En el contexto de incertidumbre actual, ¿cuál es la mejor opción que tiene Putin? Lo analiza Marc Vendrell, Profesor del Curso de Analista Político Internacional de LISA Institute, utilizando la Teoría de Juegos.
La Teoría de Juegos es una disciplina que se utiliza en las matemáticas, economía, ciencias políticas, psicología y los conflictos internacionales, entre otros. En ella se analiza cuál sería la mejor elección para un individuo, calculando el coste-beneficio de cada una de las opciones.
En un conflicto internacional, por ejemplo, tratamos de identificar las causas del mismo, las estrategias de los jugadores, el resultado alcanzado y cuáles serían las mejores decisiones en los futuros escenarios. Una especie de partida de ajedrez entre los contendientes.
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Uno de los límites y clásicas críticas a la Teoría de Juegos es que siempre asume que las partes o jugadores tomarán decisiones normalmente racionales. Por ejemplo, dos líderes tomarían una decisión irracional si decidieran ir a un enfrentamiento nuclear, ya que la autodestrucción mutua está asegurada, pero los seres humanos muchas veces somos bastante irracionales, así que cualquier estudio de nuestro comportamiento debe incluir este factor o, al menos, tenerlo en cuenta.
Putin, la irracionalidad y el “Gallina“
Aquí debemos hablar del “Juego del Gallina”. El juego trata sobre una competición de automovilismo o motociclismo en la que dos participantes conducen un vehículo en dirección al del contrario; el primero que se desvía de la trayectoria de choque pierde y es humillado por comportarse como un “gallina”.
El juego se basa en la idea de crear presión psicológica hasta que uno de los participantes se echa atrás. En este juego se podría decir que gana aquel jugador que hace creer al otro que es más irracional, es decir, que está dispuesto a accidentarse con tal de ganar.
Pero, ¿y si esa irracionalidad es falsa y solo se utiliza para ganar? Pensemos ahora en Vladímir Putin. Muchos son los que temen que el líder ruso “apriete” el botón para activar armamento nuclear, ya que según parece está dispuesto a ir según sus propias palabras “hasta el final”, y es aquí donde según algunos su comportamiento puede ser irracional y, por tanto, peligroso para todos los actores del juego, que en este caso sería medio planeta.
El mandatario ruso podría estar actuando de forma irracional para evitar ser previsible pero, al mismo tiempo, difícil de ganar. Además, cuando un jugador que suele tener un comportamiento muchas veces tildado de “irracional” está al borde de la derrota, es cuando más peligroso puede ser, por tanto, si lo trasladamos al momento actual, podríamos estar frente al momento más tenso y volátil desde que Rusia invadiera Ucrania.
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Escenarios probables
La Teoría de Juegos es especialmente útil para predecir diversos escenarios y, entre ellos, decidir cuál sería el que más nos conviene buscar y basar nuestra estrategia.
En este caso, los escenarios son muchos, pero, muy inteligentemente, Vladímir Putin se ha creado un perfil de jugador irracional, impredecible e inesperado; por tanto, ya tiene bastante ventaja en lo que se refiere a marcar la estrategia de los demás, ya que todos basarán su estrategia teniendo en cuenta que este jugador (Putin) puede actuar de forma irracional y, en consecuencia, ser difícil de ganar en un juego de cara a cara.
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OTAN, Unión Europea, y hasta la propia China, están viendo como cada vez el mandatario toma decisiones más duras y más al límite, que ponen en riesgo la paz mundial. Algunos de estos son jugadores directos de la contienda, otras posibles víctimas colaterales, pero todos pueden perder si Putin juega “hasta el final”, por eso el propio país asiático, hasta ahora neutral, ha pedido a Rusia que detenga la guerra.
¿Debe prepararse la estrategia de los países enemigos de Rusia como si se actuara de forma irracional? ¿O debemos tener en cuenta que esa irracionalidad es falsa y, por tanto, sigue actuando de forma racional siendo más previsible? Es muy difícil aventurarse, pero no hay que olvidar lo que nos dice el Juego de la Gallina, que muchas veces los jugadores no se comportan realmente de forma irracional, sino que actúan de esta forma.
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Si, finalmente, el máximo mandatario ruso estuviese llevando a la acción sus peligrosas y atrevidas intenciones, es posible que estemos cerca de un escenario difícil e incierto para la mitad de la población mundial, veremos las próximas semanas como se avecinan. Solo la famosa teoría de la Disuasión Nuclear, en la que al asegurarse la destrucción mutua las potencias no actúan, nos arrojaría una esperanza para un momento oscuro.
