spot_img

¿Por qué ha estallado la violencia etnonacionalista en India?

Análisis

Daniela Hrobakova Spellman
Daniela Hrobakova Spellman
Actualmente, es asesora de la optimización de los procesos logísticos y laborales en la cadena de suministros y alumna del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute. Máster en Sociología global por la Universidad de Edimburgo con investigación doctoral en University College de Londres y licenciatura en Gestión de recursos humanos de la Universidad de Bedfordshire. Ha trabajado como docente y coordinadora de preparación académica y lingüística para las alianzas universitarias anglosajonas en China y Holanda.

La creciente oleada de violencia en India —concretamente en la región de Manipur — a comienzos de mayo de 2023 ha generado un debate sobre el papel del etnonacionalismo en las políticas nacionales de la India y de China. En este análisis la alumna del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, Daniela Hrobakova Spellman, analiza el caso de Manipur y la etnia hindú Meitei, de la estrategia de homogeneización etnonacionalista y de los pasos de Xi Jinping en China.

La violencia en Manipur, un estado del noreste de India, ha aumentado en la primera semana de mayo 2023 con enfrentamientos violentos entre comunidades étnicas que ha dejado alrededor de 50 muertos, cientos de hospitalizados y el desplazamiento de más de 20 000 de personas. Según Reuters, el gobierno indio ha enviado fuerzas militares adicionales y ha impuesto un toque de queda para ayudar a controlar la situación, que ha incluido incendios provocados, saqueos y enfrentamientos de grupos armados.

Manipur es un territorio en la frontera indo-birmana que pasó por muchas disputas entre Tailandia y Birmania antes de la llegada colonial del Reino Unido a Asia. Durante las guerras anglo-birmanas, el Reino de Manipur fue un territorio —estratégicamente hablando— fundamental para la Monarquía británica por dos razones: como zona de amortiguamiento y, también, como parte de su visión de expansión hacia China.

Así, Manipur fue conquistada por el Reino Unido y tras la independencia de India, los birmanos fueron derrotados por los indios en 1949. El rencor de las agresiones de esta conquista y el sistema antiguo de la estratificación social en castas de India ven sus ramificaciones en el recién brote de violencia centrado principalmente en las comunidades Meitei, Kuki, Naga y Zo.

La mayoría de la población de Manipur es de etnia hindú Meitei, pero también hay comunidades minoritarias antiguamente birmanas o fronterizas —Kuki, Naga, y Zo —, cada una con sus propias demandas y reclamaciones territoriales. Los recientes episodios de violencia llegan después de que el grupo mayoritario Meitei decidiera reclamar a la Corte Supremo de India que también fuera incluido en la lista gubernamental de las ‘castas bajas’ o ‘Las Castas o Tribus Programadas’, como las demás etnias de Manipur. 

Las Castas Programadas es un grupo de tribus reconocido en la Constitución de India como las clases bajas o castas deprimidas – “dalit”, que significa rotas o dispersas. La Constitución les garantiza la representación política y establece los principios generales de discriminación positiva.

Las divisiones étnicas: un impulso al etnonacionalismo en Manipur

El gobierno de Manipur, liderado por el primer ministro Nongthombam Biren Singh ha tratado de abordar el conflicto a través de una serie de medidas políticas, incluyendo la creación de una comisión para examinar las reclamaciones territoriales. Sin embargo, estas medidas no han sido suficientes para abordar las tensiones subyacentes. Biren Singh ha sido criticado por su política de “divide y vencerás” al tratar de satisfacer las demandas de los grupos étnicos Meitei, mientras ignoraba las de los grupos étnicos minoritarios y trataba de apaciguarlos, permitiendo corrupción en su gobierno con vínculos al narcotráfico del opio.

Su gobierno, por la orden de Narendra Modi, también decidió retirarse del acuerdo de las negociaciones de paz tripartitas entre el gobierno central y los grupos armados Kuki-Zo, quienes fueron acusados por narcotráfico y cultivación ilegal de amapola en la sierra fronteriza.  Según los informes de Human Rights Watch de 2008, la violencia en Manipur ha sido, a menudo, impulsada por la falta de diálogo y colaboración entre las comunidades, pero entre los factores claves se encuentra también el abuso de poder por parte de las fuerzas de seguridad del Estado del Gobierno Central y las Fuerzas Armadas indias.

Los informes han documentado casos de ejecuciones extrajudiciales, detenciones ilegales y tortura por parte de las fuerzas de seguridad, lo que ha llevado a un clima de impunidad y falta de confianza en las autoridades locales, que han sido lentos para abordar las preocupaciones territoriales, demandas de autonomía y la representación política eficaz de las comunidades étnicas en la región. Además, otros grupos armados que representan a estas comunidades minoritarias han llevado a cabo ataques, provocado incendios, y han sido responsables de secuestros, extorsiones y otros delitos violentos. 

El gobierno central indio de Narendra Modi maneja la unión nacional con una estrategia de homogeneización etnonacionalista, que busca limitar y reprimir la diversidad cultural. El partido de Modi, Bharatiya Janata Party, ha avanzado en su agenda para convertir India en un estado hindú y ha promovido una política de “hindutva” que busca fomentar los valores hindúes sobre otras religiones y culturas en India. Esta agenda, igual que las leyes de ciudadanía que conlleva, ha resultado en violencia contra las minorías religiosas musulmanas y cristianas en India, y ha llevado a la redefinición de la identidad india y la política interna, y externa, especialmente con el auge de las tensiones en la región de Cachemira en el conflicto de dos frentes con Pakistán y China. 

Alerta etnonacionalista, también en China

El homólogo chino de Modi, Xi JinPing, también sigue la filosofía del nacionalismo etnosupremacista, en su caso de la etnia mayoritaria – Han.  Según el historiador de la Universidad de Stanford, el gobierno chino ha intensificado la represión de los grupos minoritarios, especialmente en Tíbet y XinjiangEl informe de Human Rights Watch de 2020 también destaca retrasos en el ejercicio de los derechos políticos, las libertades civiles y los derechos culturales y religiosos de los ciudadanos. Los uigures, la minoría musulmana china ha sido perseguida tanto dentro del país como en el exilio.

Hasta que punto sabrán manejar Modi y Xi sus políticas de etnonacionalismo y sus prácticas de derechos humanos, sigue siendo una cuestión clave en su estabilidad doméstica y relaciones geopolíticas. Xi parece tener las riendas de sus minorías mucho más cortas en la práctica y con el control total del aparato estatal y la propaganda, lo que muchos ven como ‘una bomba de tiempo’, pero que a lo mejor nunca explotará. 

En el caso de Modi, aunque muchos países del mundo musulmán reclaman su discurso agitador, el acercamiento a Israel y sus prácticas represivas hacia los musulmanes, la dominancia económica de China con su cautela diplomática parece rendir mejores resultados con los países del mundo musulmán. Otra cuestión que le complica la gestión de Modi es la aproximación estratégica de su rival chino con Pakistán, que ya controla el puerto pakistaní Gwadar con su base naval en el proyecto comercial de la ‘cadena de perlas’ para asegurar sus rutas de comercio y energía.

El puerto de Gwadar se encuentra en la provincia más grande de Pakistán, llamada Beluchistán, que ha sido objeto de insurgencias y violencia desde hace décadas, tras su lucha por independencia. Los insurgentes baluchi han acusado al gobierno pakistaní de la discriminación política, explotación económica y el saqueo de los recursos de la región desde que cayeron bajo el mando de Pakistán en 1948. El conflicto puede llegar a crear una oportunidad para India.  

Abordar las reclamaciones de los grupos etnonacionalistas marginalizados y mejorar el manejo de los derechos humanos para las comunidades sin recurrir a la violencia y terrorismo sigue siendo un callejón casi sin salida para muchos regímenes autócratas en Asia. Para sus líderes, la democracia y la dictadura aparentemente no se contradicen y el etnonacionalismo presenta más bien una oportunidad de debilitar al enemigo estatal en común.

Te puede interesar:

Artículos relacionados

Masterclass y eventos relacionados

Formación relacionada

spot_imgspot_img

Actualidad

Dejar respuesta:

Por favor, introduce tu comentario!
Introduce tu nombre aquí

spot_img