La ciudad de Rosario, en el sur de la provincia de Santa Fe, se convirtió en el foco de la violencia de las bandas criminales ligadas al narcotráfico, alcanzando en 2023 índices de homicidios dolosos que cuadruplicaron a los nacionales. Mientras a nivel país, el indicador ronda los cinco homicidios por cada 100 mil habitantes, en 2022 el departamento Rosario llegó a tener 22 homicidios por cada 100 mil habitantes. Esta situación alarmante no solo afecta la seguridad de los ciudadanos, sino que también plantea serios desafíos para el futuro de la ciudad y la región en su conjunto. Lo explica Lucas Paulinovich, alumno del Máster Profesional de Analista Criminal y Criminología Aplicada de LISA Institute.
En Rosario, la ciudad más poblada y económicamente relevante de la provincia y cabecera departamental, con más de 1.198.528 habitantes en solo 178,69 km², las bandas criminales locales desarrollaron un sistema de franquicias para la venta de drogas y la gestión de negocios delictivos en distintas áreas de la periferia. Como consecuencia, el Estado redujo su dominio de la seguridad de la geografía urbana.
La provincia de Santa Fe se encuentra conectada por una red de vías terrestres y fluviales que la vinculan con importantes centros urbanos y regiones vecinas. Por tierra, está atravesada por la Ruta Nacional 11 al norte, que conecta con el paso fronterizo Clorinda-Asunción en la República del Paraguay; la Ruta Nacional 18 al este, que une Entre Ríos y la República Oriental del Uruguay; la Ruta Nacional 19/20 al oeste, que conecta Córdoba, Mendoza y la República de Chile; y la Ruta Nacional 34 al noroeste, que vincula la región del Noroeste y la República de Bolivia.
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En cuanto a sus vías fluviales, la hidrovía Paraná-Paraguay, vertebradora de la Triple Frontera, es un sistema de transporte crucial que se extiende desde Puerto Cáceres, en Brasil, hasta el complejo portuario rosarino, y desemboca en el Río de la Plata hacia el Atlántico. Esta hidrovía representa una ventaja logística significativa, permitiendo la interconexión de los países del cono sur y el transporte de mercancías legales e ilegales.
Contexto de la amenaza
En 2023, el departamento Rosario alojó 259 homicidios en Rosario y por cuarto año consecutivo estuvo por encima de los 200 casos. La cifra representó un 560, por ciento más de crímenes que la ciudad de Córdoba, una ciudad cercana de similar condición poblacional. Solo en el departamento Rosario se concentró el 66 por ciento del total de homicidios en la provincia.
Ese mismo año se registraron en Rosario 221 homicidios, con el 60 por ciento localizados en el 12 por ciento de su urbanización. En la provincia de Santa Fe, durante los últimos diez años fueron asesinadas más de 3800 personas. En la década inmediatamente anterior la cantidad de homicidios había rondado los 2700.
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En ese periodo, la violencia se convirtió en un recurso utilizado masivamente en la resolución de conflictos y como medio de producción en las economías ilegales. El negocio de las extorsiones, como base violenta de las actividades de las bandas, brinda diversificación y facilita un flujo de ingresos surgido del ejercicio de control sobre los territorios.
Fuente: Observatorio de Seguridad Pública de Santa Fe
Las conexiones con las regiones productoras de marihuana y cocaína habilitaron relaciones e intercambios que aumentaron la violencia asociada al tráfico de drogas, al contrabando y a las dinámicas de rivalidad entre bandas. La presencia de actores criminales con vínculos con organizaciones internacionales que actúan en las fronteras permitió que, además de mercadería, se puedan importar armas, comunicaciones, equipos y know how delictivo.
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Junto a las bandas criminales se desarrolló una cultura de violencia que conforma una parte central de las identidades de los jóvenes involucrados en las actividades criminales. Las bandas llegaron a emplear a menores de 16 años, no punibles para la ley penal, para que cometieran actos calificados de terrorismo urbano, como los asesinatos de taxistas, un colectivero y un playero de una estación de servicios, que se produjeron en la ciudad de Rosario a principios de 2024.
Riesgos y vulnerabilidades del complejo portuario del Gran Rosario
En el Gran Rosario, a lo largo de 70 km de costa sobre el río Paraná, desde Timbúes hasta Arroyo Seco, se asientan 31 terminales portuarias que operan una variedad y grandes volúmenes de cargas. Esta área geográfica despacha alrededor del 80 por ciento de las exportaciones argentinas de aceites, granos y subproductos anualmente. De las 31 terminales portuarias, 21 están dedicadas al despacho de granos, aceites y/o subproductos.
El Área Metropolitana del Gran Rosario concentra alrededor del 80% de la capacidad teórica instalada de la industria aceitera en Argentina, con 20 fábricas de gran tamaño que tienen la capacidad de moler diariamente un total de 165.700 toneladas de una capacidad nacional de molienda de 209 mil toneladas por día.
La concentración de la actividad portuaria y la industria aceitera en el Gran Rosario, a lo que se agrega las industrias de la construcción, la actividad financiera e inmobiliaria y la alta actividad comercial, hacen a esta zona susceptible a actividades ilícitas como el contrabando, el lavado de dinero y el tráfico de drogas. Además, se suman otra serie de negocios criminales de menor escala que proliferan en las ciudades.
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La dependencia de las exportaciones nacionales del complejo portuario del Gran Rosario, que está entre los tres más importantes del continente, lo coloca como un polo logístico indispensable para los envíos de drogas hacia Europa. Esto lo convierte en un punto de confluencia de las actividades de diferentes organizaciones y una fuente de irradiación de tendencias criminales hacia el interior del territorio; además, es un objetivo para posibles acciones terroristas o de sabotaje.
Caracterización de las bandas criminales
Estas bandas criminales fueron responsables del 70% del total de homicidios y en general exhiben como un logro haber transformado a Rosario en la jurisdicción más violenta de Argentina.
Según el Informe Ejecutivo N.º 1, «Bandas criminales, drogas ilícitas y violencia homicida», publicado en marzo de 2024 por la Fundación de Investigaciones en Inteligencia Financiera, se logró identificar a 14 bandas criminales que operan esencialmente en el departamento de Rosario. Y se destacan siete zonas críticas en la ciudad de Rosario.
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De acuerdo al informe, las más relevantes, por historia y control territorial, son los agrupamientos delictivos conocidos como Los Monos (con sus tres vertientes: «Guille» Cantero, «Lucho» Cantero y «El Viejo» Cantero), el clan Alvarado y el «peruano» Julio Rodríguez Granthon.
Su actividad principal es la comercialización de cocaína y marihuana, la extorsión y los robos. A partir de esta diversificación criminal pudieron generar una articulación efectiva con otras bandas criminales que operan en otras jurisdicciones provinciales, como la provincia de Buenos Aires.
Se trata de grupos con estructuras locales y atomizadas que se multiplicaron a partir del sistema de franquicias criminales. No cuentan con capacidad suficiente para imponer hegemonía, pero ejecutan acciones muy violentas. Sus miembros provienen de entornos con graves carencias socioeconómicas y culturales, y son proclives a dirimir sus conflictos a través del uso de violencia.
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