Con una extensión de más de dos millones de kilómetros cuadrados, Groenlandia es la isla más grande del mundo y un territorio autónomo de Dinamarca. Su población, de apenas 56 mil habitantes, depende en gran medida de la pesca y la minería. La capa de hielo que la cubre es clave para el equilibrio climático global, ya que contiene el 10% del agua dulce del planeta. Enfrenta retos como el deshielo y el interés de potencias mundiales por sus recursos.
Groenlandia, la isla más grande del mundo, es un vasto territorio cubierto de hielo que se encuentra entre el océano Ártico y el Atlántico Norte. Con una superficie de más de 2 millones de kilómetros cuadrados, esta tierra es hogar de poco más de 56 mil habitantes, la mayoría de los cuales son de origen inuit. A pesar de su enorme extensión, el 85% de la isla está cubierta por una capa de hielo permanente, dejando solo una franja costera habitable donde se concentra la población. Nuuk, la capital y ciudad más grande, alberga alrededor de 16 mil personas y es el centro político y económico de esta nación constituyente del Reino de Dinamarca. Aunque Groenlandia goza de un amplio autogobierno desde 1979, con una expansión de sus competencias en 2009, Dinamarca aún mantiene el control sobre asuntos exteriores, defensa y política financiera.
La economía groenlandesa se sustenta principalmente en la pesca, que representa el 85% de sus exportaciones, pero el país busca diversificar sus fuentes de ingresos. La minería, el turismo y la posible explotación de recursos naturales como el petróleo y los minerales se perfilan como sectores prometedores para el futuro. Sin embargo, Groenlandia enfrenta diversos problemas debido a su geografía y clima extremos. El cambio climático está teniendo un impacto en la isla, derritiendo su capa de hielo y alterando los ecosistemas locales. Paradójicamente, este fenómeno también está abriendo nuevas oportunidades económicas, como la explotación de arena depositada por los glaciares en retroceso. A pesar de estos cambios, Groenlandia lucha por mantener su identidad cultural y su delicado equilibrio con la naturaleza, mientras busca ser una nación en desarrollo en uno de los entornos más inhóspitos del planeta.
Historia de Groenlandia
La historia de Groenlandia comienza alrededor del año 982, cuando el vikingo Erik el Rojo, exiliado de Islandia, llegó a las costas de esta inmensa isla cubierta de hielo. Tres años después, en 985, Erik regresó con un grupo de 450 colonos. Desde entonces se fueron estableciendo los primeros asentamientos nórdicos en la costa suroccidental. Durante los siguientes siglos, estos colonos vikingos convivieron con los pueblos indígenas, como la cultura Dorset, y más tarde con los inuit Thule, que llegaron alrededor del año 1300. Sin embargo, la presencia nórdica en Groenlandia comenzó a declinar en el siglo XV. Esto se debió posiblemente a cambios climáticos y dificultades económicas, dejando a los inuit como únicos habitantes de la isla durante un largo período.
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Posteriormente, en 1721, el misionero noruego Hans Egede estableció una nueva colonia cerca de la actual capital, Nuuk. Esto marcó el inicio de la colonización danesa de Groenlandia, ya que Noruega y Dinamarca estaban unidas en ese momento. Durante los siguientes siglos, Dinamarca expandió su control sobre la isla, estableciendo puestos comerciales y misiones a lo largo de la costa. La influencia danesa provocó grandes cambios en la cultura y la sociedad inuit, incluyendo la introducción del cristianismo y nuevas formas de comercio. A pesar de los desafíos, como las epidemias que perjudicaron a la población nativa, la cultura inuit persistió y se adaptó a las nuevas circunstancias.
El siglo XX trajo consigo importantes cambios políticos para Groenlandia. Después de la Segunda Guerra Mundial, durante la cual Estados Unidos estableció bases militares en la isla, comenzó un movimiento hacia una mayor autonomía. En 1953, Groenlandia pasó de ser una colonia a convertirse en una parte integral de Dinamarca, y en 1979 se le concedió un amplio autogobierno. Este proceso se amplió en 2009, cuando Groenlandia obtuvo aún más autonomía, incluyendo el control sobre sus recursos naturales, sus asuntos judiciales y sus cuerpos policiales. Hoy en día, Groenlandia es una nación constituyente del Reino de Dinamarca, con su propio parlamento y gobierno, aunque Dinamarca aún mantiene el control sobre la defensa y la política exterior. La isla enfrenta los efectos del cambio climático y el interés internacional en sus recursos naturales.
Autonomía limitada, interés de Estados Unidos y posibilidad de declarar su independencia
Aunque técnicamente Groenlandia es parte del Reino de Dinamarca, goza de un estatus especial como territorio autónomo desde 1979. Esta autonomía se amplió en 2009 con la Ley de Autogobierno, que otorgó a Groenlandia un mayor control sobre sus asuntos internos. Sin embargo, Dinamarca aún mantiene la autoridad sobre áreas clave como la defensa, la política exterior y la política monetaria. A pesar de su autonomía, la isla sigue dependiendo económicamente de Dinamarca, que proporciona una subvención anual equivalente a cerca del 30% del PIB groenlandés. Lo más interesante es que, desde 2009, Groenlandia tiene el derecho legal de declarar su independencia mediante referéndum si así lo desea. Este derecho ha avivado el debate sobre el futuro de la isla, especialmente considerando sus grandes recursos naturales, que incluyen posibles reservas de petróleo que podrían rivalizar con las de Arabia Saudí.
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Algunas autoridades de Groenlandia han impulsado la idea de la independencia, argumentando que la relación actual con Dinamarca no ha logrado crear una igualdad plena. Sin embargo, la situación se complica aún más por el interés de Estados Unidos en la isla. Desde hace décadas, Washington ha mostrado su deseo de adquirir Groenlandia, algo que intentó en el año 1946 por 100 millones de dólares. Además, Donald Trump ha reiterado este interés, declarando que el control de Groenlandia es una «necesidad absoluta» para la seguridad nacional y los intereses de Estados Unidos. El interés estadounidense provocó que las autoridades groenlandesas emitieran las siguientes declaraciones: «Groenlandia no está a la venta y no puede venderse, pero está abierta al comercio y a la cooperación con otros países, incluido Estados Unidos».
Rica en recursos naturales
Este territorio alberga una sorprendente variedad de recursos naturales que han despertado el interés de muchos países y empresas en las últimas décadas. Entre sus riquezas más importantes se encuentran los minerales. Destacan los yacimientos de zinc, níquel, plomo, titanio, hierro, aluminio, carbón, molibdeno, cobre, oro, platino o uranio. Además, la isla cuenta con un potencial considerable en elementos de tierras raras, cada vez más codiciados por su importancia en la industria tecnológica. En el ámbito de los hidrocarburos, aunque Groenlandia abandonó las exploraciones petroleras por motivos ambientales y económicos, se estima que sus costas occidentales podrían albergar unos 18 mil millones de barriles de petróleo. Sin embargo, la explotación de estos recursos presenta grandes desafíos debido a las condiciones climáticas extremas y la presencia de hielo marino.
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Más allá de los recursos minerales y energéticos, Groenlandia posee una riqueza natural inmensa en sus aguas circundantes. La pesca es uno de los pilares de su economía, con especies como el bacalao, la gallineta y los camarones, teniendo diferentes acuerdos pesqueros con la Unión Europea. Las aguas groenlandesas también son hogar de focas y ballenas, recursos tradicionalmente aprovechados por la población local. En tierra firme, aunque la mayor parte de la isla está cubierta por una capa de hielo, las áreas costeras libres de hielo ofrecen oportunidades para el desarrollo de energías renovables y el turismo sostenible. El cambio climático ha llevado a Groenlandia a reorientar su estrategia económica, apostando por un desarrollo más sostenible que busca equilibrar la explotación de sus recursos naturales con la preservación de su ecosistema ártico.
Sistema político y división territorial
Groenlandia tiene un sistema político que combina elementos de autonomía y dependencia de Dinamarca. Tiene su propio parlamento de 31 miembros llamado Inatsisartut, elegido por sufragio universal cada cuatro años. El primer ministro lidera el gobierno junto con un gabinete de ministros. Aunque Groenlandia maneja la mayoría de sus asuntos internos, Dinamarca aún controla la defensa, la política exterior y la política monetaria. El rey Federico X de Dinamarca es el jefe de Estado. Los partidos políticos principales incluyen el Siumut (socialdemócratas), Inuit Ataqatigiit (izquierda independentista) y Demokraatit (liberales). Desde 2009, tiene el derecho legal de declarar su independencia mediante referéndum. Sin embargo, la isla sigue dependiendo económicamente de Dinamarca, que proporciona una gran subvención anual.
¿Pertenece Groenlandia a la Unión Europea y a la OTAN?
Groenlandia tiene una relación compleja con la Unión Europea (UE). Aunque originalmente se unió a la Comunidad Europea en 1973 como parte de Dinamarca, se retiró en 1985 tras un referéndum motivado principalmente por disputas sobre derechos de pesca. Desde entonces, mantiene un estatus especial como país y territorio de ultramar de la UE, lo que le permite beneficiarse de ciertas ventajas comerciales sin ser miembro de pleno derecho. Esto ha permitido a Groenlandia mantener su autonomía en asuntos internos mientras conserva lazos económicos con la UE. De hecho, la UE sigue siendo el principal socio comercial de Groenlandia, representando más del 90% de sus exportaciones. Desde marzo de 2024, la UE ha reforzado su presencia en la isla al abrir una oficina de representación en Nuuk y firmar acuerdos de cooperación enfocados en educación y crecimiento sostenible con el objetivo de fortalecer sus vínculos con Groenlandia.
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En cuanto a la OTAN, la situación es diferente. Como parte del Reino de Dinamarca, está técnicamente bajo el paraguas de protección de la OTAN. Esto se debe a que Dinamarca es miembro fundador de la alianza desde 1949. Sin embargo, la isla no tiene una representación directa en la OTAN ni participa en sus decisiones de manera independiente. Por ello, la importancia estratégica de Groenlandia para la OTAN radica en la relevancia geopolítica por su ubicación geográfica en el Ártico. La presencia de la base aérea de Thule, operada por Estados Unidos en el noroeste de Groenlandia, es una muestra de ello. A pesar de esto, Groenlandia mantiene cierta autonomía en sus asuntos de defensa y seguridad, y las autoridades han expresado en ocasiones su deseo de tener una voz más fuerte en las decisiones que afectan a su territorio, incluyendo las relacionadas con la presencia militar extranjera.
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