativa entre el Rhee activista y el Rhee presidente. Mientras el activista mostraba una actitud crítica hacia el sistema político tradicional buscando asentar las bases de la política surcoreana en los valores de la democracia liberal estadounidense, el presidente gobernó más siguiendo el modelo tradicional coreano.

En esencia, el régimen de Rhee estuvo marcado por una elevada verticalidad del poder con el mismo en la cúspide como emperador republicano, una burocracia funcionarial clientelar, una corrupción endémica y un aparato represivo estatal, el cual se apoyaba en la represión, la tortura y la violencia como instrumentos para disuadir a la población de cuestionar el liderazgo de Rhee.

El Movimiento del 19 de abril y el derrocamiento de Rhee

En una tesitura de represión, violencia y vulneración de derechos fundamentales acompañados por una falta de mejoras en la economía, generó una situación idónea para la emergencia de una oposición al gobierno de Rhee. Además, Washington desesperado por la falta de resultados económicos decidió reducir su ayuda económica. Un hecho que condujo a Rhee a ver su posición política amenazada. Para evitar perder el poder, introdujo cambios en la Ley de Seguridad Nacional que limitaban la libertad de expresión, de prensa y el derecho a voto, además de imponer una reforma constitucional para eliminar el límite de dos mandatos presidenciales que le permitió presentarse nuevamente a las elecciones.

Esta decisión generó un malestar de la población que abogaba por cambios políticos en el país. La oposición generó una amplia ola de protestas. Estas manifestaciones fueron organizadas principalmente por estudiantes y profesores quienes, gracias a su comprensión de los valores liberales y de cómo éstos eran vulnerados por Rhee, fueron capaces de transmitir la necesidad de agruparse en alzamientos (manifestaciones) pacíficos para demandar un cambio de régimen. Este conjunto de movilizaciones tuvieron lugar en abril de 1960. Actualmente este conjunto de protestas y manifestaciones es conocido como el Movimiento del 19 de Abril o la Revolución del 19 Abril.

Aunque el gobierno de Rhee intentó inicialmente reprimir estas protestas, la represión tuvo un efecto contraproducente ya que incrementó los niveles de oposición popular contra su autocracia. El movimiento estudiantil alcanzó tal intensidad con los disturbios en Seúl y otras ciudades del país que su aparato burocrático-represor se vio incapaz de frenar su avance. Finalmente, Rhee, asediado por la presión de sus ciudadanos, tuvo que ser recogido en la Casa Azul (residencia del presidente de la República de Corea) por un helicóptero de la CIA para huir del país. Se exilió a Hawái, donde residió hasta su muerte, que tuvo lugar, el 19 de julio de 1965. Con su derrocamiento finalizó la Primera República de Corea.

Un legado lleno de controversias y disputas tras más de 60 años sin un consenso social mayoritario

Actualmente, en el sexagésimo aniversario de su fallecimiento, su figura y su legado son aún objeto de disputa y controversia. Esta falta de unanimidad refleja una división social en torno a su liderazgo que aún existe en Corea del Sur. Para sus partidarios no se puede negar el capital político que obtuvo en su lucha por la independencia de Corea. A pesar de todos sus errores, podría ser definido como el padre del Estado coreano moderno, o contemporáneo, si así se prefiere, al tiempo que le valoran su liderazgo durante la guerra de Corea. Por el contrario, sus detractoras critican su despotismo, abuso de poder, represión o su decisión de abandonar el país al inicio de la guerra. Para ellos, Rhee ha quedado retratado como un político deshonesto y fallido.

La Sexta República de Corea, a diferencia de las anteriores (con excepción de la breve Segunda República), es una democracia liberal. Los movimientos políticos que constituyeron la oposición a las dictaduras están presentes en la Asamblea Nacional e incluso han gobernado el país. Piénsese, por ejemplo, en el caso de Moon Jae-in, el duodécimo presidente quien fue, en su época universitaria, un estudiante que participó en los alzamientos contra la Constitución Yushin promulgada por Park Chung-hee y, cuya profesión, es abogado especializado en los Derechos Humanos.

También se puede mencionar el caso de Kim Dae Jung uno de los mayores luchadores por Derechos Humanos y la democracia civil en Corea, galardonado con el Nobel de la Paz, y opositor de Park Chung-hee y Chun Doo-hwan. Unos hechos que reflejan que la Corea del Sur actual es plural y las tesis de Rhee ya no son mayoritarias, aunque aún perviven en determinados sectores sociales vinculados con la derecha sociológica y nacionalista coreana.

Todo ello sitúa a Rhee como un líder político contradictorio pero esencial en el devenir histórico de la Corea del siglo XX cuyo legado aún es objeto de discusión y controversia más de medio siglo

➡️ Si quieres adentrarte en el mundo de la Geopolítica e Internacional y adquirir habilidades profesionales, te recomendamos los siguientes programas formativos:

Artículos relacionados

Masterclass y eventos relacionados

Formación relacionada

spot_img

Actualidad

Dejar respuesta:

Por favor, introduce tu comentario!
Introduce tu nombre aquí

spot_img