Las autoridades ucranianas han asegurado el lunes 12 de diciembre haber atacado al grupo Wagner, afines al presidente ruso, Vladimir Putin, en su sede situada en la localidad de Kadiivka, en la región de Lugansk. Por el momento, no hay un balance de víctimas.
Ucrania ha confirmado haber alcanzado una segunda instalación del Grupo Wagner. Esta empresa paramilitar privada, creada por el ex cocinero y colaborador cercano de Putin, Yevgeny Prigozhin, ha sido acusada varias veces de cometer crímenes de guerra y abusos contra los derechos humanos.
Serhi Haidai, gobernador de Lugansk, ha afirmado a través de un mensaje en su cuenta de Telegram que “todo el mundo está siendo movilizado. Los racistas han empezado de nuevo a recuperar cuerpos en os territorios ocupados”. “Algo hizo ‘click’ en la sede de los ´wagnerianos’. La tierra es como el cristal para ellos”, ha añadido.
El Grupo Wagner, también apodado como el ejército privado de Putin, ha desplegado mercenarios en el este de Ucrania en el marco del conflicto desatado en 2014 en la región del Donbás, donde se encuentra Lugansk. Moscú anunció en septiembre la anexión de esta región junto a las de Donestk, Jersón y Zaporiyia, todas parcialmente ocupadas tras la invasión desatada el 24 de febrero.
Por otro lado, según la agencia local Ukrinform, el presidente de la junta directiva de la compañía estatal eléctrica ucraniana, Volodymyr Kudrytskyi, ha informado sobre el restablecimiento de la mayoría de las capacidades de generación del sistema eléctrico del país, gravemente dañado durante las últimas semanas por los ataques rusos.
Mientras, Janet Yellen, secretaria del Departamento del Tesoro de EE.UU., ha afirmado que Washington continuará con el envío de ayuda militar “durante el tiempo que sea necesario”. Asimismo, ha reconocido que “existe el riesgo” de que su país entre en recesión como consecuencia de los efectos del conflicto en la inflación.
