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La desinformación y las democracias occidentales: el caso rumano

Análisis

Álvaro C.I
Álvaro C.I
Miembro de las FFCCSE en activo, con experiencia en inteligencia. Estudiante de Grado de Relaciones Internacionales. Experto profesional en terrorismo yihadista. Entusiasta de la política, los estudios estratégicos y la actualidad internacional. Alumno del Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute.

La desinformación digital amenaza a las democracias occidentales, y Rumanía ilustra este peligro con un caso paradigmático. En 2024, una operación prorrusa de manipulación electoral aprovechó TikTok, bots y ciberataques para desestabilizar el país y alterar la percepción ciudadana. Este artículo, alumno del Máster Profesional de Analista de Inteligencia de LISA Institute analiza cómo la interferencia rusa y las vulnerabilidades digitales han puesto en jaque la legitimidad democrática, subrayando la urgencia de fortalecer la resiliencia social e institucional.

El interés ruso en desestabilizar Rumania, o cuanto menos generar un sentimiento de rechazo hacia Europa y la OTAN, es el punto de partida desde el que se comprende el intento de influencia en su proceso electoral. La presencia de la OTAN con parte de la defensa antimisiles de la organización, así como la proximidad geográfica a Georgia y Ucrania, resaltan la importancia de conseguir un gobierno afín a los intereses del Kremlin. 

Este análisis evalúa la amenaza que representan las operaciones de influencia contra las democracias occidentales, utilizando como referencia la interferencia detectada en el proceso electoral rumano de 2024. Se detallan una sofisticada campaña de desinformación y ciberactividad maliciosa, sus probables patrocinadores estatales (con foco en la Federación Rusa), las vulnerabilidades explotadas y las implicaciones estratégicas para la estabilidad de las democracias occidentales. Adicionalmente, se proyectarán las tendencias evolutivas de estas amenazas, incluyendo la instrumentalización de tecnologías emergentes como los deepfakes o la IA.

Anatomía de la operación de influencia: el vector de la propagación TikTok y la financiación encubierta

La operación que propulsó al candidato Călin Georgescu, con un perfil ultranacionalista y afinidades prorrusas, desde una notoriedad marginal (menos del 1% en sondeos preelectorales tempranos) a una victoria en la primera vuelta anulada (22.94%), constituye un ejemplo paradigmático de una operación influencia moderna. La documentación desclasificada del Servicio Rumano de Inteligencia (SRI) detalla una campaña meticulosamente orquestada y amplificada a través de la plataforma TikTok. Del análisis de esos documentos publicados por el SRI se extrae información que ilustra la complejidad y planificación del fenómeno. 

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Esta campaña orquestada por medio de la red social TikTok posee ciertos indicadores clave: 

  • Infraestructura encubierta y activación simultánea: Una red de aproximadamente 25,000 cuentas de TikTok fue movilizada. De estas, 797 cuentas, creadas en 2016 y mantenidas en estado latente, fueron activadas a máxima capacidad el 11/11/2024, fecha relativamente cercana a la celebración de los comicios. Esta preparación a largo plazo es indicativa de una planificación estratégica por parte de un actor con visión de futuro y recursos.
  • Técnicas de ocultación: El uso de direcciones IP únicas para estas cuentas buscaba eludir los mecanismos de detección de redes de bots automatizadas. Estas redes de bots suelen compartir dirección IP, siendo esta una de las maneras de identificarlas. Este hecho demuestra un conocimiento avanzado de las técnicas de detección de las plataformas.
  • Coordinación externa a la plataforma: La dirección se realizaba a través de canales de Telegram como @propagatorcg, instruyendo a los operadores sobre contenido, hashtags específicos #CG, #diaspora, #calingeorgescu, emoticonos concretos y métodos para manipular la percepción de originalidad del contenido por parte de los algoritmos de TikTok.
  • Cooptación de influencers: Una red de más de 100 influencers rumanos con alcance agregado cercano a los 8 millones de seguidores fue instrumentalizada. Este procedimiento se produjo según el SRI a menudo mediante engaño o incentivos financieros no declarados, para diseminar narrativas y hashtags clave, asociando un perfil presidencial ideal con Georgescu.
  • Suplantación de Identidad Institucional: La creación de cuentas falsas que emulaban al SRI y a la Brigada Antiterrorista (BAT), utilizando imágenes públicas de los organismos de seguridad del estado. El objetivo consistía generar una falsa percepción de apoyo estatal al candidato, erosionando la confianza en la neutralidad de las instituciones.

En el aspecto de la financiación, Georgescu declaró cero gastos de campaña, afirmación que contrasta con la evidencia de una financiación sustancial y opaca. El SRI y TikTok identificaron a Bogdan Peșchir («bogpr») como un canalizador de fondos, con donaciones superiores al millón de euros y pagos directos confirmados por TikTok de 381.000 dólares a promotores de Georgescu, infringiendo la legislación electoral y las políticas de la plataforma.

Existen vínculos entre Peșchir con el sector de las criptomonedas y con individuos con conexiones internacionales como Gabriel Prodănescu, sudafricano, así como se detalla el uso de plataformas como FameUp y la FA Agency, también sudafricana. Estos elementos eran utilizados para formalizar pagos a influencers, lo que sugiere una red financiera compleja diseñada para enmascarar el origen de los fondos. La opacidad y naturaleza de la operación en sí misma parece indicar que es probable que estos fondos tengan un origen estatal o estén vinculados a intereses estatales hostiles. La similitud operativa de esta campaña con la campaña «Hermano junto a Hermano» (desarrollada por Rusia en Ucrania) refuerza la evaluación de una implicación rusa, directa o indirecta, en la orquestación de la operación.

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Vulnerabilidades de plataformas y respuesta internacional

La elección de esta red social no parece ser casual. El origen chino de TikTok ya ha sido examinada en multitud de ocasiones, llegando a plantearse la cuestión de su prohibición en Estados Unidos. La respuesta de TikTok a las peticiones del organismo electoral rumano parece insuficiente y potencialmente negligente.

A pesar de las notificaciones de las autoridades rumanas y la evidencia de actividad coordinada espuria, la plataforma no eliminó eficazmente el contenido denunciado y catalogó el material electoral como entretenimiento. Esta permisividad, criticada por entidades como EU DisinfoLab, convierte a esta plataforma en un vector crítico de propagación. El SRI indica que TikTok había sido alertada sobre actividades sospechosas vinculadas a Georgescu desde 2020, lo que agrava la percepción de inacción.

Operaciones simultáneas: ciberataques y explotación del entorno doméstico

La campaña de influencia en redes se complementó con ciberataques contra la infraestructura electoral. El SRI reportó más de 85,000 incidentes cibernéticos (SQL Injection, etc.) contra sistemas de la Autoridad Electoral Permanente (AEP) y el Servicio de Telecomunicación Especial (STS). La publicación de credenciales de acceso en foros de ciberdelincuencia rusos y canales de Telegram vinculados a la exfiltración de datos rusos apunta a una campaña cibernética paralela, probablemente coordinada por el mismo actor estatal. El objetivo en este caso era la disrupción, el acceso no autorizado y la potencial alteración de la integridad del proceso electoral.

En el ámbito de explotación de las sensibilidades políticas del país, la operación de influencia ganó además tracción gracias a la existencia de un ecosistema doméstico de extrema derecha y figuras extremistas. Actores como Horațiu Potra (con vínculos con mercenarios y un arsenal incautado), Marian Motocu (con nexos con el antisemitismo y la simbología legionaria) y otros conectados a grupos neolegionarios, proporcionaron una base de apoyo que fue amplificada digitalmente. Esta simbiosis entre la operación de influencia externa y los elementos extremistas internos es un multiplicador de amenaza significativo.

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Impacto y consecuencias: desestabilización institucional y reconfiguración política

La anulación de la primera vuelta electoral por el Tribunal Constitucional rumano el 6 de diciembre de 2024, debido a la magnitud de la interferencia, representa un impacto directo y severo en la estabilidad institucional. Aunque pretendía salvaguardar la integridad democrática, la decisión fue instrumentalizada por narrativas contrarias argumentando la existencia de un «estado profundo» y un «golpe antidemocrático». Esta narrativa tuvo un altavoz en diferentes figuras internacionales como Elon Musk o J.D. Vance. 

El análisis del Real Instituto Elcano sobre el escenario postelectoral indica que, a pesar de la prohibición de Georgescu, el sentimiento nacional y populista se consolidó. El ascenso de George Simion (sucesor de Georgescu) con un 40.69% en la primera vuelta de las elecciones repetidas evidencia el éxito de la operación en reconfigurar el panorama político. Cabe destacar que Simion resultó perdedor en la segunda vuelta gracias a la aglutinación de voto del resto de los partidos en beneficio del candidato pro europeo Nicușor Dan. Rumanía, a pesar de una orientación pro-UE/OTAN en su población, demostró ser vulnerable a la erosión de la confianza interna.

Panorama de amenazas, evolución e implicaciones estratégicas

El caso rumano subraya la eficacia y el bajo coste relativo de las operaciones de influencia como herramienta de proyección de poder y desestabilización. Para actores estatales como Rusia, estas operaciones ofrecen un retorno asimétrico: la posibilidad de instalar liderazgos afines o, como mínimo, sembrar discordia, paralizar la toma de decisiones y debilitar la cohesión de alianzas como la OTAN y la UE, especialmente en estados de primera línea como Rumanía. La censura de medios estatales rusos (Sputnik, RT) a raíz de la invasión de Ucrania, es una contramedida limitada y no exenta de polémica bajo el prisma democrático.

Existe gran preocupación ante la amenaza de la evolución de estos procedimientos maliciosos, especialmente derivado el uso deepfakes y la implementación de tecnologías basadas en IA. Su uso potencial en momentos críticos de procesos electorales como jornadas de reflexión o publicación de resultados podría ofrecer una ventana de oportunidad inigualable para conseguir desestabilizaciones críticas.

En este contexto, difundir desinformación masiva y personalizada, combinado, o no, con ciberataques, podría tener efectos devastadores en la confianza pública y la legitimidad de los resultados. El objetivo último podría trascender la mera influencia en un resultado electoral para buscar un daño sistémico a la credibilidad de los procesos democráticos. En otras palabras, más que tratar de obtener influencia mediante la modificación de la voluntad de voto, la estrategia ofrece incentivos para restar credibilidad a la democracia en sí, así como a instituciones como la UE. 

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Consideraciones para la contrainteligencia y la defensa democrática

Teniendo en cuenta lo expuesto, las sociedades objetivo de este tipo de ataques deben implementar medidas para combatir esta fenomenología. Se trata de una carrera contrarreloj que puede tener serias consecuencias. Las diversas medidas pasan por acciones tan diversas como: 

  • Refuerzo de capacidades de detección y atribución: Es imperativo invertir en capacidades técnicas y analíticas para detectar, atribuir y exponer las operaciones de influencia y las operaciones asociadas. La atribución pública, aunque compleja, es un elemento disuasorio clave, al evitar la negación plausible que suelen esgrimir los actores implicados.
  • Regulación y exigencia de responsabilidad a plataformas digitales: Las plataformas deben ser compelidas a una mayor transparencia y colaboración proactiva en la identificación y mitigación de actividad coordinada artificial y financiación opaca. La inacción debe tener consecuencias. Debe de prestarse especial atención a plataformas de estados autocráticos como China y TikTok.
  • Resiliencia social y alfabetización crítica: Deben desarrollarse programas sostenidos de educación cívica y alfabetización mediática, centrándose en explicar aspectos concretos de la desinformación, rehuyendo de inclinaciones políticas que puedan invalidar estas campañas. El desarrollo de una sociedad crítica es necesaria para fortalecer la capacidad para discernir y resistir la manipulación. 
  • Cooperación internacional reforzada: El intercambio de inteligencia y TTPs de actores hostiles entre naciones aliadas es crucial. Se deben desarrollar normas de comportamiento responsable en el ciberespacio y mecanismos de coordinación y respuesta efectiva coordinada.
  • Abordaje de vulnerabilidades socioeconómicas: Las operaciones de influencia a menudo explotan agravios y descontentos preexistentes. Políticas que aborden la desigualdad, la inseguridad económica y la percepción de desconexión de las élites pueden reducir la susceptibilidad de la población a narrativas hostiles.

Evaluación final y prospectiva estratégica

Las elecciones rumanas de 2024 constituyen una evidencia contundente de la creciente sofisticación y el impacto desestabilizador de las operaciones de influencia hostiles. El modus operandi observado, combinando manipulación encubierta en redes sociales, financiación opaca, ciberataques y explotación de divisiones internas, es un modelo que probablemente será replicado y adaptado por actores estatales y no estatales. Esta situación coloca al actor atacante en una situación de lo que se conoce como win-win, si el estado atacado recurre a la censura y prohibición de partidos la confianza en la democracia se resentirá, por la deriva autoritaria que esto puede generar.

En caso contrario, si no se actúa, el estado atacante termina por decantar las elecciones hacia un candidato afín a sus intereses. Esta situación ha de revertirse, imponiendo costos al agresor e implementando medidas efectivas, para conseguir el efecto disuasorio deseado. La defensa contra estas amenazas en evolución requiere una postura de vigilancia, una adaptación proactiva de las contramedidas y un enfoque integral que combine capacidades de inteligencia, resiliencia social, cooperación internacional y una gobernanza democrática robusta.

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