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OSINT en tiempos de guerra

Análisis

María José Cárdenas
María José Cárdenas
Abogada y consultora jurídica. Licenciada en Derecho y Administración y Dirección de Empresas en UCO. Máster en Asuntos Internacionales: Derecho, Economía y Política en ICADE. Actualmente Grado en Criminología y Máster en Ciberdelincuencia en UNIR.

La invasión de Putin a Ucrania podría considerarse como el primer conflicto que estamos viviendo prácticamente en directo y conectados 24/7 desde la prensa hasta en las redes sociales. En este artículo te explicamos por qué el OSINT a través de plataformas digitales también es útil para la Inteligencia militar.

El relato de Jenofonte, historiador griego y discípulo de Sócrates titulado “La marcha de los Diez Mil” o también conocido como “Anábasis” puede ser considerado como el primer reportaje de guerra. También la obra de Julio César “Comentarios a la guerra de las Galias” donde el mismo procónsul romano aborda el conflicto militar (ocurrido entre los años 58 y 51 antes de Cristo) cuando la República romana sometió a la Galia. Este texto es una fuente histórica clave para comprender lo ocurrido durante esta campaña, pero es necesario recordar que fue relatada desde el punto de vista propagandístico de Julio César.

Durante la I del Golfo, acaecida en los años 1990 y 1991 fue clave la comunicación realizada por los periodistas, concretamente por la CNN. Tras esta cobertura, en la II Guerra del Golfo hubo una explosión informativa donde comenzó la competencia entre las cadenas de varios países para contar su “historia” sobre la guerra.

La comunicación en tiempos de guerra sirve para crear historia, informar, hacer propaganda o saciar la sed de los más “fascinados” por los conflictos. Como decía Luis Rojas-Marcos, “desde los principios de la civilización en casi todas las culturas, el hombre ha sentido fascinación por los relatos y escenas de violencia”, pero también -y es esto lo que más nos interesa- para controlar el espionaje y la Inteligencia militar.

La Inteligencia es un producto que se obtiene mediante el procesamiento de información. Respecto a la Inteligencia militar, “es la capacidad de los ejércitos, de las Fuerzas Armadas, para poder obtener información, tanto estratégica, como táctica, para el desarrollo de las operaciones militares”, tal y como indica Antonio Díaz, profesor de la Universidad de Cádiz, en el programa “Sierra Delta”.

La Inteligencia militar ha tenido un gran papel también durante la pandemia del COVID-19 con la alerta temprana, que consistió en informar a los países con menos contagios de lo que estaba ocurriendo, compartiendo así la información que tenían. También contribuyó con la producción de MEDINT, que es la Inteligencia médica que se basó en monitorear y rastrear riesgos para la salud.

Redes sociales y plataformas como balanza de la opinión pública

Actualmente en el contexto de la invasión de Rusia a Ucrania que comenzó el pasado 24 de febrero de 2022, se ha podido observar el incremento del uso de las redes y cómo Internet ha facilitado -para bien o para mal- el acceso a ingentes cantidades de información sobre el conflicto.

Google, por ejemplo, decidió inhabilitar las funciones de tráfico en Google Maps sobre Ucrania. Esto quiere decir que no es posible saber el tráfico en carretera ni las afluencias de personas en establecimientos, ya que ha sido una estrategia tomada por los militares rusos para conocer los movimientos militares y civiles en suelo ucraniano. 

Pero no ha sido éste el único obstáculo que se le ha puesto a Rusia comenzando por el bloqueo a los medios de comunicación propagandísticos rusos o de los ingresos obtenidos en Youtube o Google con la finalidad de controlar la “desinformación”. La respuesta de Rusia ha sido la de bloquear Google News también con la misma acusación de “desinformación”.

¿Por qué es clave la utilización de estas plataformas en la Inteligencia militar?

A través de una aplicación de tráfico, pudieron darse cuenta de que Ucrania estaba siendo invadida por Rusia, según indicaba Jerry Lewis, experto en Open Source Intelligence (OSINT). Gracias también a este tipo de información OSINT se puede llegar a identificar a soldados rusos. Así ocurrió cuando, a través de una captura de imagen de un vídeo propagandístico que estaba circulando por Telegram, un programa de reconocimiento facial se averiguó la identidad de un soldado ruso.

Pero lo sorprendente aquí no es sólo el poder averiguar quién es el soldado, sino la cantidad de programas de reconocimiento fácil que existen y que toman las imágenes de las redes sociales, y cómo en esta guerra se está apoyando en estas aplicaciones la Inteligencia militar. También Ucrania está utilizando el reconocimiento facial Clearview AI con el objetivo de identificar a las personas fallecidas y ayudar a las familias. Existen otros ejemplos llamativos, como la revelación del nuevo submarino nuclear que está construyendo China y que fue localizado mediante una imagen localizada en Google Earth.

Información conectada 24/7

Así, estamos viviendo la primera guerra en la que estamos totalmente conectados. Desde la prensa convencional hasta los mismos usuarios de redes sociales, quienes con sus dispositivos móviles captan segundo a segundo lo que ocurre. Podemos recordar cómo durante los primeros días de la invasión TikTok estaba repleto de “directos” de usuarios escondidos en el metro, esperando a que parara el sonido que avisaba de posibles impactos rusos.

Sin embargo, la facilidad que tenemos los usuarios de redes sociales de publicar cualquier hecho de nuestra vida, puede ser utilizado en nuestra contra. Por ello, debemos saber, en primer lugar, qué es una fuente de información y si es fiable lo que estamos viendo.

Las fuentes de información son todos aquellos emisores, canales y soportes que nos aportan datos o información. Mediante el Ciclo de Inteligencia, toda esa información cobra valor y, según el CNI, es en este proceso de cuatro fases donde se crea Inteligencia. El producto conseguido por la aplicación del Ciclo de Inteligencia sobre las fuentes de información puede ser de diferentes tipos:

Sin embargo, aquí destacamos que el OSINT es la que ocupa el 80% de las fuentes de información y donde también se incluyen las redes sociales. Uno de los mayores problemas de esta fuente es que ofrece demasiada información y es clave asegurarse de la fiabilidad de las fuentes.

Se considera que el OSINT surge en 1942 cuando el departamento Reasearch and Analysis del Office of Strategic Services (el servicio de inteligencia de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial) recopilaba información mediante periódicos del Eje que traían de embajadas y consulados, escuchando radios extranjeras y accediendo a librerías y fuentes oficiales. Se dieron cuenta que la adquisición de esta información era indispensable.

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