La decisión marca un cambio en las prioridades nacionales de Chad y deja a Francia sin una base importante en la región. Este movimiento sigue la tendencia de crítica hacia la presencia occidental en el Sahel. Chad busca afirmar su soberanía y redefinir sus alianzas estratégicas. La ruptura impacta significativamente la lucha antiterrorista en este territorio de África.
El Ministerio de Exteriores de Chad ha tomado la decisión de rescindir el acuerdo de cooperación en materia de seguridad y defensa que mantenía con Francia desde 2019. Esta medida, anunciada el viernes, se justifica como un cambio en las «prioridades nacionales» del país africano. La decisión supone un duro golpe para Francia, que pierde su presencia militar en el Sahel, y deja a Occidente sin un aliado estratégico en la región para combatir el terrorismo.
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El ministro de Exteriores y portavoz del Gobierno chadiano, Abderaman Koulamallah, ha explicado que esta decisión marca un punto de inflexión histórico después de 66 años desde la proclamación de la República del Chad. El país busca afirmar su plena soberanía y redefinir sus asociaciones estratégicas. Sin embargo, Koulamallah ha asegurado que esta ruptura no afecta a las relaciones históricas y los lazos de amistad entre ambas naciones, expresando la voluntad de mantener un diálogo constructivo para explorar nuevas formas de asociación con Francia.
La decisión de Chad sigue la tendencia observada en otros países del Sahel, donde crece la crítica hacia la presencia occidental y aumenta el acercamiento a Rusia, incluyendo el despliegue de mercenarios del Grupo Wagner, ahora conocido como Africa Corps. Esta situación es particularmente significativa dado que Chad albergaba la mayor base militar francesa en el continente y era considerado una pieza clave para Occidente en la lucha antiterrorista en la región.
Duro golpe para Francia y Occidente
El acuerdo de cooperación en materia de seguridad y defensa entre Chad y Francia, vigente desde septiembre de 2019, formaba parte de una estrategia más amplia de Francia para mantener su influencia en el Sahel y combatir el terrorismo en la región. Este acuerdo permitía a Francia mantener una importante presencia militar en Chad, incluyendo la mayor base militar francesa en el continente africano. La cooperación abarcaba aspectos como el desarrollo de capacidades humanas y logísticas de las fuerzas armadas chadianas, la formación de mandos militares y el apoyo en la creación de capacidades de defensa.
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Además, este acuerdo se enmarcaba en los esfuerzos de Francia por promover el Estado de derecho y la reforma de los sistemas de seguridad en sus países socios africanos. Sin embargo, la ruptura de este acuerdo por parte de Chad representa un duro golpe para la estrategia francesa en el Sahel y tiene importantes consecuencias geopolíticas. En primer lugar, Francia pierde su presencia militar en una región clave para la lucha antiterrorista, lo que debilita su capacidad de influencia y acción en el área.
De igual forma, esta decisión deja a Occidente sin un aliado clave en la región para combatir el terrorismo, lo que podría tener implicaciones significativas para la seguridad regional e internacional. La ruptura también parece seguir una tendencia creciente en el Sahel, donde varios países están mostrando una actitud crítica hacia la presencia occidental y un mayor acercamiento a Rusia, incluyendo la posibilidad de despliegue de mercenarios del Grupo Wagner (ahora conocido como Africa Corps). Este giro alterará el equilibrio de poder en la región y planteará nuevos desafíos para la política exterior francesa y occidental en África.
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Artículo escrito por:
Rubén Asenjo Morillas. Periodista apasionado por la actualidad internacional y la geopolítica. Escribo para entender el mundo en constante cambio y compartir perspectivas que despierten la reflexión y el debate. Comprometido con la búsqueda de la verdad y las historias que impacten e inspiren.
