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Kutupalong: el campamento de refugiados rohinyás más grande del mundo

Análisis

Francisco Javier Peña Hernández
Francisco Javier Peña Hernández
Alumno certificado del Curso de Experto en Análisis de Inteligencia y del Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute. Con experiencia en distintos sectores como la ciberseguridad corporativa y el análisis de datos.

La persecución de los rohinyás en Myanmar ha desencadenado una crisis humanitaria de dimensiones globales, con miles de personas desplazadas y viviendo en condiciones extremas. El campo de refugiados de Kutupalong, en Bangladés, se ha convertido en el más grande del mundo, albergando a cientos de miles de personas que huyen de la violencia. En este artículo te contamos lo que debes saber sobre este conflicto, su contexto histórico y la situación actual de los refugiados.

En el año 1992 se creó el campo de refugiados de Kutupalong, en la localidad bangladesí de Cox’s Bazar, como consecuencia de  la persecución de los rohinyás, una minoría musulmana de Myanmar. Este país, conocido hasta 1989 como Birmania, ha sufrido una serie de crisis internas desde su independencia de Reino Unido, en el año 1948.

La última de estas crisis fue el golpe de Estado de Min Aung Hlaing de 2021, en el que el ejército de Myanmar derrocó al gobierno de Aung San Suu Kyi, líder de la Liga Nacional para la Democracia (LND), ganadora del premio Nobel de la Paz y negadora de los crímenes contra los rohinyás.

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Este conflicto sigue activo, causando miles de muertos y desplazados internos. Myanmar cuenta con una mayoría budista bamar, aunque en el interior del país se establecen hasta 135 etnias diferentes. En el caso de los rohinyás, los ataques a esta minoría étnica se han dado durante décadas, siendo fuertemente incrementados a partir del año 2017 y obligando a cientos de miles de personas a huir de sus casas, llegando en muchos casos a emigrar forzosamente a Bangladés, país que hace frontera al oeste de la antigua Birmania.

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Mapa 1: Distribución de etnias en Myanmar. Fuente: Al Jazeera, 2017.

Antecedentes a la creación del campo de Kutupalong y contexto del país

En el siglo XIX, Gran Bretaña anexionó el territorio de Birmania a su colonia en la India después de tres guerras anglo-birmanas entre 1824 y 1885. Estos hechos generaron un fuerte sentimiento nacionalista que derivó en una primera rebelión en el año 1932, aunque sin éxito. Posteriormente, en 1937, los británicos separaron Birmania de la India, y, tras la invasión japonesa de 1942, quedó demostrado que Reino Unido no tenía capacidad para seguir gobernando la región, llegando a la independencia definitiva de 1947.

Tras la independencia, el país atravesó crisis económicas, como la de los años 50, gobiernos militares, como el del general Ne Win (1962-1988), desastres naturales, como el ciclón Nargis de 2008, y una débil apertura a la democracia tras las elecciones de 2012.

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En la historia más reciente del país destaca un nombre propio, el de Aung San Suu Kyi, hija del general más destacado durante el proceso de independencia de Myanmar, Aung San (1915-1947). La líder de facto de Myanmar (constitucionalmente no puede ser presidenta de forma oficial por tener hijos extranjeros) destacó como activista por los derechos humanos, por lo que recibió el Premio Nobel de la Paz, y pasó años en prisión y arresto domiciliario.

Asimismo, ganó las elecciones de 2015 liderando a la LND con contundencia y sufrió el golpe de Estado de 2021. A pesar de sus logros, uno de los aspectos a destacar de su mandato es el aumento de la opresión a los rohinyás y el incremento de los presos políticos, actos sobre los que defendió a su ejército en la Corte Penal Internacional de La Haya.

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Aung San Suu Kyi en portada. Fuente: Time, 2011.

¿Quiénes son los rohinyás?

Los rohinyás son un grupo étnico de Birmania que marca  su origen en el siglo XV, siendo actualmente la mayoría nativos del estado de Rakáin. Principalmente, son musulmanes aunque, en menor medida, también cuentan con seguidores del hinduismo.

La persecución de los rohinyás radica en la negativa del estado birmano de su reconocimiento como habitantes de Myanmar, ya que este es un país de mayoría budista. Dada su condición de apátridas, los rohinyás no pueden acceder a los servicios sociales ni a la educación, además de ser constantemente vigilados en el interior del país, pues se les considera inmigrantes ilegales.

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Desde la independencia de Myanmar, son cientos de miles los refugiados rohinyás que han tenido que desplazarse. Especialmente después de la crisis del 2017, estimándose en más de 720.000 los afectados y que en su mayoría se han asentado en el campo de refugiados de Kutupalong.

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Mapa 2: Ubicación del estado de Rakáin y de Cox´s Bazar. Fuente: Al Jazeera, 2017.

Situación actual del campo de refugiados de Kutupalong y expectativas de futuro

Tras el masivo aumento de población, el campamento de refugiados de Kutupalong se establece como el mayor campamento de refugiados del planeta, superando otros importantes campamentos como el de Dadaab, al noreste de Kenia.

Según datos de ACNUR del año 2020, Kutupalong cuenta con más de 850.000 refugiados rohinyá y en sus alrededores se encuentran más de 400.000 bangladesíes que ofrecen ayuda y alojamiento. Dadas las dimensiones del campamento y el poco tiempo empleado para su establecimiento, sus habitantes viven principalmente en tiendas improvisadas de madera y recubiertas con telas, plásticos y otros materiales.

Los principales retos a los que se enfrentan son la falta de higiene y medicamentos, la obtención de alimentos y agua, el procesamiento de residuos y la seguridad ante eventos climáticos como fuertes lluvias y ciclones.

Se estima que la mitad de la población del campamento de Kutupalong son menores de edad, por lo que se dedican muchos recursos en proporcionar una educación básica a los jóvenes y en la formación de oficios. De igual manera, se ofrece apoyo psicológico a la población, pues muchos de ellos llegan seriamente afectados y con problemas de salud mental. Se han instalado placas solares en muchos de los edificios construidos y el gas líquido es un recurso esencial en la zona.

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Comparación de la zona del campamento entre enero de 2016 y enero de 2018. Fuente: BBC, 2018.

A corto y medio plazo no se prevé un final para el conflicto interno de Myanmar, lo que implica la continuidad de la inestabilidad en la zona. Sin embargo, aun teniendo un gobierno legítimo y estable al mando del país, la seguridad de los rohinyás y otras minorías no está asegurada.

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Por otro lado, los recursos que se pueden ofrecer desde Bangladés son limitados e insuficientes para asumir todo el coste de manutención de los refugiados, además, existen casos en los que las fuerzas bangladesíes han bloqueado el paso de migrantes rohinyá. Por lo tanto, la ayuda humanitaria internacional es clave y son necesarios mayores esfuerzos diplomáticos y materiales.

Repercusión y ayuda internacional

A pesar del número de afectados y la violencia con la que se ha sometido a los rohinyás, su situación no ha tenido la repercusión que cabría esperar por la comunidad internacional. Esto es debido, en parte, a la poca transparencia del país.

El gobierno de Myanmar ha bloqueado constantemente la labor de periodistas o grupos de ayuda humanitaria, por lo que se sospecha que se hayan realizado crímenes de guerra contra los rohinyás. Los hechos que sí están confirmados, gracias a imágenes aéreas y las declaraciones de algunos sobrevivientes, son la quema y saqueo de poblados enteros, así como de los terrenos próximos a los mismos, y el asesinato de civiles por parte del Tatmadaw, el ejército birmano.

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Como vemos en el documental de 2022 de Rubén Díez, youtuber conocido como Lethal Crysis, desde ACNUR tratan de crear un registro de los habitantes de Kutupalong y ayudan a fomentar la educación entre los jóvenes y la formación laboral. De igual manera, se ha trabajado en la construcción de infraestructuras básicas y en la gestión de desastres naturales.

Por su parte, fuerzas extranjeras como China han expresado su interés en la reconciliación del gobierno birmano y en la garantía de una transición política pacífica, aunque nunca han condenado oficialmente el golpe de Estado. China es uno de los principales aliados comerciales de Myanmar gracias al acceso al golfo de Bengala y los más de 2.000 kilómetros de frontera que comparten. 

Otros campos de refugiados masivos

Aunque el caso del campo de refugiados de Kutupalong es grave, existen más campos de refugiados alrededor del mundo con magnitudes de desplazados igualmente considerables.

  • Dadaab y Kakuma (Kenia): entre ambos campos suman más de 400.000 refugiados. Dadaab, cerca de la frontera con Somalia, y Kakuma, cerca de la frontera con Sudán del Sur, son dos de los mayores campos de refugiados del planeta. En ambos casos existen problemas de abastecimiento de agua, enfermedades y recursos insuficientes para los repuntes de refugiados de los últimos años.
  • Dollo Ado (Etiopía): más de 200.000 refugiados. También cuentan con problemas de sequía y malnutrición. Se vincula al grupo terrorista somalí Al-Shabab con diferentes ataques a la población.
  • Zaatari (Jordania): originado por la guerra de Siria, cuenta con más de 100.000 refugiados. Más de la mitad de su población son niños, habiéndose registrado más de 20.000 nacimientos desde su fundación en el 2013.
  • Yida (Sudán del Sur): con decenas de miles de desplazados, Yida se formó tras la independencia de Sudán del Sur. Más del 85% de la población son mujeres y niños.

Estos son solo algunos ejemplos de las consecuencias de diferentes conflictos pasados y actuales. Demuestran la importancia de la ayuda humanitaria internacional y la necesidad del incremento de las acciones diplomáticas en múltiples regiones que no deben ser olvidadas.

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