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¿Cómo se manipularon los «buscas» del ataque contra Hezbolá?

Análisis

Jose Iserte Bou
Jose Iserte Bou
Suboficial TDAX, Instructor, Profesor y Ponente en OTAN, Ejército del Aire, Ejército de Tierra de España sobre explosivos, misiles, armamento y desminado.

En este artículo el experto militar experto en desarmado y desactivación de objetos sospechosos y artefactos explosivos y profesor del Curso de Experto en Prevención de Atentados con Explosivos de LISA Institute, Jose Iserte Bou, analiza las hipótesis detrás de la manipulación de los buscapersonas que se utilizaron en el ataque contra Hezbolá y qué tipo de explosivo se pudo utilizar.

Tras el COVID, la guerra en Ucrania y el conflicto en Oriente Medio, parecía que ya nada podía sorprendernos y que estábamos «curados de espanto», hasta que el pasado día 17 de septiembre asistimos a unos acontecimientos que parecen sacados directamente de una película de James Bond: miles de buscapersonas, «buscas», beeper (o pagers) detonaron de forma simultánea en varias localidades del Líbano y de Siria.

Unas 2.800 personas resultaron heridas de diversa gravedad, la gran mayoría de ellas hombres en edad militar, y todos militantes de la milicia Hezbolá. También se han contabilizado al menos de 11 muertos (entre las cuales una niña de corta edad). Al día siguiente, el 18 de septiembre, se produjo una segunda oleada de explosiones, esta vez de walkie-talkie o radioteléfonos, también utilizados por miembros de Hezbolá. 

Está claro que se trata de una operación muy compleja, donde solo el Mosad israelí tendría los medios y, sobre todo, la voluntad, de llevar a cabo esta acción. Es muy probable que nunca se conozca con exactitud la manera en la que se llevó a cabo esta operación, ni que se filtren los detalles técnicos de la manipulación de los buscapersonas para hacerlos detonar, así que nos movemos en el campo de las especulaciones.

En todos los medios, varios analistas están tratando de responder las preguntas básicas que en terminología anglosajona se conoce como las 5W (Who, What, When, Where , Why – quién, qué, cuándo, dónde, por qué, en español). Por ello, en este análisis vamos a centrarnos en abordar de qué podría estar compuesto el artefacto explosivo.

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¿Qué sabemos sobre los «buscas» utilizados en el ataque contra Hezbolá?

Como podemos ver en la imagen, los «buscas» manipulados pertenecían a un lote fabricado por la empresa GOLD APOLLO y el modelo sería el AR924. Este modelo está alimentado por una batería de ión-litio, ofrece una autonomía de hasta 85 días y parece que este modelo se fabrica bajo licencia en Hungría, por la empresa BAC Consulting, con base en Budapest.

Parece que los «buscas» afectados provenían de un nuevo lote distribuido hace unos meses entre los líderes y mandos intermedios de Hezbolá. Los autores de estos ataques habrían tenido acceso a los aparatos en algún punto de la cadena de distribución y los habrían manipulado.

En un primer momento, se pensó que lo que explotaba eran las baterías de los «buscas», pero, viendo las imágenes que circulan en internet, parece que las explosiones son bastante más potentes que las producidas por la explosión de una batería. Todo apunta a que los buscapersonas llevaban una pequeña carga explosiva

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¿Qué explosivo se pudo emplear en los «buscas»?

El explosivo que tuvo que emplearse tiene que cumplir las siguientes características

  • Elevada potencia, para conseguir el máximo de daños con la mínima cantidad posible.
  • Alta sensibilidad, para poder activarse mediante mecanismos simples, pero no tanto como para que se activen accidentalmente con cualquier golpe o choque.
  • Alta estabilidad, para mantener inalterada su composición química ni perder sus características explosivas con el tiempo. También tiene que poder soportar temperaturas ambientes sin deshacerse (hay que tener en cuenta las temperaturas medias en el Líbano o en Siria).
  • Dificultad en la detección, es decir, que no desprenda olores que podrían ser detectados por perros entrenados en la detección de explosivos. 

Uno de los explosivos que han aparecido en los medios de comunicación como posibles opciones es la Pentrita o PETN. Este explosivo es uno de los más potentes y de mayor poder rompedor disponibles actualmente en el mercado y es muy estable. Además, detona violentamente si se calienta a temperaturas próximas a los 200 °C, y además, no desprende ningún tipo de olor.

Este explosivo se empleó, por ejemplo, en el atentado vuelo 103 de Pan Am sobre Lockerbie, el 21 de diciembre de 1988 (en concreto, se empleó SEMTEX, que es un explosivo de origen checo, con PETN como componente principal). En este caso, bastan unos 3 o 4 gramos, en contacto íntimo con el cuerpo, para producir las heridas en la cadera, en la cara o incluso la amputación de miembros que pueden verse en las redes sociales.  

Llegados a este punto, es posible que la industria israelí haya desarrollado un explosivo más potente que la Pentrita (a falta de pruebas en ese sentido, la Pentrita es un buen candidato), o también que se haya añadido un elemento que incremente la sensibilidad al calor de la Pentrita, para que detone a temperaturas inferiores a 200 ºC. 

A estas alturas, este dato ya está en poder de Hezbolá, ya que existe tecnología capaz de detectar el tipo de explosivo presente en el lugar tras una explosión. 

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¿Cómo se manipularon los «buscas»?

El espacio disponible en los «buscas» es muy reducido, de forma que es muy difícil introducir un sistema de iniciación ajeno al circuito electrónico de serie. Tampoco existe prácticamente espacio para colocar el explosivo. 

Por otro lado, teniendo en cuenta que se manipularon miles de buscapersonas en un tiempo relativamente corto de tiempo, el sistema tenía que requerir una manipulación mínima y sencilla

Una hipótesis viable es la de sustituir la placa base de los «buscas» con otra trampeada, que lleva incorporada la carga explosiva, manteniendo las características de fábrica. La sustitución de la placa base podría hacerse de forma industrial, con la maquinaria adecuada.

Para activar el explosivo, es totalmente viable el mecanismo del que se hacen eco los medios de comunicación, es decir, el de calentar la batería del buscapersonas, para que el calor generado active el explosivo, que se coloca en contacto directo con ellas.

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Lo que parece apoyar esta teoría es el testimonio de varias víctimas, que relataron que antes de la detonación, los «buscas» empezaron a emitir un largo pitido y que empezaron a calentarse.

¿Cómo se activaron los «buscas» de los militantes de Hezbolá?

Varias víctimas dijeron haber recibido un mensaje de cúpula de Hezbolá y que, al pulsar para abrir el mensaje, el buscapersonas detonó.

Existen al menos dos opciones: 

  • Se programó la placa base para que todos los «buscas» se activasen a la vez a una fecha y hora determinada.
  • Se envió una señal de activación, que indicó al receptor que había recibido un mensaje y la detonación se produjo cuando se pulsó el botón para leerlo

Ambas opciones son posibles, aunque la segunda ofrece más flexibilidad, ya que permite que el autor de los atentados elija el momento que más le beneficia o, incluso, le daba el poder anticiparse a una posible detección del trampeo de los buscapersonas

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