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Prevención situacional del delito: teorías y bases que la respaldan

Análisis

Stella Ramos
Stella Ramos
Alumna certificada del Curso de Experto en Criminología y Máster Profesional de Analista Criminal y Criminología Aplicada de LISA Institute. Graduada en Criminología por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Máster en Sociología de las Políticas Públicas y Sociales por la Universidad de Zaragoza (UNIZAR). Actualmente es Vigilante de Seguridad.

Hay formas de evitar que ocurra un delito sin centrarse en el delincuente, sino en el entorno. Cambiar el espacio puede ser más útil de lo que parece. En este artículo, Stella Ramos, alumna del Máster Profesional de Analista Criminal y Criminología Aplicada de LISA Institute, explica cómo la prevención situacional se basa justo en eso: cerrar oportunidades antes de que surjan intenciones.

La prevención situacional intenta controlar el delito, reduciendo las oportunidades de cometerlo. De esta forma, se busca modificar el ambiente y el entorno físico para dificultar la comisión de actos ilícitos. Esta orientación entiende que los factores ambientales también tienen su importancia, y no únicamente los individuales o sociales. De esta manera, la existencia de un entorno con condiciones favorables a la comisión delictiva tendrá más posibilidades de ser el foco de delitos.

Nos estamos centrando entonces en intentar reducir las oportunidades delictivas, en el ambiente, y no en el individuo.

El enfoque de la prevención situacional recoge ideas de otras teorías u otros estudios que ponen el foco en las oportunidades de comisión delictiva.

Prevención situacional: estas son las teorías que explican cómo el entorno puede reducir los delitos

1. Teoría de las Actividades Rutinarias de Cohen y Felson (1979)

Cohen y Felson desarrollaron en 1979 la Teoría de las actividades rutinarias, estableciendo que, para que se cometa un delito, es necesario que confluyan en un mismo espacio los siguientes elementos:

  • Un delincuente motivado
  • Un objeto adecuado o vulnerable al delito
  • La ausencia de guardianes eficaces

Si falta alguno de estos elementos, el delito no se dará. Si el delincuente no está motivado, no delinquirá; si el objeto no es adecuado o lo suficientemente vulnerable a la comisión delictiva, no se dará el delito porque el delincuente no encontrará la suficiente motivación para ellos; si los guardianes son eficaces, el delito tampoco se dará porque serán capaces de detectarlo a tiempo.

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La motivación del delincuente entraría dentro del ámbito individual, mientras que el objeto vulnerable y la ausencia de guardianes lo harían desde el foco ambiental. La prevención situacional busca modificar estos elementos, reduciendo la vulnerabilidad y aumentando la vigilancia. Así, se modifica el ambiente de tal forma que para un delincuente motivado sea más complicado llevar a cabo el acto ilícito.

2. Teoría de la Elección Racional de Cornish y Clarke (1986)

Según la Teoría de la elección racional de Cornish y Clarke, los delincuentes toman decisiones racionales sobre los delitos a cometer y calculan tanto los costes como los beneficios del delito. De esta forma, a través de la prevención situacional se busca que los costes del delito aumenten mientras que los beneficios se reducen.

Esto se consigue a través de la realización de cambios en el diseño urbano y en la gestión de los espacios. Utilizando una visión de ambas teorías y teniendo a un delincuente lo suficientemente motivado para cometer el acto ilícito (los beneficios son mayores que los costes), si conseguimos reducir la vulnerabilidad del objeto y que los guardianes sean eficaces para la detección del ilícito penal a través de la modificación del ambiente de la prevención situacional, podremos conseguir que se de una reevaluación de los beneficios y costes, aumentando estos últimos, que puede llegar a reducir la motivación hasta el punto en el que el delincuente desista de su acción.

3. Teoría de los patrones Delictivos de Brantingham y Brantingham (1984, 1993)

Según Brantingham y Brantingham, los delincuentes cometen delitos en lugares que son cómodos para ellos y cuyo entorno ya es conocido. Así, se puede concluir que los delincuentes no eligen espacios al azar, sino lugares que conocen y que son propicios para el delito (hot spots). 

Debido a estos patrones delictivos que desarrollan los delincuentes, se puede predecir en qué lugares se va a delinquir más o qué lugares son más propensos al delito y dónde es importante actuar. A través de mapas del crimen es posible identificar estas zonas y así, gracias a la modificación del entorno, se puede actuar para reducir los elementos que suponen un atractivo de los delincuentes. 

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4. Teoría de la Prevención Criminal basada en la Modificación del Ambiente Físico de Jeffery (1971)

En 1971, C. Ray Jeffery publicó su libro Crime Prevention Through Environmental Design. Con esta teoría, Jeffery señalaba que el ambiente físico tiene un rol primordial en la comisión de delitos. Por ello, hay que modificar el entorno para así reducir la probabilidad de que se delinca. 

Además, Jeffery señalaba que el comportamiento delictivo aparece por la confluencia y la interacción de los factores biológicos, sociales y ambientales que rodean al individuo. Por otro lado, Jeffery confiaba en que el entorno era clave en la conducta y podía tener influencia en la misma. Por esto mismo, consideraba que el comportamiento se puede moldear, reforzando positiva o negativamente el entorno físico, cambiando su diseño.

5. Teoría del Espacio Indefendible de Newman (1972)

Newman fue un arquitecto estadounidense que señaló que la forma en la que se diseñan los espacios urbanos puede facilitar o dificultar la criminalidad. Si un espacio no puede ser controlado por sus propios usuarios, se convierte en un espacio indefendible y, por ende, vulnerable a que se cometan actos delictivos.

Newman nos dice que las personas deben poder ver y deben poder ser vistas fácilmente cuando se encuentran en un espacio público. A esto Newman lo llama vigilancia natural. Tiene que existir un control territorial, es decir, el entorno tiene que estar delimitado y así los ciudadanos podrán tener sentimientos de propiedad y responsabilidad sobre los espacios comunes. Esto supondrá una conexión mayor con los espacios públicos y habrá una resistencia a las actividades delictivas. Otra característica de esta teoría es la necesidad de proyectar una imagen de orden y mantenimiento.

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De este aspecto también nos habla la teoría de las ventanas rotas de Wilson y Kelling con el experimento que le da nombre. Así, el desorden y el descuido en la comunidad, según esta teoría, incita a que los individuos delincan. Por último, Newman habla de los espacios funcionales, espacios que deben permitir el uso efectivo y seguro de los mismos. Esto significa que hay que evitar que existan zonas aisladas o mal utilizadas, las cuales serán más propensas al delito.

6. Teoría de la Policía Orientada a la Solución de Problemas de Goldstein (1979)

Goldstein considera que la policía debe ser más eficiente, no solamente reaccionar a los delitos, sino también prevenirlos. Así, tienen que trabajar para identificar, analizar y resolver los problemas que genera el delito y la delincuencia. A través de la exploración y del análisis tiene que darse una respuesta, una solución específica para ese problema, para luego evaluar si funcionó.

Así, la prevención situacional es una de las principales herramientas que puede utilizar la Policía Orientada a la Solución de Problemas para abordar los mismos y darle la respuesta necesaria. A través de las técnicas de la prevención situacional, es la Policía Orientada a la Solución de Problemas quien identifica y resuelve las causas de los problemas delictivos.

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Por concretar un poco más, aunque hablaremos de esto más adelante, se han desarrollado una serie de técnicas: las 25 técnicas de prevención situacional. Estas 25 técnicas se pueden agrupar en 5 grandes grupos:

  1. Aumentar el esfuerzo para cometer delitos
  2. Aumentar los riesgos percibidos del delincuente
  3. Reducir las recompensas esperadas del delito
  4. Reducir las provocaciones para delinquir
  5. Eliminar excusas para cometer delitos

El enfoque de la prevención situacional es muy interesante y ha supuesto muchos avances como materia de estudio. A través del comportamiento de los delincuentes como factor individual, podemos llegar a modificar el ambiente buscando una disminución de la delincuencia.

Teniendo esto en cuenta, y sin hablar de factores individuales, se tiene que poder reducir al máximo posible la comisión de actos delictivos aplicando diferentes estrategias. Los costes de comisión del delito tienen que ser mayores que los beneficios de la infracción, lo que supone modificar el ambiente de forma que lleve a un desistimiento o, directamente, a una falta de iniciativa por parte del infractor.


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