Cuando las personas viven con menos de 1,90 dólares al día, se define que están en una situación de pobreza extrema. Esto les impide satisfacer sus necesidades básicas, y es un fenómeno que afecta a millones de personas en todo el mundo. En este artículo, se exploran los datos sobre la pobreza extrema a nivel global, analizando las tendencias, las regiones más afectadas y las implicaciones sociales y económicas de esta crisis.
La pobreza y la pobreza extrema son situaciones caracterizadas por la insuficiencia de recursos materiales y sociales que impiden satisfacer las necesidades básicas de una persona o comunidad. Estas necesidades incluyen alimentación, vivienda, salud, educación y acceso a servicios esenciales. La pobreza puede ser relativa o absoluta. La pobreza absoluta se refiere a la carencia total de ingresos para cubrir necesidades básicas, mientras que la relativa es cuando una persona tiene menos recursos que el resto de la sociedad en la que vive, lo que le dificulta mantener un nivel de vida aceptable según los estándares locales. Este fenómeno está influenciado por factores económicos, políticos, sociales y culturales, y puede perpetuarse a través de la exclusión y la desigualdad estructural.

Reducción de la tasa de pobreza extrema
En las últimas décadas, la pobreza extrema mundial ha experimentado una disminución significativa. Según el Banco Mundial, el número de personas que vivían con menos de 1,90 dólares al día (el límite de pobreza extrema establecido por el Banco Mundial) se redujo de 1.900 millones en 1990 a casi 800 millones en 2015. Este progreso estuvo impulsado por el crecimiento económico en Asia, especialmente en China e India y otras regiones como Sri Lanka, Pakistán o Bangladés. Sin embargo, la tasa de reducción de la pobreza se ha desacelerado desde 2013 hasta 2024, consiguiendo reducir solo en 110 los millones de personas que viven con menos de 1,90 dólares por día. Además, la pandemia de COVID-19 ha revertido parte de estos avances. Las Naciones Unidas estimaron que millones de personas caerían en la pobreza extrema de nuevo debido a la crisis sanitaria y al descenso en la productividad que conllevó.

A pesar de los retrocesos recientes, las perspectivas a largo plazo siguen siendo positivas. No obstante, los desafíos persisten. La pobreza se concentra cada vez más en África subsahariana, donde vive más de la mitad de las personas en pobreza extrema, según el Banco Mundial. Asimismo, la desigualdad dentro de los países sigue siendo un obstáculo importante. Para alcanzar el objetivo de erradicar la pobreza extrema para 2030, se necesitarán esfuerzos e inversiones en educación, salud y protección social, así como políticas que promuevan el crecimiento económico.
Desigualdad norte-sur
Los términos «norte global» y «sur global» son conceptos artificiales utilizados para clasificar países según sus características socioeconómicas y políticas, más allá de su ubicación geográfica. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, el sur global abarca principalmente África, América Latina, el Caribe y gran parte de Asia y Oceanía, excluyendo países desarrollados como Japón y Australia. Estos países suelen caracterizarse por menores niveles de vida, mayores tasas de pobreza, crecimiento demográfico acelerado y sistemas de salud y educación deficientes. En contraste, el norte global incluye Norteamérica, Europa y algunas naciones desarrolladas de Asia y Oceanía. Esta clasificación refleja las disparidades globales en desarrollo y calidad de vida, trascendiendo las divisiones hemisféricas tradicionales.

Mapa del mundo que muestra una definición tradicional de la división Norte-Sur / En azul, mundo desarrollado. En rojo, mundo en desarrollo.
Los países más pobres del mundo se concentran solo en el sur global, especialmente en África subsahariana (que no consigue reducir el número de personas en la pobreza extrema), que lidera el ranking de países más pobres. Esta distribución geográfica de la pobreza refleja las disparidades económicas globales persistentes. Los países con un PIB per cápita ajustado por paridad de poder adquisitivo (PPA) inferior a mil dólares se encuentran exclusivamente en África, incluyendo naciones como Sudán del Sur o Burundi. Además, la mayoría de los países con un PIB per cápita entre $1,000 y $10,000 también se ubican en África y partes de Asia, América y Oriente Próximo.
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Esta concentración de pobreza en el sur global se debe a factores históricos, como el colonialismo del pasado, así como a desafíos contemporáneos, incluyendo la inestabilidad política, conflictos armados y otras vulnerabilidades como la falta de acceso a servicios básicos como la salud, alimentación o agua potable, o la ineficacia para acabar con enfermedades. Es importante anotar que, aunque hay excepciones, como algunas naciones emergentes en Asia y América Latina, la brecha económica entre el norte y el sur global sigue siendo muy grande.
África subsahariana, la región más afectada

- África Subsahariana. Ha experimentado un aumento constante, incrementando su cifra en 214 millones de personas entre 1990 y 2024. Esta región ahora concentra la mayor proporción de personas en pobreza extrema a nivel mundial, y ha ido al contrario que todo el mundo.
- Asia Oriental y Pacífico. Ha logrado una reducción drástica, de 964.13 millones en 1990 a solo 15.15 millones en 2017. Este descenso, de casi 950 millones de personas, se debe principalmente al rápido crecimiento económico de China.
- Asia del Sur. También ha visto una gran disminución, de 568.76 millones en 1990 a 146.51 millones en 2024, impulsada en gran parte por el progreso en India. Supone la salida de más de 420 millones de personas de la pobreza extrema.
- América Latina y el Caribe. Ha reducido su población en pobreza extrema de 66.4 millones en 1990 a 20.53 millones en 2024. Registra un descenso de más de 45 millones.
- Oriente Medio y Norte de África. Mostró una tendencia a la baja hasta 2010, pero luego aumentó, llegando a 29.76 millones en 2024 debido a conflictos regionales. Respecto a 1990, ha aumentado la cifra de pobreza extrema en casi 15 millones.
- Europa y Asia Central. Experimentó un aumento en los años 90 debido a la transición postsoviética, pero luego disminuyó a 1.8 millones en 2024.
- Países desarrollados. Han mantenido niveles relativamente bajos, aunque con un ligero aumento de 3.83 millones en 1990 a 7.14 millones en 2024.
Las consecuencias de vivir en la pobreza
Vivir en la pobreza conlleva múltiples consecuencias que afectan diversas dimensiones de la vida de las personas. En primer lugar, quienes se encuentran en esta situación suelen experimentar un intenso sufrimiento físico, mental y emocional. La falta de recursos limita su acceso a servicios básicos como salud, educación y vivienda, lo que agrava problemas de salud y alimentarios. Además, la pobreza crea un entorno de inseguridad y miedo, ya que las personas no pueden satisfacer sus necesidades fundamentales. Esta situación se ve agravada por el abuso social e institucional, que se manifiesta en la exclusión y marginación. Las personas en pobreza son a menudo ignoradas por las políticas públicas y excluidas de oportunidades laborales y educativas, lo que perpetúa su estado de vulnerabilidad. Además, pueden ser explotadas en el ámbito laboral, donde se les ofrece remuneraciones muy bajas y condiciones de trabajo precarias.
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Las consecuencias de vivir en la pobreza también impactan en la salud mental y emocional de las personas. La sensación de desesperación y la falta de esperanza se convierten en constantes en sus vidas. Este estado de indefensión disminuye su dignidad y les priva de la posibilidad de salir de la pobreza. La desesperanza se traduce en una falta de motivación para buscar oportunidades de mejora, ya que sienten que sus esfuerzos no conducirán a un cambio significativo. La pobreza no solo limita el acceso a recursos materiales, sino que también socava la autoestima y el sentido de pertenencia. Esto crea un ciclo vicioso en el que la pobreza se perpetúa a través de la exclusión social y el abuso institucional, haciendo que las personas se sientan atrapadas y sin opciones para mejorar sus vidas.
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Artículo escrito por:
Rubén Asenjo Morillas. Periodista apasionado por la actualidad internacional y la geopolítica. Escribo para entender el mundo en constante cambio y compartir perspectivas que despierten la reflexión y el debate. Comprometido con la búsqueda de la verdad y las historias que impacten e inspiren.