La disputa por Cachemira es el resultado de la herencia colonial británica, las tensiones religiosas entre el hinduismo y el islam y la rivalidad geopolítica entre ambas potencias nucleares, convirtiendo a la región en uno de los focos de conflicto más prolongados y peligrosos del siglo XX y XXI.
Cachemira se sitúa en el extremo noroeste del subcontinente indio, en la zona montañosa del Himalaya, limitando con India, Pakistán y China. Su ubicación estratégica la convierte en un punto de encuentro y lucha entre tres potencias regionales. Además, es una puerta de acceso a Asia Central. La región es famosa por la belleza de su naturaleza, sus ríos y sus fértiles valles, pero también por sus recursos naturales e hídricos, fundamentales para millones de personas en India y Pakistán. Por ello, Controlar Cachemira significa asegurar el acceso a fuentes de agua vitales y dominar rutas comerciales y militares clave.
El origen del conflicto: partición de la India británica en 1947
En 1947, el Imperio Británico dividió su colonia en dos países: India (de mayoría hindú) y Pakistán (de mayoría musulmana). Los más de 500 estados principescos, entre ellos Jammu y Cachemira, debían elegir a cuál país unirse. Cachemira, con mayoría musulmana, pero gobernada por un maharajá hindú, quedó en una posición ambigua.
El maharajá Hari Singh intentó mantener la independencia de Cachemira, pero tras una invasión de tribus apoyadas por Pakistán, solicitó ayuda militar a India. A cambio, firmó el «Instrumento de Adhesión», integrando oficialmente Cachemira a India, lo que desató la primera guerra entre ambos países.
El conflicto armado de 1947-1948 terminó con la intervención de la ONU, que trazó una línea de alto el fuego (la actual Línea de Control) y recomendó un referéndum para decidir el destino de Cachemira, que nunca se llevó a cabo.
Las guerras por Cachemira
En 1965, Pakistán intentó fomentar una rebelión en la Cachemira india, lo que llevó a una nueva guerra. El conflicto terminó sin cambios territoriales significativos tras la mediación de la ONU. En 1971, la tercera guerra entre India y Pakistán se centró en la independencia de Bangladés, pero el acuerdo de paz resultante consolidó la Línea de Control en Cachemira.
En 1999, la infiltración de combatientes paquistaníes e islamistas en Kargil, una zona de gran altitud en Cachemira, provocó intensos combates y la intervención internacional para evitar una escalada nuclear. En la actualidad, la Línea de Control divide Cachemira en dos. Aproximadamente dos tercios están bajo control indio y un tercio bajo control pakistaní. Por lo tanto, es una de las fronteras más militarizadas del mundo y escenario frecuente de enfrentamientos y tensiones.
Factores políticos y religiosos en el conflicto
El conflicto en Cachemira tiene una fractura religiosa entre una mayoría musulmana local y el Estado indio, de mayoría hindú. Esta tensión se ha acentuado por diferentes políticas nacionalistas y la percepción de discriminación hacia los musulmanes de la región.
Además, desde finales de los años ochenta, la Cachemira india vive una insurgencia separatista, en parte apoyada por Pakistán y grupos islamistas como Lashkar-e-Taiba y el Frente de Resistencia. Estos grupos buscan la independencia o la integración con Pakistán, y han protagonizado diferentes atentados y ataques armados encaminados hacia ese objetivo.
Sin embargo, la presencia militar india en Cachemira es masiva y se ha denunciado por organizaciones internacionales tras presuntas violaciones de derechos humanos, incluyendo detenciones arbitrarias, represión y restricciones a la libertad de expresión. De igual modo, también se han documentado abusos en la zona controlada por Pakistán.
La dimensión internacional del conflicto
Por su parte, China controla parte del antiguo estado de Jammu y Cachemira (Aksai Chin) y mantiene disputas fronterizas con India. Además, apoya diplomáticamente a Pakistán y participa en proyectos estratégicos como el Corredor Económico China-Pakistán, que atraviesa territorio cachemir bajo control pakistaní.
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Asimismo, Estados Unidos, Rusia, la ONU y el Reino Unido han intentado mediar en el conflicto, preocupados por el riesgo de una guerra nuclear. Sin embargo, la desconfianza y los intereses estratégicos han dificultado una solución efectiva.
El peligro es que India y Pakistán poseen armas nucleares y han estado al borde de la guerra en varias ocasiones, especialmente tras diferentes atentados o escaladas militares. Por ello, la posibilidad real de un conflicto nuclear en el subcontinente asiático hace que la disputa por Cachemira sea una amenaza que afecta a todo el mundo.
Perspectivas para el futuro
Aunque existen iniciativas de diálogo y propuestas de mediación internacional, la desconfianza mutua y la falta de voluntad política han impedido avances reales. El referéndum prometido por la ONU sigue siendo una demanda clave de Pakistán y parte de la población cachemir.
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De igual modo, el auge del nacionalismo hindú en India, la islamización en Pakistán y la radicalización de grupos armados dificultan cualquier acercamiento debido a la mayor radicalización. A eso se suma que ambos gobiernos consideran Cachemira parte integral de su territorio y rechazan ceder nada de la soberanía.
Sin embargo, a pesar de la represión y la violencia, la sociedad civil cachemir y diferentes organismos siguen reclamando la priorización de los derechos humanos y una solución pacífica y beneficiosa para ambas partes, donde se abran espacios de diálogo y reconciliación.
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