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Ciclo de Inteligencia aplicado a la creación de un proyecto

Análisis

Rocío Medina Portillo
Rocío Medina Portillo
Graduada en Derecho, perito judicial experto en Ciberseguridad y Analista de Inteligencia. Seleccionada por INCIBE por su proyecto Tegere (inteligencia artificial preventiva contra la ingeniería social). También es profesional independiente realizando servicios jurídicos, de inteligencia, investigaciones, peritajes judiciales y así como creación de manuales sobre ciberseguridad, derecho y geoeconomía.

En un mundo tan competitivo y cambiante como el actual, encontrar oportunidades laborales, académicas o desarrollar proyectos desde cero puede parecer un desafío abrumador. Sin embargo, al aplicar el Ciclo de Inteligencia, cualquier persona puede estructurar un camino claro para identificar y aprovechar esas oportunidades. Lo explica Rocío Medina Portillo, alumni del Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute.

El Ciclo de Inteligencia es una metodología que se compone de seis fases: dirección, recolección, procesamiento, análisis, difusión y retroalimentación. Su principal fortaleza es que no está reservado exclusivamente para profesionales de inteligencia o grandes corporaciones, sino que puede aplicarse por cualquier persona para tomar decisiones estratégicas en su vida diaria o en el desarrollo de un proyecto, como el caso del proyecto Tegere, una IA enfocada en la ingeniería social que fue seleccionada por el programa Cybertalent de INCIBE.

En este artículo se mostrará cómo se puede aplicar esta misma metodología para encontrar oportunidades tanto laborales como académicas y, eventualmente, crear su propio proyecto desde cero.

1. Dirección: definir el problema y establecer objetivos claros

El primer paso en cualquier proceso es tener claro qué problema se quiere resolver o qué oportunidad se está buscando. En el caso de Tegere, antes de ser seleccionada, se tuvo que identificar la necesidad de una herramienta que ayudara a prevenir ataques de ingeniería social. Del mismo modo, se puede empezar preguntándose: ¿Qué tipo de oportunidades se quieren encontrar?, ¿Es un programa de formación, un nuevo trabajo o tal vez la creación de un proyecto propio?

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Identificación de necesidades y objetivos:

Definir un objetivo claro ayuda a mantener el enfoque. Si el objetivo es encontrar un empleo, tal vez la pregunta sea: ¿Qué tipo de trabajo se desea? o ¿en qué industria quiere desarrollarse? En este caso, se podría aplicar el método SMART, una técnica utilizada para establecer objetivos claros y alcanzables. Sus siglas representan cinco criterios que deben cumplir los objetivos:

  1. S (Específicos): los objetivos deben estar bien definidos y ser concretos.
  2. M (Medibles): deben incluir criterios que permitan evaluar su progreso.
  3. A (Alcanzables): tienen que ser realistas y factibles.
  4. R (Relevantes): tienen que estar alineados con las prioridades y necesidades.
  5. T (Temporales): necesitan tener un plazo claro para su cumplimiento

Preguntas clave:

El análisis de inteligencia se basa en preguntas clave que ayudan a dirigir la búsqueda o el proyecto:

  •  ¿Qué recursos necesito para desarrollar este proyecto o encontrar esta oportunidad?
  • ¿Dónde puedo encontrar información relevante que apoye mi búsqueda?

Asignación de recursos:

Es importante determinar qué recursos se van a necesitar, ya sean financieros, humanos o tecnológicos. Para encontrar oportunidades laborales, tal vez se necesite actualizar el CV, mejorar habilidades o aprender a utilizar nuevas plataformas de búsqueda de empleo como LinkedIn, Glassdoor o Indeed. Para proyectos, asignar recursos correctamente desde el principio es clave para evitar problemas en el futuro.

Toma de decisiones iniciales:

Tomar las decisiones correctas al principio ayuda a enfocar tu esfuerzo. Por ejemplo, se decidió utilizar el Ciclo de Inteligencia para crear un roadmap detallado para Tegere, estableciendo las primeras fases del proyecto. En este caso, se podría decidir cuáles son las plataformas más adecuadas para buscar empleo, o en qué áreas de conocimiento se necesita formarse más.

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2. Recolección: obtener Información relevante para tomar decisiones

La siguiente fase es la recolección de información. Aquí es donde se empieza a buscar activamente las oportunidades o los datos necesarios para llevar a cabo el proyecto. Hoy en día, existen innumerables fuentes de información, tanto online como offline.

Identificación de fuentes de información:

Para encontrar oportunidades académicas, se pueden usar plataformas como Coursera, LISA Institute o consultar programas específicos de becas en tu área de interés. Para proyectos, la búsqueda puede involucrar entrevistas con expertos, lectura de informes de mercado o datos de fuentes abiertas (OSINT).

Evaluación de la calidad de la información:

Asegúrate de que la información que estás obteniendo sea veraz, confiable y actualizada. Además, es más que recomendable comparar un mínimo de tres o cuatro fuentes. Por ello, el uso de fuentes oficiales o expertas y reconocidas es lo idóneo.

Métodos de recolección:

El método que utilices dependerá del tipo de información que necesites. Para encontrar oportunidades laborales o académicas, podrías utilizar redes sociales de las cuentas oficiales, bases de datos especializadas o incluso hablar con personas en el sector. 

3. Procesamiento: organizar y filtrar la información

Una vez que hayas reunido toda la información relevante, es indispensable organizarla y filtrarla. No toda la información que encuentres será útil o aplicable, por lo que necesitarás convertirla en algo procesable.

Organización de los datos:

Al igual que se hizo con Tegere, organizando la información sobre ingeniería social en diferentes categorías, es posible hacer lo mismo con la información sobre oportunidades. Por ejemplo, se pueden clasificar los programas laborales o académicos según los requisitos, plazos, o el nivel de interés.

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Clasificación y filtrado:

Filtra lo que no sea relevante o esté desactualizado. Esto es importante para evitar perder tiempo en oportunidades que no encajan con lo que buscas. Otro aspecto importante es que es necesario filtrar la información porque el exceso de la misma puede hacer que te pierdas entre tantos datos e incluso caer en la infoxicación. 

4. Análisis: interpretar la información y generar conocimiento

Una vez organizada la información, es momento de analizarla para tomar decisiones fundamentadas. Aquí es donde realmente se empieza a generar conocimiento.

Análisis estratégico:

Realiza un análisis DAFO para evaluar las oportunidades que has encontrado o los datos que has reunido para tu proyecto. En el caso de Tegere, se utilizó el análisis para identificar las debilidades de las soluciones existentes en ciberseguridad y las fortalezas de la propuesta. Este enfoque también puede ser útil para entender qué oportunidades son las más adecuadas, ya sean académicas, laborales o relacionadas con la creación de un proyecto.

Identificación de oportunidades y riesgos:

Al analizar las tendencias del mercado o los requisitos de las oportunidades, podrás identificar riesgos y oportunidades. Quizás un programa tiene requisitos que aún no cumples, pero puedes mejorar. Por otro lado, también te permitirá localizar aquellas habilidades o fortalezas propias que puedes utilizar y volverlas en oportunidades que te permitan destacar. 

5. Difusión: compartir resultados y tomar decisiones

Una vez completado el análisis, debes difundir los resultados y empezar a tomar decisiones. En el ámbito laboral, esto podría significar presentar tu candidatura o empezar a ejecutar los primeros pasos de tu proyecto.

Presentación de hallazgos clave:

Convierte el análisis en algo que puedas compartir. Para proyectos como Tegere, esto significaba transformar los resultados en un plan de acción concreto, listo para ser compartido con los expertos. Para ti, esto podría significar tener una carta de presentación sólida o un portafolio bien estructurado que muestre tus habilidades.

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Propuesta de soluciones:

Basado en el análisis, es recomendable proponer las soluciones más viables. Para alguien que busca iniciar sus estudios, esto podría traducirse en seleccionar el programa académico o profesional más adecuado, uno que ofrezca las mejores oportunidades para avanzar en su carrera o en el desarrollo de su proyecto personal.

6. Retroalimentación: ajustar y mejorar el proceso

Finalmente, la retroalimentación es esencial para mejorar y ajustar tanto tus decisiones como la ejecución del proyecto. Evalúa continuamente los resultados. Si estás buscando oportunidades laborales y no estás obteniendo respuestas, ajusta tu estrategia. 

Implementación de cambios:

Al aplicar la retroalimentación, puedes ajustar tus recursos o tu enfoque. En la búsqueda de oportunidades, esto podría significar mejorar tu perfil profesional o aprender nuevas habilidades. 

El Ciclo de Inteligencia es una herramienta útil para encontrar oportunidades laborales, académicas y para crear un proyecto desde cero. Te permite estructurar tu búsqueda, procesar la información relevante y tomar decisiones fundamentadas en datos fiables. Cualquiera puede aplicar este ciclo para guiar sus decisiones, lo importante es ser constante, ajustar tu enfoque según los resultados y aprovechar al máximo la información disponible.

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