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¿Qué es Alternativa para Alemania (AfD) y cuál es su ideología?

Análisis

Rubén Asenjo
Rubén Asenjo
Periodista apasionado por la actualidad internacional y la geopolítica. Escribo para entender el mundo en constante cambio y compartir perspectivas que despierten la reflexión y el debate. Comprometido con la búsqueda de la verdad y las historias que impacten e inspiren.

Análisis de la formación Alternativa para Alemania (AfD), su impacto en la política alemana y su ascenso que desafía al statu quo del país europeo.

Alternativa para Alemania (AfD) es un partido político alemán de carácter nativista, nacionalista y conservador que ha experimentado un ascenso meteórico desde su fundación en 2013. Originalmente se creó como una formación euroescéptica y crítica con las políticas de rescate durante la crisis del euro. Sin embargo, ha evolucionado hacia posiciones más radicales, convirtiéndose en uno de los principales exponentes de la «extrema derecha» o el «nacionalismo euroescéptico» en Europa. El partido se fundó por un grupo de académicos y profesionales liderados por Bernd Lucke, y en sus inicios tenían una visión moderadamente conservadora. Con el tiempo ha experimentado grandes cambios en su liderazgo y orientación ideológica, cambiando hacia un discurso más extremista, antiinmigración y crítico con el islam.

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Desde su entrada en el Bundestag en 2017 como tercera fuerza política, AfD ha consolidado su presencia, logrando representación en casi todos los parlamentos regionales. Su crecimiento resulta particularmente notable en los estados del este de Alemania (antiguamente bajo influencia soviética), donde ha llegado a ser la segunda fuerza en algunas regiones y la primera en Turingia. El partido ha capitalizado el descontento de ciertos sectores de la población con las políticas migratorias, la integración europea y los cambios sociales, atrayendo a un electorado diverso que incluye desde conservadores desencantados hasta trabajadores y jóvenes. A pesar de las controversias que rodean a algunos de sus líderes y las acusaciones de extremismo, AfD ha logrado establecerse como un actor relevante en la política alemana, influyendo en el debate público y desafiando el consenso tradicional de los partidos establecidos. Desde 2013, AfD tiene un ala juvenil que legalmente está independiente al partido.

Historia de AfD

  • Fundación, orígenes del partido y fundadores. AfD se fundó el 6 de febrero de 2013 en Berlín. La formación surgió del movimiento euroescéptico Wahlalternative 2013. Sus fundadores principales son Bernd Lucke, Alexander Gauland y Konrad Adam. En sus inicios se posicionó como un partido conservador-liberal y euroescéptico moderado, muy centrado en temas económicos y sumamente crítico a los rescates de la eurozona.
  • Primer liderazgo (2013-2015). Bernd Lucke elegido como presidente. AfD mantuvo un perfil económicamente liberal y euroescéptico suave y logró entrar en varios parlamentos regionales. En este momento aumentaron las tensiones internas entre el ala moderada de Lucke y los sectores más radicales del partido. Eso llevó al abandono de Lucke por desacuerdos con la dirección, que estaba más orientada a la derecha.
  • Segundo liderazgo (2015-2017). Frauke Petry asumió el liderazgo tras la salida de Lucke. El partido viró hacia posturas más nacionalistas y antiinmigración. Además, capitalizó el descontento por la crisis de refugiados de 2015. En 2017 logró entrar en el Bundestag como tercera fuerza. Sin embargo, Petry renunció al liderazgo poco despues de las elecciones por desacuerdos internos.
  • Tercer liderazgo (2017-2022). Jörg Meuthen asumió la copresidencia del partido. Intentó moderar la imagen de AfD y distanciarse de los sectores más extremistas. Sin embargo, esto provocó aún mayores tensiones entre el ala moderada de Meuthen y los sectores más radicales. Durante este periodo, AfD fue puesta bajo vigilancia por la Oficina para la Protección de la Constitución. Finalmente, Meuthen abandonó el partido en 2022 por desacuerdos con la dirección más radical.
  • Liderazgo actual (2022-ACTUALIDAD). Tino Chrupalla y Alice Weidel asumieron la copresidencia del partido en 2022. Ambos representan una línea más dura y nacionalista dentro de AfD. Con ellos, el partido ha consolidado su presencia y mayor liderazgo en los estados del este de Alemania. Además, ha adoptado posturas críticas contra las medidas anti-COVID y se muestran más pro-Rusia. Actualmente, es la quinta fuerza en el Bundestag y ha crecido en las encuestas.

Ideología de AfD

  • Economía. Combina elementos liberales con un fuerte nacionalismo económico y anticomunista. Aboga por reducir impuestos, especialmente para las rentas altas y las grandes fortunas, al tiempo que propone desregularizar y disminuir y limitar la intervención estatal en la economía. Sin embargo, se mezcla con un enfoque proteccionista y euroescéptico, que incluye propuestas como la salida de Alemania de la Unión Europea y el abandono del euro para volver al marco alemán. También critica las políticas económicas actuales, argumentando que perjudican a los trabajadores alemanes en favor de inmigrantes y refugiados. Se opone también a las políticas de transición energética y cambio climático, considerándolas perjudiciales para la industria alemana. Esto atrae a votantes de diversos estratos sociales que se sienten inseguros económicamente, especialmente en regiones con industrias tradicionales bajo presión.
  • Nación e identidad. Cree en el nacionalismo alemán, y tiene como objetivos recuperar la soberanía nacional y el orgullo del país ante lo que consideran la «cultura de la vergüenza de Alemania» por su pasado nazi.
  • Inmigración y multiculturalismo. Convencida de que la identidad nacional de Alemania está amenazada por la integración europea y por la «masiva» acogida de inmigrantes y refugiados en el país. Además, tiene la intención de acabar con la inmigración masiva y solo acoger a aquellos cualificados, con conocimientos de alemán y con una alta probabilidad de integración. De igual modo, su programa incluye las deportaciones masivas de delincuentes nacidos fuera de Alemania con ciudadanía múltiple o residencia permanente. A favor de que Alemania invierta en territorios especiales o del tercer mundo en vez de acoger a muchos asilados. La formación también critica el multiculturalismo y lo califica de «concepto fracasado». Debido a ello, se posiciona a favor de prohibir el burka, la oración islámica en público y la edificación de minaretes. También buscan retirar la financiación extranjera de mezquitas e investigar de forma estatal a los imanes. En su manifiesto, aseguran que «el Islam no pertenece a Alemania» y que su expansión es «un peligro para Alemania, su sociedad y sus valores».
  • Cuestiones sociales. A favor de prohibir la circuncisión, de vender carne kosher y en contra del matrimonio homosexual y del feminismo moderno. Apoya la unión civil de personas y el endurecimiento del derecho al aborto.
  • Política exterior. La formación aboga por reinstaurar el servicio militar obligatorio a todos los hombres aptos mayores de 18 años. Respecto a la Occidente, en sus inicios era favorable a la OTAN y Estados Unidos. Sin embargo, posteriormente se alineó con la Rusia de Vladímir Putin, adoptando ideologías rusófilas. Además, desde 2021 está a favor de la salida de Alemania de la Unión Europea y del euro, algo que en sus inicios apoyaba pero retirando la gran integración europea actual.
  • Grupos ideológicos. Pese a toda esta ideología, la formación tiene posiciones claramente diferenciadas dentro de su espacio ideológico y donde se incluyen diferentes visiones como el conservadurismo, el conservadurismo social, la derecha radical y el nacionalismo ultraconservador. También cuentan en sus filas con personalidades moderadas tradicionalistas y descontentos con el sistema actual de Alemania. Destacan dos grupos:
    • Ala dura. Nacional-conservadurismo más moderado.
    • Ala blanda. Más extremista conocida como el Ala.
  • Grupo parlamentario europeo. Europa de las Naciones Soberanas.

¿Por qué crece AfD?

El crecimiento de Alternativa para Alemania (AfD), que comenzó a sentirse fuerte desde 2015, está estrechamente ligado a la crisis migratoria y al aumento de la población musulmana en el país. La decisión de la canciller Angela Merkel de permitir la entrada de aproximadamente un millón y medio de migrantes, principalmente musulmanes, entre 2015 y 2016, generó un intenso debate público sobre inmigración e integración. AfD capitalizó el descontento de ciertos sectores de la población que se oponían a esta política de puertas abiertas, posicionándose como la única fuerza política que rechazaba abiertamente la inmigración masiva. Esta visión destacó especialmente en los estados del este de Alemania, donde el partido ha logrado grandes apoyos.

El aumento de la población musulmana en Alemania, que superó los seis millones en 2016, se ha percibido por algunos como un «cambio demográfico y cultural significativo». AfD ha aprovechado los temores relacionados con la integración, la seguridad y la preservación de la identidad cultural alemana para ganar adeptos. Además, el partido ha vinculado problemas sociales como el aumento de la delincuencia y la formación de sociedades paralelas con la inmigración, un mensaje que ha calado en votantes preocupados por estos temas. Además, la retórica del partido sobre la «necesidad de proteger los valores occidentales y la cultura alemana» ha atraído a aquellos que se sienten amenazados por los cambios demográficos y culturales asociados con la inmigración a gran escala.

Presunto grupo extremista

La Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) de Alemania tiene clasificada a AfD como una organización sospechosa de extremismo desde 2021. Esta decisión se basa en una evaluación exhaustiva que estima que el partido podría representar una amenaza para el orden democrático alemán. La BfV ha recopilado evidencias y declaraciones de miembros del partido, documentos internos y actividades públicas, que indican tendencias anticonstitucionales dentro de AfD. Esta clasificación permite a los servicios de inteligencia alemanes utilizar métodos de vigilancia más intensivos, como el uso de agentes encubiertos y la interceptación de comunicaciones en casos específicos.

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La decisión de la BfV está respaldada por los tribunales alemanes, incluyendo el Tribunal Administrativo Superior de Renania del Norte-Westfalia, que rechazó un recurso presentado por AfD contra esta clasificación. Los tribunales consideran que existen «indicios suficientes para sospechar que AfD persigue fines asociados al desprecio de la dignidad humana de los extranjeros y los musulmanes». También creen que partes del partido podrían estar promoviendo una concepción étnicamente homogénea del pueblo alemán, lo cual sería contrario a la Constitución. Sin embargo, es importante mencionar que esta clasificación como «sospechoso de extremismo» es un paso previo a ser declarado oficialmente como un partido de extrema derecha, una decisión que correspondería exclusivamente al Tribunal Constitucional Federal y que se realizaría cuando existan evidencias de que buscan destruir la democracia del país con sus valores y objetivos.

Cordón sanitario contra AfD

Esta estrategia política adoptada por los principales partidos alemanes sirve para aislar a esta formación. La medida, conocida en Alemania como Brandmauer o «cortafuegos», implica que los partidos tradicionales se niegan a formar coaliciones o colaborar con AfD a nivel federal y regional. El cordón sanitario se basa en la percepción de que AfD representa una amenaza para los valores democráticos y constitucionales del país. Los motivos para mantener este aislamiento incluyen las posturas anti-inmigración de AfD, su retórica nacionalista y las acusaciones de vínculos con grupos neonazis. Sin embargo, el aumento del apoyo electoral a AfD, especialmente en los estados del este de Alemania, ha generado debates sobre la efectividad y las consecuencias a largo plazo de esta estrategia.

Ruptura del statu quo

AfD desafía al statu quo de Alemania porque esta formación política rompe con las normas, valores y estructuras tradicionales que han definido la política alemana en las últimas décadas, especialmente desde el período posterior a la Segunda Guerra Mundial. Este país ha tenido un sistema político centrado en el consenso entre partidos moderados, como la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el Partido Socialdemócrata (SPD) y otras fuerzas liberales y verdes. Estos partidos han mantenido una visión pro-europea, socialmente moderada y con una fuerte adhesión a valores democráticos. Sin embargo, AfD rompe este equilibrio al posicionarse como una fuerza populista y euroescéptica, lo que amenaza la estabilidad del consenso político.

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Asimismo, el partido critica duramente las políticas migratorias de Alemania, y aboga por controles más estrictos en las fronteras. También cuestiona el compromiso de Alemania con la Unión Europea y su rol como líder económico del bloque, planteando incluso el retorno al marco alemán, algo que desafía las bases de la integración europea. De igual manera, ha ganado grandes apoyos en regiones del este de Alemania, donde muchos votantes se sienten ignorados por los partidos tradicionales. Esto supone un cambio en el panorama electoral y genera tensiones en la representación política tradicional. De igual modo, el partido introduce un discurso que pone en tela de juicio temas que antes eran considerados consensuales. Esto provoca una fractura en el orden existente, lo que altera el statu quo en Alemania.

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