La transformación digital ha impulsado una adopción masiva de infraestructuras híbridas y multi-cloud, ofreciendo a las organizaciones una mayor agilidad y escalabilidad. Sin embargo, este avance tecnológico ha introducido nuevos desafíos en el ámbito de la ciberseguridad, especialmente en lo que respecta a la Gestión de Identidades y Accesos (IAM, por sus siglas en inglés). Sergio Suñer Chico, alumno del Máster Profesional de Analista Estratégico y Prospectivo de LISA Institute analiza en profundidad estos desafíos y presenta estrategias clave para fortalecer la seguridad en entornos cloud.
La IAM no se limita a gestionar «quién accede a qué», sino que además se ha convertido en una piedra angular para la protección de activos críticos, la continuidad operativa y el cumplimiento normativo.
El robo de credenciales, las configuraciones erróneas y la proliferación de identidades humanas y no humanas están redefiniendo las prioridades de seguridad. Además, las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA) y los deepfakes están amplificando el panorama de amenazas. Menos del 25% de las compañías españolas ha implementado políticas Zero Trust, aunque cada vez más organizaciones muestran interés en adoptar esta arquitectura.
Este artículo analiza los retos actuales de la IAM en entornos cloud complejos y ofrece estrategias clave para fortalecer la gestión de identidades y accesos en el futuro.
La evolución de la IAM en la nube
El paso de infraestructuras locales a entornos híbridos y multi-cloud ha transformado el modelo tradicional de la IAM. Este cambio ha generado una fragmentación en las políticas de gestión de identidades, dificultando la visibilidad y el control en entornos distribuidos con múltiples proveedores de nube. El modelo multi-cloud añade complejidad a la gestión de identidades y accesos, aumentando el número de identidades asociadas con diferentes proveedores, lo que dificulta el monitoreo y control de cuentas y accesos a recursos.
Identidades humanas y no humanas
Con el crecimiento de DevOps y la automatización, las identidades no humanas (NHIs), como bots, API, keys, cuentas de servicio, tokens OAuth y secretos, han proliferado significativamente, aumentando la complejidad de la gestión de accesos y roles en entornos cloud. Estas identidades operan 24/7, manejan información sensible y ejecutan tareas críticas a gran velocidad, lo que las convierte en objetivos primordiales para ciberataques.
Sin embargo, solo el 15% de las organizaciones se sienten altamente confiadas en prevenir ataques contra NHIs, y la mayoría enfrentan problemas como la gestión de cuentas de servicio, la auditoría y el monitoreo, y la rotación de API keys.
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Es esencial establecer controles estrictos, definiendo, aplicando y monitoreando roles y privilegios para estas identidades no humanas. Las organizaciones deben priorizar el principio de privilegio mínimo, implementar políticas formales para la revocación y rotación de claves y utilizar herramientas específicas de la IAM para auditar y detectar excesos de permisos.
Además, una integración más coherente de las herramientas de seguridad podría cerrar brechas existentes y mejorar la efectividad de las medidas.
Principales amenazas relacionadas con la IAM en la nube
1. Robo de credenciales
El uso de credenciales comprometidas sigue siendo una de las causas más comunes de brechas de seguridad en entornos cloud. Métodos como phishing avanzado y ataques de fuerza bruta permiten a los atacantes infiltrarse en sistemas críticos. Se estima que más de 2.500 millones de cuentas han sido comprometidas y están disponibles en foros clandestinos.
2. Mala gestión de permisos
Configurar permisos excesivos o erróneos puede dejar datos y sistemas expuestos. La falta de revisiones periódicas aumenta la probabilidad de accesos indebidos. Los fallos en la gestión de permisos permiten que los atacantes se muevan lateralmente dentro de las redes, accediendo a recursos críticos y ampliando el alcance de sus ataques.
3. Shadow Access
El Shadow Access se refiere a permisos no documentados o configuraciones automatizadas que no son monitoreadas adecuadamente, representando un riesgo oculto. Este problema surge de la complejidad y la automatización en entornos cloud, donde identidades y accesos son creados automáticamente sin una gobernanza adecuada, exponiendo a las organizaciones a brechas de seguridad significativas.
4. Amenazas avanzadas: Deepfakes y AI
Los deepfakes y las tecnologías de IA pueden comprometer métodos avanzados de autenticación, como la biometría facial y la voz, exponiendo nuevas vulnerabilidades. El rápido desarrollo de herramientas generativas como ChatGPT y Bard amplifica estos riesgos, introduciendo nuevas formas de ciberataques como phishing avanzado y fraude empresarial basado en inteligencia artificial.
4. Retos actuales en la IAM para entornos cloud complejos
1. Complejidad en la Gestión de Permisos
La rapidez con la que las configuraciones cambian en la nube dificulta la gobernanza de identidades. La acumulación de permisos innecesarios o superpuestos, conocida como «creep de privilegios», incrementa significativamente la superficie de ataque. La complejidad de los productos IAM y su impacto en la experiencia del usuario pueden obstaculizar su adopción, afectando tanto la seguridad como la productividad.
2. Gobernanza de identidades no humanas
Las identidades no humanas, al carecer de supervisión rigurosa, pueden acumular permisos peligrosos a lo largo de su ciclo de vida. Este problema se agrava en sistemas automatizados donde se crean accesos sin pasar por una validación exhaustiva. Es crucial centralizar y controlar los privilegios internos de DevOps, incluidas las credenciales y claves de acceso de sistemas automatizados.
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3. Shadow IT y aplicaciones no autorizadas
El uso de aplicaciones no aprobadas por la organización crea vulnerabilidades que no son detectadas fácilmente por los equipos de seguridad. El Shadow IT y el uso de tecnologías no soportadas por TI complican los esfuerzos de la IAM y pueden conducir a brechas de seguridad.
4. Automatización sin control
Aunque la automatización mejora la eficiencia operativa, si no se supervisa adecuadamente puede crear accesos no deseados o configuraciones erróneas. La creación automática de identidades y accesos sin una gobernanza adecuada puede dar lugar a Shadow Access y exponer a las organizaciones a riesgos significativos.
Estrategias y recomendaciones para fortalecer la IAM en entornos cloud
1. Implementación del modelo Zero Trust con arquitectura de malla de seguridad
La integración del modelo Zero Trust con la Malla de Ciberseguridad (CSMA) representa un enfoque estratégico para fortalecer la gestión de identidades y accesos en entornos cloud complejos. Mientras que Zero Trust elimina la confianza implícita y asegura cada interacción, la arquitectura de malla facilita la interoperabilidad entre soluciones, garantizando una aplicación consistente y escalable en entornos híbridos y multi-cloud.
El modelo Zero Trust refuerza la seguridad verificando constantemente las identidades y accesos. Cada solicitud es autenticada, autorizada y monitoreada en tiempo real, lo que reduce significativamente el movimiento lateral de atacantes y protege los accesos privilegiados. Este enfoque también prioriza prácticas como el principio de privilegio mínimo, el Just-in-Time Access (JIT) y Just-Enough Access (JEA), asegurando que los usuarios y sistemas solo accedan a lo estrictamente necesario.
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La incorporación de la Malla de Ciberseguridad amplifica la eficacia del modelo Zero Trust al abordar los desafíos operativos y técnicos asociados con entornos distribuidos. La CSMA promueve una seguridad modular, componible y colaborativa, permitiendo que herramientas como IAM, SIEM y SOAR trabajen de manera conjunta para aplicar políticas de acceso de manera coherente. Esto garantiza que las identidades humanas y no humanas estén protegidas independientemente de su ubicación o contexto.
2. Adopción de herramientas IDaaS
Las herramientas IDaaS simplifican la gestión de identidades en entornos híbridos y multi-cloud al centralizar políticas de acceso, automatizar tareas como la revocación de permisos y garantizar el cumplimiento normativo. Funcionalidades como SSO y MFA refuerzan la seguridad mientras mejoran la experiencia del usuario.
Estas soluciones también abordan problemas de Shadow IT, proporcionando visibilidad y control sobre aplicaciones no autorizadas, lo que mejora la gobernanza en entornos complejos.
3. Estrategias de gobernanza para identidades no humanas
La gestión de identidades no humanas, como bots y API, es clave para reducir riesgos asociados a accesos automatizados. Esto incluye definir roles claros, monitorear su actividad y establecer alertas para accesos anómalos.
Herramientas avanzadas de análisis ayudan a detectar configuraciones inseguras y garantizar que estas identidades operen bajo el principio de privilegio mínimo, evitando que se conviertan en puntos vulnerables dentro de la infraestructura.
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5.4. Uso de IA y Machine Learning
La IA y el machine learning fortalecen la IAM al anticipar amenazas y automatizar respuestas mediante la detección de patrones anómalos. Sin embargo, dado que los atacantes también emplean estas tecnologías, es crucial supervisar y ajustar los modelos de IA para evitar sesgos y garantizar su efectividad.
Integrar estas herramientas con procesos de validación continua asegura que las automatizaciones refuercen la seguridad sin introducir riesgos adicionales.
Fortalecer la IAM en entornos cloud requiere estrategias avanzadas como el modelo Zero Trust y la CSMA. Zero Trust elimina la confianza implícita mediante verificación constante, mientras que CSMA asegura interoperabilidad y escalabilidad entre herramientas, adaptándose a infraestructuras híbridas y multi-cloud.
La incorporación de tecnologías como IDaaS, IA y machine learning permite automatizar y optimizar procesos, mientras que la gobernanza de identidades humanas y no humanas reduce riesgos críticos. Estas soluciones ofrecen control granular, previenen movimientos laterales y garantizan un acceso seguro y contextual.
Las organizaciones que adopten este enfoque con flexibilidad no solo fortalecerán su seguridad y resiliencia, sino que también mejorarán la experiencia del usuario y asegurarán una protección robusta frente a un panorama de amenazas en constante evolución.
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