La reina Isabel II era la piedra angular de la Commonwealth, benefactora de casi 600 organizaciones sociales y tenía un papel fundamental en la estrategia internacional del Reino Unido con otros países. ¿Cómo va a impactar su fallecimiento a nivel global?
Su fallecimiento traerá muchos cambios, no solo para el Reino Unido, sino para el mundo entero. Tal era su influencia que, de entrada, hoy es día de luto en todos los países de la Commonwealth donde Isabel era jefa de Estado.
Isabel II hasta el momento, era jefa de Estado de catorce países más pertenecientes a la Commonwealth, entre los que se encuentran Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Jamaica, Bahamas, Belice, Antigua y Barbuda, Granada, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Islas Salomón, Papúa Nueva Guinea y Tuvalu.
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Además, también ejercía como reina en los territorios de ultramar británicos, que guardan una gran relación de dependencia con Reino Unido. En total, son catorce enclaves que incluyen Gibraltar, las Islas Caimán o Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña. En el caso de Gibraltar, por ejemplo, aparte de decretarse día de luto, también se han cancelado los actos del “National Day”, su fiesta anual.
La noticia del fallecimiento de la reina de Reino Unido ha dado la vuelta al mundo. Líderes de todo el mundo han mandado sus condolencias a la familia real británica y se congregarán la semana que viene en el que promete ser uno de los funerales de Estado más importantes del siglo.
Incluso el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha hecho un comunicado donde traslada su pésame a la familia real por la muerte de Isabel II, de quien ha reconocido su “autoridad” en el escenario internacional. Aunque no se espera que el mandatario ruso acuda al funeral.
Carlos III pronunciará el viernes 9 de septiembre, un día después del fallecimiento de su madre, su primer discurso como rey. Sin embargo, algo que preocupa en el Reino Unido es que, el ahora rey Carlos III, es con diferencia el menos popular de la familia real británica.
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Entre otras cosas, su reputación quedó dañada tras su matrimonio con la princesa Diana de Gales y, en la actualidad, según los índices, cuenta con tan solo un 42% de aprobación entre su pueblo. De esta manera, quedaría por debajo de su madre, quien contaba con un 75% de aprobación, e incluso, por debajo de su hijo, el príncipe Guillermo, quien cuenta con casi un 70%.
La muerte de Isabel II podría reavivar ansias republicanas en países pertenecientes a la Commonwealth, como Australia, donde, aunque en 1999 los australianos rechazaron la posibilidad de salir de la monarquía constitucional, ya se está hablando de pedir un nuevo referéndum y aproximadamente el 54% de ciudadanos piden dejar atrás a la Corona. De hecho, en los últimos tiempos, otros países ya habían manifestado su interés de independizarse de la monarquía inglesa.
La última nación en hacerlo fue Barbados, cuando el pasado 30 de noviembre de 2021, el país logró su independencia mediante distintas reformas constitucionales tras cuatro siglos de soberanía británica, convirtiéndose de este modo en el Estado más joven del mundo.
Del mismo modo, países de la región del Caribe, como Bahamas, Belice, Granada, Jamaica y San Cristóbal y Nieves, ya han iniciado los trámites correspondientes para dejar de ser parte de la Mancomunidad, tomando de ejemplo la independencia de Barbados. Y, aunque todavía es pronto para saber con certeza el futuro de estas naciones, ya se empiezan a ver coletazos de independencia en estas regiones. Tan solo cuatro días después del fallecimiento de la reina, Antigua y Barbuda ya ha anunciado un referéndum con el fin de que el país se convierta en una república en los próximos tres años.
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Indudablemente, Carlos III llega al trono en un momento de incertidumbre, no solo para el propio país, donde la primera ministra Liz Truss acaba de llegar al poder, sino también a escala mundial, donde se presenta una realidad afectada por la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania. Por ello, para Carlos, mantener el apoyo de la sociedad británica del siglo XIX va a suponer uno de los grandes retos durante su reinado.
