La desinformación es un fenómeno que afecta no solo al prestigio de la prensa, sino también a la seguridad de los mecanismos democráticos. Algunos actores internacionales han desarrollado un entramado paralelo para fomentar este tipo de prácticas en beneficio propio. En concreto, la capacidad de influir en asuntos políticos exteriores que Rusia ha desarrollado pone en jaque la ciberseguridad mundial, especialmente a través de campañas orquestadas desde el Kremlin. En este artículo el alumno del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute, David García Pesquera, explica qué es la Operación Matrioska, quién está detrás, las organizaciones que la han destapado y cómo afectan este tipo de fenómenos a nuestro derecho a la información.
Una matrioska es una muñeca rusa con origen en finales del siglo XIX. Generalmente, están hechas de madera y representan a mujeres rusas de origen campesino. Una matrioska es un símbolo de la artesanía rusa. Pero, en el caso concreto que estamos tratando, al apodar una estrategia bajo el nombre de esta muñeca, se entiende que bajo la apariencia visible se esconden numerosas capas a niveles inferiores que dividen el plan trazado en este caso por Rusia como potencia inherente.
La Operación Matrioska es una estrategia de desinformación rusa que tiene como destinatario los medios de comunicación y las empresas verificadoras de datos. Es dirigida desde el paradigma de los intereses de Moscú. A diferencia de otras estrategias de desinformación e injerencia en las redes sociales, no se centra en los usuarios y perfiles personales, sino en los medios de comunicación y los verificadores de datos.
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En enero de 2024, AFP Factuel, que ejerce como filial francesa de AFP Fact Check en colaboración con Antibot4Navalny, presentó las pruebas que justificarían la existencia de esta estrategia. Desde entonces, se han ido desentrañando todas las redes que componen la estrategia, desde su origen a su método de actuación.
AFP Fact Check es el departamento de verificación de la Agencia France-Presse. Esta última es una agencia de noticias francesa que publica en varios idiomas y sobre numerosas culturas. Por otra parte, Antibot4Navalny es un grupo especializado en operaciones relacionadas con Rusia, desde su análisis hasta el alcance de su influencia. De hecho, ellos han sido los encargados de bautizar a la estrategia como Operación Matrioska.
¿Cómo operan los distintos agentes de la Operación Matrioska?
Operan en redes sociales como X, donde mencionan los perfiles oficiales de sus víctimas solicitando la verificación a través del post citado. Se trata generalmente de contenido contrario a Ucrania, relativo a la OTAN, al gasto militar que realiza Estados Unidos o los Juegos Olímpicos de París.
Por lo tanto, tenemos una cuenta empleada por Matrioska que solicita a distintos perfiles oficiales la verificación de la información que publican. Al examinar este contenido, se revela que la misma cuenta ya había chequeado la veracidad de esa información previamente.
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Más tarde, esta cuenta publica contenido con la intención de desinformar. Otros perfiles, entonces, piden verificar ese nuevo contenido. Este ciclo continúa hasta que se identifica la cuenta original que difundió la información falsa, la cual representa la «muñeca» más pequeña de la Matrioska.
Todos los expertos coinciden en que dentro de los motivos detrás de esta campaña está promover la desviación de atención de los medios consultados. Con ello, emplearán su tiempo en averiguaciones que no llegan a una conclusión relevante. Es decir, mantienen entretenidos a propósito a los medios de comunicación y verificadores analizando informaciones de las que ya conocen su veredicto. Mientras, pueden estudiar mejor su desempeño, los métodos que emplean y cómo trabajan para así generar desinformación a conciencia y de forma más eficiente.
Antibot4Navalny acusa directamente a actores prorrusos de crear estas cuentas para llevar a cabo este proceso en X y a través de correo electrónico principalmente. Esta organización opera clandestinamente desde Rusia y por ello solicitan el completo anonimato de sus miembros. Estos falsos avisos sobre engaños en noticias publicadas por entidades con cierto prestigio generan una falsa alerta que difunde riesgos en los mecanismos de control de la información.
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Además de los grupos anteriormente mencionados, encontramos a la empresa de investigación digital finlandesa Check First. Esta bautiza sus análisis acerca de este tema bajo el nombre Operación Overload, es decir, sobrecarga. Además, cuentan con la colaboración de Reset Tech, organización sin ánimo de lucro.
Algunos de los medios que se han visto afectados por la Operación Matrioska son EFE, la BBC británica o la CNN estadounidense. En concreto, la agencia EFE ha identificado a través de su servicio de verificación medio centenar de solicitudes recibidas por correo electrónico. En estas, se pide iniciar investigaciones acerca de mensajes de texto, vídeos, fotografías y direcciones con datos completos todo ello desde finales de diciembre del pasado 2023.
Un desafío a la integridad informativa
Si bien los medios de comunicación y los verificadores desempeñan una labor fundamental en nuestra sociedad, resulta preocupante la capacidad de desestabilización a la que están sujetos. Cabe destacar que todas las noticias que se publican pasan por un proceso de análisis y comprobación de datos hasta llegar a la resolución final. Por lo tanto, la Operación Matrioska viene a alterar ese orden, poniendo al límite los recursos temporales que estos medios despliegan para conocer la verdad.
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A su vez, el hecho de que utilicen esta estrategia para conocer el funcionamiento de medios de comunicación y verificadores, analizando su manera de proceder para posteriormente atacar de forma más técnica y estratégica, supone una gran debilidad. La existencia de este tipo de aparatos ejecutores constata una realidad. Todos los ciudadanos estamos expuestos a la desinformación en nuestro día a día. Especialmente, mediante el uso de las redes sociales o a través de portales de internet.
Esta táctica puesta en marcha por los rusos busca hacer indiferenciable la verdad de la mentira con un desafío directo a la integridad informativa y a la manipulación del discurso a nivel regional y global.
La infiltración rusa en los medios de comunicación
Sin embargo, este tipo de planes asociados a Rusia no son novedad. Un ejemplo de ello es Philippe Grumbach, director de la revista francesa de temática política L’Express en tiempos de la Guerra Fría, que en realidad era un agente secreto de la KGB.
El caso de Grumbach es muy sonado porque llegó a entablar amistad con el presidente francés Mitterrand, consiguiendo así información privilegiada y acceso a decisiones que implicaban el futuro del país galo. Por lo tanto, aparte de un periodista de reconocido prestigio, Grumbach también se ganó la etiqueta de traidor.
La capacidad que Rusia ha desarrollado para infiltrarse en círculos de poder en los países occidentales es notoria, a la par que su capacidad de influencia en el discurso político y la opinión pública. Precisamente, con medios de comunicación en tensión y faltos de apoyo ciudadano en caso de dudar de ellos, es mucho más sencillo para potencias externas injerir en asuntos propios de occidente.
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La invasión de Ucrania y el nuevo orden internacional resultado de la misma en el que el papel de Rusia como enemigo claro de la OTAN se ha reforzado, ponen de manifiesto todos estos asuntos y la necesidad de luchar contra las campañas de desinformación organizadas a nivel estratégico desde una esfera superior.
De cara a afrontar el problema de la desinformación, resulta fundamental desarticular las estrategias que siguen sus ideólogos para identificar mejor su proyecto de ruptura. Si las verificadoras y los medios de comunicación cumplen una labor clave es porque a su vez la ciudadanía ha confiado en su trabajo, por lo que no debe retrocederse en términos informativos, sino en quién ejerce su poder para poner en duda las fuentes informativas que influyen en el pensamiento de nuestra sociedad.
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