Tanto Kosovo como Montenegro no forman parte de la Unión Europea. Sin embargo, su moneda oficial es el euro. En este artículo descubrirás por qué ocurre esto y cuál es la posición de la UE.
Kosovo y Montenegro, dos países de los Balcanes Occidentales, comparten una historia marcada por la influencia del Imperio Otomano y su posterior integración en Yugoslavia. Aunque sus trayectorias políticas han sido diferentes, ambos lograron su independencia en el siglo XXI. Montenegro se separó pacíficamente de Serbia en 2006 tras un referéndum que marcó el fin de la Unión de Serbia y Montenegro. Por otro lado, Kosovo declaró su independencia en 2008. Esto representó un acto unilateral que continúa siendo motivo de tensiones con Serbia. Además, esta región no cuenta con el reconocimiento internacional pleno, incluso en algunos países europeos como España.
➡️ Te puede interesar: Qué es la Eurozona y qué países usan el euro
Actualmente, ambos países enfrentan varios problemas. Kosovo lidia con disputas territoriales y étnicas. También busca el reconocimiento como Estado independiente por parte de más naciones, incluidas europeas. Mientras tanto, Montenegro avanza hacia la integración en la Unión Europea, y está bien posicionada para ser el próximo país en ingresar. Sin embargo, todavía tiene algunos retos internos por delante, como la cuestión del uso del euro de forma unilateral que contradice los estatutos europeos.
¿Por qué utilizan el euro?
Kosovo y Montenegro adoptaron el euro como moneda oficial en 2002, tras la introducción de esta divisa en la Unión Europea. Ambos países, que enfrentaban inestabilidad tanto económica como política después de la desintegración de Yugoslavia, habían utilizado previamente el marco alemán como moneda principal para evitar los efectos de la hiperinflación del dinar yugoslavo. En el caso de Kosovo, el uso del marco se promovió por la administración de la ONU (UNMIK) tras el conflicto de 1999. Montenegro, en cambio, lo adoptó unilateralmente en 1999 para proteger su economía frente a las políticas monetarias de Serbia. Posteriormente, cuando el marco alemán se reemplazó por el euro, ambos países realizaron una transición similar. Sin embargo, lo hicieron sin acuerdos formales con la Unión Europea ni con el Banco Central Europeo (BCE). Esto convirtió la adopción en una decisión unilateral.
➡️ Te puede interesar: Ampliaciones, requisitos, proceso de adhesión y candidatos oficiales de la Unión Europea
La adopción del euro en ambos territorios trajo estabilidad monetaria y ayudó a combatir la inflación, pero también provocó limitaciones. Aunque esta medida facilitó las transacciones comerciales y aumentó la confianza económica en ambos territorios, ni Kosovo ni Montenegro son miembros de la Unión Europea ni de la Eurozona. Esto provoca que no tengan un control efectivo sobre la política monetaria del euro y varios problemas más. Entre ellos, la incapacidad para responder a crisis financieras mediante ajustes monetarios o fiscales. Además, esta situación podría complicar sus aspiraciones de adhesión a la UE. Esto se debe a que el uso unilateral del euro no cumple con los criterios establecidos en los tratados europeos, salvo que se pacte con excepción. Sin embargo, a pesar de estos obstáculos, el euro resulta clave para sus economías al ofrecer un marco financiero más estable en comparación con las alternativas locales.
Moneda de facto
Esta decisión monetaria se tomó en un contexto de inestabilidad económica y política derivada de la desintegración de Yugoslavia y los conflictos en los Balcanes. En ambos casos, el uso del euro no se acordó con la UE ni con el BCE (a diferencia de Andorra, Mónaco, San Marino o Vaticano que no pertenecen a la UE y sí lo hicieron), si bien es cierto que se toleró debido a las «circunstancias extraordinarias» que enfrentaban ambos territorios. Sin embargo, la UE ha expresado su descontento con esta práctica porque no cumple con los criterios de convergencia establecidos en los tratados europeos. Entre ellos, la participación en el Mecanismo de Tipos de Cambio (ERM II) o la estabilidad fiscal. A pesar de esto, la adopción del euro se ha mantenido, convirtiéndose en un caso excepcional dentro del marco normativo europeo.
➡️ Te puede interesar: Guía para entender las instituciones de la Unión Europea
Desde su perspectiva, Kosovo y Montenegro justifican el uso del euro como una medida para garantizar la estabilidad económica y evitar problemas inflacionarios asociados a monedas propias débiles. Aunque la medida facilitó las transacciones comerciales y ha mejorado la confianza en sus economías, plantea dudas políticas como económicas. Por un lado, ambos países carecen de control sobre la política monetaria del euro, lo que limita su capacidad para responder a crisis financieras. Además, esta situación podría complicar sus aspiraciones de adhesión a la UE, ya que el uso unilateral del euro no está alineado con los requisitos establecidos por los tratados europeos. Y por último, las dificultades de integrar economías de no miembros en un sistema diseñado para países plenamente adheridos a las normas comunitarias.
Situación actual
El BCE ha señalado en reiteradas ocasiones que esta adopción y uso de facto no cumple con los criterios de convergencia establecidos en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que incluyen estabilidad de precios, finanzas públicas saneadas y tipos de interés estables. A pesar de estas críticas, la «euroización» de ambos ha persistido, convirtiéndose en un caso anómalo dentro del marco normativo europeo y un problema que aparecerá en el futuro. Montenegro, que firmó un Acuerdo de Estabilización y Asociación con la UE en 2007 y es candidato oficial desde 2010, ya enfrenta problemas relacionados con su uso del euro en las negociaciones de adhesión.
➡️ Te puede interesar: Curso de Experto en la Unión Europea
Aunque es considerado uno de los países más cercanos a ingresar a la UE, su adopción y uso unilateral del euro complican su proceso, ya que no cumple con los requisitos económicos previos para unirse formalmente a la Eurozona. Por otro lado, Kosovo, como candidato potencial, pero no oficial, enfrenta una situación aún más compleja debido a su limitado reconocimiento internacional y su gran dependencia del euro sin capacidad de control sobre la moneda. Para ambos países, esto plantea un problema como la falta de control futura sobre la política monetaria y las posibles exigencias adicionales por parte de la UE durante sus procesos de integración.
➡️ Si quieres aprender sobre Inteligencia, Análisis Internacional, Ciberseguridad, Criminología, Prospectiva y más campos, te recomendamos visitar la web de LISA Institute.