spot_img

¿Es el desfile del Día de la Victoria en China un mensaje estratégico al mundo?

Análisis

Alejandro Vigo
Alejandro Vigo
Alumno del Máster Profesional de Analista Internacional y Geopolítico de LISA Institute. Graduado en Relaciones Internacionales con gran interés en la geopolítica y en el comercio internacional, particularmente en Sudeste Asiático.

El Desfile del Día de la Victoria 2025 marcó un hito en la proyección militar y simbólica de China. Conmemoró el 80º aniversario de la victoria sobre Japón y consolidó el liderazgo de Xi Jinping. Tecnología, narrativa histórica y unidad política se fundieron en una demostración de poder multidominio. En este artículo se analiza cómo el desfile refleja las prioridades estratégicas del régimen y su impacto geopolítico.

El desfile militar del 3 de septiembre en Beijing, que duró algo más de una hora, fue el mayor en la historia de China. Participaron más de 10.000 efectivos del EPL, acompañados por centenares de tanques, blindados, misiles y un centenar de aeronaves. Estas recorrieron la avenida de Chang’an frente a decenas de miles de espectadores. Reunió a 26 delegaciones extranjeras, destacando en la tribuna líderes como Vladímir Putin o Kim Jong-un.

La ausencia de mandatarios occidentales (a excepción de Serbia y Eslovaquia) y la imagen conjunta de Xi, Putin y Kim subrayaron la fractura entre bloques. También evidenció la emergencia de un eje alternativo al orden liderado por Estados Unidos.

➡️ Te puede interesar: La geopolítica de la mafia china: orígenes, expansión y poder global de las Tríadas

La efeméride conmemoraba el 80º aniversario de la rendición de Japón y de la victoria china en la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa (1937-1945). En ese conflicto, nacionalistas y comunistas hicieron frente común pese a la guerra civil interna. Aquel triunfo, alcanzado al coste de más de 35 millones de vidas chinas entre civiles y militares, representa un hito.

Supone aproximadamente un tercio de todas las bajas de la Segunda Guerra Mundial. Se reivindica como la primera victoria completa de China frente a una potencia extranjera y como el inicio de su rejuvenecimiento nacional.

Desde 2014, el 3 de septiembre es Día de la Victoria. Bajo el liderazgo de Xi Jinping, se ha elevado a ritual político-militar. Tras el desfile de 2015 por el 70º aniversario, el de 2025 sirvió de nuevo para legitimar al Partido. También buscó enardecer el patriotismo y proyectar la modernización militar china ante el mundo.

Con esta mezcla de solemnidad histórica, exhibición tecnológica y mensajes estratégicos, el Día de la Victoria 2025 se consolidó como un evento de relevancia nacional e internacional. Estos actos sirven tanto para rendir homenaje a los héroes de guerra como para recalcar las lecciones históricas. Especialmente aquellas de unidad y resistencia ante la agresión extranjera.

Actos previos al desfile

La ciudad entera estuvo bajo un operativo de seguridad excepcional. Beijing paralizó el tráfico en amplias zonas e instaló barreras que mantuvieron al público a una cuadra de distancia del recorrido. También se ordenó cerrar o vaciar los edificios a lo largo de la ruta del desfile. Incluso varias líneas de metro fueron suspendidas desde la noche anterior. Para la mayoría de los pequineses, la única forma de seguir el acontecimiento fue a través de la transmisión en directo por televisión o internet, debido al acceso restringido al área central.

En las horas previas al desfile, el presidente Xi Jinping, acompañado por su esposa Peng Liyuan, recibió a los jefes de Estado y de Gobierno invitados. La ceremonia se celebró en la Ciudad Prohibida. Uno a uno llegaron los mandatarios de 26 países, principalmente de Asia, África y América Latina. Fue una demostración de la red de alianzas de Beijing en el mundo en desarrollo.

➡️ Te puede interesar: El Ministerio de Seguridad chino: qué es y cómo opera dentro y fuera de China

Destacaron, además de Putin y Kim Jong-un (en una rara visita al extranjero), líderes como Lukashenko (Bielorrusia), Pezeshkian (Irán), Sharif (Pakistán) y Díaz-Canel (Cuba), entre otros. Las únicas figuras europeas fueron el presidente serbio Aleksandar Vučić y el primer ministro eslovaco Robert Fico, único representante de un país de la Unión Europea. Muchas de estas delegaciones pertenecen a la Organización de Cooperación de Shanghái o gravitan en torno a ella. Todo ello refleja la cercanía de Beijing con un bloque alternativo al liderazgo occidental.

Imagen 1. Xi saluda afectuosamente a Kim Jong Un en su recibimiento en la Ciudad Prohibida el acto de bienvenida a los jefes de Estado previo al desfile. Fuente: retransmisión oficial.

Tras la foto de familia con los dignatarios, Xi Jinping encabezó la comitiva por la plaza sur de la Puerta de Duanmen (端, duān, que en chino significa «nuevo inicio») hasta la tribuna de Tiananmén (天安门, literalmente «Puerta de la Paz Celestial»), el monumental pórtico imperial que da acceso a la plaza central.

Antes de ocupar sus asientos para el acto, Xi saludó a varios veteranos de guerra, entre ellos un antiguo combatiente del Kuomintang. Con ello recordó la alianza temporal entre nacionalistas y comunistas frente a la invasión japonesa.

En la tribuna se situaron las principales autoridades del Estado y del Partido: miembros destacados del Comité Central, la Asamblea Popular Nacional y el Consejo de Estado. También estaban presentes el Tribunal Popular Supremo, la Fiscalía Popular Suprema y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino. Asistieron, además, dirigentes veteranos, representantes de distintos sectores sociales y familiares de héroes de guerra. Todo ello subrayó la dimensión de unidad política y memoria histórica del evento.

Imagen 2: Los dignatarios, encabezados por Xi con Kim a su izquierda y Putin a su derecha, se dirigen hacia la tribuna. Fuente: The Guardian. 

A las 09:00 en punto (hora local), la ceremonia se abrió con ochenta salvas de artillería. Mientras tanto, un destacamento de la Guardia de Honor marchaba portando la bandera nacional desde el Monumento a los Héroes del Pueblo, situado en el centro de la plaza, hasta el gran mástil frente a Tiananmén. Al izarse la enseña roja de cinco estrellas, la multitud entonó el himno nacional, La Marcha de los Voluntarios, nacido durante la guerra contra Japón.

Con el público aún en pie tras el himno, Xi Jinping pronunció un discurso conmemorativo. Comenzó agradeciendo a quienes contribuyeron a la victoria hace ochenta años, incluyendo a los «gobiernos extranjeros y amigos internacionales».

El discurso de Xi articuló tres ejes estratégicos. En primer lugar, vinculó la victoria de 1945 con la legitimidad histórica del Partido. La presentó como la «primera victoria total» frente a la dominación extranjera y como una contribución china a la civilización mundial.

En segundo lugar, proyectó el concepto de «destino común de la humanidad». Llamó a la igualdad y a la cooperación internacional como vía para prevenir conflictos, en contraste con la confrontación entre bloques (soft power).

Finalmente, enmarcó el socialismo con características chinas y el fortalecimiento del EPL como garantías de seguridad nacional. También los presentó como pilares de la paz global. El mensaje implícito fue claro: la estabilidad internacional depende tanto del ascenso pacífico de China como de su capacidad militar para sostenerlo.

Imagen 3 : Xi Jinping pronuncia su discurso ante la plaza de Tiananmén.  Fuente: Xinhua. 

Posteriormente, Xi Jinping recorrió la histórica avenida Chang’an en una limusina descapotable para pasar revista a las tropas. Delante ondeaban tres banderas: de izquierda a derecha, la del Partido Comunista de China, la de la República Popular China y la del Ejército Popular de Liberación. Estas simbolizaban la fusión entre partido, Estado y fuerzas armadas.

➡️ Te puede interesar: China y España: ¿una relación estratégica en la era multipolar?

Vestido con un uniforme verde oliva que lo identificaba como presidente de la Comisión Militar Central, Xi saludaba a cada formación con el tradicional «同志们好! (Tóngzhìmen hǎo, ¡Saludos, camaradas!)», al que los soldados respondían en coro: «首长好! (Shǒuzhǎng hǎo, ¡Saludos, comandante!)».

Imagen 4.  Xi Jinping pasa revista a las tropas previo desfile. Al fondo, se observan las 3 banderas (Pcch, RPCh y EPL). Fuente: Xinhua 

Desfile de tropas y armamento

Tras el pase de revista de Xi Jinping, comenzó la secuencia marcial. A lo largo de la avenida Chang’an, más de 10.000 efectivos del EPL, distribuidos en 45 contingentes, marcharon en formación. Fueron acompañados por un centenar de aeronaves y cientos de blindados y piezas de artillería. El protagonismo recayó en el poderío armamentístico, con la presentación de más de cien sistemas de armas y equipos, muchos mostrados por primera vez. Estos abarcaron desde capacidades estratégicas de última generación hasta defensas antiaéreas innovadoras y plataformas no tripuladas.

La apertura del desfile tuvo un fuerte carácter simbólico. Un bloque de helicópteros arrastró las tres banderas: la del Partido Comunista, la de la República Popular y la del Ejército Popular de Liberación. Le siguieron otros helicópteros que desplegaron pancartas con los lemas: 正义必胜!Zhèngyì bì shèng! (¡La justicia prevalece!)和平必胜!Hépíng bì shèng! (¡La paz prevalece!) y 人民必胜!Rénmín bì shèng! (¡El pueblo prevalece!). Minutos después, una formación de 26 helicópteros dibujó en el cielo la cifra “80”, un homenaje visual al aniversario de la victoria que vinculaba memoria histórica y modernización militar.

Desfile de tropas

El desfile se abrió con la Guardia de Honor, que portaba, al igual que los helicópteros, las tres banderas. Este gesto fue un recordatorio de la supremacía del Partido Comunista de China y de la nación en la conducción de las fuerzas armadas.

Tras ellas, hicieron su aparición las ramas y fuerzas del EPL con sus banderas propias, un hecho inédito en un desfile de esta magnitud. Las cuatro ramas tradicionales —Fuerza Terrestre (franja verde), Armada (azul con rayas blancas), Fuerza Aérea (azul cielo) y Fuerza de Cohetes (naranja)— marcharon primero.

Las siguieron las cuatro fuerzas creadas tras la última reforma militar de 2024: la Fuerza Aeroespacial (azul oscuro con franjas amarillas), la Fuerza del Ciberespacio (gris con franjas amarillas), la Fuerza de Apoyo Informático (lila con franjas amarillas) y la Fuerza de Apoyo Logístico (verde con franjas amarillas).

Imagen 5. Banderas de las cuatro ramas y los cuatro cuerpos del EPL tras la reforma de abril de 2024 y la asignación de banderas a los nuevos cuerpos en el Día del Ejército de China (1 de agosto) de 2025. Autor: Alejandro Vigo. 

El paso de estas nuevas unidades tuvo un fuerte componente político y simbólico. Buscaba mostrar que la modernización del EPL no se limita a ampliar capacidades tradicionales. También integra dominios estratégicos emergentes como el espacio, el ciberespacio y la guerra informática.

Así, junto a las fuerzas históricas, desfilaron las nuevas formaciones que materializan la reforma estructural impulsada por Xi Jinping. Proyectan la imagen de un ejército multidominio, capaz de operar de forma coordinada en tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio.

➡️ Te puede interesar: Probabilidades de una invasión china a Taiwán en 2025: Todo lo que debes saber

El bloque terrestre se completó con la participación de la Policía Armada Popular (bandera con franjas verdes), la fuerza de reserva y una formación de milicianas femeninas. Como elemento destacado, desfiló un contingente de cascos azules con boinas de Naciones Unidas. Esto recordó que China es actualmente el mayor contribuyente de efectivos a las operaciones de mantenimiento de paz de la ONU.

Armamento desplegado en el desfile

Abriendo la marcha de armamento, una escolta de honor portó 80 banderas de guerra históricas. Eran insignias originales de unidades heroicas que combatieron en la guerra de resistencia contra Japón. Estas banderas funcionaron como un puente simbólico entre aquella guerra y las capacidades actuales del EPL.

El segmento mecanizado y aéreo articuló una demostración multidominio que combinó vectores estratégicos, negación de área y sistemas autónomos. Armamento destacado: 

Fuerzas terrestres: La vanguardia blindada la marcaron los tanques Type-99 y el nuevo Type-100, este último con torre no tripulada, protección activa y sensores avanzados. Les acompañaron los vehículos de asalto anfibio LZ302, blindados de apoyo y formaciones de artillería PHL-16, capaces de fuego de saturación a larga distancia. La defensa antiaérea se mostró en capas con HQ-9C, HQ-20, HQ-22A y HQ-11, complementados por interceptores HQ-19 y HQ-29 con capacidad antisatélite en órbita baja. Por primera vez desfilaron armas de energía dirigida, como el cañón láser LY-1 y sistemas de microondas antidrones, que apuntan a escenarios de guerra asimétrica.

Imagen 6. Cañones láser LY-1 en el desfile del día de la victoria. Fuente: Johannes Neudecke.

Sistemas no tripulados: El desfile evidenció la apuesta por un EPL autónomo y multidominio. Se presentaron el dron furtivo GJ-11, el dron de combate Wing-Loong II, cazas y helicópteros no tripulados, así como robots terrestres de desminado y apoyo, incluidos cuadrúpedos armados. También desfilaron embarcaciones de superficie y submarinas como la HSU-100.

Estas plataformas amplían las capacidades ISR (Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento), la guerra antisubmarina y la proyección de fuerza sin exponer vidas humanas.

Imagen 7. Formación de vehículos no tripulados. Se observan de más cerca a más lejos: dron de ataque furtivo GJ-11. Fuente: CGTN. 

Misiles hipersónicos y de crucero: China mostró su capacidad anti-acceso/denegación de área (A2/AD) con los hipersónicos DF-17, DF-26D y YJ-21, diseñados para golpear bases y portaaviones. Los misiles de crucero CJ-20A, YJ-18C y CJ-1000 ampliaron la pegada estratégica a larga distancia con precisión avanzada. Otros misiles como los YJ-17, YJ-19 y YJ-20 confirmaron el énfasis en capacidad antibuque hipersónica.

Imagen 8. Misiles hipersónicos DF-17 durante el desfile frente a la Puerta de Tiananmén. Fuente: Reuters.

Misiles estratégicos: El segmento más esperado fue la tríada nuclear de misiles balísticos intercontinentales, presentada por primera vez de forma unificada: JL-1: misil aire-lanzado desde bombarderos. JL-3: misil lanzado desde submarinos (SLBM). DF-31 y DF-61: misiles de base terrestre. El cierre lo protagonizó el DF-5C, un ICBM (Misil Balístico Intercontinental) de combustible líquido y alcance global, con capacidad MIRV de hasta diez cabezas nucleares independientes. Este fue descrito por medios oficiales como un auténtico “pilar disuasorio”.

Imagen 9. Misiles nucleares DF5C. Fuente: China Daily.

Poder aéreo: El componente aéreo incluyó cazas de quinta generación (J-20, J-20S, J-35A, J-16D) y bombarderos estratégicos H-6K, H-6N, H-6J equipados con misiles de largo alcance. Se mostraron también aviones de alerta temprana KJ-500A y KJ-600 (este último diseñado para operar desde portaaviones), así como transporte estratégico Y-20A/B y aeronaves de patrulla antisubmarina Y-9. El conjunto reforzó la capacidad de operaciones conjuntas con medios tripulados y no tripulados.

➡️ Te puede interesar: Qué es el Ejército Popular de Liberación de China y qué influencia tiene en el mundo

Cierre del desfile: El desfile concluyó con la suelta de 80.000 palomas y miles de globos, símbolo de paz y prosperidad, en contraste con la imponente demostración de fuerza previa. Con ello, Beijing transmitió su doble mensaje: China defiende la paz, pero está preparada para la guerra.

Claves geopolíticas del desfile

  • Xi, Putin y Kim hombro a hombro. La inédita imagen de los tres líderes juntos en la tribuna y su relación afectuosa simboliza la formación de un bloque alternativo al orden internacional occidental, con China como eje articulador junto a Rusia y Corea del Norte.
  • Ausencia de Occidente. Ningún mandatario de EE. UU., Europa Occidental, Japón o India asistió. Solo Eslovaquia y Serbia estuvieron representados al máximo nivel, lo que reforzó la brecha diplomática y mostró dos fotos opuestas: autócratas en Beijing frente a un Occidente distante.
  • Demostración militar integral. China exhibió su tríada nuclear completa por primera vez, junto a misiles hipersónicos, drones furtivos, submarinos autónomos y armas láser. Fue un escaparate de capacidades multidominio (tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio) y un mensaje de disuasión hacia EE. UU. y sus aliados.
  • Sur global como aliado. Delegaciones de más de 25 países de Asia, África y América Latina, incluida Cuba, reforzaron la narrativa de solidaridad Sur-Sur y el liderazgo de Beijing entre las economías emergentes.
  • Refuerzo interno. El acto consolidó el liderazgo de Xi, vinculado con la victoria de 1945 y el rejuvenecimiento nacional. La disciplina del EPL, la exaltación patriótica y la propaganda histórica reforzaron la legitimidad del Partido y de Xi como garante de seguridad y estabilidad.
  • Impacto regional y global. La conjunción de poder militar y escenificación diplomática intensificó la percepción de una nueva Guerra Fría: un eje China–Rusia–Corea del Norte frente a un bloque occidental reforzado, con el Indo-Pacífico como principal escenario de fricción.

➡️ Si quieres adentrarte en las Relaciones Internacionales y adquirir habilidades profesionales, te recomendamos los siguientes programas formativos:

Artículos relacionados

Masterclass y eventos relacionados

Formación relacionada

spot_img

Actualidad

Dejar respuesta:

Por favor, introduce tu comentario!
Introduce tu nombre aquí

spot_img